ozoe

Un proyecto de Mikel Hirie


10 de abril 2022.

En la cafetería Zagaz de la calle Delicias de Zaragoza tienen una barra de pinchos espectacular. Estuve con Anabel allí varias veces. El zun, de pulpo con aceite y pimiento de Tudela es un majar. El zan, de revuelto con setas y gambas con  salsa Ref, impresionante. El zin, montadito de lomo con truco tek, es adictivo. Una experiencia Zen. Estuve con Anabel y encontrábamos el sentido de la vida perdido, durante un rato. También cenamos allí varias veces porque tienen una carta de ensaladas que no vi en otro sitio igual. Nuestras favoritas, la de Salmón a la Almozara, la de queso en Valdefierro, la de ventresca de Movera, la de ibéricos en Garrapinillos, y la de Alfocea con legumbres, vegetariana. Nos gustaban también las raciones de Morcilla mil Delicias, de chorizo al estilo Ebro, de patatas aragonesas, ternera Cesaraugusta y pollo Actur. Luego ya con la tripa llena nos subíamos a su casa, en la misma calle. Nuestra relación duró seis meses porque la distancia León-Zaragoza nos venía fatal. Recuerdo también la hamburguesa Juslibol, y los platos combinados: el Valdegurriana con los huevos fritos, el Mozarrifar con salchichas en salsa del Ave, el calle Independencia con croquetas, y el Bombarda, con picante, y coctel de tomate, garbanzos y guisantes en salsa kran.


5 de abril 2022.

Me acosté con Carlos para dar por finalizada la noche. Me subió a su casa, y consumó en 4 minutos y algunos segundos, sin preliminares, con el pretexto de que veníamos cansados y ya eran las cuatro de la mañana. Luego entró en estado ansiolítico y procedió a dormir profundamente, emitiendo sonidos intensos que paralizaban mi respiración. Yo me entretuve en facebook, y analizando los detalles de aquella habitación que me albergaba por primera vez, y relatando los acontecimientos que me llevaron hasta allí, y fabulando las consecuencias de un embarazo ni previsto, ni evitado, ni prevenido. ¡Es el alcohol! me dije, para consolarme de alguna manera. En realidad fue la velocidad, porque todo fue rápido, más bien inmediato, Marga diría que irreal. Las sabanas rancias que imagine heredó de su abuela la marquesa,me raspaban los pechos (él dijo tetas), el vientre (el dijo tripa), el pubís (el dijo sexo), el culete (el dijo culo). ¡Sera el suavizante! deduje por deducir. Carlos a mi lado desnudo, invitaba a salir corriendo hasta la plaza mayor.  ¡Y yo que soy enfermera! me repetía por afición. Los fenómenos paranormales no se pueden explicar, tampoco en el tercer milenio: una noche de verano sales de copas con unos amigas, se te va la lengua, arriesgas  y pierdes una apuesta, y te ves obligada a cumplir.


3 de abril 2022.

Los domingos vamos a misa de doce a la iglesia de San Pedro, en la plaza de Santa Teresa de Jesús. “Es una iglesia preciosa, con una belleza especial que la hace única”. Luego a la salida paseamos por el Rastro con los niños. En ocasiones excepcionales asistimos a los actos litúrgicos en el Monasterio de Santo Tomas, el Monasterio de Sonsoles, el Monasterio de La Encarnación, en la catedral de El Salvador, o en el convento de La Santa.  Los niños estudian en el Colegio Diocesano Asunción de Nuestra Señora, Centro escolar Católico, allí reciben una formación integral, de acuerdo con una concepción cristiana del hombre, de la vida y del mundo. Ayer los niños participaron en el Encuentro diocesano de niños, en el Colegio diocesano. Los niños vinieron encantados. Sirvió para preparar a los niños para el encuentro con Cristo que van a experimentar en el día de su Primera Comunión, y por otro, celebrar este Año Jubilar Teresiano que conmemora el IV Centenario de la Canonización de Santa Teresa de Jesús. Estuvieron 250 niños de toda la diócesis. Leímos en el folleto el lema elegido para este encuentro: “Caminamos juntos con Jesús”. “Ese caminar de la Iglesia unida, ese caminar de la Santa andariega, cuyas huellas de santidad seguimos".


29 de marzo 2022.

Iba a una reunión de trabajo en Zaragoza. En las 4 horas y 8 minutos que dura el viaje en tren desde Burgos a Zaragoza me comí tres bocadillos, bebí tres botellas de agua de medio litro, dos cafés, dos refrescos, seis chocolatinas, respondí al teléfono 4 veces y los correos electrónicos, los personales y los del trabajo. Y me vi dos pelis. “En 15 minutos: la intervención”, ¡que guapa es Olga Kurylenko!. Y “La noche mas oscura”, ¡que guapa es Jessica Chastain!  Sales a las 15.11 de Burgos y llegas a las 19.19 a Zaragoza. En el Alvia.Los bocadillos fueron de tortilla francesa con atún, de chorizo y de jamón. Muy ricos. Los preparó mi madre con cariño. Los cafés, dos, en la cafetería del tren, muy rico, miré por la ventana y escuché en el vagón a dos grupos que conversaban: uno sobre la zumpleoxis y el otro sobre la zaruterápia. Visité el baño seis veces, por los efectos del agua. Sentada junto a mi una señora, profesora de universidad que corregía exámenes de literatura. Suspendían mucho. Los dos refrescos eran de Coca, sin azúcar. Las chocolatinas, variadas: 1 toblerone, 1 huesito, 1 crunch, 1 kitkat, 1 milkybar, y 1 kinder bueno. Me llamó mi novia y mi madre y mi hermano y mi colega Basilio para saber de cómo marchaba el viaje. Los bocadillos me dieron sed y con el bocadillo de tortilla francesa me manche el jersey azul. En los correos electrónicos, nada de especial interés. Me quedé dormido antes de llegar a Zaragoza, por los efectos de las grasas, la sal, el azúcar, el café, el calor,... Desperté en Lleida. Eran las 20.14


28 de marzo 2022.

El trayecto en tren entre Burgos y Zaragoza dura 4 horas y 8 minutos. Sales a las 15.11 de Burgos y llegas a las 19.11 a Zaragoza. En el Alvia. El trayecto en tren entre Zaragoza y Burgos dura 3 horas y 50 minutos. Sales a las 11.30 de Zaragoza y llegas a las 15.29 a Burgos. En el Alvia. Yo hice ese trayecto este fin de semana. Salí el viernes, regresé el domingo. Me llevé la mochila roja pequeña con poca ropa para hacerlo mas fácil. Había conocido a Nuria el martes por internet y se apoderó de mí el ansia por subir a conocerla en persona. El viernes pedí el día libre en el trabajo, poseído por la necesidad de confirmar que nuestros sentimientos de 72 horas eran de verdad. Entre la pandemia y la destrucción nuclear, hay que vivir, pensé. Pero no resultó bien. Es cierto que me precipité en la aventura, sin conocernos apenas, pero las convulsiones de mi cuerpo anularon mi conciencia. Nuria vino a buscarme a la estación y a los diez minutos ya supe que aquello no podía funcionar, tampoco como desahogo sexual. Nos tomamos un café, con ya poco de que hablar. Y nos despedimos. Ella de mi quería más.


27 de marzo 2022.

Practicaba deporte a todas horas: piscina, bici, salía a correr, padel y futbol, senderismo. Y cuando quedaba conmigo siempre estaba agotado. Se sentaba en el sofá de mi casa en plan marmota, y se me ponía a roncar, se me dormía habitualmente. Su vida era un esquema básico de ocupaciones: trabajo, deporte, y quedar conmigo. Yo  me fije en él porque era guapo y tenía un cuerpo de impresión, vestido y desnudo. Me encantaba salir con él para exhibirlo y exhibirme mujer triunfadora que ha conquistado al chico más atractivo.Nos miraban, era normal. La vida le regaló un físico de escándalo que él con esfuerzo y entrenamiento llevó a mejor. Las formas de un cuerpo masculino socialmente deseado subían mi autoestima, y sentir las curvas de su cuerpo junto a mí en la cama elevaban mi líbido. Le miraban hombres y mujeres. A menudo yo también le miraba mientras se duchaba, o mientras se cambiaba de ropa. Públicaba muchas fotos de él en Instagram, siempre hermoso, masculino y seductor. Yo sin celos, me fascinaba nuestra relación porque Federico era mi propiedad.  Me encantaba recorrer su cuerpo endiosado con mis dedos, analizando cada centimetro, y sentirme privilegiada al hacerlo. Hace un mes lo atropelló una furgoneta en la carretera nacional. Iba con la bici, Sigue en la UCI, en coma.


24 de marzo 2022.

En Mariúpol siguen mis padres , el padre de mi hijo Aleksander, los dos padres de mis cuatro sobrinos. Nosotros dos ya en Zaragoza, en el piso de Alberto.  Mis hermanas con los niños aun en Polonia. En los sótanos de Mariupol se refugian ahora miles de personas. Lo de allí es todo aterrador. Residuos bélicos. En medio de las bombas y de los combates. "Se que moriré pronto” me confiesa Nadezda. Mariúpol esta sitiada. Miles de refugiados exhautos se fueron y llegaron a ciudades en las que salvar sus vidas. En Mariúpol desconcierto. Señales de guerra por todas partes. Bombardeos continuos. Barricadas. Ciudad fantasma, explosiones y destrozos. Nietos que duermen con la ropa puesta en el sótano de paredes grises y heladas. Miradas con tristeza. Combates. Varya de siete años, el mejor amigo de Aleksander, sigue en Mariúpol. Miles de personas bajo las ruinas. Disparos en las calles que no cesan.  Las Fuerza chechenas y las del Regimiento Azov habitan la superficie de la ciudad. Fuego sobre los barrios desde los barcos. Escombros. Carreteras destruidas. Miedo a ser disparados. “Cuidaos mucho”, susurra Aliona. Asedio. Zanjas en la tierra helada para enterrar decenas de cadáveres en fosas comunes.  Y en los parques. Hambre. Sed.  Los edificios residenciales de 9 y 14 pisos construidos con grandes bloques de hormigón, en ruinas. El futuro es muy oscuro. “Mariupol es el infierno”, cuenta Tatiana. Convoyes humanitarios que no llegan. Nikol murió esta mañana.


19 de marzo 2022.

Ocurrió a las 21,36 del viernes. En la plaza del pueblo de Pajares de Adaja. Yo dentro del coche y nevando, con la radio encendida. En medio de la llanura. En radio Priz 14 anunciaban el concierto único de “Elecciones Nucleares” en el Zupak club. Esa noche a las once. En Arévalo. Magnífica ocasión para rellenar la noche después de una aciaga tarde: “Aciaga: Infausta, infeliz, desgraciada, de mal agüero”. Y hacia allí me fui, con la expectativa de ser compensado por el azar, la fortuna, las circunstancias y la casualidad. Para entonarme saqué de la guantera el último disco de los EN (Elecciones Nucleares): “Con soltura en la llanura”. Primera casualidad. Tú ya sabes que fui muy fan de ellos, hasta que se disolvieron, pero ahora estan en su gira ocasional, once conciertos: “Sin pretextos ni secuelas, sin expectativas ni zozobra”.  Ya el primer tema, “Desde lejos”, me evocó tiempos pasados: María, Toledo, y la amarga-larga despedida en la estación Sur de autobuses, Méndez Álvarez.  “Soy un ser insoportable y  me detestas pero fuimos la pasión ingobernable en muchas fiestas”, cantaba en Indie el líder de la banda Chema Gómez. “Recorrimos los portales, los garitos y andurriales hasta que agotamos  torpes la ilusión que nos unió en los vendavales”. "Nos jugabamos en fuscia, en azul, rojo, naranja y verde oscuro, pero nunca olvidaré lo que sentí en los callejones sin futuro".  La letra de esta canción me pone a mil. Y acompañado por las canciones de los EN llegue hasta la sala de conciertos. A las 11 puntuales se arrancaron cantando “Anatomía de una tarde sin siesta”, con la multitud entregada, y yo también: “Claro, preciso, conciso. El relato de esa historia en tu piso. Intenso, soberbio, inmaduro. El relato de esa historia en claroscuro. Inédito, mágico, genial. El relato de esa tarde que parece irreal”.  Y luego me encontré con Mario y con Lucas, con Diego y con Borja, con Joaquín y Nando, con Pablo y con Javier, y de repente ya eran las nueve de la mañana.


18 de marzo 2022.

En mi plan para este viernes a la tarde, me  duché, frotándome bien, no lo hacía desde el lunes, me cambié de calzoncillos, calcetines y camiseta interior, y me vestí elegante. Al llegar al garaje recordé haber olvidado la cartera del dinero, y al volver a bajar advertí que me faltaba el carné de conducir. Subí, apareció 45 minutos después, y volví a bajar. El coche, por un motivo primerizo y desconocido, tardó en arrancar. Arranque diez minutos después de intentarlo. Y ya eran las 20.14. En mi plan para este viernes a la tarde, previo a la llegada de la primavera el domingo, cenar en el chalet de mi amiga Nuria, que vive en Arévalo. 40 minutos de ruta. 50 kilómetros. Por la nacional 403. A la altura de Mingorría me paré para tomar un café, me sentía mas atontado de lo normal. Al volver, el coche volvió a tardar diez minutos en arrancar. “¡Se quedará frio!” pensé. En Santo Domingo de las Posadas comenzó a nevar. A la altura de Blascosancho Nuria me avisó que no podíamos quedar porque su padre se acababa de caer. “¡Joder!”, grité después de colgar. Hay tardes que se tuercen, yo en Pajares de Adaja y nevando más y más. Paré para pensar en la plaza del pueblo. Las 21,14. A  31 km de Ávila, a 21 km de Arévalo y a 112 km de Madrid. Pajares de Adaja, pequeño pueblo castellano donde nació en 1806, Francisco Méndez Álvarez, médico, escritor y político que llegó a ser alcalde de Madrid, un mes. Y recordé la estación de autobuses y que allí arrancaron bonitas historias que algún día también te contaré. Estaba en la plaza de un pequeño pueblo abulense, dentro de mi coche, en la noche, nevando, ausente entre pensamientos circulares de sabiduría exquisita y el deleite de experiencias lúdicas satisfactorias. Y ocurrió.


17 de marzo 2022.

Coincidía con Elisabeth en el ascensor, y me excitaban sus miradas que invitaban a quitarle la ropa para acceder a su interior. Me masturbé en varias ocasiones pensando en Elisabeth y la sentí muy real porque no menos de diez veces al mes nos encontrábamos cerca en el ascensor. Ella vivía en el séptimo A, yo en el noveno A. En ocasiones la imaginaba sobre mi, ella en el noveno, yo en el séptimo, y lo disfrutaba. “Gonzalo ¿qúe tal?” me preguntaba siempre en el ascensor. Yo siempre le respondía “bien”, y pensaba en mis ejercicios de intimidad con ella, aunque me hubiese gustado responderle “bien, con ganas de que te bajes en el séptimo conmigo para pasar lo que queda de mañana, de tarde, de noche, de día, desnudos, muy juntos”.  “Bien, con ganas de subir a tu casa, contigo, para hacer de este día un episodio memorable que recordemos por lujuria, por placer, por felicidad”. En la vida real luego nos entreteníamos en conversaciones de ascensor, de portal, de vecindad, mientras la observaba educado para inventariar sus formas, los detalles, los colores de sus faldas y sus blusas, lo que no se dejaba ver, los modelos de sus zapatos, los dibujos de sus labios, los rastros de sus cejas, el tamaño, los movimientos, su manera de respirar…


16 de marzo 2022.

Coincidía con él habitualmente en el ascensor y le miraba con disimulo la entrepierna. Desde aquel día que le ví con el chandal gris y lo suyo se apreciaba mas abultado de lo que es habitual. Mi observación excitada confirmaba siempre la presencia bajo la cremallera del pantalón de un ser grandioso con personalidad destacada. “Elisabeth, quítate la ropa”, era una fantasía recurrente, me lo susurraba Gonzalo en la intimidad, y yo le complacía obediente, y me miraba con deseo y con sus ojos verdes y acariciaba apasionadamente con sus labios uno y otro pezón y luego continuaba recorriéndome por los diversos territorios de mi anatomía de mujer, y se entretenía en los ríos, los valles, las galerías, los desiertos,… Y entonces,  sin que el me lo pidiese, yo le desnudaba salvaje para encontrar lo imaginado, y era grandioso, y él tranquilo, sin prisa, se empleaba en complacerme y disfrutaba escuchándome gritar. Coincidía con Gonzalo en el ascensor, jugueteaba fantaseando el color de su ropa interior, y me excitaba pensando en la suavidad de su sexo, en su olor, en su sabor, en las secuencias de nuestras escenas intimas, en que lo suyo mio protagonizaba las aventuras, y me reivindicaba en esos instantes de ascensor mujer empoderada, manejando un placer mágico, sin censuras. Ansiosa por saltar de la ficción a la realidad.


15 de marzo 2022.

Si tuviese que describir que es la felicidad, te enseñaría una fotografía de Santi comiéndose una hamburguesa con patatas. Sus ojos reflejan la intensidad del momento, y hasta el cutis de su rostro se ilumina al sentir en su paladar los sabores y el aroma de la carne de ternera frita con mahonesa, tomate, cebolla y queso, junto al almidón de las patatas.  El cielo esta en la tierra, en la terraza de cualquier bar, durante ese momento de café con tortilla de patata para desayunar. Le gusta endurecida. A veces salimos por ahí, y la satisfacción es completa en compañía de una caña o un corto: con croquetas, con morcilla, la ensaladilla rusa, con un pincho moruno, con las patatas bravas, con el chorizo frito, con el bocadillito de jamón o de lomo con queso o de pollo rebozado y crujiente o de panceta o calamares,  como le gusta a él. Santi disfruta también las ensaladas para cenar:  aceite acompañado de lechuga, tomate, huevo cocido, mucho atún, picatostes de pan frito, maíz, salmón, pimiento,… En la boda de su prima Esther, la semana pasada, vivió una relación apasionada con el cordero,  y la tarta guguzú. Y lo más acojonante de esto es que en la analítica de ayer nada de triglicéridos ni de colesterol.


14 de marzo 2022.

El 12 de marzo de 2020 reservamos una habitación en el hotel de León para follar hasta agotarnos en horario de tarde y noche,  porque Pedro Sánchez nos había amenazado y castigado con el confinamiento por culpa de la puta pandemia que nos enviaron desde china. Shaila vive allí en León. Y yo, en Valladolid. Me pedí la tarde libre en el trabajo y a las cuatro y once ya estábamos desnudos y copulando en la habitación 256 del hotel Ozoe, frente al Bernesga. En tres años de novios, el estado de alarma nos impediría encontrarnos durante las semanas siguientes. Sentimos  conscientes la excepcionalidad del momento: abstinencia, incertidumbre, distancia, miedo,… Le pusimos más ganas a la actividad de la convocatoria por si acaso el virus nos aniquilaba y aquellos movimientos corpóreos tan deliciosos no volviesen a repetirse más. Después del segundo  orgasmo salimos a tomar un café a la plaza de la Inmaculada. Regresamos, y después del cuarto volvimos a salir para cenar. Por la noche, ya inertes y asexuados nos entretuvimos relatando los mejores momentos de nuestra relación sentimental. Nos despertamos a las tres, para frotarnos otra vez, ya más por obligación que por ansia y deseo sexual.  A las siete bajamos a desayunar. Yo conduje exhausto de regreso el día 13, no entraré en detalles.


13 de marzo 2022.

La terraza de Tania es grande. Tiene una mesa con cuatro sillas. Y seis tiestos con flores. En la terraza de Tania ella toma el sol en verano y primavera, desayuna, come, merienda y cena. Lee, escucha música y teletrabaja también. Frente a la terraza y las tres habitaciones  el parque del Ziricarel, y a lo lejos puede ver la sierra del Tondot con el Zinkag, el monte mas alto, con nieve en invierno. Cuando Tania y yo compramos el piso, al tercer año de nuestra relación, y tres años antes de separarnos, sobre todo nos encantó  la terraza, tan grande, y con las vistas al parque, a la sierra y al monte. Además el piso en la calle Maestro Aiere, portal 22, tiene tres habitaciones grandes, dos baños, el salón grande, el trastero y el garaje, 125 metros cuadrados. Con los tres armarios empotrados. Es una promoción alejada del centro de la ciudad que te obliga a utilizar el coche, pero tiene las ventajas de la ubicación, las calidades, las vistas, la terraza, y que es un piso muy grande. Dudamos al elegir entre la segunda, tercera, o cuarta planta. Teníamos muy claro que en la primera y la quinta no. Elegimos la cuarta. Elegimos bien. Son 20 viviendas. Casi todo parejas aún. La terraza de 3 por 2 metros junto al salón, con el suelo de ceramica tan fácil de limpiar. Fue dura mi ruptura con Tania, también por renunciar al piso y la confortable vida planeada en el.


12 de marzo 2022.

Soy guapa. Chalé con piscina. Salario de 2500 euros/mes. Vehículo de alta gama. Pandilla de amigas divertidas. Amplia vida social. Menstruaciones no dolorosas. Los padres vivos y sin enfermedades. Dos hermanos, y relación tranquila. Un marido solvente. Una señora, Hortensia, encargada de las tristes tareas del hogar. Éxito social. Con estudios de doctorado. Internacionales. Maletas de luto. Seguro de vida. Fondos de inversión. Fondo de jubilación. Militante prometedora del partido socialista, con responsabilidades orgánicas, las otras ya se verá. Consumidora compulsiva de Netflix. Cama de 1,50, habitación grande, con sabanas 100% algodón. Sin adicciones. Hijos no, no deseados. Vida sexual interpersonal satisfactoria, con Ricardo, mi esposo, sin renunciar al Satisfyer Pro Plus Vibration. Hicimos el viaje de casados por Estados Unidos, un mes. Viajes de verano estimulantes: Brasil, Argentina, Japón,… Sin dolencias físicas personales. Alta y delgada como mi madre. Cocina lujosa y moderna. Jardín. Convocadora de eventos sociales en el jardín, y en el salón social del chalé. Peluquería cada quince días, sin tinte, rubia natural. Sin colesterol ni triglicéridos. Cuatro días por semana en el gimnasio y por placer. Apartamento vacacional en Santander, en el paseo Menéndez Pelayo. Fines de semana habituales, playa, montaña y ciudad. Infancia y adolescencia feliz con grandes fiestas de cumpleaños, comunión y al terminar el COU. Y la ropa de marca. Consumidora de cocaína.


“Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida... ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: yo elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes cocaina?” En 1996, monólogo de la película Trainspotting.


11 de marzo 2022.

“En 2004. Fueron una serie de ataques terroristas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid llevados a cabo por un grupo yihadista,  tal y como reveló la posterior investigación policial. Fallecieron 192 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas. Entre las 07:36 y las 07:40 se produjeron diez explosiones casi simultáneas. El primer tren salió  a las 07:01 de la estación de Alcalá de Henares y explotó en la vía 2 de la estación de Atocha. El segundo tren salió a las 07:04 de la estación de Alcalá de Henares y explotó a 800 metros de la estación de Atocha. El tercer tren salió a las 07:10 de la estación de Alcalá de Henares, procedente de Guadalajara, explotó en la estación de El Pozo. El tercer tren salió a las 07: 14 de la estación de Alcalá de Henares., explotó en la estación de Santa Eugenia”. Allí murieron ellos. Oscar, 19 años. Andriyan, 22 años. Alberto, 24 años. Sanaa Ben, 13. Rodrigo, 20. Sonia, 24. Álvaro, 17. Sara, 19. Jacqueline, 22. Osama, 23. María, 25. Rex, 20. Juan Luis, 17. Carlos Alberto, 24. Oscar, 24. Angélica, 19. Javier, 25. Begoña, 25.  Daniel, 20. Miryam, 25. Ionut, 23. Jorge, 22. Patricia, 7 meses. Sergio, 17. David, 23. Guillermo, 23. Alexandru, 18. José Luis, 17. Iris, 20. José Miguel, 25. David, 23.


10 de marzo de 2022.

Entré a la farmacia a las ocho. Viernes. Llegaba corriendo desde el dentista porque me dolía una muela, mucho. No, no llegaba a la farmacia con ninguna receta o pedido odontológico.  Soy mujer, soltera, trabajadora, que vive sola. 54 años. Llegaba cansada por mi itinerario del día desde que me levanté a las seis:  ducha, desayuno, vestirme, conducir, empleo con jefe, compañeros y con clientes, comida, café, atención a pedidos, conducir, dentista, farmacia. 11 de marzo. Hice más:  compré un boleto de euromillones, que espero me toque,  en la oficina, hablé con mi amigo Manuel y con mi madre, y visite el baño en cinco ocasiones. ¿Entre a la farmacia o entré en la farmacia? Lo peor del día, hoy muchos dolores, los de la fibromialgia y los de la muela. Pero tampoco iba a la farmacia para recoger mas cajas de pastillas. Lo mejor del día, pues no lo sé, ¿hubo algo bueno? Y no, tampoco iba a la farmacia para recoger pastillas ansiolíticas o antidepresivas. Ni a buscar cremas para rejuvenecer.  Entré y me pesé en la bascula: sigo igual de gorda que la semana pasada, pero ayer no cené. Entré a la farmacia porque había quedado con el farmaceutico, Pablo, somos novios desde hace tres meses. Y habiamos quedado para cenar.


9 de marzo 2022.

No conviene dejar para última hora las instalaciones y los preparativos, luego pasa lo que pasa, y por eso durante los últimos seis meses he hecho las obras en mi piso del edificio Eulza para estar preparada. Almacén, habitación acorazada y sistemas alternativos. Quizás pienses que estoy loca pero lo he visto en las películas de zombis, extraterrestres, animales invasores, guerras y epidemias, armas qúimicas. He invertido 60.000 euros en adecuar mi pequeño domicilio del primero C, conectado con una lonja y tres trasteros contiguos en la planta -1 del edificio. Lo mas importante, el almacenamiento de energía, de agua, de víveres y medicinas. Y el acondicionamiento de un habitáculo para resistir a radiaciones, misiles y ataques. Si, lo sé, es insuficiente lo que he hecho, pero menos es nada. Con este hogar búnker quiero protegerme de los intrusos, los desastres naturales o el apocalipsis nuclear. Frente a los disturbios sociales y mundiales y las amenazas terroristas. Me ofrece la seguridad de tener un lugar donde protegerme si la civilización tal como la conocemos implosiona. No he pedido permisos para su construcción, he sido muy discreta. Hormigón y acero. Sistema de refrigeración y residuos. Muros con tres metros de espesor. Infranqueable.


8 de marzo 2022.

Bogdana y su hijo Aleksander vivían en Mariúpol. Ayer cogieron el autobús para a través del corredor humanitario abandonar Ucrania y dirigirse a Polonia. Bogdana abandonó a sus padres que también viven en Mariúpol, ellos se quedarán porque no tienen fuerzas para el éxodo, por la enfermedad. Sus hermanas, Anastasiya y Bohuslavam, y sus cuatro sobrinos, también tienen previsto escapar para sobrevivir. El padre de Aleksander, Valerii, se quedará en Mariúpol para luchar. Bogdana y Valerii hace tres años que no son matrimonio. Aleksander tiene nueve años. Es hijo único. La tarde del lunes Bogdana preparó la maleta gris con las cosas de Aleksander. Un álbum de fotos. Los dos peluches. Tres libros de la escuela. Dos libros de leer. Tres cuadernos del colegio del curso pasado. La playstatión y dos juegos. Dos regalos de Bogdana. Dos regalos de su padre, dos de sus abuelos paternos, dos de sus abuelos maternos. La hucha con las grivnas. Los cromos de futbol con el album. La bolsa con las chucherías preferidas. Las tijeras, los rotuladores, las pinturas. Y luego la ropa: los abrigos, los gorros, los boxer, las bufandas y los calcetines, las camisetas. Los jerséis.Los pantalones. La crema para la dermatitis.Las pastillas. El jabón infantil. Las tiritas de colores. Y la camiseta del FC Mariúpol, y el carné de socio. Y el cuadro con la foto en el Estadio Volodymyr Boiko, de Aleksander con sus amigos del barrio.


5 de marzo 2022

También estuvimos en setiembre allí, en Mariúpol, la ciudad portuaria en la región de Donbás. Vimos a lo lejos las plantas acereras Ilyich y Azov, de la corporación Metinvest, dos monstruos herrumbrosos, tumbados sobre el norte y el sur de la ciudad, donde se fabrican piezas para barcos, tuberías y gasoductos, que luego se exportarán, vía ferrocarril. No sentimos la neblina tóxica y maloliente que se instala en las calles del centro, pero nos hablaron de ella. Es una ciudad gris. Nos hablaron del dueño de Metinvest, y de las dos plantas que embalan Mariúpol en un aire muchas veces irrespirable,  el Gran Jan: Rinat Ajmétov, otro oligarca, nos hablaron mucho de él, y de su poder. Estuvimos con Petro, David, Bogdana, Kiril, y Vadym, fueron nuestros guías del lugar. La inteligencia de Bogdana me cautivó, seguimos en contacto desde entonces, también ayer.  Con ella descubrí la música de Okean Elzy. Mikel, Unai, Pablo y yo estuvimos en Mariúpol por negocios y nos alojamos en el hotel Ozoe. En Mariúpol conviven ucranianos y rusos, griegos, bielorrusos, armenios, judíos, gitanos, moldavos, crimeos, georgianos y asirios. Nos contaron qué si mañana Rusia lanza la temida invasión a gran escala, la ciudad tiene todas las papeletas de encajar el ariete ruso, por su cercanía a la frontera y a la guerra del Donbás, por su exposición al Mar de Azov, controlado por Moscú. Mariúpol, la ciudad natal del pintor Arjip Kuindzhi. Mariúpol, la ciudad que retrata la Pequeña Vera, la película del director Vasili Pichul.


2 de marzo 2022.

Es la única noticia ahora en  radio, televisión y en internet. Un ataque digital ha bloqueado el acceso a todos los datos de todos los bancos internacionales. Desde las 18.22, el acceso desde cualquier dispositivo a los centros de operaciones bancarios es respondido con el mensaje “out control”. Los usuarios de cajeros bancarios han advertido de esta situación, también aquellos que intentaban realizar operaciones vía internet. Las autoridades de control y supervisión bancaria han activado sus comités de crisis. También el gobierno de España, los gobiernos autonómicos y la Unión europea. Esta previsto un mensaje de su majestad el Rey, para las 21.30 horas. Las autoridades estadounidenses, rusas, chinas, y el conjunto de la comunidad internacional están emitiendo comunicados llamando a la tranquilidad y garantizando que se reestablecerá la normalidad en breve. A las 19.22, las redacciones de los principales medios de comunicación internacional han recibido un comunicado atribuyéndose la autoría del atentado digital en nombre del comando Z23-679-M, un colectivo anarcotripayista, desconocido hasta el momento, que reivindica un nuevo orden internacional. Fuentes especializadas consultadas por este medio nos muestran su sorpresa por el bloqueo, expresan la incertidumbre y desconcierto sobre la naturaleza y origen de la operativa empleada por los terroristas digitales, y no ocultan el impacto y consecuencias del ataque y sus repercusiones para la economía internacional.


1 de marzo 2022.

¡Que horror! Cuando las palomas mataron a Inés, yo miraba por la ventana del salón. Ella venia de la escuela con su mochila, y se lanzaron a los ojos , a la cabeza y a la cara primero, desangrándola. Y luego ya inteligentes, le picotearon el corazón, destrozando su ropa hasta llegar a el. Yo la escuche gritar, revolviéndose, intentando huir, ciega después, pero eran 30 palomas asesinas a su alrededor. Luego comenzaron a despedazarla. Diez minutos después, el cuerpo de la niña, la hija de Rosa y Diego, mis vecinos del tercero, era los restos de un cadáver, del que no hubiese quedado nada de no ser porque veinte minutos después llegó la brigada de exterminio con los cuatro agentes especializados y sus dispositivos para la aniquilación de las aves salvajes. Aquel 16 de marzo fui testigo del poder destructivo de las palomas. Desde el 14 de marzo la televisión informaba de un suceso extraño, que a escala planetaria rompía nuestra tranquilidad humana. El 17 de marzo, el periódico Enfoque, contabilizaba en portada 6.439 asesinatos por palomas en el planeta, de esa manera cruel. El 18 de marzo las autoridades planetarias, también las de Castilla-León, anunciaron un paquete de 10 instrucciones preventivas y de abordaje para responder a la emergencia animal.  El 19 de marzo, centenares de palomas rompieron los cristales del edificio de enfrente para acceder a las viviendas.


28 de febrero 2022.

Tuve ocho gatos, Paco, Poma, Pincho, Pula, Poponio, Pizco, Paru y Pecas. En mi piso de sesenta metros. Los abandoné en el parque de doña Matilda Segorrieta Zaimas, una día como hoy, porque se me sublevaron y se abalanzaron sobre mi al volver de trabajar. Yo a la que más quería era a Pula porque me la regalo Gumersindo. Matilda Segorrieta Zaimas, la famosa veterinaria,  estuvo casada con Evaristo Gundiez Lapuerta, eminente doctor. Yo fui muy amiga de su hija Anastasia, tuvimos también seis noches de intimidad no heterosexual. “Nani, me colapsas”, me grito la última noche”. Estudiábamos las dos en la Complutense y volvíamos juntas a Alcalá en el Cercanias. Nunca tuve perros, y de pequeña tuve pesadillas con las matanzas de los puercos en Zamora. Pero me gusta mucho el jamón y los otros derivados del cerdo. Con Alejandro aprendí a degustar los buenos ibéricos. Los de su tierra, Salamanca. No me gusta la cecina. El queso me enloquece. No soy de vinos ni licores. Ni de cava. Y menos de sidra, tampoco el Gaitero, aunque me encanta Asturias y mi mejor novio fue Genaro, de Cudillero. No me gusta el pescado pero el de allí si. “El gato Pirracas estaba helado, el gato Pirracas vivia en el tejado”, escribió Gloria Fuertes. “ La gata Timotea con las patas se asea, la gata Timotea vivía en la azotea”, ¡Que gran Señora Gloria Fuertes! “Bájate conmigo, gato; salta, gato, no seas pato, tengo comida de lata, le dijo la gata”.Buenas noches. Hasta mañana amores.


26 de febrero 2022.

Él, Miguel,  es muy dominante, pero lo manipula muy  bien, con simpatía, alegre, proactivo, seductor, gentil (hermoso, agradable, que tiene gracia).  Lo enmascara con fluidez. Y así fueron ocurriendo los hechos y me encontré embarazada y con dos hijos, cocinando legumbres para comer tres días por semana, dos garbanzos, uno alubias, blancas, sin tocino ni chorizo como cocinaba mi madre porque a Miguel no le gusta así. Compramos el piso en el barrio de sus padres, para cenar ensalada o sopa o crema de verduras , con pescado, croquetas o tortilla de patata, sin cebolla porque a Miguel no le gusta, o tortillas francesas con bonito, con chorizo o jamón no porque le provoca ardores nocturnos. Las vacaciones de verano, mejor urbanas, porque a Miguel no le gusta la arena. “Con la extra de verano cambiaremos las ventanas”. El sofá mejor gris porque en fucsia se ensucia mucho. Y yo distraídamente sumisa. Mejor no cenar pizza porque a Miguel le dan ardores nocturnos. Mejor El hormiguero porque en las otras cadenas no ponen mas que tonterías. Las sábanas mejor sin estampar porque así no se pasan de moda. Ya no se come pulpo en casa porque a Miguel le parece un bicho asqueroso. “Angelines, uno de los dos tiene que encargarse de los niños y no trabajar”. A Miguel no le gusta el aroma del Ariel para lavar la ropa, dice que ponga Skip mejor.


25 de febrero 2022.

Lo que parecía iba a ser una tarde de sábado aburrida resultó un planazo aunque con final incompleto. Fuimos a la fiesta de Sol, por cumplir y por rellenar la tarde, y nos reímos mucho. Estaba Barbara Rey, muy divertida, yo no la conocía, me pareció una tía inteligente, educada y amable. Me saludó porque me confundió con otra, la respondí y arrancamos una conversación, ¡lastima que no pude preguntarle por lo otro! A Barbará le encantó mi traje azul, el que me hizo mi prima Nuria, y yo le dije que ella estaba preciosa, algo exageré, ella me respondió que intentaba sobrevivir menos vieja en la vejez. Aunque los invitados eran muy interesantes, andaban por allí Lolita, Massiel y Jorge Javier también, yo lo que quería era no dormir sola esa noche, entretenida algunos días, meses mejor, y encontrar a alguien bien relacionado que me sacase por ahí, y mejor si tuviese dinero. Me fije en un tal Goyo, pero minutos después de conversar sobre la cremosidad del pastel, apareció su mujer. Con Mario, Lucas y Berto tampoco pudo ser. La fiesta fue en el jardín, ya con árboles, ya pronto bosque. Matias Prats hijo vino a saludarme pero no hablamos de deportes. Sol estaba radiante esa tarde de febrero sin lluvia. En ausencia de éxito y gloria regresé al hogar y utilice el satisfyer, útil pero poco conversador.


21 de febrero 2022.

Carlos y yo fuimos novios. Muy majo él, muy buena persona, muy limpio, muy tierno y educado, pero meaba cerveza. Lo suyo era algo anormal porque se tomaba una caña con cacahuetes para desayunar. Yo al principio no le preste importancia pero todo aquello era extraño. Las cervezas le acompañan durante todos los momentos de su vida cotidiana. Cuando hacíamos el amor, casi siempre en su habitación, él en los preliminares cogía uno o dos botellines, muy fresquitos, que dejaba sobre la mesilla. Y luego ya en las maniobras de intimidad, él se detenía varias ocasiones para tomarse un trago, Al principio yo pensé que utilizaba el alcohol, en modo medicinal, para relajar la tensión sexual. Le pregunté por qué, no me supo explicar. Lo suyo con las cañas era una relación de amor, tan intensa, que yo civilizadamente sentí celos también. La verdad te digo, por extraño que parezca nunca le vi borracho. Carlos desprendía un olor especial, amargo y suave, muy particular, un aroma a cerveza humanizada, una fragancia seductora que era parte también de su atractivo e identidad. Las sábanas, su ropa, el baño, la piel, su cabello, su sexo, olían a cerveza. Nuestra relación triangular era apasionada, y a mi me sentaba fenomenal. Nuestra ruptura no fue a causa de la cerveza. Yo conocí a su amigo Loren, funcionario fijo de la Junta, ambicioso y con porvenir, con tierras en Tordesillas, con familia bienvenida, y con chalet a la afueras de Valladolid, y de una manera sensata, adulta y madura, Loren me pareció una mejor opción de futuro.


20 de febrero 2022.

Hola. Muy buenas. ¿Qué tal? Pues resulta que quería una cita con la doctora Pérez Fernández. He llamado esta mañana tres veces y me habéis dicho que quizás se anulase una cita para esta semana y que os llamase esta tarde. La verdad me vendría muy bien porque esperar hasta la próxima semana me agobia un poco. Ya sé que todo parece que no es nada urgente pero como soy medio hipocondriaca desde cría, pues si la doctora me puede atender esta semana pues me quito el runrún de la cabeza. Yo tengo tarjeta de Sanitas aunque la última vez que estuve en la consulta era de Mapfre. La doctora ya sabe quien soy porque me lleva desde hace años. Estuve en la consulta el mes pasado porque tenía unas heriditas que me sangraban en los pies. La doctora me receto una pomada y me fue fenomenal. He estado buscando vuesta tarjeta con el teléfono un rato . No la encontraba. Esta mañana cuando os llame me debí de entretener con otra cosa y la puse debajo del mantel de la cocina y he estado buscándola más de una hora… ¿Te doy mi nombre? Raquel Rodriguez Gomez…, la viuda de Raúl García.


19 de febrero 2022.

Si la suerte me acompaña espero muy pronto vivir en un chalet , lejos de la gente. Es asqueroso subir en el ascensor con los idiotas del vecindario. Y lamentablemente yo vivo en el piso 12. Cada vez que salgo de mi vivienda, me aterroriza encontrarme con alguien. O cuando llego al portal. La tonta del diez y esa forma de vestir y oler a polígono industrial. El jubilado del tercero en chándal. El que viene con el buzo y la grasa del taller mecánico. La cerda sucia que huele a fritangas porque trabaja en la cocina de un bar. La adolescente asalvajada del segundo marcando lo propio. La conversación imbécil de la del quinto, egocéntrica, preocupada por los asuntos de la comunidad y las reuniones de portal a las que no bajo porque no los puedo soportar. El estafador del quinto que no paga los recibos y se acaba de divorciar. La marrana del 14 que tira las colillas por la ventana y las migas de los bocadillos y los trozos de mandarina y de manzana. Felisa la del sexto, ¡que cojones me importa si su nieto estudia en la Universidad de Boston medicina nuclear! Necesito el premio de euromillones para el chalet. Y luego esta la de los dolores que te cuenta en el ascensor. Si la suerte me acompaña yo me veo tranquilo en mi jardín, tomando el sol bajo las nubes o en el porche si llueve, o por las noches, sin que nadie me tenga que incordiar con sus mierdas, con sus chorradas, con sus olores, con sus presencias.


18 de febrero 2022.

Me encontré con Paula. Fuimos a tomar algo. Nos embrutecimos en el café Nurgós, el que esta en la avenida Reyes Católicos, junto al hotel , y luego ya poseídos por la lujuria, pasamos al hotel, hicimos una reserva inmediata y subimos hasta la habitación 314. A las 21.28. Aquel entusiasmo sexual finalizó a las 21.34 porque perdí el control y me perdí. Por efecto de lo que fuese me quede dormido a los pocos minutos.  Desperté a las 22,41 y Paula veía en televisión Sálvame, entretenida. Le propuse recopular y ella desestimo mi solicitud. No había chocolatinas ni cacahuetes ni alcohol, tampoco refrescos, en el minibar. Me sacudió la crudeza del momento, el clamor silencioso del fracaso y pensé en la tristeza de lo acontecido que derrumbaba mi honor. Por hablar le pregunté a Paula por sus estudios de química en la Universidad de Burgos y procedió a relatarme detalles sin ningún interés para mi sobre las asignaturas del segundo semestre de tercero:  Quimiometría y Experimentación en Química Analítica. Análisis Instrumental Avanzado. Caracterización Estructural en Química Inorgánica. Ingeniería Química II. Paula muy de hablar escuchándose , y yo me fui adormeciendo de nuevo mientras de fondo Jorge Javier le preguntaba a Barbara Rey por las aventuras con el monarca. Nos despertamos por la mañana, practicamos un matinal mas exitoso, nos duchamos y bajamos a desayunar al Nurgós.


17 de febrero 2022.

Yo soy otro de esos miles de hombres enamorados de Isabel Ayuso. Que encendemos la televisión para ver en el telediario de las ocho y de las nueve los rizos que caen sobre su encantadora mejilla angelical. Que nos dejamos llevar por la intensidad de los vestidos que iluminan su radiante personalidad. Yo también fantaseo con ella en nuestro hogar, la siento jovial, enérgica, expresando con ímpetu, radiante, esas frases que también le dice a otros hombres, a Pablo Casado, a Teodoro Egea, a Martinez Almeida, a Pedro Sánchez. “No voy a consentir que me trates así. “Yo no me merezco lo que dices”. “Tendremos que recomponer lo nuestro con la mejor voluntad”. “La tuya es una actitud hostil”. “Solo seremos en libertad”. A menudo me tumbo en el sofá para verla en videos, comunicando dulce, heroica, siempre bellísima, majestuosa, princesa del palacio de Sol. La he soñado con pureza, noble, muchas veces, ella, mi protagonista de películas tiernas y románticas. La siento en Nothing Hill, en Love Story, en La boda de mi mejor amigo, en Cuatro bodas y un funeral. Huye en otras pelis de terror, escapando airosa de los salvajes. Es enfermera sensible atendiendo heridos de guerra en un hospital. Y luego Isabel orgullosa descansa en la terraza de cualquier bar, sencilla y  feliz. Amo a Isabel porque acompaña mi soledad desde las pantallas. No es justo como tratan a mi bella dama, mi mensajera de la familia, del amor, de la fe, de la concordia terrenal. Frágil y épica. Luchadora incansable contra los malvados que acechan sigilosos y crueles para destruir los principios, el sentido, la justicia, los bellos proyectos que nos traen tantos derechos,  la hermosura de la vida.


16 de febrero 2022.

Subí a recoger el premio Goya como actor revelación, por mi papel secundario en la peli, “Yogurt azucarado con trocitos de plátano”. Yo interpreto a un joven cajero de supermercado que se enamora perdidamente de clientas de todas las edades y les escribe poemas que cuelga en las paredes de su habitación. Una película triste y densa, a mi juicio soporífera y aburrida, pero siendo poco humilde te diré que opino que estoy en mi papel soberbio.  Le pregunte varias veces al director por el titulo de la película, y cada una se invento una historia distinta. En la película no sale ningún plátano. Tampoco ningún yogur. Puede que el guión y la historia si sea de trocitos. Mi tercera película. Cuando subí al escenario  le dedique el premio a mi novia Susana que estaba viendo la gala en Albacete con sus padres, “Susana, te amo porque eres alegría, sinceridad, complicidad, ternura, serenidad, sorpresas y encantamientos. Te amo porque eres intimidad total y auténtica". Le dedique el premio a mis padres,  “gracias por confiar en mis talentos y apoyarme en todo y tanto”,  a mi pandilla de amigos de Galanea del Rio, “os debo una ronda de cañas en Casa José”, al personal del hotel Ozoe de Burgos, a mi hermano Lucas que está en Boston con el master de Economía, “eres mi ejemplo a seguir”, y  a todos los trabajadores de supermercados de España por “darnos de comer”, y a las peluqueras “por cuidarnos los pelos”.


15 de febrero 2022.

Para celebrar San Valentín quedamos para cenar. De primero pedimos una ensalada Amiz y otra ensalada Zepua. Nos atendió Julián, un exligue de Susana que no dejo de vigilarnos toda la noche. No sabía que él trabajaba allí. Nos vigilaba sin inteligencia, visitándonos con frecuencia y prestándole atención a nuestra conversación. Susana y Julián fingieron no conocerse y se trataron con indiferencia. Yo sabía que ellos estuvieron liados tres meses, aquella temporada yo vigilaba a Susana desde mi moto porque Susana ya excitaba mi imaginación. Quedamos ayer para cenar porque hace cuatro meses que somos pareja, tres meses hace que ella vive conmigo ya. Yo tuve dudas al principio si lo suyo era amor autentico o una relación interesada porque se había quedado sin empleo y no tenía dinero para pagar su parte del piso compartido alquilado. Quedamos para cenar porque a ella le gusta exhibirme en público en lugares concurridos, y el Vanoa es uno de los locales de moda para cenar en Valladolid la noche de las parejas enamoradas. Por desgracia soy un tipo envidiosos y celoso, y los sentí, dolido, los imaginé en la intimidad del piso de Julián, un tipo seguro de si mismo, muy guapo y atractivo, y resuelto, con un cuerpo cultivado, de curvas y formas, de sonrisa suelta, conversación fácil y muy seductor. Me equivoqué de sitio. Me jodió la noche aquella cena.


13 de enero 2022.

Fuimos a votar a las nueve 30, y despues a desayunar, en el cafe de la plaza. Elena, mi hermana, pidió un cafe solo con porra. Yo bromee. Ella se enfadó. Empezabamos mal lo que luego peor terminó. A mi hermana nunca le gustaron mis bromas, yo creo que nunca le guste yo. Pedi un cafe con leche y una tostada.  Desde que murieron nuestros padres hace ya tres años convivir juntos en el piso que heredamos de ellos en la avenida Reyes Catolicos, semana a semana, iba de mal en peor. Aunque habia buscado tolerante soluciones para nuestras broncas habituales, ella intransigente complicaba nuestra vida juntos. Es verdad, no es facil hacer fluir relaciones y obligaciones entre dos personas muy distintas de 29 y 24. A Elena le enfadan las visitas nocturnas de ellas, a mi encontrarme a Pablo su novio inmaduro en el sofa del salón. Yo no soporto sus maniaticas reglas sobre limpieza, orden, compras, gastos y organización. Yo no tengo la culpa de su orfandad con 21 años. Yo ya no necesito planes ni actividades en nuestra familia de dos. La discusión salvaje de aquel domingo 13 entre nosotros, absurda y ridicula, con una niñata dominanta, me obligó a plantearle que vendieramos el piso de la herencia, y que empezáramos a vivir cada uno por nuestro lado, como la mejor solución. Ella, insensible, aceptó.


11 de febrero 2022.

Después de comer las uvas, el 1 de enero, Mario escribió sus expectativas para el 2022, de una manera muy concreta, evaluable, como le habian enseñado en el master carisimo de la universidad. Para el 11 de enero se propuso hacerle a su madre un regalo especial, la sorprendió con un coche, el que ella queria, caro, no te dire cual para no hacer publicidad. Para el 11 de febrero a su padre ya le habian arreglado el baño, ya con ducha y sin bañera, amueblado la cocina, cambiado las ventanas viejas, la cama, el televisor, y el sofa. Para el 11 de marzo ya jugueteaba con su esposa Marta, sin controles, porque habia aceptado asumir y concebir la primera paternidad. El 11 de abril, los 3 trabajadores de la empresa familiar recibieron la paga extra de primavera. El 11 de mayo Mario nos comunico que no era feliz con su vida y que procedia a realizar algunos cambios, que podian sorprendernos, pero que con sensatez y en la madurez de los 47 años queria afrontar. El 11 de junio, domingo, nos cito a todos para enseñarnos los locales, grandes, que acababa de comprar. El 11 de julio la radio, la tele y la prensa anunciaron la pronta apertura de su restaurante Zank, y que seria en octubre. El 11 de agosto estuvieron veinte dias por USA, el azar les sorprendio, supieron del embarazo en Washington. El 11 de setiembre los ocho contratados para el Zank comenzaron a trabajar. 11 de octubre, fiesta de apertura, 98 invitados, exito, alegria y confianza. 11 de noviembre, durmieron en la nueva casa, a 100 metros de la playa. El 11 de diciembre, su cumpleaños, nos conto a todos del premio euromillones, y los dos millones de euros.


9 de febrero 2022.

Nuria (nombre ficticio) presumía de independencia total, la recuerdo así desde antes del instituto, ya en COU ella alardeaba de ser una mujer hecha a sí misma, obsesionada por el éxito, entusiasmada por llevar una vida alternativa, competitiva y exigente. Planeó estudiar económicas, siguió el camino, y alcanzo las metas. Dirigió una de las principales empresas de ese sector (no lo señalaré). Cuando conoció a Iván (nombre ficticio), el que es su marido, expandió opciones y dominios. Ella me contó haber llegado aún mas lejos de lo que tenia previsto. Hijos no quisieron tener. Disfrutaron de chalé en La Moraleja y residencia a pie de playa en Valencia. Le llegó la fatalidad a los 43, por accidente de tráfico y tetraplejia. Ella de eso no entendía, ni tampoco de dependencia ni cuidados. Tuvo que aprender. Así supo que la gravedad depende tanto de la localización de la lesión en la médula espinal como del alcance de la misma. A Nuria le sorprendió el peor diagnóstico. “La tetraplejia conlleva un cambio radical para la vida del lesionado y de sus familiares, no solo por el shock psicológico, sino sobre todo por la necesidad de cuidados constantes que requiere el lesionado durante las 24 horas del día”.


8 de febrero 2022.

Rompí con mi novio Sergio la última noche del Benidorm Fest. Nos enfadamos por culpa de las tetas, yo porque era y soy superfan de Rigoberta Bandini, él, de Chanel. La ruptura se veía venir, cada uno de nosotros pensamos las tetas de una manera diferente, y lo nuestro ya no podía ser. Las tetas a las  que canta Rigoberta son tetas diferentes a las que canta Chanel, y hablando de ello, Sergio y yo colapsamos discutiendo esa noche en el sofa, se enfrentaron su patriarcado y mi feminismo habitual.  Sergio siempre se sintió hipnotizado por mis tetas, desde que las conoció, le teníamos poseido y se entregaba generoso, esclavo y enloquecido a su adoración. Es verdad que tengo unas tetas preciosas, de una forma y tamaño ideal, sin operar, lo se, me lo han dicho mis novios y amantes, mis amigas también. Heredé sus encantos de mi madre. Son el centro de las fiestas, en el gimnasio, en la piscina y en la playa. Recordaré a Sergio ansioso, buscándolas, el primer día y los días después. Nos separo “la mami, la reina, la dura, siempre ready, con su boom boom, y con su cadera y con su party”. Echaré de menos a Sergio porque lo sabía hacer, las trataba bien, las cuidaba, las mimaba, y se entretenía con ellas, sin rapidez,  para hacerse sentir y querer.


7 de febrero 2022.

Me encontré con Samuel en la carniceria del mercado municipal La Albuera. Me recordó que aun no le he devuelto los seis libros que me prestó hace seis años, cuando estaba preparando el trabajo fin de master de “Identidades patológicas en la vida cotidiana”. Mi trabajo, por el que el tribunal me felicitó y me puntuó con un Notable, fue sobre “Narcisismo, alteridad y conflicto”. Le conté que estoy muy contenta trabajando en la Universidad. Me contó que esta con depresión desde que murió su mujer. Le conté que me van muy bien las cosas y que me marcho seis meses a Chicago con una beca. Me conto, que está de baja, en tratamiento siquiatrico y en terapia, y que aunque se medica no nota mejoría. Le conté que me caso en mayo del año que viene con mi novio, Mario, y le hable de él, que un chico superguapo y buen chico que conocí el año pasado en un viaje a China. Me contó que no le apetece hacer nada, y que se levanta tarde, y que duerme mal, y que no tiene ganas ni de comer ni de salir de casa. Le conté que ya estoy viviendo con Mario desde noviembre, y como su padre es constructor nos han dejado un chalé muy bien de precio, con jardín y piscina, y que lo malo es que es demasiado grande. Me contó que el paga al hipoteca con dificultad. Yo ya sabía que a Samuel no le iba bien, y que ha tenido dos intentos de suicidio.


6 de febrero de 2022.

La última vez que Úrsula tuvo un orgasmo con un tercero fue en las fallas de Valencia antes de la Pandemia, es decir, en 2019. El virus le jodió el orgasmo del 2020 y del 2021, no sabe aun si lo tendrá en 2022, dependerá de las cepas y de los linajes de la bestia que contagia. Los orgasmos sin maquinita de entre 2013 y 2019 fueron con Dioni, el amigo de su prima Piedad. Úrsula estaba 10 días por Fallas, como todos los años, visitando a su prima, alojándose en su piso de soltera. Ursula conoció a Dioni en la primera cena, aquel viernes, en casa de su prima. El sábado encontraron un pretexto para verse sin que prima y amiga lo supiese. El domingo, aunque Santo y festivo, comenzaron a copular. En el piso de Dioni. Úrsula, que vive en Valladolid, en la plaza Batallas, tiene un marido, Agustín, sin madurar aun en lo sexual, aunque le llegué ya pronto la jubilación. Ramón y Pedro, los hijos de Úrsula, fueron fabricados sin placer femenino conyugal, aunque buenos chicos, han sido lo mas satisfactorio de su contrato matrimonial. Dice su nieta Inés, que muchas mujeres, amigas suyas, aún no han incluido los orgasmos femeninos en pareja como ingrediente básico de los compromisos en la vida de hogar. Dice su nieta Inés, que no es posible vida feliz sin un rato de gritar en la intimidad. Dice su nieta Inés que en primaria y secundaria, en FP, bachillerato y Universidad, hablar de orgasmos y manipulaciones es una asignatura troncal, requisito para aprobar. Úrsula le ha colocado treinta velas a San Tadeo deseando que este año las fallas de Valencia se puedan celebrar. 


5 de febrero 2022.

He compartido muchas horas de mi vida con Rosa en la comunidad parroquial. Participamos en un grupo de fe. Cantamos juntos “Yo tengo un gozo en el alma, grande, gozo en el alma, grande, aleluya y gloria a Dios”. Hemos estado juntos en diez convivencias, recuerdo las de Tudela de Duero, Toro, Sahagun, Tordesillas y Peñafiel. Rosa toca la guitarra y entona las canciones, la recuerdo especialmente hábil en “tú has llegado a la orilla, sonriendo, has dicho mi nombre…”. La recuerdo leyendo las lecturas en la misa dominical. “El Señor es mi Pastor, y con Él nada me falta”. La observo en las plegarias. Leyó en la boda de mi hermana Isabel y en el funeral de mi tío Antonio. Visitamos a presos en la cárcel de Topas. Somos monitores de catequesis pre- comunión. Visitámos abuelitos que están solos. Y repartimos comida en la cofradía. En los cursillos de cristiandad del padre Lorenzo conversamos sobre temas  profundos: la gracia, la transcendencia, el relativismo moral, el diálogo interreligioso, la espiritualidad y el amor misericordioso. Muy devota de Santa Teresa estuvimos el año pasado en Ávila, en el Monasterio de la Encarnación, el 26 de agosto, participando en la última misa del decenario.  Recuerdo las palabras del cardenal Monseñor Antonio Cañizares, profundas e intensas: necesitamos a Santa Teresa en estos tiempos donde se da una crisis de lo humano y de lo divino, de pérdida del sentido de Dios y quiebra del hombre, y se vive el olvido de Dios”. Nos dimos la paz fraternales después y fuimos juntos a comulgar. Dormimos en el centro internacional teresiano sanjuanista. Hortensia, su madre, murió en diciembre y ahora cuida de Paco, su padre, porque sus hermanos viven en Madrid. Nos sentamos juntos los sábados en la misa de ocho y los domingos en la misa de 12. El próximo fin de semana iremos a Plasencia, para ver la exposición “Las edades del hombre”.


4 de febrero 2022.

Primer día de mayo, eran las ocho de la noche de un día difícil  en lo laboral, personal y familiar. Nos habían llegado los presupuestos para el arreglo de la fachada, desorbitados, mi jefe demandaba mis servicios el sábado que libraba, y mi madre se había caido en el portal. Cuando me encontré la cartera con seiscientos euros en el parque me interrogué sobre cómo proceder. Por un lado imaginé unos fantásticos días de ocio con Javier, en Gijón, playa, hotel, terraza, cenas, comidas y tapas, spa, turismo con excursiones, paseo nocturno, mucho  de sexo,  y felicidad total. Javier y yo necesitábamos de manera urgente una escapada vacacional que aunque fuese corta nos alegrase el cuerpo y las neuronas, muy agotadas ya. La cartera era de mujer, con flores estampadas, en concreto amapolas, y nada más en su interior, doce billetes de 50 euros. Estaba en mitad del jardín, en el parque, y la encontré cuando saque a pasear a Zirau, nuestro perro terrier que esa tarde estaba especialmente ladrador y tocapelotas. Le había ladrado a Zurpa, a Trok y a Tinza, y a la pareja que con dos niños iba hacia la terraza del Loian café. Por otro lado pensé en que una abuelita habría perdido la cartera, o una joven al volver a trabajar del Primark o una sufrida limpiadora o asistenta domiciliaria a la que habrían pagado en C.


3 de febrero 2022.

Para formar parte del núcleo de mi grupo de amigos, aquellos que deciden, que lideran, que marcan el rumbo de nuestro colectivo, una suma de quince personas, yo tuve que ir agradando a Rubén, al que todos admiramos. Siempre estando de acuerdo con sus opiniones y entusiasmado con sus planes y propuestas. La naturaleza juvenil de nuestros cuerpos y mentes nos permitía un ritmo intenso de actividad. Y una permanente tensión frenética. Ser hijos de padres con dinero lo hacía posible. El mes que le pegamos una paliza a aquel chico y terminamos en comisaria, era octubre. El motivo: no teníamos nada mejor que hacer entre la madrugada de la víspera y la mañana del día siguiente, parecía un idiota integral al que la vida le premia con una preciosa novia, vestía ridículo, se reía como un anormal, un vozarrón desagradable golpeaba nuestras neuronas, no dejo de moverse y cantar toda la noche, golpeó ligeramente a Pablo tres veces con el codo, era el momento más adecuado, y quizás no volviéramos a verle porque habíamos coincidido por casualidad en el concierto de Elecciones Nucleares. Nos enteramos por las noticias y en comisaria y en el juzgado que era de nuestra edad, 21, que vivía en Alcobendas y que se llamaba Raúl. Todos comentamos que debía ser un flojo porque no fueron tantos los puñetazos para matarlo. Luego fuimos sabiendo de su vida, que era su cumpleaños esa noche, que ella era su novia desde la semana anterior y que su hermana Laura es amiga de mi prima Loli.


2 de febrero 2022.

Galanea del Rio es el pueblo más bonito de Ávila y con mucho futuro. No lo digo yo, nos lo han dicho todos los políticos que nos han visitado en campaña electoral. Hemos tenido todos los días mítines en la plaza de Laura Salazar, y con muchas promesas. Yo me conformo con que nos mejoren el suministro de agua, electricidad y de internet. Me parece bien que arreglen la carretera del rio. Estupendo el nuevo centro cívico rural, con la biblioteca, la actividades y las salas para podernos reunirnos y estar. Imprescindible que nos mantengan el consultorio médico. Interesante que monten en el pueblo el centro de emprendimiento rural. Cuidado con lo de convertir Galanea en un destino turístico, por el rio y la iglesia, el castillo, el monasterio, el puente, el bosque, pero bienvenidas las medidas para evitar el despoblamiento rural. Hay que asegurar que siga abierto el bar, el supermercado, la farmacia, la peluquería y el hostal. Ya tenemos suficiente con los 60 chalets y hay que evitar que construyan más. Y hay que invertir en la carretera que nos une con Madrigal y con Cantalapiedra. De lo de las macrogranjas de animales, hoy no voy a hablar. Votaremos el domingo en la escuela.


1  de febrero 2022.

Javier trabaja de cajero en el supermercado Izaera de mi barrio. El viernes pasado coincidimos en el Zupak club, de madrugada, me susurró al oido “deseo follarte”. Le respondi con soltura, “dime tu número de móvil”. Me lo escribió en la parte de atrás de un ticket del supermercado. Diez minutos después desde el baño le envié un whatsapp. “A las cinco 15 en mi casa. Calle Europa 34, Sexto A. Laura”.  A las 4.30 me respondió. “Estaré. Estas preciosa”. A las cuatro 45 me despedí de mis amigas alegando cansancio. A las cinco ya estaba en mi casa, aseándome en el baño, cambiándome de ropa interior y poniéndome el chandal fucsia, fácil de quitar. Sonó el timbre del portal a las cinco 15. A las cinco 20 Javier me besó con ímpetu. A las cinco 22 estábamos tumbados sobre mi cama. A las cinco 25 sus manos ya habían recorrido todo mi cuerpo. A las cinco 26 mis manos ya habían recorrido todo su cuerpo. A las cinco 30 me quiso desnudar pero le frené. A las cinco 31 le desnudé pero no le quité el slip naranja. A las cinco 35 me quitó el chandal fucsia y la ropa interior, rosa, si. A las cinco 40 se quitó el slip naranja y jugueteamos con nuestros sexos. Nuestros cuerpos se enlazaron entre las cinco 55 y hasta las seis y cinco. Luego me abrazo. Y continuamos a las seis y veinte. Se marchó a las 8.50, entraba a trabajar a las nueve.


31 de enero 2022.

Llegamos a Bilbao, al piso de mis padres en la calle doctor Areilza, el viernes a las nueve de la noche. Nos esperaban. Salimos de Zaragoza a las cuatro. Conduje yo. Regresaríamos el lunes, porque era festivo, San Valero. Mis padres no conocían a mi novia, es más, era la primera novia a la que conocían porque nunca tuve ninguna novia antes. “Ella es Olga”. Mis padres la recibieron muy amables, le enseñaron el piso, incluyeron anécdotas y abrazos, y para mi sorpresa habían cambiado la cama pequeña de la habitación de invitados por una cama de 1,35 y sería nuestra habitación. Olga cotilleó en la habitación que fue mía desde que nací hasta que marché a Zaragoza para trabajar. Mis padres estaban contentos porque al fin, el hijo único, a sus 56 años, les presentaba oficialmente a su novia. Sería difícil que fuesen abuelos, ya mi madre me había preguntado cuando la informe de mi noviazgo si Olga tenía hijos, yo le había respondido que no. Mis padres estaban contentos, dramáticamente podríamos decir que ya podrían morir en paz, con el vástago totalmente emancipado. Olga exhibió con intensidad su amor por mi durante los cuatro días. Hicimos excursiones con Olga por el Casco Viejo, Artxanda, La Ria, Portugalete, Bermeo, Bakio, Lekeitio, porque ella nunca antes había estado en Bizkaia. Ya en la cama, la noche del viernes, del sábado y del domingo, Olga acarició mi sexo, yo la rechacé. Salimos el lunes a las tres hacia Zaragoza. En el viaje comentamos los detalles de los cuatro días y le di muchas veces las gracias por el trabajo realizado, impecable. El plan había resultado, Olga es una excelente actriz. Le entregué en metálico doscientos euros extra que Olga acepto. El importe acordado por los “trabajos de interpretación actoral para simular ser la novia de Ander Aguire con DNI XXX” , se lo había abonado el jueves a la agencia con la tarjeta de crédito.


30 de enero 2022.

A las 14,35 del sábado ella emitió unos sonidos de tono elevado, con intensidad, espontaneos, para expresar lo que estaba sintiendo. Yo hasta ese dia me reconocí un operario convencional en esas tareas que todos practicamos, pero cuando salimos de su casa para ir a comer, mi ego, más crecido, se lo empezó a replantear. Ella, Isabel, me escribió varias notas breves después, durante el dia, me susurró también algunas palabras al oido, conceptos íntimos, y cuando regresé a Santander fueron recuerdos permanentes que no quise olvidar. Aquellos instantes de intensidad se repitieron a las 18,39, a las 23,21, a las 2,45, a las 4,14 y a las 8 y 11. El domingo,  desayunamos café con churros, en la cafetería de su calle, me acompañó al garaje porque tenia que abrirme la puerta, y subió a su casa. Eran ya las 11,45. Mi turno de vigilante de seguridad comenzaba a las 14,00, manejaba ya el tiempo justo para llegar, malcomer, cambiarme, trasformarme con el uniforme, y cumplir con mis obligaciones laborales, nada gratificantes, pero necesarias para realizar los pagos. A las 14,35 recibí un whatsapp de Isabel con cuatro palabras «¿Cuando volvemos a vernos?». La jornada laboral se hace mas llevadera sobrexcitado, liberado de las tensiones orgánicas y con el espíritu reconfortado. Cinco dias después conduje de noche bajo la lluvia en dirección inversa, Santander – Burgos. Llegué de madrugada, agotado, pero disponible y util.


28 de enero 2022.

Salimos al escenario los cinco a defender nuestra canción. “Spain. Una noche en Malasaña”.Elecciones nucleares”. En el festival de eurovisión. Era una canción atrevida. Y densa. Como todos nuestros temas indies. Hicimos rimar creativamente Malasaña con calaña, cañas, daña y saña.  Resultó un estribillo original y sugerente, creo yo: ” Aquella noche en Malasaña. Me derrumbé, no por las cañas. La indiferencia también daña. Quiero follar y sin patrañas.  Me golpeó el amor con saña. No quiero ser de su calaña”. Vestíamos provocadores, y nos dejaron, creímos que no podría ser, una camiseta, cada una de un color, cada una con una palabra del estribillo escrita: Malasaña, follar, amor, patrañas y cañas. Nos divertimos mucho. Con una coreografía que ensayamos con entusiasmo. Vestidos los cinco con unos pantalones cortos negros y unas zapatillas blancas y unas gafas de sol. Aunque quedamos los penúltimos en la votación, luego cerrábamos todos los conciertos de los festivales con “Una noche en Malasaña”.  La coreaba la multitud. La bailaba también. Brutal. No respondimos a los parámetros del festival pero la canción nos excitaba y excitaba al personal. Subía nuestra adrenalina al contar cantando la historia y el deseo del joven Javier, perdidamente poseído por los encantos de Inés, una noche en Malasaña, y que lo del sexo no pudo ser.


27 de enero 2021.

Sonó Rigoberta Bandini cantando “Ay mamá. Estábamos en el Anderu café. Me gusta mucho esta canción. Activa mi feminismo abierto, no excluyente, que respeta, faltaría más, tu identidad no binaria. Y compré caldo ayer. Activa mi cuerpo de mujer con cerebro, vesícula, tetas y clítoris que descubro y exploro  para jugar también. Me radicaliza. Estábamos en esa tarde casi noche de jueves nosotras seis que somos madres, y nos pusimos a saltar. Me encanta la música que son canciones que me hacen explotar, que me simplifican y me disuelven en una identidad colectiva humanizada global. Nuestras criaturas con sus padres, faltaría mas. “Vivan las mamas” gritamos las seis. Tres babosos nos miraban desde el fondo del local. Bailábamos, nos movíamos, el culo también, sin miedo, imprudentes y sin pudor. Estábamos. Deformadas por los embarazos y el parto. Rebeldes con los asuntos de la conciliación. Ansiosas. Dolidas. Conscientes. A vueltas enredando con nuestra madura insensatez.  Las quedadas de jueves de nuestro grupo de amigas son festival, a nuestro estilo. “Nuria, por ti también”, me grito Noemí, y me emocioné por tantas mamás que fui y seré. No fue fácil ni será. Lucas tardó en llegar, nació, ahora crece y volará. “Por tantas mamamama... mamá. Todas las mamamama... mamá”... coreamos las seis el estribillo final.


26 de enero 2022.

Lo quiere todo. Arturo mi compañero de trabajo lo quiere todo. Es la envidia personificada. Sufre mucho por ello. Siempre esta infeliz, insatisfecho, incompleto. Yo me esforzaba por compartir con él, por repartirnos las responsabilidades con sus gratificaciones y recompensas, de una manera equilibrada. En complicidad, compañero, alegre. Pero él siempre se fija en lo que no tiene, en lo que le falta, en aquello de lo que aun no es propietario. Arturo se queja de que no tiene, de que así no puede, de que no le ayudan, de que es insuficiente, de que así no puede llegar, no lo puede lograr. Yo ya me rendí porque no tiene arreglo. Es insufrible. Es un triste. Un tóxico. Es cansino. Trabaja amargado. Yo creo que vive también amargado. Se siente un profesional excelente, digno e inmaculado, emperador, enviado por los dioses del Olimpo a la misión de conquistar territorios y dominios, fortalezas, causas y empresas destacadas. La realidad es otra. Arturo se entretiene en la queja, en batallas sin sustancia, sin dibujos ni colores, sin aspiraciones. Sus compañeros y jefes somos los culpables de sus desdichas, de su parálisis, de la incompetencia y la insolvencia, de su zozobra profesional. Lo quiere todo, y más. Le abandoné porque además me critica, exhibe mis errores, que los tengo, miente sobre mis privilegios y sobre que soy elegido y favorito y juego con ventaja.


25 de enero 2022.

Toño es cajero en Mercadona. Soltero y vive solo. Es mi vecino de portal también. Vivimos en el edificio EULZA, él en el sexto A, yo en el 29 C. En realidad Toño es un agente infiltrado de los servicios de inteligencia y miembro del equipo 435 y envía semanalmente su informe de información sobre lo que ocurre en el portal y comunica con rapidez las cuestiones relevantes que los de arriba deban saber. Él no me lo ha contado pero yo lo se. También conozco que en un cubículo escondido, en una de las habitaciones, tiene instalada tecnología avanzada con la que puede espiar nuestras conversaciones telefónicas, nuestros correos electrónicos y whatsapp y todo lo que se hable en cada domicilio particular. Toño es amable, muy sociable, divertido. Toño sabe al detalle de nuestras vidas, mas que nuestras propias parejas y familias. Sabe de nuestras vidas conyugales, de nuestras capacidades amatorias, de nuestras relaciones extramatrimoniales. Sabe de la situación de nuestras finanzas. Conoce los planes, las secuelas, los pretextos, las euforias, las miserias, los secretos. Por su colaboración interesada recibe una generosa compensación económica mensual que cada mes le hacen llegar. Toño es agente de vigilancia desde hace seis años.


24 de enero 2022.

Me enamoré de Lucia tres años después de que Estefanía me dejase por Juanma . Ella era y es mi peluquera desde hace una década. Yo no la busqué. Nos veíamos cada cincuenta días en su local de belleza para repetir el peinado habitual. Lucia conocía a Estefanía porque mas de diez veces vino a recogerme, alguna con Ibai, nuestro hijo. Una noche de viernes nos encontramos en el Amalau, de madrugada, y nos saludamos con entusiasmo, eran las cuatro, yo estaba con mi grupo de amigos, ella con el suyo. Mi amigo Roberto se interesó por ella, luego con honestidad y generoso me ayudo a ver que ella se interesaba por mí,  y despertó mi interés por ella. Me acerqué a Lucia sin expectativas, con el pretexto de entregarle invitaciones para la fiesta del sábado en el Zutak club, y ella, yo creo que por los efectos del alcohol, me las agradeció con un abrazo intenso. Lucia aquella noche parecía la mujer de negro, pantalones, blusa, zapatos,… yo siempre fui de mujeres con colores. Las apariencias engañan. Nos encontramos el sábado también, en la fiesta del Zutak. Ella vino a buscarme para susurrarme al oído que estaba muy atractivo esa noche. Yo con mis zapatillas verdes, mis pantalones vaqueros, los calcetines verdes, los slip verdes y mi camiseta blanca estampada con las tres fotografías. Halagar repara los egos en deterioro, activa sentimientos dormidos y provoca oportunidades que se esconden. Esa noche comenzamos a encontrarnos más y nos lanzamos a vernos y salir juntos todas las semanas.


23 de enero 2022.

Fausto comenzó a llorar cuando ellos se arrancaron a cantar “Animo valiente” en el concierto . Fausto lo intentaba disimular pero aturdido había perdido el control. 10 de setiembre de 2021, CAAC, Sevilla; centro andaluz de arte contemporáneo. “…y hablas un idioma casi extinguido…”. Le observé sin decirle nada, estaba inmóvil, estéril, inerte, desencajado, y mientras la banda cantaba la canción a la multitud. Las lagrimas rodaban por la mejilla de Fausto cuando los asistentes coreaban el estribillo. Fausto y sus zapatillas verdes, sus pantalones vaqueros, los calcetines verdes, los slip verdes, la camiseta blanca estampada con las tres fotografías y la mochila negra. Quise respetar su momento mítico, su experiencia vital, y aunque pensé besarle o abrazarlo o  acariciarlo o hacerle sentir que estaba próxima y con él, no me acerqué. Fausto flotaba completo y complejo en la inmensidad de un episodio mágico, casi épico. Yo ya sabía que para Fausto esa canción era un hipnótico himno de vida . Lo vivió en silencio, paralizado y en éxtasis, protagonista, brutal, porque las palabras y cada una de los sonidos de la melodía se le pegaban en la piel. Fausto rodeado por mi y por nuestros amigos, se ausentó para vibrar al compás de las voces y los instrumentos de Abraham, Eduardo, Luis y César.


22 de enero 2022.

Visitamos los conventos de Santa Teresa y San Jose, el monasterio de la Encarnación, el de Santo Tomas, el Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, la catedral, los palacios de Polentinos, de los Serrano, de los Davila y las murallas, y paseamos por el centro histórico desde la plaza de La Santa, por la plaza del Mercado Chico y hasta la plaza de Santa Teresa. Llegamos a nuestro hotel, el Ozoe, habitación 344, muy cansados. Eran las ocho de la noche. Y nos sentamos en el sofá fucsia junto a la ventana y frente al televisor. Para no perder el tiempo habíamos parado tan solo veinte minutos para comer y tomar algo, y después un café. Habíamos salido a las diez de la habitación. Diez minutos después de sentarnos en el sofa fucsia, ya Isabel se había quedado dormida y roncaba, con esos dulces ronquidos de los primeros meses de una relación amorosa. Era segunda semana de agosto y Ávila invadida de visitantes, muchos de ellos madrileños, nacidos o de adopción. No debí poner el informativo de las nueve para enterarme de que una invasión de naves alienígenas del planeta Triplex había aterrizado con actitud bélica hacia 45 minutos en las playas de Sansenxo, San Lorenzo, La Magdalena, La Concha, Laida, Aguadulce, Las catedrales, La Malagueta, Cortadura, Del Barco Perdido, Salou Beach, de Levante, Ojos de Garza y de la Barceloneta. Un total aproximado de 600 naves extraterrestres y miles de rehenes. Y que el presidente del Gobierno el señor Sanchez negociaba con un tal Triplex 562YUZ, las condiciones de un acuerdo. Y que el jefe de la oposición, el señor Casado, acusaba al gobierno de no tener elaborado un plan de emergencia para invasiones galácticas. Y que Abascal de Vox, lanzaba soflamas en favor de un alzamiento nacional de la población en defensa de la patria. Y que Iñigo Urkullu y que Pere Aragonés exigía participar en las negociaciones con Triplez 562YUZ. Y que los habitantes del planeta tierra, atemorizados, estaban pendientes de las negociaciones. No desperté a Isabel, y la deje que continuara soñando y roncando en el sofá fucsia.


21 de enero 2022.

Presta atención a lo que voy a contarte. Es importante, muy importante. Parece increíble pero es verdad. No lo escucharas en twitter ni en internet ni en el telediario de las tres. Escúchame por favor. Se trata de vivir. Nos va la vida en ello. No es mentira aunque no te hablaron de ello ayer. Yo se que quieres una vida tranquila, ahora mas, sin sobresaltos, disfrutar, sentir, soñar, follar, desear,  volar, reír, amar. Se que buscamos que nos cuiden y jugar, en las tardes de lluvia y calor. Tú y yo también ansiamos momentos que nos impacten para emocionarnos,  y palpitar. Pero presta atención. Están aquí y nos quieren poseer, ten cuidado y no vayas a caer en su red. Llegaron desde el planeta Triplex para apropiarse de nosotros cuando nos entregamos en la privada vida sexual. Son comó tú y como yo, pero en el éxtasis íntimo del placer se adueñan de ti y te convierten en uno mas, de ellos. Cuídate. Esto es así y yo lo se. Y no es fácil distinguir quién es quién, quien terrícola y humano, quién del planeta ese de allí. Pero hay un momento trágico, apocalíptico, químico, y al cruzar la frontera invisible  te transformas y dejas de ser habitante libre del mundo de aquí para ser un ente poseído del mas allá. “Hay que saber irse de una fiesta” canta León Benavente.


19 de enero 2022.

"Yo. Mi. Me. Conmigo". Diego tenia el ego tan subido que caminaba por la calle siempre sonriente y altivo, regalando a todos su presencia brillante, luminosa y egocentrica. Su autoestima superior le permitía atrevimientos: opinar con sabiduría y  certezas gracias a las gracias que los dioses del universo le concedieron, aproximarse a mujeres encantadoras para conquistar y aliviarse convencido del poder seductor, penetrante e irresistible de sus encantos, negociar con proveedores ventajas en las operaciones de compra y venta, trazar y trenzar con soltura las operaciones, en la farmacia, en la reuniones de portal, en la cuadrilla, en la asociación de vecinos y en la familia. Su autoconcepto esplendido le permitía bailar y cantar en las bodas, celebraciones y festejos. Su amor a sí mismo le aseguraba valía, valor, seguridad y rapidez para la toma de decisiones eligiendo entre las opciones más inteligentes. La estupidez y la ceguera son armas de destrucción masiva, y para Diego, y su complejo de superioridad, la medicina sanadora para evitarle el contacto con la auténtica realidad. La soberbia de un ego inmenso no entiende de lealtades ni limites, y se amplia y extiende y multiplica y crece y se reproduce y viraliza. El ego endiosado de Diego carecía de superpoderes para superar una enfermedad veloz. Le incineran mañana en el tanatorio de Jesús Redentor.


17 de enero 2022.

Alcance muy tarde la madurez. Tan tarde que al cumplir los treinta reflexioné y lamenté las oportunidades que perdí. Por vagancia pude estudiar pero preferí las noches de fiesta, largas y habituales, preferí no tener obligaciones, preferí dedicar las tardes a ver series y tomar cañas en los bares por ahí. Con sensatez yo hubiese estudiado una carrera, un master y tres idiomas además del inglés (alemán, chino y japonés). Con responsabilidad, yo ahora sería un alto ejecutivo con despacho, viajes de negocios frecuentes, coche de empresa y jornadas maratonianas de quince horas y línea telefónica y digital abierta para atender a empleados y directivos las 24 horas del día. Preferí ir al gimnasio para cuidar la musculatura pectoral y abdominal. Preferíamos los viajes y los conciertos. Con sensatez yo pude haber sido deportista de élite y competir en campeonatos, incluso en las olimpiadas, vete a tu saber, y vivir asociado a una agenda de entrenamientos y cuidados extremos para con suerte y éxito lograr nuevas medallas. Pude haberme casado con Diana, responsable y formal, y avanzar en negocios y conformar una familia tradicional sólida y estable con hijos y domicilio privilegiado, de 135 metros cuadrados, y segunda residencia junto al mar. Preferí pulular y explorar. Preferí ser saltimbanqui, cantamañanas, trotamundos, titiritero, transeúnte entre festejos y catador de experiencias. 


16 de enero 2022.

Me tiraron sobre la cama y me ataron las manos y las piernas  al cabecero y a los pies de la cama. Tenía aun la boca cerrada con cinta carrocera para que no se escuchasen mis gritos . Me desnudaron rompiéndome el vestido azul cielo que había estrenado para el cumpleaños de mi amiga Inés.  Me arrancaron las bragas y el sujetador. Me arrancaron los pantys y los zapatos. Comenzaron a tocarme los pezones y el sexo y el culo y los labios y todas y cada una de  las partes de mi cuerpo. Salvajes. Animalizados. Poseidos. El chico rubio se quitó los pantalones y los boxer y me penetró vaginalmente hasta que eyaculó. Los otros tres miraban. El más joven de ellos se quitó el pantalón de chandal y los slip y me penetró vaginalmente hasta que eyaculó. Los otros tres miraban. El chico moreno se quitó los pantalones y los boxer y me penetró vaginalmente hasta que eyaculó. Los otros tres miraban. Luego Ramón, porque todos le dijeron que era su turno, se quitó los pantalones y los slip y me penetró vaginalmente. Los otros tres miraban. Luego volvieron a penetrarme los 4 por turnos, también analmente. Luego me  desataron y me metieron en el maletero del coche negro y salieron del pabellón industrial. Luego me llevaron con el coche hasta un bosque. Tardamos en llegar. Luego cavaron un agujero en el suelo. Luego el chico rubio me asfixió con sus manos. Luego me tiraron al agujero y lanzaron gasolina sobre mi cuerpo. Luego lanzaron una revista con fuego sobre mi cuerpo. Luego cubrieron con tierra los restos quemados de mi cuerpo. Luego volvieron a la ciudad y se fueron a dormir. Luego mis padres y mis hermanos y toda mi familia y mis amigos y el vecindario y las policias comenzaron  a buscarme desesperadamente. Luego hablaron de mi en la tele, en la radio, en internet, en todos los medios.


15 de enero 2022.

Me  paso todo el día revuelto y enfadado. Por los niños asesinados aquí, allí y allá. En África, las Américas y Palestina. Pongo las noticias de la radio o de la tele, leo, navego,  y siempre tropiezo con el lado cruel de la vida que tiene forma de dolor, es canalla, y muy salvaje. Son los suicidios, las personas que viven solas, los desahucios, la violencia vicaria, los atropellos, un sinvivir. Son los asesinatos de mujeres enamoradas, el populismo, el rechazo a los diferentes y los que llegan de los lugares empobrecidos, la demagogia, los engaños. Son los tramposos, el maltrato animal, el mercado que todo lo corrompe, las violencias, los jetas, los corruptos, las mentirosas, la incultura y el analfabetismo funcional y social, los chanchulleros. Son los artistas progres e incoherentes del presupuesto y la factura y las Ongs de oficina, estructura y contratación de personal. Son los ingenieros y arquitectos y empresarios que se camuflan bajo el disfraz de gente obrera y de barriada. He pensado reconstruirme a través de técnicas de autoconocimiento, concientización y alfabetización emocional, ideológica, política. He pensado cruzar al otro lado para manejar el lenguaje y el estilo de vida zinpizan, si, aquel que utiliza códigos básicos y reduce la vida a una mezcla personalizada de porcentajes de odio, sexo con empotradores que follan, compras, simplificación, cañas en terraza y noches de fiesta, moda, anestésicos, antidepresivos o drogas, turismo,vacaciones y noches de hotel, publicaciones y poses en redes sociales con formas revolucionarias o con bulos o con falsas rebeldías  promovidas por los laboratorios del capitalismo o estampitas de caridad. En resumen, me estoy buscando. Igual que tú.


14 de enero 2022.

Yo no he tenido mucha suerte con mis novios. Ninguno equilibrado. Es una putada tener 42 años y ser una coleccionista de personajes incompletos y defectuosos. No, no soy una feminista radical pero ostias es que mi experiencia con mis parejas es muy deficitaria. Con Rubén, el camarero, lo suyo solo era trabajar. Tuve otro novio, Juan, empalagoso a mas no poder, tierno y romántico y sensible, cansino con su delicadeza extrema. Tuve otro, Javier, obsesivo con meter y sacar, incompetente para practicar otras actividades vitales que no finalizasen en su orgasmo genital. Insaciable. Lucas era aburrido, indigesto, análitico y complejo, discursivo, estructurado, patológicamente idiotizado por la ideología y la coherencia vital. Joder Ramón y su chaladura por llevar todo planificado y bajo control. Ostias Pablo, y sus ataques de ansiedad. Lo mío con Chema duro más tiempo, parecía la esperanza de venir para quedarse con una relación adulta y solvente. Tampoco. Un infiel de libro. Lo de Mario era ahorrar, y le recuerdo por sus raquíticos regalos, para llorar. De Joaquín el artista, ¿qué te voy a contar?, lo suyo era extraerle a lo nuestro piruetas expresivas de creatividad, terminamos en urgencias del hospital la tarde que pintamos nuestros cuerpos con pintura en lo que llamó “sexual art”. Me paro aquí, pero tendría más, mucho mas que contar: Oscar, Rober, Marcos, Iker,…


13 de enero 2022.

Olga antes no era así. Después, llegaba de trabajar y me la encontraba tumbada en el sofá viendo “Sálvame”. Adicta a Telecinco. Bajaba al supermercado y volvía de la compra y seguía allí, viendo a Sonsoles Onega en “Ya son las ocho”. Volvía de tomar algo con amigos, seguía allí. Siempre en el sofá.  Hablábamos entre nosotros, pero en muchas ocasiones me pedía silencio para escuchar lo que decían en el plató. “Juanma, calla un momento”. Cenábamos entre las nueve y las diez, en el salón, viendo las noticias, y ya luego por la noche se entretenía con “La isla de las tentaciones”, “La casa de los secretos”,… Los sábados y domingos por la mañana, enganchada a “Socialité”.  Los sábados y domingos por la tarde, enganchada a “Viva la vida”. Éramos una pareja muy activa hasta que nos fuimos a vivir juntos y compramos el sofá azul cielo y la tele del salón. Los personajes y los programas y las historias televisivas se metieron también en nuestra cama matrimonial. La cuarta vez que interrumpió nuestra actividad sexual porque algo de su interés ocurría en el televisor sentencié que nuestra convivencia había llegado a su final. No era posible ser una familia digna con tantos primos y tías televisivas formando parte de nuestra historia en común. Rompimos nuestro matrimonio, vendimos el piso de la torre EULZA y ella se quedó con el televisor y el sofá.


12 de enero 2022.

Él es tonto. César es tonto. Nuestro compañero de trabajo. Tan tonto que apuntó la clave de acceso a su correo electrónico en una tarjeta blanca de papel que guarda en la cartera, la que esta en el primer cajón de su mesa en la oficina. El lunes pasado Carlos y yo nos pusimos de acuerdo para apoderarnos de ella. #34RK11bm16FGR886 Es la clave. No era facil adivinarla. Luego ya en casa, cada uno, accedimos a su correo electrónico con comodidad. Ese día y varios días. Gracias a nuestras tareas de espionaje hemos documentado diversos aspectos relevantes de su identidad personal. Por un lado, tiene otra cuenta de gmail que reenvía sus correos electrónicos a la que es su cuenta principal, de tal forma que mantiene de manera anónima y discreta relaciones y conversaciones jugueteando con una falsa personalidad. César es gestor administrativo, gris tramitador de papelería diversa, laboral y fiscal, en su vida alternativa es gerente de una multinacional del sector farmaceutico con frecuentes viajes a escala internacional. En varios correos se atribuye relevantes funciones que contribuyeron a la distribución de las vacunas del Covid en el mercado global. Y decenas de mentiras más. Por los documentos que encontramos en una de las carpetas digitales de su correo electrónico sabemos que César afronta el desahucio inminente de su vivienda familiar.


11 de enero 2022.

Escuché, primera vez, la canción de Natalia Lacunza: “Cuestión de suerte”, el 6 de julio, cruzando por el paso subterráneo bajo las vías del ferrocarril. Ya en la superficie, frente a la farmacia de la calle Salud, un Alvia destino Gijón abandonaba la estación. Esto ocurría en Valladolid. Y me arranqué a buscar a una tal Natalia para que me cantase la canción alguna de las noches del verano pandémico. En 2021. Yo, Roberto. “Hola ¿qué tal?", saludé a una tal Carla en el café Vanoa del Paseo de Zorrilla. “Eres preciosa”, le susurré a una tal Marga en el café Alegría en la plaza de las Batallas. Me emocioné con una tal Rosa en el café Once Onzas de la plaza Circular, ya era 26 de julio., “¿Te llamas Natalia?” Bruscamente Carmen me dijo que no. Y mas de esto, así. Y todo lo que te cuento melodizado por la música y el texto de la canción de Natalia. Cuestión de suerte resolver el juego que inventé. “Nada iba a pararlo”. Susurraba su nombre, Natalia, cada noche en la cama, antes de dormirme sobre la almohada verde de mi habitación azul. ¡Absurda pero vital obsesión! “Y voy a encontrarte en alguna parte”, me repetía en ritual. Claro que así fue. El 11 setiembre en el concierto de Fuel Fandango, En la Plaza Mayor. Es la amiga de mi hermana Inés. Han pasado cuatro meses y esto nuestro aun nos va bien. Y en la nochevieja bailamos juntos la actuación de Natalia en el especial “¡Feliz 2022!” de televisión. Y tomamos las uvas deseándonos un nuevo año con mucha música y más amor.


10 de enero 2022

Entrañable. Agradable. Preciosa. Con ímpetu. Sonrisa natural. Sonriente.  Me cae bien. Volvió con su ex después de romper, volvieron a romper hace tres meses. Abierta. Me ha gustado mucho. Alegre y positiva. Tímida también. Pacífica y paciente. Muy conversadora. Guapa, muy guapa. Se pinta los labios. Su sueño en la vida es viajar a Tanzania, Japón, India, el Congo, Vietnam, Kenia, Sudafrica, China, Laponia, Argentina, Uganda y Brasil. Me encantó. Divertida. Viva por dentro y viva por fuera. No finge. Le mueve y le remueve la pasión. Clara, sencilla y sincera. Estupenda, Moderna. Intensa, expansiva, pero fácil de llevar. Mona, muy mona. Vital, muy vital. Detallista. De letras, no de sumas y restas. Le gusta leer. Interesante, desinteresada. Sin pareja ahora. Es de gimnasio. Maniática con los olores, no fumadora. Le gusta el senderismo, caminar, hacer rutas. Luminosa. A veces loca. Fue todo bien en nuestra primera cita. Apasionada. Independiente. Encantadora. Don de gentes. Risueña. Simpática. Me gustó físicamente. Genial. Quiero conocerla más. Le gusta cocinar. Busca una persona especial. Le cuesta enamorarse. Ambiciosa. Elocuente. Mona. Le gusta la política. La idealizo. Ve telenovelas. Coqueta y seductora. Culta e intelectual. Romántica. Viste muy bien. Elegante. Mira a los ojos. Encendió mi chispa del amor. Se llama Hortensia.


9 de enero 2022.

La noche del viernes al sábado nos acostamos a las doce de la noche y nos levantamos a las doce del mediodía. La persiana de la habitación abierta. A las diez desayunamos en la cama. Frente a la cama, la de Idoia, de 1,35, la televisión encendida con los videos musicales de MTV, a un volumen bajito, sin molestar. La luz apagada. Las compañeras de piso de Idoia no estaban. Rosa, en el piso de su novio. Rebeca, el fin de semana, con sus padres, en Madrid. Julia, el fín de  semana, en su ciudad, León. Sábanas verdes y edredón verde con una única almohada. La habitación de Idoia tiene su propio baño. Calor, también porque encendimos la calefacción. En la calle el frio propio del invierno, y además con lluvia. En la cama desnudos y juntos los dos. Ordenados, mi ropa en una silla tapizada en gris, pantalones vaqueros grises, zapatillas azules, calcetines verdes, slip verdes,  sudadera verde y gris. Ordenados, la ropa de Idoia en una silla tapizada en gris, el vestido rojo, braguitas rojas, sujetador rojo, calcetines negros y zapatos negros. Las paredes del cuarto de Idoia, antiguas, de gotelé blanco, sin decoración. Una bombilla colgando del techo. Un armario empotrado. El cabecero de la cama, gris. En el 9 C, edificio EULZA.


8 de enero 2022.

Tuve un novio que me falló en el periodo de garantía que como bien sabes es de tres años. Sobreviví a las dudas, ¿es un defecto de fabricación? ¿un mal uso del electro-domestico?, ¿una avería? Paco, mi novio, no me vino con manual de instrucciones y era de segunda mano porque ya había tenido tres clientas anteriores. Después del oportuno periodo de diagnosis, concluí que eran defectos de fabricación. No es mi intención ridiculizar al sujeto exhibiendo en público sus fallos de funcionamiento pero alguno de sus dispositivos básicos no operaba adecuadamente para ejercer sus funciones. Por mucho que insistas no entraré en detalles. Tú y yo estamos de acuerdo en que un electro-domestico macho es un aparato complejo con multitud de piezas. Yo le di cuatro oportunidades para que pasase por el taller, para repararse, no resolvió bien. Puso pretextos. Mis expectativas cuando lo adquirí en el mercado no eran atendidas. Yo no soy de esa calaña de mujeres que humilla con sordidez pero mi juguete era defectuoso.  Paco hacia piruetas para enmascarar sus desajustes pero yo vivía las secuelas de sus imperfecciones de fabricación: desencanto, frustración y apatía. Observaba los electro-domésticos macho adquiridos por amigas y mujeres próximas y eran de más calidad y similar precio. Antes de que concluyese el periodo de garantía me deshice de él. Estoy probando uno nuevo, Tomás, que adquirí cuatro meses después.


7 de enero 2022.

Esther me grabó en la cama con ella. Patético. Horrible. Tremendo. Ridículo. Indescriptible. Lamentable. Lo supe porque me llamó al día siguiente para solicitarme una prestación económica para la protección de datos. “¿Cómo?” recuerdo que grite, y todos en la oficina me miraron y comenzaron a prestar atención a mi conversación telefónica. “Adolfo, tengo una grabación de cuatro minutos que refleja las operaciones íntimas que realizaste ayer en la habitación 649 conmigo”. “¿Cómo?”, reaccione sorprendido y confuso. “Adolfo, para evitar que una copia de estas imágenes de cópula circule fuera de control, te agradecería una pequeña compensación económica de 4.000 euros”. Y colgó. La llamé varias veces durante el día, no me cogió el teléfono. Pensé en el impacto de las imágenes en mi famiia (esposa, hijos, padres, hermanos), compañeros de trabajo, club de futbol, sociedad gastronómica, en la cuadrilla, cofradía del chorizo a la sidra, equipo de natación, círculo de empresarios, sociedad de la Cabalgata de Reyes, Hermandad de San Toribio del Duero, foro para la promoción de la excelencia personal,… Ya al día siguiente quedamos para tomar otro café, le di el dinero, y me entregó una copia del video. Me guardé el miedo a nuevas consecuencias indeseadas de este único orgasmo con Esther no memorable y  muy precoz.


6 de enero 2022.

Ricardo y Marian hablan por teléfono. “ Marian, impregnar no es ponerse un tufo de colonia para llamar la atención, hacer una declaración de intenciones, redactar un acuerdo grandilocuente que exprese las conclusiones de una sesuda reflexión tras un encierro grupal o contigo misma. Impregnar no es barnizar las paredes para que parezcan monas. No es juguetear con palabras bonitas o caras. No es adornar los habitáculos con decoraciones de moda. No es endulzar artificialmente ni colorear una sopa triste. “Impregnar es influir profundamente”. Puede que a ti te parezca lo mismo, pero no es lo mismo”. Era miércoles. Era 15 Era mayo. “Marian. Gracias. Tengo mucho trabajo, luego te llamo, tengo que dejarte”. Pero no volverán a llamarse. Cada uno continuará en sus mundos distantes. Marian en la oficina comprueba los datos de la tabla de excel con la contabilidad de los ingresos y gastos. Ricardo entregara los tres últimos pedidos de la mañana antes de comer: ferreteria, librería, Aburu café. “Impregnar es cuidar las esencias de la vida”, fue la melodía para su última conversación. Marian comprueba en internet los movimientos de su cuenta bancaria. Ricardo comprueba que le han ingresado la nómina. Marian publica en facebook un comentario. Ricardo whasasppea a Julio. Ricardo regresará a su apartamente en el edificio Hirie de Santander. Marian a su chalet en Ávila.


5 de enero 2022.

Cenamos a las nueve en la terraza. Abrigados porque no vivíamos en la inopia a pesar de la magia del momento, era 31 de diciembre, con frio y alguna amenaza de lluvia. No llovía en Gijón. Habitación de hotel, la 464, con vistas a la playa de San Lorenzo y al Mar Cantábrico. Tomamos un consomé Zuk de primero. Tomamos de segundo croquetas de salmón, de jamón y de frutos de mar, las mejores que en mi vida comí. Con agua del manantial de Galanea. Tomamos de tercero un revuelto de bacalao y un revuelto de angulas, lo compartimos. Y de postre, tarta de Zelemí. No necesitamos licores, tampoco café para no dormir. A las diez paseamos por la playa, rozándonos provocadores con los dedos de las manos y con los labios. Queríamos estar a las doce en el Elogio al Horizonte, en lo alto de Cimadevilla, para arrancar el nuevo año allí. Fue posible. Tomamos doce capsulas de los deseos, en realidad eran Lacasitos de colores para aquellos a los que se les murió la imaginación. Y ya luego bajamos y volvimos a la habitación de nuestro hotel porque sabíamos donde queríamos llegar. Ya desnudos, después del itinerario previo, llegamos a la una. 


4 de enero 2022.

De aquellas Navidades con mi hermano David, y con mis padres, lo recuerdo casi todo. Recuerdo también las del 16 porque nos quedamos en Madrid .Tengo apuntado en la libreta diario (naranja) que David “está insoportable” y que mi madre dice a todos “empieza a ser un preadolescente” y que mi padre nos sorprendió con una tarta sabor a naranja en la Nochebuena y que en vez de uvas tomé Lacasitos amarillos, y que David se empeñó en que bajáramos a la Puerta del Sol para celebrar el salto del año, y que estuvo todo el día insistiendo pero no lo consiguió, y estuvo enfadado hasta que se marchó a dormir y que estuvo tramposo jugando a las cartas. Tengo apuntado que mi madre se puso a dieta en cuanto se comió las uvas, y es verdad, porque perdió doce kilos hasta las campanadas del año siguiente. Tengo apuntado que el 28 fuimos a buscar a mi madre a la salida de la farmacia y el 29 a mi padre a la salida del supermercado. El primer día del año 17 mi madre solo comió un puré , jamón de pavo y un plátano, aunque estuvo todo el día cocinando los pimientos rellenos, la merluza, la ensaladilla rusa, los revueltos, los guisos sin guisantes porque a mi padre no le gustan los guisantes, y ya a David se le había pasado el enfado pero por la tarde se quejaba de dolerle la tripa hasta que bajamos al Amalau café y se zampó la tarta y el chocolate. No hay nada apuntado en la libreta diario (naranja) del día de Reyes. 


3 de enero 2022.

Mis primeras navidades con Kike, fueron un mes después de conocernos y comenzar a intimar. Todo era mágico, todo sorprendente, todo ideal. Aquellas navidades nos echaron bastante de menos en nuestras familias porque queríamos estar juntos y nos escapabamos con rapidez después de las cenas y de las comidas, para encontrarnos, al fin solos, en su piso. Éramos treintañeros, muy retrasados en cuestiones de pareja porque los dos habíamos priorizado nuestros estudios y lograr un porvenir laboral. Kike había opositado, y ya era profesor de instituto, yo distinguida doctora en el hospital de otra ciudad. Aunque parezca mentira, éramos la primera relación en la adultez. Aunque parezca mentira, juntos perdimos nuestra virginidad en Nochebuena.  Nuestras familias, malacostumbradas al ejercicio de nuestra responsabilidad se vieron sorprendidas por el furor de nuestro brote sentimental. En realidad aquellos días navideños del 2016 el furor era más sexual. También nuestras cuadrillas de amigos nos echaban de menos pero nosotros éramos felices aislados de la multitud habitual, para entregarnos a las caricias y los enredos con muchas travesuras de nuestra reciente complicidad. Aquello pudo ser fugaz y no lo fue, nuestras segundas navidades ya vivíamos juntos en el piso de Kike, y las terceras yo estaba embarazada de Samuel, y nuestras familias y amigos nos compartieron más. 


2 de enero 2022.

Nunca leí cuentos por  Navidad, ni quise que adornaran mi vida con cuentos, si he sido de adornar mi vida como un cuento, y siempre he soñado con cuentos para adornar mi Navidad. El año que cumplí 18, hubiese querido pasar la Navidad con Belén en Madrid, practicando las 44 lecciones que tenía anotadas en mi cuaderno de vida. Desgraciadamente la pasé con mis padres y los villancicos, frente a la tele, y con el tonto de mi hermano, nada ilusionado en jugar al bingo, al monopoly y a las cartas. Tuve que compensar la ausencia de cuento inventado con Belén, entreteniéndome en la sopa de marisco, la ensaladilla rusa, las croquetas, los calamares, los filetes empanados con queso, y el resto de la lista de hasta 34 sabrosos manjares. A consecuencia de la ausencia de cuento con Belén, aquella Nochebuena engorde 3 kilos, lo que sumado a la ausencia de cuento por Nochevieja, otros 3, y a los efectos de doce meses anteriores sin cuentos, a kilo por quincena, me caí de los cuentos y mas bien me convertí en un adorno del árbol. El año que cumplí los 18 ni estuve en la puerta del sol por Nochevieja, ni arrancó el año nuevo con Belén, en la habitación 645 del hotel como decía la lección 36 de mi cuaderno de vida, ni tomamos flan con churros en el Amalau café, ni cantamos coralmente por la Gran Vía las estúpidas canciones de moda. Nada de lo planeado. Así te lo cuento. 


1 de enero 2022.

Otra de las ventajas de ser el novio de una cantante de moda que actúa en los especiales televisivos de nochevieja, en todas las cadenas sin excepción, es que los planes van rodando, se mueven solos y son siempre envidiables porque dan acceso a lugares privilegiados, exquisitos y exclusivos. Dice Pen, para vosotros Penélope Det, que es otro de los inconvenientes. Tú ya sabes que yo esto no lo buscaba porque fue un accidente, pero ha sido una suerte conocerla, y salir de esa vida anodina en la que estaba. Contento, muy contento, ayer por ejemplo, estuvimos en la fiesta fin de año, la que organiza el hotel Ozoe de Madrid. No es por darte envidia pero tú ya sabes que Love of Lesbian es mi banda favorita, pues en la fiesta estuvimos charlando con Santi Balmes, que es un tipo muy interesante. Tú ya sabes que  Coque Malla, es otro de mis cantantes favoritos, pues allí estaba él, charlando conmigo. Y Marc Ros, de Sidonie, mirándome a la cara. Y Sean Frutos de Second, saludándonos a Pen y a mi. Y Marc Gili de Dorian. Y estaban Mikel Hirie, Irene Adaja y Maider Mirek. Me tropecé con Pablo López cuando charlaba con Iván Ferreiro sobre las plazas, los pensamiento, los mapas, laberintos circulares, y emocionado le confesaba que estoy rendido a su “Casa, ahora vivo aquí”, porque es todo un himno de vida. Y llegó Pen para rescatarle de esa densidad aburrida que a veces soy y cruzamos al salón. En el recorrido entre los puntos, saludamos a Antonio Orozco, Manu Carrasco, a Diego Cantero, Xoel López y los muchos otros.


31 de diciembre 2021.

En la tarde de la nochevieja llamé al portero automatico del tercero A, portal número 27. Eran las ocho. “Buenas tardes, soy Eugenio, el camarero que habeis contratado”. “No, te has confundido”, respondió ella, amable pero seca. “Perdona pero si, ¿eres Maripaz Gomez? Con DNI. 23.XX5.2XX Letra M”. Asustada Maripaz respondió que si. “Contratasteis mis servicios de ocho a ocho”. “¿Yo?”. “Si, tú”. “El sábado por nuestra plataforma on-line”. “Subo, ábreme”. Me abrió y subí. Ya en el rellano del tercero aclaramos que el pedido fue abonado mediante transferencia bancaria el lunes, y que el menú incluye entrantes: ibéricos, quesos y fritos gourmet. De primero, ensalada de pasta con vegetales exóticos. De segundo, pato al Atandí. De postre, tarta del Corneja. Con vinos Ribera del Duero y cava. Ella, aturdida por los datos y los hechos me autorizó a entrar al piso, la cocina, el comedor, no sin antes acreditar mi identidad con mi carné de empresa, Eugenio Fernandez, cocinero, de Gastronomias del Adaja SL. Llamó por télefono para asegurarse, al número de mi empresa que busco en internet. Los hechos sencillos son los relatados, no puedo contarte mas. Maripaz vive sola. Preparé su cena, y me invitó a cenar. Sometido estoy a códigos de confidencialidad, privacidad y protección de datos. Si te diré que mi creativa treta funcionó para lograr los fines propuestos. 


30 de diciembre 2021.

Me emocioné escuchando cantar a Pablo Alborán en el especial de canciones, por la televisión. Ya habíamos cenado, Nochebuena, ya disponible para sentir cada uno de los temas que cantó. A ti te reconozco que el “Respirar” cantado con Bebe, me dolió, dices que soy muy sensible, escondida detrás de mi caparazón. A ti te reconozco que el “Ya” cantado con Vanesa Martín, me dolió también. Y conecté contigo, porque sufres, lejos de tus hijos porque os separasteis, lejos de él porque murió, decepcionada, enfermo, solo, deprimida, buscándote, triste, rota, engañado, abandonada, en crisis, derrotado, confuso, extrañamente distinto, en ruina, sin vía de fuga, doliente y dolido, junto a una de esas enfermedades raras, con el ictus o el Parkinson o el Alzheimer, escupido por el cabrón con alas, asesinada por el amor de su vida, huérfano porque hicieron política o religión con la vida de su padre, luchando contra el cáncer, rodeada de engaños, mentiras y miedos, acompañado en una habitación de hospital. A ti te reconozco que el “Tanto” cantado con Laura Pausini, me dolió, dices que soy muy sensible, escondida detrás de mi caparazón. Y conecté con tus expectativas sin cumplir, y con ellos, almacenados en los campos de refugiados, cadáveres en el Mediterraneo, cuerpos en venta manejados por los traficantes, personas zarandeadas por los criminales de la vida,…. Es cierto, las canciones fueron el pretexto y la excusa que necesitaba para sentir esa Nochebuena.


29 de diciembre 2021.

Los años más felices de mi vida fueron los del apartamento 17 C, en la torre Vanoa de Valladolid. Tres años, 2015, 2016 y 2017. Lo fui, acostándome tarde o levantándome pronto, el Pisuerga y yo vigilándonos siempre desde el ventanal del salón. En la nochevieja  del 14 al 15  organice una fiesta con amigos y conocí a Nuria porque era la novia de Javier. La nochevieja del 15, la pase con Nuria. La nochevieja del 16, la pasé solo, apático y estúpido, sin Nuria. Muchas noches de invierno, antes de acostarme, abría los ventanales del piso para sentir el frio fluvial y esconderme bajo el edredón rosa que Nuria me regaló. Muchas veces vigilé desde el dormitorio a mis vecinos del edificio de enfrente, los del octavo C, los del piso sin cortinas ni estores que luego supe que se llamaban Carlos y Rosa porque lo miré en el buzón, y les envié cuatro veces bombones, por primavera, verano, otoño e invierno, el día 29, recordando a Nuria y con una nota que decía, “disfrutad vuestro amor”. En el 17 C amé el cine y la música y los libros. Fui entregado amante a las películas y las historias de amor.  En la Navidad del 17, el día 29, apático y estúpido, caí al vacío desde el ventanal de mi dormitorio del piso 17.


28 de diciembre 2021.

En las navidades del 2021 recogí una carta del buzón el día de los santos inocentes. Serían los 6 y 30 de la tarde. Yo volvía de la frutería y el supermercado, y retiré el sobre con mi nombre y dirección correctamente escrito a ordenador tras la ventana de plástico transparente. Sin remitente. Porque esa mañana en la oficina ya me la habían liado, y porque ya era media tarde de un día tan señalado, active las prevenciones anticipando sería una inocentada. Cargado como iba, el sobre fue a parar a la bolsa con los plátanos y las naranjas, monté en el ascensor, abrí la puerta de mi casa, y antes de pasar por el baño para otra urgencia, me llamó Marga, mi esposa, al móvil para contarme que llegaría muy tarde, después de las doce, porque su hermana tenia un problema gordo y tenia que pasar por su casa. Otra inocentada, pensé, porque nunca jamás antes hubo ocurrido lo de ella llegando tan tarde. Antes de entrar al retrete pinché en la cadena musical del salón el Freedom! de George Michael, a un volumen superior al tolerable por la vecindad. Me entretuve en esto y aquello, tal que sonaron 4 canciones de Michael y volví a las bolsas abandonadas en el pasillo y puse cada uno de sus contenidos en el lugar correspondiente, la carta sobre el sofá. Llamó Rubén por el móvil, le atendí, y volví para abrir la carta. Contenía dos fotografías de Marga, desnuda en nuestra cama, con un hombre desconocido, desnudo también, ambos dos en postura sexual y erótica. Aquello si que me convertía en inocente imbécil idiota impactado. Me queda contarte los detalles restantes, aquello no era una broma, era el resultado de un ajuste de cuentas a Marga, y el hombre de la foto mi regalo envenenado por Navidad. 


27 de diciembre 2021.

Acabo de hablar con Carlos por teléfono, y me felicitó la Navidad, ¡qué basura de persona! Me ha contado que es positivo por Covid, y que asintomático, y que lo sabe porque le han enviado ya el resultado de la PCR y que se la hizo porque dos de sus compañeros de la oficina son positivos también. Carlos es el padre de Carmelo, uno de los compañeros del equipo futbol de mi hijo Fernan. Me ha llamado para advertirme. Resulta que está rabioso con el mundo, y no solo no hará la cuarentena aunque tenga la baja médica, sino que se ha propuesto diseminar el virus. No, no es negacionista. Resulta que esta enfadado con la gente y que odia la Navidad y  me ha contado que entra y sale del portal, que baja y sube en el ascensor sin mascarilla. Se reía el muy cabrón. Ma ha contado que se mete los dedos en la nariz y que luego los frota en las manillas del portal y en los botones del ascensor. Me ha contado que entra en los bares, dos o tres veces al día, y que se quita la mascarilla para desayunar en la barra o en cualquiera de las mesas. Me ha contado que se baja la mascarilla en el vagón del metro y en el autobús. Y a escondidas en el supermercado también. Estoy atónita.


26 de diciembre 2021.

No me gusta la Navidad pero no voy a quejarme. “Soluciones y respuestas” me dije, asi que el dia 26 hice planes para el dia 30, y elegí compañera: Tere. “He pensado, si te parece, que podemos ir a la Torre de Hércules, a la plaza de Maria Pita y a la playa de Riazor”. Teresa respondió afirmativamente a mi llamada telefónica. Y el 30 cogimos el tren para ver el Atlántico. “No hay futuro favorable para el que no sabe donde va, y ya no tenemos edad para desperdiciar los dias en asuntos intrascendentes”. De Santiago a Coruña fue suficiente para actualizar las novedades desde nuestra última cita, en noviembre. Y nos comimos las tres Panteras Rosas que compramos en la tienda de golosinas. En el autobús desde la estación de trenes, repasamos la situación del universo y sus quehaceres, entre avellanas, nueces, pipas peladas y almendras. Y antes de subir a la torre, café en el Finisterrae, porque los humanos inteligentes y sensibles también meamos. Yo no llevaba zapatillas, ni Adidas, ni New Balance, ni Salomón, ni Nike, llevaba zapatos, por si llovia, también un anorak en la mochila verde, ¡siempre previsor! Y luego subimos a la torre, y nos acercamos a la plaza, y callejeamos hasta llegar a la playa, y volvimos a la estación, y al tren, y a Santiago, y cada uno a nuestro piso. “Sin juguetes no hay juego”, le dije al despedirnos”. “Sin juego no hay vida”, sentenció Teresa para concluirme. Y nos autoafirmamos amigos, honestos, que comparten la soledad navideña.


25 de diciembre 2021.

A la una menos cuarto subimos a la habitación 836 del hotel Ozoe, tal y como habiamos planeado. Yo le habia mentido a mis padres que dormía en casa de mi amiga Laura porque queriamos hacer la Nochebuena juntos aunque tuvieramos que separarnos por Navidad. Llevaba puestas las braguitas blancas con ciervos y papanoeles y renos y estrellitas, porque me lo pidió, decía que le molaban mogollón. Para salvaguardarme de incidentes y percances no previstos me habia cambiado de ropa en su coche, aparcado en el garaje de mi amiga complicé, y me coloqué un gorro, amplio, me escondia bién. Yo con 19 años, él 32. Plan fenomenal, pasar la tercera noche juntos, esta vez en un hotel. Expectativas todas, romantica, deseo, y mucha pasión, porque a mi, Ángel García me atraía, salvaje, culito, labios, polla, biceps, inteligencia y corazón. Sensible, amable, educado y sexual. Pero aquella noche no resulto bién. Si, subimos a la habitación y se durmió. Fue la lamentable resultante de una tarde de cervezas con amigos, vino de Rioja para cenar, con cava, y dos whiskys para acompañar el turrón. El vomitaba en el baño de la habitación 836, yo cambiaba los canales de la televisión: misa, musical, monsergas de humor. Y luego roncó. Las braguitas con ciervos y papanoeles y renos y estrellitas, tristes. A las once del 25 abandonamos la habitación 836, yo Inmaculada. 32 euros pagó él, 32 euros pagué yo.


24 de diciembre 2021.

Ojalá que despiertes mañana. Ojalá no se rían de ti porque seas distinto a los otros, los que son tan iguales. Ojalá que él te diga que sí. Ojalá que descubras que no es un camino correcto el que sigues, que si cambias de ruta serás mas feliz. Ojalá que ya no le tengas miedo. Ojalá que te rías mucho mas de lo que siempre inventaste que podías reír. Ojalá que lo olvides. Ojalá que aparezca. Ojalá que tu esfuerzo sea ya recompensa. Ojalá que disfrutes. Ojalá que no llores. Ojalá que te llame. Ojalá que no sepas lo que es vivir sufriendo. Ojalá que te ame. Ojalá que te lluevan las buenas sorpresas que inunden tu vida. Ojalá que te llegué el regalo que esperas. Ojalá que la luz te ilumine, que el placer te perturbe,  que transites con magia, con pasión y con vida. Ojalá que te cante. Ojalá que te escriba. Ojalá que te lea. Ojalá que lo vivas con calma, ojalá que lo sientas con alma. Ojalá te acaricie. Ojalá que te bese. Ojalá que viajes.  Ojalá que la enfermedad no duela y te cures. Ojalá que los rezos te alivien. Ojalá que recuerdes. Ojalá que tú aciertes. Ojalá que lo sueñes.


23 de diciembre 2021.

A la hora del descanso Francisco sacó su merienda. Una tableta de turrón de chocolate, seis mazapanes, un racimo de uvas y unos barquillos rellenos de crema de turrón. Nos ofreció, le agradecimos, pero nadie tomo nada. Marta merendó un bocadillo de tortilla. Rosa, tres mandarinas y un plátano. Manuel unas gominolas que sacó de la máquina. Yo unas lonchas de insípido jamón de pavo. Ya sabíamos por experiencia que Francisco se lo comería todo, y luego llegaría a su casa con hambre y ganas de cenar. Es sorprendente que las meriendas de Francisco no se traduzcan en una obesidad mórbida aderezada con colesterol, triglicéridos y diabetes. Es verdad que en su trabajo gasta mucho de lo que come pero le hemos calculado, por lo que cuenta, a menudo son jornadas de 8000 o 9000 calorías ingeridas. Marta va a la piscina. Yo hago aquaplatic. Rosa practica el senderismo y la montaña. Manuel circuitos de bici. Pero a todos nos rodean muchos kilos de más, a Francisco no.  A la hora del descanso nos contó con detalle los menús previstos para estos días navideños, muy brutal. Y  conocemos a Raquel su esposa y a sus críos, y todos lucen la misma delgadez que Francisco. En mi casa y en mi caso a pesar de ser días festivos controlamos nuestra ingesta de calorías, azucares y grasas, para no avanzar en corpulencia. En la casa y la familia de Francisco, no. La vida es injusta.


22 de diciembre 2021.

Nací el día 22, minutos después de que ellos cantasen el gordo de la lotería, me bautizaron el 23, el 24 Nochebuena, 25 Navidad y 26, San Esteban, el día de mi Santo. Por esta casualidad siempre pensé en los cinco días como si fueran mis fiestas personales. En el 85 yo cumplí 18 años y aun entonces seguía mi ruta de bautismo, comunión, confirmación y misas dominicales, y teníamos por costumbre ir los 5 días a misas, en la parroquia de mi nombre, la de nuestro barrio zamorano. Ya llevaba unos meses largos mas ocupado por tareas de vigilancia a feligresas que en atenciones a los detalles de los sermones, liturgias y cánticos. Ya desde iniciado diciembre, las tareas de exploración durante los ceremoniales se habían centrado en una chavalita morena, siempre muy tempranera, siempre sentada en los bancos anteriores, pero concluí que la pasión e intensidad con la que disfrutaba del evento religioso, no me convenía, la imagine entregada a la causa del amor divino y celestial, y estas cuestiones místicas y sacramentales ya no eran mi preferencia vital. Fue un diciembre confuso pero sólidamente comprometido en celebrar mis próximos 18 y las vacaciones navideñas, en las aventuras propias de esta edad. Siempre he sido muy afortunado en las elecciones, y te adelanto que acerté poniendo mis ojos en la blusa y en la falda de Enma porque aunque fue mas difícil la vigilancia, siempre llegaba tarde para colocarse en los bancos posteriores, mis sonrisas de seductor entrenado en el espejo funcionaron, y pudo ser. Al acabar la misa del 24, tuvimos nuestra primera conversación de tres minutos, y arrancaron mis vacaciones navideñas con ella.


21 de diciembre 2021.

Sabes que me tocó la lotería, la de Navidad, en 2021. El número premiado lo compré en la administración de lotería de tu barrio. Tenía cuatro décimos. La vida es distinta desde que son seis las cifras que aparecen en la libreta de ahorros, y en la pantalla digital, y en la del cajero, y en el extracto bancario que recibo en el buzón. Tenía cuatro decimos porque sabía que me iba a tocar, lo soñé  aquella madrugada que casi entre escalofrios la visión del número lo invadió todo, impreso en sábanas, cazuelas, marquesinas y asientos de autobús, tiques y bolsas de supermercado, tazas de café, números de movil, servilletas de papel, y colgado en la cristalera del local de juegos, apuestas y oportunidades. No he dejado de viajar desde entonces, si de trabajar ,y aunque tu repites una y otra vez que el dinero no da la felicidad, no tengo ninguna duda que me lees con envidia. Yo te lo avise,”compra este número”, y te conté la historia. Te llamé por teléfono para decirte que compraras el número,y te lo dije por whatsapp, y te envié un correo-e, tengo pruebas. Tú pensaste que era una chaladura mas de las mias pero te equivocaste. Lo siento.


20 de diciembre 2021.

En las Navidades de 2017, Nuria y yo nos fuimos de viaje. Lo planificamos en enero, reservamos ocho días libres en nuestro calendario laboral, ahorramos todos los meses, y nos fuimos a Ezangul. Reservamos un apartamento en el piso 34 de la torre Unic, y divisamos desde los amplios ventanales el paso del año, y la llegada de la Navidad. Ezangul es una ciudad preciosa, pequeña pero acogedora, no solo por sus grandes avenidas, sino sobre todo por la hospitalidad de los Ezángules. A cuatro horas de Madrid es un estupendo lugar para perderse en Navidad, buen tiempo, alegría contagiosa, espíritu y celebración navideña, gastronomía española con menús para elegir entre platos clásicos, exquisiteces y excentricidades, y remota casualidad de encontrarnos con conocidos de trabajo, barrio o portal. Nuria y yo no somos de playa y mar. Nuria y yo no somos de deportes ni planes para maltratar al corazón. Elegimos el pack SENSE PLAYS, incluía masajes, baños termales, tratamientos para el relax de la mente y el cuerpo, rutas a paisajes naturales de ensueño en ciclomotor, y cuatro experiencias lúdicas, a modo de aventuras, en cuatro días alternos, diseñadas a la carta para nosotros atendiendo a nuestra personalidad y perfil de fantasías pendientes. Fueron los diez mejores días de nuestra vida. Volvemos a Ezangul estas navidades.


19 de diciembre 2021.

Tuvimos una relacion a distancia. Bonita, intensa, sugerente. Duró tres años. Nos veiamos a menudo y era una provocación para viajar. Yo vivo en Gijón y Noelia en Madrid. Y nos encontrabamos en León, en Valladolid, en Burgos, en Ávila, Segovia, Salamanca, Santander, Madrid y Gijón. Lo pasabamos bien y hablabamos mucho, por telefono y en los encuentros. Nos conocimos un dia como hoy hace tres años en Salamanca, en el concierto de los Pabi Sik, en la plaza Mayor. Yo con mis amigos, con sus amigas ella. Adelantamos la Nochebuena y Nochevieja aquella misma noche en mi habitacion 608, hotel Ozoe de la calle Horizontes. Dimos que hablar. Noelia es cajera en un supermercado de Alcalá de Henares, yo camarero en Gijón. La emocion apasionada del primer año se fue diluyendo y las atenciones y cuidados perdieron furor. La distancia encubre bien las mentiras y los engaños y una tarde de octubre confirme que las ausencias y la frialdad tenian sentido, y que Noelia no era honesta ni sincera y que ya se divertia en un juego mejor. Las canciones de los Pabi Sik se le quedaban grandes, y los cuatro conciertos de ellos a los que fuimos se congelaron en emociones lejanas: frivolas, fugaces, fingidas. Ayer recibi su postal de Navidad, la almacené en un cajón.


18 de diciembre 2021.

Hicimos la comida de Navidad en el restaurante Azalea, en la plaza de Tombursú. Fuimos 34, con todos los jefes, y los empleados de la oficina técnica, los de mantenimiento, los de dirección y administración, y los de la empresa subcontratada de limpieza. La empresa pagó la comida. Se trataba de fingir alegría y armonía en estas fechas, en realidad casi todos estábamos hasta los ovarios y los huevos por la carga laboral y la presión. Nuestra empresa era un Guantánamo de la producción de ocho a ocho, incluyendo horas extraordinarias sin abonar, vacaciones y días libres suspendidos por pedidos inesperados, muchas palabras inadecuadas para romper nuestra motivación, y manifiestas y repetidas estupideces en los sistemas de organización. Pero el 21 de diciembre martes, nos reunimos allí los operarios y directivos, en alegre convivencia. Solo faltaron Hortensia,  Carlos y Soraya que alegaron problemáticas familiares para evitar la falsedad del evento, y que generaban dudas sobre sus credibilidad, pero aseguraban la inasistencia. Alfredo, el director, pronunció unas breves palabras antes de los postres. Eran el pretexto para la expectativa de unos aplausos. Sin coherencia argumental. Habló de la zozobra de unos tiempos complejos y de la secuela de un contexto empresarial altamente competitivo.  Aludió a nuestros valores humanos para resistir. Y tuvo aplausos. Y luego en los pequeños corrillos que se conformaron con los cafés y las copas en la terraza todos hablábamos de la repugnancia que sentíamos por él, y por sus adjuntos Pedro y Ricardo.


17 de diciembre 2021.

Me llegó la cesta de navidad el viernes 17. Con el jamón. Corté y zampé tanto jamón para cenar, muy rico por cierto, que pasé el sábado 18 en la cama. ¡No comí tanto jamón en la vida! Bien acompañado con dos botellas de buen vino Ribera del Duero. Eche de menos unas croquetas y algo de morcilla de Burgos, frita. Deseos gastronómicos extraños, pensé. La cesta me la dieron en mi trabajo, no por ser un empleado ejemplar, nos la dieron a todos. Yo creo que cené dos kilos de jamón, tanto que se me indigestó y soñé con cerdos y campos y arboles y bellotas y granjas y Extremadura, y bailes folclóricos de la comarca. Me levanté a vomitar a las cinco porque me quede dormido en el sofa. La botella de aceite y el lomo y los turrones y el cava de la cesta me vieron atravesar el pasillo. Del retrete pasé a la cama. A las siete senti las grasas loncheadas del jamón colapsandome el colon, el higado, los riñones, la vejiga y la uretra. ¡Que mal! Cuando sonó el teléfono a las once yo ya era persona animal. "Hay que domesticar el ansia viva" dijo mi novia Isabel del otro lado del aparato. Me tomé un café y lo senti mezclarse con el cerdo loncheado para transformarse en un alquitrán que mi mente febril empachada quiso asociar con las imagenes del mar contaminado por los efectos del Prestige en la costa galega. ¡Dios mio que sin sabor! Y asi malvivi superviviente el sábado, purificandome bebiendo agua. En ayuno total. Mejore el domingo. Y el lunes volvi a ser persona humana.


16 de diciembre 2021.

Aquellas  navidades en el piso alquilado de Malasaña fueron en 2018, yo había comenzado a trabajar en octubre en el banco, y abandoné el hogar familiar  para independizarme con 26 años. La primera noche en mi nuevo piso de soltero fue el 16 de diciembre. Jugaba en la lotería del 22 de diciembre 120 euros en el número de la matricula de mi coche con una intención frustrada, ser millonario y comprar de manera inmediata un ático de lujo ya seleccionado en la calle Velázquez del barrio de Salamanca. Fue horrible, no pudo ser. La tarde del sorteo salí a tomar cañas por el barrio, con Lucas y Andrés, y llegué a mi piso en la calle del Pez más borracho que nunca. El 23 se inundó el salón porque se le rompió la tubería de la calefacción al vecino del quinto. El 24 a las siete hospitalizaron a mi madre viuda porque se rompió la cadera de un resbalón en el portal. Las vacaciones navideñas fueron en el hospital de La Paz con mazapanes, uvas y cava, ensaladilla y ternera rellena. También turrón. Mi madre volvió a su casa el día 2. El día 3 robaron en mi piso, se llevaron el ordenador portátil, la cámara de fotos buena, la Tablet, y los 500 euros que guardaba en el armario para los regalos de reyes de mis sobrinos. El día 11 Lucia, mi novia, me llamó para romper lo nuestro reprochándome que ya no le prestaba atención. El 13 llamé a la inmobiliaria porque quería abandonar el piso de las desgracias para evitar otras que pudieran producirse. No me lo puso fácil.


15 de diciembre 2021.

Alberto es un líder nato, carismático, encantador, divertido, simpático, inteligente y generoso. El verano pasado nos invito a su piso en Santander y estuvimos. En las conversaciones fluidas es capaz de conectar unos temas con otros, de profundizar, de ser superficial cuando conviene, de enfocar, matizar, seleccionar,… Yo no pude enamorarme de él porque desde los 19 es la pareja de Elena. Alberto es ordenado y metódico. Fue el primero en la cuadrilla con trabajo y piso propio. Por Navidades su postal navideña es siempre la primera en llegar, tan rápida como su simpatía y su amabilidad. Le vimos construir esas relaciones fabulosas con sus hijos, con Marta y Javier, el mes pasado estuvieron en Bruselas. Hoy lloramos la muerte de Alberto porque esta tarde se suicidó en el tercero A. Estuvimos con Alberto el domingo.  Ya le enviamos la corona de flores. Ya estuvimos con Elena. Ya estuvimos con Marta y Javier. Ya leímos la postal que nos envió anticipándose a esta Navidad, ahora sus palabras tienen otro sabor…”Maria. Ricardo. Iván. Jorge. A veces deseamos un paseo junto a la playa con sol en tardes de granizo con tormenta. El 22 será mejor para todos. Ilusión, Amor. Y ganas de vivir. Alberto”. *Con la canción "Peces de ciudad". Ana Belén. Rozalen. Joaquín Sabina.


14 de diciembre 2021.

La semana del miércoles que cumplí 24 años, el sábado me atropelló un coche en el paso de cebra, 7 días antes de Nochebuena. Salí con vida, pero idiotizado y dolorido durante los siguientes once días, hasta el 28 de diciembre, fecha de los santos inocentes. El 22 esperé un premio de la lotería, por compensación, pero no fue posible, aunque expectante, ansioso y absorto asistí ilusionado a todo el sorteo, inquieto y preocupado, sentado en la mesa 7 del Aburu café. Cuando acabo la extracción de bolas, volvió la música al local, y Miguel Rios me cantó, “Canciones de la carretera”, para contarme del asfalto y el pavimento con el que me golpeé al ser atropellado. Por aquello de la extraña provocación casual y de sonorizar el acontecimiento accidental, busqué mas canciones tematizadas y encontré “La carretera” de Julio Iglesias, “La carretera”de Hombres G, y “Carreteras secundarias” de Revolver. Posiblemente por los efectos de la medicación y de los dolores dorsales me convenía entretenerme en estupideces de semejante pelaje para no pensar, rodeado de amorosos villancicos, luces navideñas, buenos sentimientos y deseos de alegría, salud y felicidad. Mi idiotización fue diluyéndose conforme transcurrian los once días desde el impacto, hasta alcanzar niveles aceptables. El 29 de diciembre, sensiblemente recuperado, pude recordar lo olvidado, que yo soy del“Carreteras infinitas” de Sidonie.


13 de diciembre 2021.

Aquel año me gasté la paga extra en décimos de loteria de Navidad: 1284 euros, 64 decimos. Lo dificil no es gastar ese dinero, lo dificil es proceder al proceso de compra de los decimos conforme a criterios establecidos. 11 compre en los bares y tiendas de mi barrio. 11 en las administraciones de loteria de mi ciudad, al azar, uno en cada una de ellas. 21 con las fechas de nacimiento: padres (2), suegros (2), hermanos y novias (4), cuñados y novias (6), sobrinos (5), el mio y el de mi novia Patricia (2). 3 de las vacaciones de Gijón. 3 cuando estuve en Madrid con Miguel, y 3 del finde en Soria. Y 12 fueron los del trabajo, el club de tenis, el garaje, la peluqueria, la hamburgurseria, el club de danzas, la peña del Madrid, el colectivo animalista, el gimnasio, la autoescuela, churreria y la cofradia. Muy ilusionado esperé la fecha del sorteo. Y me cogi el dia libre para ver en directo el sorteo desde el sofa de mi piso. Plenamente convencido de que seria afortunado. Habia planeado un año sin trabajar con excedencia laboral financiada via premio de loteria. No fue bien. Recupere 380 euros y perdi el resto del dinero. Lo dificil es encajar las expectativas frustradas.


12 de diciembre 2021.

Eran las once y salí de mi piso en la calle San Isidro. Me acerque a comprar la lotería de navidad a la administración de la calle Tudela. Luego pasé por la farmacia. Y luego me tomé un café en el Once Onzas de la plaza Circular. Después dejé en el buzón de correos de la plaza las postales navideñas, dentro de sus sobres franqueados correspondientes, cada una con sus frases personalizadas. Lo más importante no lo escribí, “espero estar vivo las próximas navidades”, pero todos saben que estoy en un combate atroz contra este tumor maldito. La postal destino Logroño le decía a mis abuelos maternos que esperaba ir a visitarles pronto. La postal destino Santander recordaba a mi prima Marta que esperaba pasear pronto por la Bahía con ella. La postal destino Madrid, agradecía a mis padres su comprensión y su apoyo siempre. La postal destino Zamora le decía a mis abuelos paternos que se portasen bien, y que no se olvidaran de tomar ninguna de las pastillas ninguno de los días. A Isabel también le escribí una postal que llegaría hasta su piso en la plaza de las Batallas, preferí no dársela en mano: “no es buen momento para casarnos ni ser padres ahora, pero sabes que yo también lo quiero, te quiero y te deseo”.


11 de diciembre 2021.

Las noches de viernes desenfrenadas aventuran mañanas de sábado extrañas. Me desperté hace un rato y había un tipo en la cama junto a mí. No es lo más sorprendente la presencia de un cuerpo humano bajo las sábanas verdes, lo anormal es que fuese un cuerpo masculino desnudo el que se pegaba a mí, rozándome. Revisé en mi inventario de sucesos recientes y recordé los hechos, con los detalles incluidos que no expondré. Lo que si puedo contarte es que nos encontrábamos en la cama del dormitorio de mi piso, desnudos los dos, él Roberto, yo Javier. A las muchas preguntas que resultaron en la conciencia matinal sobrevenida, también me respondí por la protección en los contactos íntimos, y resulto que afortunadamente sí. Bien por mí. Se trata, para que lo sepas, de mi primera experiencia con varón, imprevista y extraordinaria, en un lista diversa pero no extensa de relaciones sexuales con chicas y señoras, cuatro de ellas con forma de noviazgo. Se trata, para que lo sepas, de una relación libre de culpas y reproches por infidelidad, ya que hace tres meses Marta y yo rompimos, y permanezco descomprometido con nadie. Podría contarte como llegamos hasta aquí, pero solo apuntaré que estoy disponible para repetir con Roberto, y que la mañana del sábado está fluyendo de una manera intensa.


10 de diciembre 2021.

Fuimos a pasar esos días a casa de sus abuelos, en Madrigal de las Altas Torres. ¡Un horror! No por el lugar, que es precioso, sino porque fue difícil soportar cinco días de encierro asfixiante con su familia limitante y controladora. Viajaron con nosotros también su padres, en mi coche, y su hermano Juan con su mujer Inés y los dos hijos, en su propio vehículo. No resultó fácil someterse a las normas antiguas, dominantes , caprichosas y soberbias de sus abuelos, sus padres, su hermano, de viernes a miércoles. Yo soy Raúl, mi novia, la familia de ellos, Isabel. Isabel y yo llevabamos seis meses juntos, y porque la edad si es relevante en este caso, mi novia tiene 46, yo 45. Salimos desde Burgos el viernes por la tarde, regresamos el miércoles, por la tarde también. No entraré en detalles pero hubiese preferido unos días de encierro monacal, con ayuno, abstinencia y clausura en celda. No seré exagerado, hubiese sido peor estar hospitalizado o detenido o atender las obligaciones propias de las ceremonias de funeral. Tampoco hubiese preferido para esos días dolencias y dolores físicos o síquicos. Pero hubiese cambiado esos días de puente, Constitución e Inmaculada, por un episodio de aburrimiento, tristeza o soledad en mi piso de soltero de la avenida Derechos Humanos. A consecuencia de lo acontecido aquellos días, Isabel y yo rompimos el domingo siguiente.


9 de diciembre 2021.

Ellos forman una sociedad de auxilios mutuos (SAM). Un día Pablo,  un día Joaquín,  se llaman para reir, contarse las penas o se piden ayuda. Hace unos años, desde que cumplieron 16, todos pensábamos que eran pareja homosexual en el mundo rural (PHMR) porque siempre estaban, juntos, a todas horas, hasta tarde, en todas partes , luego Pablo se hizo novio de Paulina y Joaquín de Rebeca, luego se casaron, y luego tuvieron hijos: Andrés, Jorge Javier, Violeta y Paula. No es mala elección invertir en una SAM, mejor que invertir en acciones de bolsa, en un chalet con tres plantas y piscina, mejor que en conducir un vehículo de alta gama. Porque mas de un día, mas de dos y mas de tres hay vaivenes, tropiezos y turbulencias en la trayectoria existencial,  y en la zozobra conviene manejarse ágil y acompañado para no desfallecer en la deriva. Pablo y Joaquín son accionistas de una solvente  compañía de amistad y socorros (CAS).  Joaquín y Pablo saben de confianza para las confidencias, respeto y lealtad. Pablo y Joaquín valoran las atenciones, los cuidados, los afectos. Joaquín y Pablo han tenido suerte de encontrarse para conocerse y constituir la unidad de atenciones y emergencias (UAE), para celebrar, para divertirse en los festejos, y para apagar incendios , y para achicar el agua en las tormentas.


8 de diciembre 2021.

Subí al apartamento de Esther ayer, edificio Unzue, AP-C42, en el paseo Menéndez Pelayo. Piso 42. Desde su terraza se ve la bahía de Santander. Comimos allí. Cinco habitaciones, dos baños, un salón gigante. ¡Y la cocina! Ella ahora es socia de Nukleo 7. Me estuvo contando algunas cosas, en confianza, y me sentí bastante estúpido porque mi mundo es un universo limitado de relaciones personales y profesionales que no dan mas de sí. Me sorprendió su sinceridad y la complicidad, a fin de cuentas yo solo soy un tipo al que conoció hace tres meses en el Zupak club de la plaza, de madrugada y por casualidad, en estado sobrio, sereno, sensato, que hemos quedado ocho veces para tomar algo, ir al cine, al teatro, de compras, pasear, sin intenciones ni sucesos sexuales ni románticos. Solo somos dos personas que nacieron en el 66 del siglo pasado, ella empresaria y yo policía municipal, los dos solteros y bastante aburridos de las vidas que llevamos. Reconozco que estoy expectante, a la espera de la novedad o la sorpresa que aclare, para aproximarnos o distanciarnos, quizás huir. A fin de cuentas somos en apariencia dos personas adultas y maduras, inteligentes y equilibradas, solventes y atractivas, que compartimos soledad y tristeza.


7 de diciembre 2021.

Llevamos tres semanas enfadados: por los calcetines blancos y la gorra. No duerme conmigo, se ha trasladado a la otra cama en la habitación de invitados. Limita su conversación al uso de palabras y monosílabos,  “Hola. Buenos días. Buenas noches. No. Si”, y a otras frases sintéticas similares, obligado por las circunstancias. Nuestras cuatro relaciones sexuales semanales no se practican. No sabemos nada de nuestras vidas. Me ha cedido el sofá y el televisor del salón, Pablo se encierra en la otra habitación. Compra su comida y cocina solo para él. Limpia regularmente las instalaciones comunes. Y regresa tarde a casa, martes, jueves y sábado, ya de madrugada. Tampoco me llama por teléfono ni me envía whatsapp. Es la primera vez que nos ocurre algo así en los dos años que vivimos juntos y en los seis de amigos y pareja. Yo no he querido arreglar este conflicto, se ha enfadado él.  A decir verdad Pablo siempre ha sido un poco especial, altamente sensible, muy dado a los enfados. Yo que nunca fui de inventarme historias, ahora creo que Pablo quiere que rompamos nuestra relación. Yo le amo. Esta situación me parece un absurdo. Yo solo le dije que dejara de ponerse calcetines blancos y la gorra, que me recordaba a Paquirrín, el hijo de Isabel Pantoja, el primo de Anabel. 


6 de diciembre 2021.

Subimos a su piso, muy excitados los dos, y me tiró en su cama, apasionado y delicado al mismo tiempo. Yo le frené. El sexo en tiempos de Covid requiere de una forma distinta de amar. Le pedí que utilizáramos otra cama porque esa la acabábamos de ensuciar con nuestra ropa de la calle contaminada, y que nos desvistiéramos primero y después nos lavásemos las manos con jabón y detenimiento. Era mi primer contacto sexual en tiempos de pandemia, y yo, ya lo sabes, soy extremadamente cuidadosa con todos mis actos para no infectarme con el bicho. Javi se sorprendió, y a pesar del calentón atendió mi requerimiento: nos desvestimos en la habitación sucia, nos lavamos las manos con rigurosidad en el baño, y ya desnudos, fuimos a la otra habitación. Javi comenzó a besarme y recorrerme con sus labios pero al momento una idea sanitaria obsesiva se apoderó de mis neuronas y le pregunté por su vacunación y sus hábitos de prevención anticovid. Javi enfadado frenó en seco, se levantó de la cama y abandonó la habitación para vestirse. Yo fui detrás de él. Le pedí que lo entendiera. El permaneció en silenció, compasivo y generoso en su actitud. Me vestí yo también. Salimos del piso, me dio dos besos y me comentó que tenia que marcharse. 


5 de diciembre 2021.

Me crucé con Ramón y Pedro ayer que era sábado. Se estaban despidiendo. Eran las ocho de la noche, pronto, pensé. Los vi mas mayores. Por la casualidad caminé detrás de Ramón hasta que llegó a su portal. Le seguí con la mirada para fijarme en los detalles: pantalón vaquero, zapatos antiguos negros y de cordones, y un anorak negro. Ha perdido mucho pelo. Ramón sacó las llaves y abrió la puerta del portal. Yo continué por la acera suponiendo sus próximos movimientos: ascensor, abrir la puerta de su piso, descalzarse y ponerse las zapatillas de cuadros marrones, quitarse la ropa en la habitación almacén para vestirse el chandal gris. Le vi también en ropa interior:  slip blancos clásicos, Abanderado, sin apertura, y calcetines azul oscuro. Y después encendería el televisor. Y preparar la cena, organizadamente, sopa con fideos y el lomo que sobró. A cenar a las nueve, con las noticias de la tres. Y con un flan, de huevo. Ramón (56) y Pedro (58), son amigos, solteros los dos. Y quedan casi todas las tardes, para pasear, y conversan, se conocen bien. Han renunciado a enamorarse. Regularmente con el coche de Pedro se abastecen en el Carrefour. Todos los domingos Ramón come con sus padres. Pedro come con sus padres dos veces al mes. Ramón es agente de seguros. Pedro administrativo en la Junta.


4 de diciembre 2021.

He visto a Marta con Enrique. Creo que el mes que viene harán ya tres años de casados. Ella ahora es muy católica, tiene dos hijos, y participa de las eucaristías, liturgias, convivencias, celebraciones, cursillos y ceremonias. La he visto en el funeral de su hermano Juan. No estaban sus hijos, pero es que son muy pequeños: Marco tiene 1 año y Rosa dos. La noté mas seria, amable pero distante, cuando me acerqué para decirle que sentía lo de su hermano. Saludé a Enrique también. A mi me fascinaba aquella Marta de hace siete años, divertida, suelta, atrevida y exploradora. Yo no debí haberla sido infiel con Laura,  lo nuestro hubiese sido un viaje inagotable y apasionado, con hijos también. La recuerdo emocionada en los planes y vital, muy vital. Fueron mis tres mejores años, sin duda, viviendo juntos en mi piso los fines de semana, poco, porque éramos aventureros en noches de fiesta y en viajes. Éramos intensidad arrolladora, La contagiábamos. Recuerdo tanto el sexo con ella. Se rompió porque fallé. Luego llego a mi vida Isabel, para quedarse, con menos luz y menos deseo. Luego a la vida de Marta llego Javier, para una temporada, tan tranquilo y tan serio, equilibrado y sensato, caballero, educado, asegurando porvenir. Yo insistí para recuperar a Marta, pero lo roto no era reparable. Y cuando Marta terminó con Javier, apareció Enrique.


3 de diciembre 2021.

Estuve con Marta en Tunkumego. En julio, 2014.  Estuvimos muchos días en la playa de Tebook: arenas blancas y aguas turquesa. Conocimos y practicamos el Ziyanché.  Desde nuestra habitación del hotel veíamos el mar, nos excitaba provocando la inspiración. Fue su regalo de cumpleaños, muy generoso porque invertí en el todos mis ahorros, lo acumulado hasta entonces. Fue una idea brillante aquel viaje porque aunque ahora Marta es la esposa de Enrique, la madre de Marco y Rosa, todo lo que sentimos allí nunca lo podremos olvidar. Fueron quince días con catorce mañanas, tardes y noches. “Sol en la cara”. ¿Fueron los efectos de la tarta de Zeguá? ¿Fueron afrodisiacas nuestras excursiones? ¿Alteró nuestro ánimo y nuestra conciencia el licor de Zankuk?. “Ropa de cama de hotel”.  ¿Fue la conexión con aquellas técnicas ancestrales las que nos liberaron? Luego recordabamos enloquecidos aquellos días, las noches de sábado, en el Zupak club. Teníamos 26 años recién cumplidos, los dos, del día 14, yo de mayo, Marta de junio. ¿Serían los influjos de este nuestro número mágico? Catorce. Aquel 14 de julio de 2014 fue el mejor día de mi vida, ella me dijo que también. Volvimos muy morenos , “brillo dorado en la piel” . Volvimos agotados por un cúmulo de experiencias y de estímulos: frenesí y“olores de vida plena”. *Y con la música y la letra de Copacabana   Izal.


2 de diciembre 2021.

Y después llegaron dos coches patrulla de la policía municipal y se llevaron detenido a Carlos, mi novio. Eran las seis de la mañana y todos los vecinos asomados en las ventanas de la plaza en la que vivo. Carlos y yo llevamos seis meses juntos. 22 de noviembre, y me llamo Raquel. No llovía porque con lluvia todo hubiese sido muy distinto. En las ventanas y los balcones, el vecindario estupefacto, muy sorprendido, asombrado, desconcertado ante algo poco habitual, sin comprender lo que pasaba sin saber cómo reaccionar. También los vecinos de mi portal, somos 44 pisos. Los bares, la floristería y la ferretería, cerrados, aun no eran horas para abrir. En las aceras de la calle, dos o tres personas también. Increible porque a mi nunca antes me había ocurrido esto, ser la protagonista de un espectáculo popular así. ¡Y además lunes! La semana sin hacer, todos en pijamas aún, mayores, adultos y niños, y algún perro en el jardín. Resulta que Carlos quería celebrar nuestro amor el día de mi cumpleaños, así. Y vino a decírmelo temprano, con su camión, y la canción sonando por los altavoces, grandes, a ese volumen brutal “ Mon amour”. Zzoilo y Aitana. Somos increíbles pero aquello supero todas mis expectativas de amor. Le amo. ¡Muuuucho!


1 de diciembre 2021.

Maribel es muy fan de Luz Casal, desde siempre. Más de un día y mas de veinte ha cantado en la ducha el “Loca”, la canción de ella. Loca no está, pero si que perdió la cabeza por un gran amor, con 33, no se llamaba “Rufino”, y fueron seis meses de casino, bailes de salón, mariscadas con langostinos, y lo demás. Ayer le vio en el café. Maribel idolatra a Luz Casal. Se engaña y nos engaña cuando miente y dice que “No me importa nada”, ni en el amor, ni en el deseo, pero sigue suplicándole con amargura, “Piensa en mi”. “Entre mis recuerdos” ya no habitan ni la pena ni el dolor, me dice, y no es así. Tuvo ayer “un día marrón”, desde que despertó, hasta que volvió a la cama para dormir, es habitual. Maribel tiene todos los discos de Luz y quisiera conocerla.  Maribel y Luz son gallegas. Maribel de A Coruña, 46. Ella es especial, única, una maravillosa mujer que se merece ser feliz, muy feliz. “Maribel, ojalá que el año que viene te vaya mejor”. "Se verá". Maribel, una mujer rota y herida que quiere “Sentir”, a veces escucha esta canción por los auriculares mientras recorre su ciudad…plaza de Maria Pita, calle Orzán, calle Sol,… playa Riazor,…, Y “A cada paso” se siente renacer, frágil, vital, y ansiosa. “¡Suerte Maribel!”


30 de noviembre 2021.

Antonia Gutierrez, Toñi. Tomaba 6 Coca-Colas al dia y desayunaba mini cookies de limón, seis también. Alergica al polvo, conducia en aquel entonces un Fort fiesta gris, alumna de quinto de filología inglesa, vecina de portal, residente en el piso de estudiantes del sexto B.Vinó de León para estudiar en Salamanca. En setiembre del 89 coincidimos en el ascensor, en octubre me invitó a subir, de noviembre a julio lo pasamos muy bien. ¡Afortunado plan! Es fantástico que tu novia, amiga, complice, amante, viva en el mismo portal. Antonia era muy divertida, pero en julio abandonó el piso para hacer el verano en Escocia, allí conoció a Brian, no nos volvimos a ver. Toñí no cocinaba bien. Recuerdo sus vestidos. Era inteligente. Ordenada. Aprendí a construir mentiras para quedarme a dormir en su habitación. Fuí amigo de Marta y Laura, sus compañeras de piso. Nos hicimos muchas fotos. No viajamos juntos. No me llevó a León. Aprendí a hacer el amor. Escuchabamos música. Compartí mis amigos con ella, a los suyos no los conoci. Me consoló cuando suspendí todas las asignaturas de COU. Paseamos. Volvió a andar en bicí. Saltamos en tres conciertos. Comencé a tomar café. Con Antonia aprendí de empatía y astronomía, jirafas, románico, cubatas y cervezas, posturas, remiendos, atajos, tropiezos, bailables, recortes y ecuaciones, traducciones, adivinanzas, deseo, recovecos, roces, rasguños, celebraciones y festejos.


25 de noviembre 2021.

Noelia cocina consomés de manera extraordinaria. Brillante. Original. Creativa. Fabulosa. Sublime. En realidad yo no soy un chef y nunca diferencié ente caldo, consomé y sopa hasta que Noelia me explico que el consomé es ese líquido que resulta tras hervir en agua una proteína. Lo que te decía, Noelia cocina consomés de una manera memorable, que jamás olvidaré. Yo ya le he dicho a ella, que si nuestra relación matrimonial se rompe, evitemos romper nuestra amistad. Con mis novias anteriores yo siempre los había tomado de supermercado, industriales. De Eroski, Mercadona, Dia, El Corte Inglés, Alteza-Lupa, Aneto, Gallina Blanca, Don Simón, Avecrem,… Miento, de Isabel recuerdo el caldo gallego que tomábamos en Lugo, antes de comer, y después de venir de pasear  sobre las murallas. Recuerdo el caldo que tomábamos por vacaciones de Semana Santa, en las noches frías con mis abuelos en Toro.  Recuerdo los caldos de hospital, por la apendicitis, cuando me operaron de fimosis y cuando m extirparon la vesícula. Me recuerdo haciendo el amor con Cristina en el sofá de su apartamento, y de fondo Argiñano cocinando caldo, con gallina y un hueso de rodilla de ternera. He previsto que en mi fallecimiento, en el tanatorio, se sirva consomé de pollo a los visitantes. Y croquetas de jamón.


24 de noviembre 2021.

Yo vivo en la plaza de Zaldiaran de Vitoria, Iratxe, mi novia, vive en la calle Doctor Areilza de Bilbao. Y nos conocimos en un curso de meditación que hicimos en la calle San Martín de Donostia. ¿Lo has probado? De lunes a jueves vivimos cada uno en nuestro piso, y los fines de semana los compartimos, de viernes a domingo, uno en mi piso, otro en el de Iratxe. Los viernes al salir de trabajar ella o yo cogemos el autobús para convivir. El plan incluye comida familiar los domingos, en casa de sus padres o de los míos. Así llevamos cuatro años. Para ampliar las experiencias me ha propuesto Iratxe que pasemos un fin de semana al mes en San Sebastian, y a mi me parece buena idea. Pensando en el futuro, aun no lo hemos pensado, pero resultan muy motivadores, en todos los sentidos,  los encuentros de los viernes. Para facilitarnos la vida, en su casa y en la mía, ropa mía y ropa suya. La habitación de Iratxe, con balcón a la calle, es más cálida y confortable que la mía. Ella prefiere mi televisión y mi sofá fucsia. En mi despensa y mi nevera siempre encontramos con que entretenernos, da igual que sea verano o invierno. “Mikel, no compres más de eso”, me dice arrepentida después. Ayer hicimos una lista con mis cosas que están en su piso, y las suyas en la mía, y nos reimos mucho. 


23 de noviembre 2021.

La compra del sofá del salón desencadenó su divorcio. Lo acentúo todo. Lucia lo quería fucsia o azul cielo, grande, de tres plazas, ancho, con complementos, cojines, con cama y chaise longe. Lucas lo quería simple y sencillo, en gris o marrón o verde tranquilo. Lucas insistía en que las dimensiones del salón impedían un sofá grande, Lucia que había el espacio suficiente para hacer del sofá el lugar principal para convivir. Visitaron varias tiendas y exploraron catálogos por internet. No encontraban el acuerdo pero si los pretextos para discutir. Lucas insistía que no quería gastar mucho en el sofá, Lucia le acusaba de ser excesivamente ahorrador, prudente, insipido y previsor. Lucía argumentaba que el sofá les aportaría felicidad conyugal, Lucas le reprochaba que era egocéntrica y que ella elegía siempre los planes del televisor, y que día si, día también, tenía que abandonar el salón para ver la tele en el cuarto de los trastos. Lucas la acusó de vaga, y que deberían practicar más paseos y menos ratos de sofá. Mencionaron aspectos de su vida sexual. Empeoró cuando Lucas insinuó que Lucia estaba ganando peso por el sedentarismo. Empeoró cuando Lucía le recordó que era un tipejo triste y aburrido, y se estaba abandonando, y que ya no se parecía en nada al Lucas del que se enamoró y que así no podía vivir feliz.


22 de noviembre de 2021

Me encontré con Ricardo al comprar el pan. El mismo de siempre. Eran las diez de la mañana y ya estaba en la terraza del Amalau café, el de Gran Via. Seguia en modo porro, caña de cerveza y conversación banal. Hoy domingo. Me pregunté que vi en él para que fuésemos pareja tres años en ese mismo plan de cañas, porros, conversaciones banales, coitos, broncas y trabajar. Y alguna que otra escapada por ahí. Quizás le quise rehabilitar ejerciendo de madre. Quizás fuera que en el follar se maneja bien y yo venia de las torpezas de Manuel. Quizás que yo necesitaba esa etapa vital de estupidez. A punto estuve de quedarme allí, enganchada al encefalograma plano en modo confusión. ¡Aupa Ricardo! Le dije. ¡Aupa Carla! Y asi conversamos en nuestro encuentro de hoy durante cinco minutos sobre como nos va. No hay futuro favorable para el que no sabe a donde va. Hay personas que ni saben conducir. Cuando llegué a casa me esperaba Luis porque nos íbamos a ver una casa que se quiere comprar en un pueblo porque dice que la ciudad le da dolor de cabeza y le aburre la alienación de los cuerpos que deambulan por las aceras de los paseos urbanos. Luis es denso y complejo, a menudo me aturulla.


21 de noviembre 2021.

Gracias al Pinzang de Zeing Yank he conseguido liberar mi vida de las tensiones y las presiones que invaden mis ruinas y rutinas cotidianas. “Es un pensamiento paradigmático que conduce a la acción, incide en los hábitos nocivos y nos aporta herramientas, competencias y valores para alcanzar la felicidad” dice la doctora Zeing. “Son prácticas primitivas, arte-sanales, sensitivas, que afectan a nuestro sistema nervioso, muscular y neurológico, irradiando energía” dice la doctora Yank. “Son impactos eléctricos que descomprimen los puntos, áreas y zonas lesionadas y estimulan los nodos para expandir vitalidad, satisfacción, armonía, placer y felicidad”, expone la doctora. “El Pinzang es sabiduría ancestral disponible para mentes abiertas que escuchan para crecer y avanzar”.  "Porque cuando los sensores de la capsulas zeticas de nuestras neuronas sincronizan con los transmisores neólicos de nuestro sistema emocional se alimentan los conectores fíbricos irradiantes en los capilares ambinuós". Son momentos únicos: fluido, divertido e intenso. Practicar el Pinzang ha cambiado mi vida, abstraerme al krigma es una experiencia vital amplia y plena para flotar en plenitud y libertad. Sin duda, en el libro «Las instrucciones escondidas» de la doctora ecuoatoguineana afincada en España Zeing Yank he encontrado las soluciones y respuestas que estaba buscando desde siempre.


20 de noviembre 2021.

“Rosa. Quiero que me devuelvas ya los mil euros que te presté hace un año por estas fechas. Desde diciembre, antes de navidades, te los estoy reclamando y te haces la tonta, siempre con pretextos y con excusas, pero te comprometiste a devolvérmelos antes de febrero. Yo fui generosa contigo pero tu me tratas de estúpida. Yo no se si en realidad fueron para comprar la lavadora y la nevera como me dijiste, porque no te veo muy agobiada con el dinero, habéis hecho vacaciones de verano, marchaís de fin de semana muchas veces, tenéis furgoneta y tele nueva, los chiquilllos estrenan ropa y juguetes a menudo, y se os ve mucho por ahí, de cena y de festejos. He sido discreta hasta ahora y no le he contado de esto ni a tus padres ni a tus hermanos, ni por el barrio, pero voy a tenerlo que hacer. Yo necesito ese dinero ya, y no tengo que darte explicaciones porque el dinero es mío, es nuestro, y mi trabajo me ha costado hacer esos ahorros. Eras mi amiga y me fie de ti, tanto que no firmamos ni papel ni nada. ¿Sabe tu marido de este dinero? Espero que antes de diciembre me lo devuelvas. Natalia”.


19 de noviembre 2021.

Vivo en la calle Candelaria Ruiz del Árbol desde hace un año. Desde que acabó aquella larga temporada de zozobra porque vivía en la inopia. Indefensa, triste, infeliz. En esta pequeña parte del mundo que soy yo no había luz. Soy la secuela de aquello que luego resolví con coherencia eliminando los pretextos y las expectativas de mi vida. Soy los efectos de la catarsis porque un día como hoy entré en urgencias con parada cardiorrespiratoria y después periodo de estancia en UCI. Después de este episodio me centré. Monté mi negocio. Encontré a Javier. Perdí 16 kilos. Evito las malas influencias. Mi padre me llamaba “cabecita Loca” y yo le puse a mi vida la letra de esta canción de Amaral: “contra la corriente, vuela mariposa…”. Me encanta el verano y el sol pero soy también la lluvia de los inviernos fríos. Soy furia, tempestad y tormenta. Soy vehemencia, ímpetu y convulsiones. Soy neuronas en ebullición. Soy inquietud, curiosidad, riesgo. Soy torbellino. Soy pasión, miedos, ansia de aventuras y emociones fuertes. Soy desasosiego. Soy placer. Intensa. Soy ruido. Y noches con madrugada. Ayer cante en Sonorama con León Benavente, “Líbrame del mal”. Con Javier. En esta nueva era. Y nos abrazamos. Muy fuerte.


18 de noviembre 2021.

Mi novio era guapo, muy guapo, y digo que era no porque ya no sea guapo, que lo sigue siendo, lo digo porque ya no es mi novio. Nos conocimos en una fiesta de mi amiga Laura, nos aproximamos porque nos excedimos con las copas, y luego quedamos al día siguiente, al siguiente, y al siguiente. Así durante semanas. Yo para el día 11 ya quería que me quitará las braguitas fucsias, pero hasta el día 84 no pudo ser. Yo que estoy disponible para el sexo ligero en las primeras citas consideré esta novedad como un estímulo para mis fantasías y deseos. No tuvimos sexo, pero tampoco insinuaciones. Nuestros besos fueron más familiares que de pasión. Mi novio, el guapo muy guapo, Javier, pareciera que no estaba interesado por nuestra intimidad, Nada de roces. Nada de picardías. Nada de confidencias sexuales. Nada de nada. Javier, elegante, cuidadoso, conversador y generoso, divertido, un amor. Pero nada de lo otro. El día 69 le pregunte de modo directo, y ni era virgen, ni homosexual, ni padecía impedimento por alergias o falta de erección. El día 70 le pregunte por la carencia y dijo que llegaría, sin mas rodeos. Llegó el día 84, 22 de junio, en el hotel OZOE de Zaragoza. Después yo ya no quise repetir de aquello. Seguimos siendo amigos, pero con la amistad me es suficiente.


17 de noviembre 2021.

Hubo una temporada hace seis meses, que estuve con Natacha. Un mes. Ella era la cajera del supermercado de mi barrio, y por extrañas circunstancias que escapan a mi control, y porque a mi me gusta hacer compras todos los días, coincidíamos allí. Ella era (y seguirá siendo) una muchacha muy extrovertida, y fui escuchando sus pequeñas conversaciones con la clientela, y manejando datos, para llegado el día, ampliar mi sonrisa agradable, y aumentar el número de palabras, frases y diálogos con ella. Llegó el día. Yo ya por entonces manejaba unos apuntes que me había hecho con 33 reglas básicas que fui aplicando en mi paso por su zona de control, en esos minutos que compartíamos inicialmente: deposito de artículos, embolsado y abono, casi siempre con tarjeta.  También por aquello de las extrañas circunstancias,  en cinco ocasiones sonó en el hilo musical “Caminante” de “Las Bistec”, banda sonora para mi interpretación. Comencé a llamarla por su nombre, en un susurro sutil elegante, sin invasiones. Elegí mi vestuario para bajar al supermercado. Seleccioné artículos alimentarios que proyectasen lo mejor de mi, y fui progresando en mis atenciones interesadas, mostrándole mi delicada curiosidad…. “No estoy de acuerdo contigo, pero me parece razonable lo que dices”. “Yo prefiero a Izal”. “¿Pasas mucho frio aquí tan cerca de la puerta?”. “Un día te lo explico mejor…”  El 11 de setiembre nos tomamos el primer café, y luego treinta días más.


16 de noviembre 2021.

Tenia miedo de salir a la calle. Se me metió en la cabeza que un coche me atropellaría de la manera mas absurda. Se lo conté a mi médica del centro de salud, de una manera creíble,  y avaló una baja laboral por enfermedad mental. Me propuso atención sanitaria especializada, y hacer uso de mi seguro privado: sicólogo, siquiatra y medicación.  No fui. Mi trastorno duró seis meses. Se me metió en la cabeza qué en un paso de cebra, o por un volantazo inesperado, de una manera imprevisible, un vehículo acabaría con mi vida. Mi novia, mis amigos y familiares me visitaban, y yo no mostraba signo alguno de enajenación, el problema era transitar cerca de cualquier carretera. Afortunadamente en los bajos de mi edificio hay un bar, con terraza, junto al portal, en la plaza, alejado de los coches. Pude así, con aval médico, practicar una vida cómoda de hogar y terraza de bar. Las compras en el supermercado, por internet. Mi trabajo, de operario, presencial, impedía mi asistencia. Fueron seis estupendos meses de vacaciones en mi edificio que aproveche para leer, cocinar, montar puzles y aprobar las seis asignaturas de abogacía por la Uned. Fueron seis meses increíbles, sin trabajar, de enero a junio. Y luego llegó el verano y las vacaciones. Nos fuimos a Canarias aquel año.


15 de noviembre 2021.

¡Qué disparate! Me repitió mi suegra más de veinte veces en menos de una hora, en nuestro segundo encuentro. ¡Qué disparate! porque le decíamos que nos íbamos a vivir juntos seis meses después de conocernos. Yo ese día comprendí qué para mi suegra, la madre de Roberto, meterse en las vidas de todos y opinar sobre todo era una de sus principales aficiones. Y no solo en mi vida, también en la de Marta y Pablo, los hermanos de Roberto. También en la del vecindario, familia, conocidos y amigos. Y Marisa, mi suegra, continuó opinando semanalmente sobre nuestras relaciones íntimas, sobre los edredones de las camas, sobre los planes de vacaciones, el cambio de coche, nuestras comida y manera de cocinar, los gastos que hacíamos, los amigos, mi madre y mis hermanos, los trabajos, la ropa que vestíamos, nuestras posiciones políticas, …  Roberto no se molestaba por ello, es más lo consentía. En ocasiones decía cosas que estimulaban su entrometimiento. Sus hijos no le habían parado los pies, la cuidaban muy en exceso desde que enviudo. Afortunadamente mi suegra murió de un infarto al año de empezar mi noviazgo con Roberto. Dejé a Roberto dos meses después, su carácter insulso era insuficiente para mis expectativas como persona, mujer, esposa, compañera y amante.


14 de noviembre 2021.

Cuando le subí a mi piso, él estaba ansioso por follarme. Fascinado por mis ojos verdes. Era para él un premio a una semana dura de trabajo que concluye en noche de sábado, coito y eyaculación. Y el lunes, reinicio y vuelta a empezar la acumulación. Tal vez porque había visto la semana anterior una peli antigua, “Ese oscuro objeto de deseo”, de Luis Buñuel, decidí comportarme como Angela Molina, la protagonista, y él, Fernando Rey, el ansioso de Malasaña. En realidad yo me llamo Hortensia, y Antonio él. Desde que nos encontramos en el Zupak club de la plaza, a él le explotaba la entrepierna, recuerdo que pensé que las autoridades sanitarias convendría realizasen campañas promoviendo la masturbación habitual en ausencia de sexo interpersonal presencial (SIP). Yo vivo en el tercero de la calle La Palma, y él subió las escaleras como un galgo en cacería. La situación, controlada, mis tres compañeras de piso estaban en sus habitaciones con sus novios, ese piso era un habitáculo sexual habitual, un HSH, bromeábamos entre nosotras. Antonio ya detrás de la puerta del piso se dispuso raudo a besuquearme, manejarme y quitarnos la ropa para practicar autómata la mecánica operativa. Eran las 4 y 10 de la mañana.   Yo le enfrié, le condujé al sofá, saqué unos refrescos de naranja, Fanta, y puse música. Aunque joven,  yo soy coplera y sonó el disco de Conchita Piquer.  Sonó “Ojos verdes”, “En tierra extraña”, "Carcel de oro", “A la lima y el limón”, “No me llames dolores, llámame Lola”, “La niña de puerta oscura" , "Romance de valentia", y algunas más… Antonio intentaba consumar pero se consumió en mis evitaciones. Sentados en el sofá. Cogidos de la mano. Antonio, adormilado se marchó a las 5 y 30. Creo que enfadado.


13 de noviembre 2021.

En el 99 yo era el vocalista de una banda de música, “Elecciones nucleares”, con unos temas potentes, un éxito incipiente in crescendo, seguidores y fans, un programa de eventos añadidos, un circuito de conciertos interesante, y multitudinarios, apariciones en los medios digitales, radiofónicos, mediáticos, contactos, acceso a personas y lugares relevantes, chicas y chicos que deseaban conocerme y nos conocíamos. Éramos indies, yo escribía frases: “Y en un minuto veloz todo se nos derrumbó”, y luego la cantábamos, y lo coreaban todas, y todos.  Yo escribía frases: “Era la secuela de una relación perseverante pero desequilibrada en la perplejidad", "Romance de una aventura incierta que nos hizo estrafalarios de una manera incomoda, inmadura y sin mesura”, y luego la cantábamos, también ellos. Yo escribía frases: “No fue un colapso ni un pretexto para romper lo nuestro pero vivimos en la inopia de un comportamiento atroz, el colofón de todos los efectos”, y lo cantábamos. Escribí también. “Quisimos romper nuestra zozobra de una manera articulada pero no hubo trayectoria”, y lo cantamos.  Tuvimos camisetas y sudaderas y bolsas que luego veíamos por el metro, en los autobuses y en las noches de desenfreno. Editamos unas postales que se pusieron de moda, “la colección mágica de palabras molonas”, eran de colores, invitamos a enviarlas, y a hacer una revolución personal con todas ellas, “en la vía 4”. Secuela, pretexto, coherencia, zozobra, articular, expectativa, inopia, ... Nos fuimos consumiendo hasta que dejamos de molar, y nos disolvimos.


12 de noviembre 2021.

Escuche su canción. Por primera vez. El 11 de noviembre. 2021. Tarde con frio. No llovía, yo si lloraba. “He visto cosas que no creeríais” cantaba Abraham Boba de León Benavente en “Líbrame del mal”. Mirando al pasado, una profunda nostalgia me invadía. Con rabia y dolor. Ruidos. Golpes. Estupor. Con desamparo. Por la ruptura con Isabel.  Por los amigos envileciendo. Por los ausentes. Por todo lo perdido. Por la enfermedad de mi madre. Al recordar lo que hicimos juntos. Por el Covid. “Huracán”. Por la frustración y la soledad. “Por el ruido al caer de aquella era”. Mirando al futuro la canción me azotaba con ilusión. En tecnocolor. Fantasía. Me llevaba, me movía,  flotando, me hacía fluir y volar. Y los últimos 60 segundos de la canción me devolvieron a la vida y a la felicidad ausente. Hasta allí. Era energía para despertar. Y logré desear. Me sentí, saltar, con calor, junto a ti, rodeado por una multitud que festeja la música apasionadamente. “Ven, líbrame del mal”. Mis piernas se agitaron al ritmo de la canción. Soñé. Concierto. Vibré. Alegría. En una posesión benéfica reconfortante. Efectos balsámicos. Se diluía mágicamente esta realidad que me asfixia. Latía mi corazón. Sonriendo. El momento barrió mi tristeza: “Ven, líbrame del mal. Ey, líbrame del mal”. Y canté en la azotea. Y bailé en la azotea. Intenso y esencial.


11 de noviembre 2021.

Reunidos en Santander, en la cafetería del hotel Ozoe,  Jose Luis Ruiz Gutiérrez y Ana Belén Pérez Sanz, el 11.11.2021, acordamos y reflejamos por escrito en este documento, las cuestiones que se detallan para que consten ahora, y en los próximos meses. Primero: que Jose Luis Ruiz Gutiérrez y Ana Belén Pérez Sanz, mantienen una relación de noviazgo desde el pasado 03.05.2019. Segundo: que por diversas circunstancias que Jose Luis Ruiz Gutiérrez y Ana Belén Pérez Sanz prefieren no detallar en este documento, determinan conveniente paralizar esta relación personal y afectiva entre ambos durante un periodo de 365 días. Tercero: que durante este periodo Jose Luis Ruiz Gutiérrez y Ana Belén Pérez Sanz no mantendrán ninguna relación entre ellos, procediéndose a una incomunicación y distanciamiento total, incluyendo las vías telefónicas, telemáticas, documentales y postales, o cualquiera otra. Cuarta:  que esta incomunicación y distanciamiento no será interrumpido bajo ninguna causa, incluyéndose de manera expresa las enfermedades  o dificultades personales y familiares que aconteciesen a Jose Luis Ruiz Gutiérrez o Ana Belén Pérez Sanz. Quinta: que durante ese periodo de distanciamiento, Jose Luis Ruiz Gutiérrez y Ana Belén Pérez Sanz no mantendrán relaciones de noviazgo ni similares con terceras personas, tampoco relaciones sexuales de cualquier tipo. Sexta: que Jose Luis Ruiz Gutiérrez y Ana Belén Pérez Sanz , las personas firmantes de este documento, volverán a encontrarse en la cafetería del hotel Ozoe, en la fecha del 11.11.2022, a las 18 horas. Y lo firman.


10 de noviembre 2021.

Estábamos en la terraza del café Vanoa los nueve. Tres parejas y tres niños. Rosa y Álvaro. Tomas y Rebeca. Y nosotros: Ernesto y Azucena. Tarde de sábado. Las ocho. De noche. Otoño y noviembre. Fría. “Álvaro, ¿otra vez te has quedado sin batería en el móvil?”, le reprochó Rosa, con un grito y mal tono. Álvaro se quedó callado el resto de la tarde, hasta que nos fuimos, cada uno a nuestra casa, a las 21,17. Al llegar a casa comenté con Azucena el incidente y los dos coincidimos en que Álvaro es muy despreocupado para todo, y recordamos cuando perdió las llaves del coche el fin de semana que hicimos en Toledo en setiembre, y recordamos cuando la semana pasada se olvidó de recoger al crio (Martín), en el colegio. Recordamos siete u ocho cosas más. Álvaro es un buen tipo, pero a menudo parece el segundo hijo de Rosa. Hoy Azucena me ha comentado que Rosa le ha dicho que ha decidido separarse de Álvaro. Que no comente, que aún no se lo ha dicho. Rosa y Álvaro son la pareja más larga de las tres, llevan juntos desde 2006, tres años antes que nosotros. Pensé en Martín, porque la criatura tiene cuatro años. Pensé en nosotros, y en lo mio con Rebeca.


9 de noviembre 2021.

Te vi. Te vimos todos los del portal, del barrio y de la ciudad. Todos los que teníamos la televisión encendida. En las noticias de Telecinco. En las de las 3 y en las de las 9. Aparecías encadenado a las escaleras mecánicas del centro comercial de nuestro barrio. Vestido de gallina, en el sentido literal de la palabra, no el figurado. Y junto a ti una pancarta que decía, “Tengo derecho a una vida sexual plena y digna”. Sentí vergüenza ajena cuando te vi, y pedí a Dios, a los ángeles, arcángeles, y al resto del coro celestial que nadie me relacionase contigo. Porque habíamos sido novios tres meses, tres años antes. Lo comentamos mucho por whatsapp, y en los grupos, por teléfono. Y en los encuentros de portal, de calle, de café, a la puerta de la escuela, en el trabajo. “¿Has visto a Antonio encadenado a las escaleras mecánicas del centro comercial exigiendo una vida sexual plena y digna? Le supliqué a Santa Teresa y Santa Lucia, mis santas favoritas, que nadie me relacionara con él. Se comentó mucho por los detalles, acerca de si tenía o no tenía vida sexual, acerca de los estándares de plenitud y dignidad en la vida sexual, acerca de los nuevos derechos avanzados. El colectivo feminista del distrito ha organizado una charla sobre el tema la próxima semana. Viene la experta Paula Huerta para hablar de ello. Ayer me crucé con Antonio por la calle, le negué el saludo.


8 de noviembre 2021.

Tenía un carácter demoníaco aunque le encantaba comprar cosas molonas, con esas frases sacadas de libros de autoayuda y desarrollo personal. Era la incoherencia personificada en diablesa. “Vive cada instante como si fuese el último”, pero no tenía tiempo para lo nuestro, porque aspiraba a ser una empresaria de éxito sentada en su mesa de ejecutiva y explotando al personal laboral. “Siéntete la princesa del cuento”, y cuento si que tenía, para salirse con la suya y enredarme, a mi y a todos, pero no en aventuras Disney sino en películas de terror con bichos que te atacan para desangrarte a modo zombi. Podría seguir con mil ejemplos, pero no quiero aburrirte. Llevabamos seis meses de novios. Yo por aquel entonces ya estaba cursando estudios filosóficos por varias ramas, budista, hindu y coreana. Practicaba Reiki, Taichi, ajedrez, padel, taekondo, meditación, msaje, yoga y Kilimandaro. Con el Kilimandaro descubrí que Nieves y yo éramos incompatibles, por cualquiera de las vias, chacras, neuronal, tikosenstible, sicogenética, fluida, radiante, emocional o genital, y quise cerrar nuestra relación de una manera, elegante. “Serás lo que quieras ser” le dije mientras escapaba a lo Houdini,  ella tomaba una copa de ron con pacharán y menta, yo una infusión manguinesa. Ella lo entendió y me propuso que continuáramos viendonos. Yo le dije que sí, pero luego los estudios filosóficos, el Reiki, Taichi, ajedrez, padel, taekondo, meditación, masaje, yoga y Kilimandaro me lo impidieron.


7 de noviembre 2021.

Hoy hace cuatro meses era 7 de julio, San Fermín, y estábamos de vacaciones en la playa. Cadiz. 7 hombres sin pareja, y ninguno de nosotros gay. Edades: de 30 a 50. Habíamos coincidido y acordado alquilar la casa en la costa. Coincidido en la asociación de viudos, solteros y separados de Valladolid: HVS. Acordado el alquiler; porque después de varias actividades juntos, y sin plan de verano, Santi nos lo propuso y nos vino muy bien. Éramos siete raros de una intensidad abrumadora gritándole al mundo que había llegado nuestra hora. Sin expectativas, pero con orden y concierto, habíamos establecido una solida organización que incluía un programa de actividades turísticas, deportivas y gastronómicas. Incluía también soluciones y respuestas para situaciones posibles. 15 días en Cadiz. Fuimos en dos coches. Alberto y Fausto, los sujetos mas atractivos del grupo. Santi, la mente gestora. Ramón, el divertido. Carmelo, el deprimido. Agustín, el pacificador. Y Carlos, el cocinero. Actividades, playa, chiringuito, siesta, garitos nocturnos, era nuestro circuito diario previsto. Para dormir, bien, cuatro habitaciones y el salón. Mas complicado fue el uso de los tres baños: retretes y duchas. No tuvimos incidentes destacables, tampoco de administración económica. Para la limpieza de la casa, contratamos el servicio. Omito detalles de naturaleza sexual. Hubo episodios con sobredosis de alcohol también. Confraternizamos con otra cuadrilla de Albacete   .Y nos reímos mucho.


6 de noviembre 2021.

Iba yo en la plaza 29 del autobús. Ventanilla. Todos los asientos ocupados. Calor. Lluvia en la carretera. Salimos a las 15 de Bilbao para llegar a las 17 a  Burgos. Con la compañía Alsa. A mi lado, asiento 30, pasillo, un chico, Ibai. De mas de 20 y menos de 30. Muy guapo, rubio, ojos verdes, de mirada penetrante. Pantalones vaqueros grises. Zapatillas azules. Calcetines verdes. Sudadera verde y gris. Habló varias veces por teléfono con una chica, su chica, Idoia. Y le dijo de las ganas que tenia de verla y jugar al futbolín, que llevaba un regalo que sabía le iba a gustar, que esa noche saldrían por ahí, confirmaba que ella le iría a buscar con el coche, lamentaba tenerse que volver el domingo a Bilbao, le recordó que su bus salía a las 18.30 , preguntó si sus compañeras de piso se habían marchado al fin, creí entender que si. Ella le dijo que debía llevar el coche al taller, que irían a comer hamburguesas al sitio que descubrió con sus compañeros del laboratorio. Idoia le dijo que tenia una sorpresa para él. Iban se durmió cuando pasamos Pancorbo. Se apoyó ligeramente en mi. Sentí su calor y envidie lo afortunada que era Idoia.


5 de noviembre 2021.

Me invitó a cenar en el restaurante Vanoa porque hizo una apuesta y la perdió. Llovía como si no hubiese un mañana, y hacia un frío terrorífico. Normal, era febrero y estábamos en alerta de  nieve. Él, Iván. Se le veía venir, con muchas ganas, claridad y calidez. Pero el horno no estaba para esos bollos,  no eran mis planes dejarme llevar, porque yo ya estoy de vuelta. Yo había previsto una tarde de cine y una noche de buena cena, (también cara), y lo otro no ocurrió, tal y como yo evitaba y había previsto. Si subimos a su piso también, para tomar una copa y charlar. Iván vive en el sexto B, y a las 2 y cuarto del sábado para el domingo yo baje al mío, en el segundo C. Fui luego feliz, egocéntrica y autómata con mi dispositivo a pìlas, el PEPLA, (Personal-Player). Hasta las cuatro. Iván insistió antes, sin rodeos, yo decliné. Muy rica la ensalada de Tief, y los fritos salteados al roquefort, y los embutidos de la tierra. Muy ricos los escalopines de pato a la naranja. Muy rica la tarta Endesa con licor de limón. Es bonito cenar por ahí, no hay que poner el lavavajillas. Y mejor si no tienes que pagar tú. A mi Iván me excita, pero huyo de los compromisos, que luego los tíos, él también,  son muy demandantes y muy complejos y muy difíciles y falocéntricos.


4 de noviembre 2021.

Llegué en tren, desde Madrid, a las 20, de una reunión en el ministerio. Diez minutos después entraba en el portal de mi edificio, el EULZA II, en la Acera de Recoletos. Abrí el buzón. Subí hasta mi piso, el 13 E, y subí las persianas. Miré por el balcón hacia la oficina de turismo del parque de Campo Grande. Una de las cartas, de mi banco, anunciando nuevas comisiones. Otra de las cartas, de Ana, desde Arévalo. Abrí la nevera para tomar una cerveza en el salón, encendí la tele, en Telecinco, Sálvame, hablaban de Kiko Rivera y de las muchas cosas enredadas de ese follón familiar televisado previo pago. En mi cabeza rumiaban varias cuestiones laborales pendientes.  Una ducha y las noticias en Antena 3. Para cenar sardinas de lata con ensalada de tomate y una cuajada. Llamé a mi madre. Miré los whatsapp. Nuria me daba las buenas noches y Roberto me preguntaba si ya había  tomado una decisión. En los tiempos post-pandémicos los negocios continúan en activo, también algunos cierran. “Me has decepcionado”, eran las palabras del día. Me las dijo a mí, en la reunión de los cuatro a las doce. Yo sé que tú ahora te preguntas, ¿a quién?, ¿por qué?. Los días de diario ocurren muchas cosas, los fines de semana son más tranquilos. Generalmente. No leo poesía porque no me entretiene.


3 de noviembre 2021.

Vive ahí, en la avenida de los Derechos Humanos, si, aquí en Gamonal. Te lo has tenido que cruzar mas de una vez en el supermercado porque es un tipo muy peculiar, salta a la vista. Vive aquí, desde siempre, antes con sus padres, hasta que se murieron. Un tipo muy callado, muy reservado. Es bajito y regordete y tiene el pelo largo, muy largo, pero muy bien cuidado. Yo lo he visto muchas veces también en el café Erebur de la plaza, siempre solo. Es muy educado. Pues lo he visto esta mañana pidiendo en la calle Vitoria, sentado en el suelo sobre una manta y con un cartón que decía, “No tengo para comer”. Se llama Javi. Dice Rosa que se quedó sin trabajo hace seis meses y que se gastó los ahorros en los juegos. Yo conocía a sus padres porque coincidíamos en la asociación y fuimos a alguna excursión juntos. Estuvimos en Zamora. Lo tienes que conocer porque estudio en el colegio de tus hijos, igual fue a clase con alguno de ellos. Lo tienes que conocer porque es del barrio de siempre y te lo has tenido que encontrar por la calle. Creo que trabajaba en un taller pero no se de qué. 


2 de noviembre 2021.

El balcón del piso de María tiene vistas al parque de San Francisco, lo sé porque estuve en él la semana pasada. Por primera vez. El balcón del dormitorio, y el del salón también. Noveno A, edificio EULZA I. Y a lo lejos se ven también las torres de la catedral, León, y abajo, en la calle, el tráfico de coches y autobuses. María tiene un piso fantástico, grande, soleado, céntrico y acogedor. Tres dormitorios. El suyo en rojo pasión, por el cabecero de la cama, el armario y los pequeños detalles en las mesillas, las lámparas y los cuadros. Desayunamos en El café Agora, y entramos en el barrio húmedo. En la plaza del grano ella me confesó que tenía un diagnóstico de tumor cerebral maligno, con malas expectativas, las peores, y que le estaban aplicando radioterapia para proceder a operarla, y que a partir de ahora su situación física empeoraría día a día. Se me rompieron todos los esquemas y planes. ¿Qué harías tú? Conoces a una chica en una reunión del sindicato, quedas con ella tres tardes para tomar algo, ella te gusta, subes a su casa, pasa lo que pasa, y al día siguiente te confiesa lo del tumor.


1 de noviembre 2021.

La noche que sonó el teléfono para escupirme que te habías muerto, yo freía unas empanadillas de atún para la cena. En la cocina. Nos habíamos despedido en el desayuno y organizado el día, el dentista, el fútbito, el repaso de las lecciones de historia para el examen, las mochilas, la reunión con su profe, el regalo de tu madre,… En la cena del miércoles, mientras combatíamos porque no querían merluza ni ensalada, cerramos las planes para el puente del 1 de noviembre. El domingo discutimos. El lunes hicimos el amor. El martes pasamos por el supermercado. Te empeñaste en comprarte el reloj. Te olvidaste de pasar por la frutería. El viernes, tú le recogiste en la catequesis. La misma iglesia. Y aun sin reparar las humedades del baño, sin desatascar el fregadero de la cocina, sigue cojeando la mesa del salón, la persiana cierra mal, y las palomas frecuentando el balcón.  No encuentro las claves de tu blog, ni de tu Facebook. ¿Qué hago con ellos? Te fuiste, y no cambiamos la lavadora ni colocaste los halógenos del pasillo, ni pintamos el salón de azul cielo. No hay canciones. No puedo entrar en el Erebur café. Es lo que hay.

31 de octubre 2021.

Lo he leído en el periódico. Lo vi en el telediario. Estaba en las redes sociales. Era su hijo: *Mueren dos jóvenes de 22 y 23 años en un accidente. Otro ocupante del turismo, de 19 años, permanece en observación en el hospital. *Mueren dos jóvenes ahogados en una playa. Uno de ellos se lanzó al mar para tratar de rescatar a la otra víctima. *Su hermana se quitó la vida. El suicidio se convierte en la primera causa de muerte entre los jóvenes. *”La inexperiencia de los adolescentes detrás del volante les hace más susceptibles a la distracción y provoca accidentes”. *”La anorexia es la enfermedad mental con mayor tasa de mortalidad, por encima de otras como la esquizofrenia o el trastorno bipolar”. *El padre del joven asesinado de una paliza: "A las familias de los que le mataron les pregunto ¿Por qué? ". * Empieza el juicio por violación y asesinato de la joven autista. * El joven futbolista falleció a causa de una parada cardiorrespiratoria durante un partido de fútbol amateur, un encuentro dentro de un torneo regional. * Atropellan a un joven en patinete eléctrico en un paso de peatones. * Una menor de 17 años muere por sobredosis de heroína. *Una joven de 19 años sin patologías previas muere por coronavirus.


30 de octubre 2021.

Hay muertes rápidas, lentas, previstas, Inesperadas, silenciosas, dolorosas, vacías, complejas, solitarias o acompañadas. En el hogar, en la habitación de un hospital, en mitad de la calle,… La muerte de Eva por ELA era esperada desde hacia mucho tiempo, desde el diagnóstico. Esclerosis Lateral Amiotrófica. Eva es muy joven para morir y la ELA una enfermedad muy cruel. Hubo muertes por sida, en aquellos tiempos del estigma, y hay muertes de niños, y en las pateras ahogados, salvajes también, pero la enfermedad de Eva nos revolvió a todos. Yo soy una amiga de siempre. Todos sabíamos que Eva iba a morir y que caminaba cada día hacia allí. Eva y yo estudiamos juntas en las concepcionistas del amor divino, el colegio del barrio. Ella era más inteligente y más guapa y mas resuelta. Conoció a Felipe, su marido, muy pronto, pero continuamos siendo amigos y cuadrilla. Luego Juan, mi marido y Felipe, también se hicieron amigos. Hemos estado ahi, ahora tambien. No es un suceso único ni inédito morir, tampoco lo es morir por ELA, pero yo elijo morir de repente, mientras duermo, una de esas noches que Juan esta de viaje por trabajo. Sin dolor ni sufrir. “Es difícil manejar las competencias y valores para afrontar la muerte, los duelos y los vínculos con las personas queridas”.


29 de octubre 2021.

Yo tenía dinero, pero una vida muy aburrida, heredé de mis padres 4 millones de euros, tenía un trabajo fácil, pero me aburria mucho, tanto que me llevó a la tristeza, casi a la depresión. Yo tenia el dinero en una única libreta de ahorro ordinaria, en la sucursal del Banco de Santander de mi barrio, no era amigo de operaciones financieras. Yo ya era un cincuentón sin pareja, ni hermanos, ni sobrinos ni hijos, ni padres ni abuelos, y pensé en hacer el testamento, pero, ¿a favor de quién? Yo tenia cuatro pisos, los de mis abuelos, en el paseo Hospital Militar, en el Paseo del Arco de Ladrillo, el de mis padres, en la calle Puente Colgante, y el mio, en la calle Gabilondo. No tenia muchos amigos, de hecho, ninguno de mis conocidos merecía este honor, lo reconozco, era muy raro, y ninguna de mis ex-novias recibiría mi herencia. No era tacaño, y gastaba en lo que tenía que gastar, sobre todo viajes, y algunos caprichos: los coches, la tecnología y los vinos. ¿Para quién mi herencia? Me llevó tiempo responderme. Cuando me diagnosticaron los tumores de vejiga, y una muerte próxima, yo ya había constituido la Fundación, seleccionado su misión, “promover, proteger y difundir el rio Pisuerga, su historia, ecosistema y culturas”, elegido los miembros de su patronato, y adjudicado, via testamento, todos mis bienes a su favor. Fallecí el 29 de octubre de 2021. Tenía 57 años. Tiraron mis cenizas al rio y me colocaron una placa.”In memoriam. Roberto López. Por el rio Pisuerga”. 


28 de octubre 2021.

La tarde que caí muerto por el infarto, yo estaba preocupado, ninguna de mis 13 expectativas se había cumplido en el itinerario temporal planificado de los últimos tres meses. Buscaba un pretexto para salir corriendo del callejón sin salida. Una hemorroides me cantaba en el culo, y los tres días anteriores a caer fulminado sobre el volante del coche en el paso de cebra, un hormigueo permanente me acariciaba el pecho, y yo sin afeitar, ¡y con esos pelos! ansiando un safari por Atanaki, mientras en M8O cantaban los “Sundi Floguers”, “Me muero por bailar en Japón“. La tarde que abandoné el lugar de los vivos, quedo la bolsa de basura sin bajar al contenedor de la esquina aunque me cobraron a fin de mes el recibo por los servicios no prestados, y fallecí sin derecho a seguro de vida porque mi póliza recogía no más, accidentes, y el jamón ibérico se dejó perder en la nevera porque nadie le prestó atención, de las claves de ordenador y los cajeros ni te cuento, gestionar todo aquello para mis familiares fue un verdadero follón, me libere de limpiar y ordenar tanto desorden casero, quedo pendiente el cambio de bañera por ducha, y de sanear el techo del baño, de limpiar los cristales de las ventanas, de pintar las paredes del pasillo, de decirte “te quiero”, y de darte las gracias, y de pedirte perdón, y de cantarte, “Me muero por bailar en Japón” 


27 de octubre 2021.

Tenía ganas de llorar, y me dirigí a buscar nuestro CD con la colección de canciones: “15 momentos de una vida juntos”. Procedí a practicarme los daños, buscando en los cajones cada uno de los utensilios útiles complementarios: tu informe médico, las cajas de las medicinas, la copia del anuncio en el periódico publicando tú muerte, la esquela, y los otros objetos de la secuencia dolorosa,… Los dejé sobre el sofá. Revolví en el armario con tus cosas. Estaba yo  inquieto y ansioso buscando el maldito CD hasta que apareció en el armario de salón. Y escuche “El roce de tu piel”, Revolver. Hay autenticas historias tristes, la del que se va con la certeza de que nunca volverá. Escuché "Sueño con serpientes" de Silvio Rodríguez. Nostalgia. Estupor. Huellas. Pasión. Intimidad . Crueldad contenida en emociones que engullen. Las fuerzas del mal querían que me enredase entre las lamentaciones con los recuerdos: de cuando jugábamos con los camiones del crio, la semana de vacaciones en Londres, mi moto con la que pasaba a buscarte a la salida del Carrefour, los domingos en sol, los veranos, los otoños, las primaveras, los inviernos,… Y luego escuché las otras canciones.


26 de octubre 2021.

Sonia y Toñi son las propietarias de la mercería SOTO, la de la calle Alquímedes Nucalema 46. Abren de 9 a 13,30 y de 17 a 20, de lunes a viernes, los sábados de 10 a 13. Sonia Pérez, 44 años, vive en el tercero A del mismo portal, Toñi Sanz, 45, en el sexto D. Se escucha la radio todos los días en el local de las lanas, las gomas, las bragas y los hilos: lunes, miércoles y viernes, la SER, porque Sonia es de izquierdas, martes, jueves y sábados, la COPE, porque Toñi es de derechas. Para compensar en el reparto equitativo de los tiempos, los miércoles por la tarde no hay radio. Toñi es muy de la COPE, Sonia, de la SER. Información y noticias, hablar y opinar es lo que quieren, música no. Hay intensos debates en la mercería SOTO, en los ratos que el local esta vació, sin clientas, broncas, y enfados también, se arregla pronto, son amigas. En la noche del 21 al 22 de mayo, 2018, entraron a robar otra vez, se llevaron la radio Sony también, esa misma mañana compraron la Thompson, aun mejor. Para hablar y opinar. En diciembre hizo quince años que abrieron el local, tal cual es, próximas obras de remodelación. Puntuales, les es muy fácil bajar para abrir, y cerrar, y subir a comer, y subir a cenar. Esta mañana Sonia no bajó, ictus mortal. Ya han puesto la esquela en la puerta de la mercería SOTO. La de Sonia, madre de Alberto y Raquel. Su esposo, Juan. Su amiga, Toñi. Silencio.


25 de octubre 2021.

Yo estaba en el instituto el día que vinieron mis abuelos a buscarme. Eran las once y cinco, entró la directora  en clase y me llevó hasta su despacho. Allí, mis abuelos. Todo extraño: la directora buscándome y mis abuelos en el instituto por primera vez. Yo hace un año tenía 15, y no tuve ninguna duda: ante mi, algo trágico . Aquel viernes, hasta entonces,  un día normal: me desperté  a la hora, me duche,  hice el desayuno y sonó el timbre porque venían a recogerme. Mi madre ya trabajando. Entre las 9 y las once, el aburrimiento cotidiano, hasta que la directora entró en el aula, bajamos en silencio hasta dirección , y en pie, en la forma que te imaginas, mis abuelos esperándome. “Fidel, tu padre mató a tu madre”, dijeron. No voy a entrar en los detalles porque de eso no se trata, mis padres estaban separándose, él, empeñado en no aceptar. Las tardes de viernes yo acostumbro a otros planes, los sábados fueron hechos para que sean fiesta, los domingos conviene aprovechar, antes de que el finde se acabe, los 15 son edad para novias, rutas  y bares. Pero aquel “puto” viernes que él mato a mi madre, nos “jodió” la vida. A mi. A nosotros. Y sobre todo, a mi madre.


24 de octubre 2021.

A mi esposo lo mató ETA. Fue con una bomba. La semana anterior habíamos celebrado el cumpleaños de su hermano en familia, con retraso, porque antes no pudimos coincidir todos. Estábamos intentando ser padres pero por el asesinato no pudo ser. En  nuestra última foto él era un cuerpo despedazado. A mi esposo lo mató ETA. Una semana antes, no pudimos escapar al viaje pendiente, nos íbamos tres días de vacaciones a Oviedo. En junio nos darían las llaves del piso nuevo. Desde aquel día quiero reparar los daños pero no puedo, es la muerte de la persona a la que mas quieres, un asesinato, es la ausencia, la soledad, son los planes rotos y las imágenes descompuestas. Éramos muy jóvenes. Él y yo no quisimos ocupar páginas de periódicos, ni que su nombre fuese pronunciado por extraños en declaraciones públicas que expresaban dolor y condena. Éramos una pareja anónima. El día aquel yo estaba en el trabajo cuando recibí la llamada, bajé al lugar de los hechos para verme envuelta en multitud. Afrontar el dolor. No grité, me enfrenté en silencio y rota a lo que no quería ver. Nuestra intimidad al descubierto, rodeada, era ahora la investigación de un atentado terrorista. Muy cerca de nuestro hogar.


23 de octubre 2021.

Él no era más tonto porque no tenía capacidad para perfeccionar su estupidez, pero le ponía empeño todos los días para comportarse como gilipollas integral. Él era un imbécil de esos que por fortuna no abundan porque de ser habituales las calles de la vida serían una mezcla de circo y zoo, de teatrillo de mamarrachos  y de desfile de tarados cabrones,  absurdos, patéticos, ridículos. Él vivía en el tercero izquierda de mi portal, desgraciadamente trabajábamos en la misma empresa, compartíamos lugar de cafés, panadería, farmacia, peluquería, y yo sabía que levantaba su apetito de machito en celo. Él era un miserable también, un cerdo, un malnacido, escoria humana, un tipejo podrido escondido detrás de su estilo elegante de camisas, zapatos, chaqueta y corbata perfumados. Ella era una pobre chica fragilizada e insegura,  orgullosa de haber sido elegida por ese maldito mamarracho sin escrúpulos. Ella era preciosa, una de esas chicas que irradian belleza, que impresionan y llaman la atención,  él la manejaba y exhibía caprichoso, maleducado, perverso y retorcido, sometiéndola. A él le encantaba que ella atendiese esclavizada todos sus antojos, que le sirviese, que viviese entregada, humillada y miedosa, confundida. Ella patológicamente destrozada por una infancia atroz. Ella buscando a la desesperada sentir amor. Ella envidiada por otras, no era más que un cuerpo fácil para un sicópata mediocre, de barrio, asqueroso y cabrón.


22 de octubre 2021.

Me atropelló un coche esta mañana, nada grave, pero si un dolor gigante por el impacto en la pierna izquierda, por la contusión, no por rotura. Pasará rápido. En urgencias me hicieron placa y me revisaron muy diligentes, y me han recomendado que me tome la pastilla con regularidad para frenar al dolor.  El chico se despisto, y me arrastró cuando yo cruzaba el paso de cebra. ¡Para haberme matado! El impacto fue tremendo. Yo con un susto impresionante, porque no resulta agradable encontrarte tirada en la calle, lanzada por un vehículo a motor, bajo los efectos del miedo a las consecuencias provocadas, y consciente de lo ocurrido, afortunadamente, parece, sin desenlace fatal. Llame a mi amiga Iratxe para contarle, al salir de urgencias, y ya de paso me contó que ayer noche tuvo una discusión muy grande con Pablo, su novio, entró en el relato de detalles, y que esto no puede seguir así, y que igual tienen que cancelar la boda porque mejor no componer lo que luego habrá que desjuntar. 45 minutos de conversación sobre su tema, 4 minutos para el mío. Llamé a mi amiga Paula para contarle, después de a Iratxe, y ya de paso me contó que había tenido una movida gigante en el trabajo, porque Raquel, su compañera, es una jeta de impresión, y que todo le cae en su mesa, y que es mejor ser tonta y vaga. 23 minutos de conversación sobre su tema, 2 minutos para el mío.


21 de octubre 2021.

En mi paseo matinal salgo a las 7.30 desde mi piso de la calle Emilio Romero, camino 45 minutos y desayuno en el Aburu café de la plaza del Arrabal. Desayuno con Paco, Mario y Juan, mis amigos de siempre. Café con leche. Con churros, los lunes. Con tortilla de patata sin cebolla, los martes. Con un montadito de lomo, los miércoles. Los jueves con porra. Los viernes repito churros. Los sábados con un montadito de jamón, con pimiento verde. Y los domingos repito tortilla. Martes y viernes jugamos al Euromillón. Los jueves, a la lotería nacional. La de hoy jueves, es una estampa con el puente de Portugalete, allí en Bizkaia, y Juan aprovecho para contarnos que se casa su hijo, allí, Pablo, el mayor, en mayo del año que viene, el sábado 21,  él que  se marchó de Arévalo para estudiar y lleva ya diez años viviendo allí, y cuatro de novios con Iratxe,  y que estamos invitados a la boda, y que ya nos dará las invitaciones porque aún no las tiene. A Iratxe la conocemos porque han venido todos los veranos y muchos fines de semana. Y Juan aprovecho para contarnos que no le apetece nada encontrarse con su ex, Lidia, y  con la familia de ella. Yo aproveche para contarle que me hubiese gustado que el noviazgo de mi hija Inés con su hijo Pablo hubiese terminado en boda. “Hubiésemos sido mas familia, Alberto”, me respondió Juan. Seguro que Marió pensó en su hijo Carlos, el que se mató con el coche hace tres años. Seguro que Paco pensó en su hijo Fidel, el que vive en Madrid, y con el que no se habla.


20 de octubre 2021.

Tuve suerte, fui afortunado ganador de un Euromillones, en 2018, antes de la Pandemia. 2.345.658 € Yo que venía de familia humilde, no pobre, pero si de economía apretada, ahora millonario. No me resultó difícil destinar los nuevos fondos del capital, invertí. Y ahora soy propietario de 10 pisos. El de la plaza La Inmaculada, León, muy cerca del centro y de la maravillosa catedral. Mi piso en la calle Candelaria Ruiz del Árbol, Zamora, para pasear por el Duero, hasta las aceñas de Olivares. Mi piso en la plaza de las Batallas, Valladolid, porque siempre me pareció un lugar con mucho encantó. Mi nuevo piso en la calle Vallespín, Ávila, cerca del Adaja, del puente, de la plaza del Mercado Chico, del paseo del Rastro y de la capilla de la Santa. Mi nuevo piso en el paseo de Menéndez Pelayo, Santander, cerca de las playas, y del paseo de la Magdalena y del Cantábrico. Y otro piso en el casco antiguo de Logroño, porque esta cerca del Ebro. Y el de la avenida Derechos Humanos, Burgos, porque esta en Gamonal. Y el de Arévalo. Y el de la calle La Palma de Madrid, porque esta en Malasaña, allí en el centro.  Y vivo por temporadas en cada uno de ellos, a lo largo del año. Ocioso y desocupado pero intensamente activo.


19 de octubre 2021.

Le envidiábamos, con cariño, porque llevaba una triple vida, en una de ellas era un asqueroso intelectual que estudiaba filosofía en la universidad,  con buenas notas, reflexiones profundas, conversaciones de nivel y construcciones teóricas, aterrizadas a la realidad, muy potentes. Luego empezó a dar clases en el instituto, y público libros, y arrancó una carrera profesional con reputación y prestigio.  En otra vida era el más divertido de la cuadrilla, "disfrutón", atrevido, intenso, y siempre arrancando planes y proyectos. Siempre hasta tarde en los locales de por ahí, con ingenio. En el camping, los viajes, los festivales,  y en las vacaciones en la playa. Disponible, generoso, buena gente. Le envidiábamos también porque las hacia reir, las cuidaba, las acompañaba, las escuchaba atento, en resumen, todas ellas querían estarle cerca y frecuentarlo. Reservado para detallar y describir sus cosas de intimidad, no era difícil adivinar, por los movimientos, que el piso que heredó de su abuela en la Plaza de las Batallas fue un centro de operaciones especiales. Para rematar, era deportista, practicaba running, y competía en maratones. Alberto era el intelectual, el amigo divertido, el amigo de ellas y el deportista. Y ejercía estos papeles estelares y distintos, sin mezclarlos, en cada escenario. Tampoco hay futuro favorable para el que sabe a donde va, a los 40, Alberto cayó en un estado de tristeza y depresión que se conformo en bucle, en circuito cerrado de hábitos nocivos. Dejo de leer y escribir y ocupar la mente con pensamientos elevados. Abandonó el deporte. Y se alejo de ellas y de nosotros. Ahora vive semioculto en el mismo lugar que cobijaron sus éxitos triunfantes. De baja médica.


18 de octubre 2021.

Aquel octubre del 18, compré el piso del paseo San Roque, con las terrazas grandes, y centré mi vida en el. Me dieron las llaves el día 22. Dejé de llamar y de enviar whatsapp, y de quedar, y las horas libres de mi vida ocupada las destiné a las obras y reparaciones de mi nuevo santuario personal. Descubrí sin darme cuenta que cada una de las pequeñas transformaciones del espacio llenaban de satisfacción los vacíos que nunca antes pude rellenar y en cada una de mis incapacidades de obra y bricolaje encontré un reto para nuevos aprendizajes, renovarme y avanzar. Me encantó hacer planes, medir, imaginar, calcular. Ese piso con cuatro habitaciones, grande pero inhabitable, era un universo de oportunidades que desde el primer día disfrute. Ya para diciembre me cambiaron todas las ventanas, también la pequeña del baño, también las puertas que comunican el dormitorio principal y el salón con las terrazas grandes. Por aquel octubre del 18 continuaba viviendo con mi madre en uno de los bloques junto a la estación, hasta que en el otoño del 19 la abandoné. Tire tres tabiques, cambiaron la instalación del agua y de electricidad. Amueblé. Los dos baños, el verde y el azul, todo nuevo. La cocina, perfecta también. Y las habitaciones, la verde, la fucsia, la roja, la naranja. Y el salón: la pantalla de televisión, la mesa, el sofá. La despensa y el almacén. Cuando me instalé en el nuevo hogar volví a sentir el vacío


17 de octubre 2021.

“Coyuntura”, escribí en la libreta. Empieza por “C” y acaba por ”A”. De Carmen y Alberto. Con la “Y” en medio. ¿Mi coyuntura económica? ¿La laboral? ¿La sentimental? ¿La familiar? ¿La de mis actividades y hábitos de ocio? ¿La de mi salud, afectada por los indicadores de mi analítica o por la falta de practica de actividades físicas? Paseaba por la calle La Vía de Valladolid. Pensando en mis cosas. Pensando en mí. Pasó un mercancías. “Coyuntura”, incluye una “u”, y una “n”, dos letras que son la misma al revés. Pasó un tren Alvia, yo en la calle Salud. 17 de octubre. Domingo. 10 y 17 de la mañana. Alberto me esperaba en nuestro piso de la plaza Las Batallas y yo le había prometido llevarle chocolate con churros. Caminando por la calle San Isidro descubrí que había perdido el móvil, lo había perdido, no lo había dejado en casa porque recordé haberle enviado un whatsapp a mi madre desde la calle Panaderos. “Coyuntura”, mas concreta, mas cierta. Reinicié el recorrido por las calles, esperando que el móvil me llamase, se hiciese ver… Panaderos, La estación, La Vía, Salud, San Isidro. No estaba allí. Desolada volví a mi casa por la plaza Circular, la calle Veinte Metros, la calle Silio, la plaza Vadillos, la calle Covadonga. Sin chocolate y sin churros. Alberto me esperaba para decirme que había llamado mi madre, que un señor la había llamado porque tenía mi móvil. Respiré aliviada.


16 de octubre 2021.

Para sobrevivir a la tristeza de mi soledad comencé a practicar el absurdo y es así como inicié la compra de papel higiénico en cantidad. ¡Llegué a almacenar hasta 50 paquetes de 12 rollos! Por una pequeña inversión de cien euros, lo equivalente a dos noches de hotel de categoría no superior. Practiqué el análisis de muestras para valorar la blancura, textura, absorción, suavidad, desenrollado, y disolución en el retrete, seleccionando en orden de 1 a 5 los mejores. Me interesé por los fabricantes de las marcas blancas, por los procesos de producción, el peso del sector en el PIB, el volumen de contratos laborales vinculados a estas cadenas de fabricación,… . Por aquel entonces yo estaba finalizando un master de investigación lo que me procuró las herramientas adecuadas para mi estúpido propósito y me ayudó a realizar las preguntas pertinentes, de un modo disperso, no focalizándome. Temporalmente hubo semanas que me centré en los aspectos más históricos, ¿cómo se fueron realizando estas tareas de higiene a lo largo de los siglos?, en otros periodos mi interés fue de naturaleza antropológica y cultural, llegando a establecer una geografía del papel higiénico. También investigué sobre los aspectos sicológicos y sociológicos de su uso. En mi último periodo, más compulsivo, derivé hacia el diseño de nuevos modelos de retrete, aunque para ello tuve que indagar sobre el mercado, la oferta y las tendencias. En aquella coyuntura fui siempre coherente con mi fragilidad, y aunque hay tantas opiniones como culos, aquella fue una fase de mi vida intelectualmente fructífera. Llegué a situarme como experto en papel higiénico, disponible para ser reconocido, valorado y útil al ámbito y sus desarrollos potenciales.


15 de octubre 2021.

Te organizamos una fiesta multitudinaria por tú cumpleaños y en el momento de la tarta de café con velas sonó tu canción. Fue en el salón Zupak_ Para todos aquel era un evento especial porque arrastrabas el cansancio de una larga enfermedad terrible. Falleciste dos meses después y la canción que sonó, se convirtió en el himno de nuestra multitud. Nadie quiso llorar por fuera el día aquel, pero todos sentimos que compartíamos el adiós. Yo era tu pareja, ahora soy tu viudo, aunque suena fatal, tú estabas en la antesala del derrumbe total, yo ahora en este largo invierno. “Sálvese quien pueda” era tu canción. Tú decías que era el reflejo de un universo de oportunidades, la cruda realidad, la puta miseria de la convivencia, el desafío de avanzar, la suerte de sentir, vivir, amar, la estupidez, que resumía los parámetros, los códigos, los pretextos, la coyuntura, la coherencia, los principios, para el optimismo o el pesimismo total. Sonó también antes de que tu cuerpo fuese lanzado a incinerar. Tú decías que tu canción de Vetusta Morla te crujía por dentro, te ponía los pelos de punta porque reflejaba los itinerarios del devenir. El poder, el resistirse, el someterse. Rendirse. Placer.  El bien y el mal. Sufrir. Alegría. Llorar.


14 de octubre 2021.

Quieres ser el ser más perfecto del pueblo y le dedicas energía a ello. Yo opino que ya sabrás que tu cuerpo no es de anuncio televisivo y que muchas de tus imperfecciones no son reparables ni con sicoterapia breve ni larga, ni con cualquiera de esas otras técnicas sicológicas que se comercializan por ahí, y que a veces tienes una actitud y un carácter indominable que te pierde y te convierte en tonto, ridículo, absurdo, obsesivo, incompetente, uno más entre la multitud. A mi me parece bien que vayas al gimnasio, juegues al padel, practiques los ejercicios pélvicos, mantengas la dieta Vuirk,  te operes con regularidad de las nalgas y el rostro, estés estudiando tu tercer master, idiomas ruso, polaco y gallego, y hayas contratado un coach personal para que te asista y te resuelva las incoherencias, dificultades y absurdeces. A mi me parece bien tu capricho de ser admirado, adulado y deseado, me parece bien, no tengo nada que decir, es tu vida y te la puedes componer como quieras. Pero una cosa si te digo, no es fácil, porque tu tienes tu personalidad, tu genética, tu ADN, tus impulsos y frecuencias, y no es fácil escapar de todo eso, y cuídate porque este verano has cogido tripa cervecera, la calvicie avanza, conozco tipos mas hábiles en el lecho, eres muy aldeano con los idiomas, hay varias muchas competencias en las que eres incompetente, y ayer fue mi cumpleaños y te olvidaste otra vez.


13 de octubre 2021.

Me amargó el día. No es sensato comprar un gel de baño sin probar antes su aroma porque va a acompañarte durante todo el día y puede joderte la jornada, y no solo la laboral, también puede interferir en tu vida social y sexual, desafortunadamente. Compré Jabix ayer en la tiendita de la esquina porque se me había terminado el que uso habitualmente, Sanex. Yo pensé que Jabix sería una buena imitación de Sanex, mas económico también, y tampoco sé porque estúpidamente los asocié con Javier y Santiago, los dos de tan buenos recuerdos. Sanex y Jabix, blancos los dos, de una textura similar, pero al salir de la ducha advertí una fragancia nueva, nada compatible con mis expectativas y preferencias. Un olor que a mi se me empeñó reconocer como de refrito de churrería, intenso y penetrante. No soy hipocondriaco, pero pensé también en la procedencia de las sustancias químicas con las que frote, acaricié, y enjaboné, con delicadeza, todas y cada una de las partes de mi cuerpo. Obsesivo, arrepentido y avergonzado, sospeché que en el Metro mis vecinos se apartaban. En la oficina me distancié. Evité pasar por el gimnasio. Tampoco quedé con nadie al salir del trabajo. Me acerqué al supermercado y compre mi Sanex. Llegué a mi piso a las siete. Y me duché tres veces.


12 de octubre 2021.

Cuando compramos el piso en la plaza de la Inmaculada teníamos dudas de que nuestra relación fuese a durar mucho mas tiempo. Estaba más que agotada. En realidad, la compra respondía más a nuestros habituales y exitosos ejercicios de inversores que a la felicidad de emprender nuevos retos juntos. Era una oportunidad única, un piso grande, con cinco habitaciones y dos baños, un salón muy grande y una terraza amplia,  luminoso, con vistas a la plaza, muy céntrico, y barato, vacío, que necesitaba una reforma completa: cocina y baños, suelos, puertas, ventanas, instalación eléctrica. Dos nuevos armarios empotrados. Pintar y amueblar a nuestro antojo. En realidad, tampoco le pusimos ni excitación ni interés a los detalles del proyecto, la distribución del piso era acertada, encargamos a mi primo Ernesto la coordinación de la obra, y en no más de tres tardes breves, elegimos entre las opciones. En nueve meses, y para nuestra sorpresa por la rapidez, ya disponíamos de nuestra nueva vivienda. Tardamos tres meses en hacer el traslado, prisioneros de la pereza. Sin prisa. La situación de la vivienda tampoco mejoraba nuestros desplazamientos al trabajo. De esto hace ya ocho años. El 11 de noviembre. Pablo insistió en que un piso tan grande necesitaba una familia, y así nacieron Lucas, Marta, Lidia y Javier.


11 de octubre 2021.

Estaba en el Eulza café, el de mi calle, el de la calle Candelaria Ruíz del Árbol, de Zamora.  Cerca del Duero. Agosto. Lunes 30. Once y 10 de la mañana. En el hilo musical, también por la televisión, Iván Ferreiro cantaba “El pensamiento circular”. En mi versión inventada de la letra y la melodía, la música retrataba la historia de nuestra reciente separación. Nos conocimos hace siete años, en las  fiestas de San Pedro, 2014, en el concierto de Iván Ferreiro. El 27 de junio. Y durante 82 meses, viajes, Javier, nuestro hijo, y tantos ratos de alegría, de planes y de amor. “…promesas que no valen nada…”. Yo robé para nosotros el cartel de aquel concierto, y lo enmarqué, con ese marco de madera pintada de fucsia porque el fucsia siempre ha sido tu color. Y lo coloque en la cabecera de la que luego fue nuestra cama cada noche para que vigilará nuestros momentos mas íntimos, para que protegiese lo que éramos los dos, a modo de amuleto de la suerte, de momento mítico, de resumen envidiable de una relación perfecta, espejo mágico en el que mirarnos, hasta que elaboraste un pretexto para romper nuestro vínculo sagrado: “ahora ya no siento nada de aquello que nos unió”.


10 de octubre 2021..

Mientras tú ahora te quejas porque no tienes un maravilloso plan de fin de semana por el puente de El Pilar, o porque tu jefe, el muy cabrón, no te lo pone fácil, o resulta que ayer se te rompió la plancha, o la mampara de la ducha o la batería del coche. Mientras tú ahora te quejas porque te han subido de manera exagerada el seguro del hogar, o han cerrado la oficina del banco de tu calle, o la vecina del segundo A es una lianta, tenéis una grieta en la fachada o tu vida es un bucle, limpiar, ensuciar, limpiar, o tú última novia no es lo que aparentaba ser. Mientras, Marisa ya no puede hablar por la ELA, hoy la vi en la silla de ruedas con sus hijos y familia. Me enteré de que el padre de Sara está en el hospital, fue un ictus. Al marido de Rosa, una máquina, ayer, lo aplastó. Accidente laboral. Mientras. Lo de Ramiro es cáncer de colón con metástasis en un pulmón, 28 años, recién casados, y el pronóstico no parece bueno. Y lo de Mario fue un accidente en la A62. No es único ni inédito ni insólito. Tampoco original, pero si auténtico.


9 de octubre 2021.

En el 82 yo era un muchacho inmaduro de 14 que cumplía los 15 en diciembre. En pleno proceso expansivo, saltando de los juguetes, aprendiendo a ser. En el verano del 82, Miguel Ríos acompañaba mis fantasías juveniles con el ”Bienvenidos”. En Rock & Rios. Fue mi banda sonora estival. Era yo una diminuta partícula agitada por aquella constelación colectiva que soñaba en alegría, triunfo y libertad. Brotes de consciencia, flujos de conciencia instalándose. Era pequeño, no fui a ninguno de aquellos conciertos de la gira mítica. Luego ya, muchos años después,  inmaduro e incrédulo, con otras turbulencias, le escuche en un teatro, sentado, yo ya incrédulo, más triste, maduro por adulto, y más civilizado, él cantaba con las estrellas del rock latino, y me fascinó “yo no quiero volverme tan loco” de Charly García, y se convirtió en mi banda sonora para los latidos errantes de mi corazón. Ayer busqué en youtube sus canciones, en una de estas tardes frágiles. Descubrí que Miguel me ha cantado en sus temas, que en sus letras hay “mucho de yo”.  Con “Todo a pulmón” sentí congoja y resbalaron tres lágrimas. Y con “Insurrección”. Y con “Hasta que olvides”…”No estas sola”. Y “El Rock de una noche de verano”.


8 de octubre 2021.

Quererte en otoño impregna a mis sentimientos emociones coloreadas de ocre, más frágiles, mas delicadas y sensibles. Vulnerable. Quererte en verano es mas intenso, voraz, apasionado. Quererte en invierno me recuerda los tiempos del frio en aquella primera habitación que compartimos, con las ventanas rotas y sin calefacción. Quererte en primavera tiene música de canciones en conciertos, no se porqué. A veces resulta difícil explicar las imágenes que evocan nuestros momentos y secuencias del pasado. Quererte hoy va acompañado por el “Toros en la wii” de Love of Lesbian. Dando saltos y con las manos en alto, quizás porque buscando la fotocopia de mi titulo universitario encontré la entrada de su concierto, en el 19. “Pues fui a buscarte  con mi coche”, tarareé con Santi el que canta en la canción mientras entraba en el garaje, casi con lagrimones. Te amo. Te espero. Te siento. Te deseo. Lucía. Eres mi colección de recuerdos fantásticos, en lugares coloreados con canciones. Y no quiero teorizar sobrevolando con palabras, frases, parrafos, pretextos, porque todo se resume en complicidad y pasión. Es un viaje en coche de dos seres distintos que se hacen complementarios para crecer y ampliarse. Rebeldes, domesticándonos para convivir. Y mañana domingo quiero más, así.


7 de octubre 2021.

“De pequeños aprendemos, normas de comportamiento. Nada. Valen nada”, cantaba Second en tu piso de El Polígono. Nosotros, mientras, íbamos los dos en el autobús urbano, inventando las historias de las personas que subían.  Íbamos los dos entretenidos en esto, mientras, Alejandro en Malasaña repetía la lista de los embalses y ríos y pantanos y rías. David, la de los moluscos. Para el examen de mañana. “Desvanezco en el asiento…”, cantaba José Ángel, y nosotros creábamos en nuestros juegos de imaginación un nuevo impuesto para los paseantes de perros y debatiendo sobre la conveniencia de otros nuevos para los transportadores de cochecitos de bebés y carros de la compra o bicicletas y skates. Recaudábamos euros con cada nuevo paseante de perros que veíamos desde el autobús que nos llevaba.Íbamos. Yo, a mis 43, destemplado  por historias vitalmente insustanciales. Oiane, mi sobrina, a sus 12, comiendo chocolate. “No hay densas nieblas, yo las invento…”, él cantaba, y nosotros que íbamos inventando tambien, quisimos creer que ese chico despedía a su novia en la parada del autobús. “Ella dijo si, después de meses de amigos”. “Veo que aun conservas locas ídeas,…” pensé y cantaba. Íbamos los dos, después de zamparnos los Lacasitos mágicos de colores para dotarnos de los superpoderes de Anthony Blake. Lo intentamos pero no conseguimos adivinar las matrículas de los coches. Lo intentamos pero no conseguimos adivinarnos ni los pensamientos, ni los recuerdos, ni los lugares. Íbamos jugando. Íbamos, divertidos, encontrándonos en esto. “No quiero marcharme sin contarte que practicaré tu esencia”,cantaba Second en tu piso de El Poligono.  Ellos, en Logroño se aprendían de memoria los nombres, las cifras, las listas, los conceptos,… Para el examen de mañana. ¿Tu me dijiste en el café que mis historias son raras y extrañas? Mas anormal es lo de ellos. Íbamos jugando con nuestra caja de herramientas imaginativas. “Veo que aun conservas, locas ídeas, que mejoraran el mundo”, me susurre al oído. En modo contorsionista. Basado en hechos reales, bajo los efectos provocados por el dolor de nuestra ruptura sentimental. Sin pretextos. ”Nada, ya no hay nada, lógico”.


6 de octubre 2021.

Marisa es un encanto de persona, siempre amable, servicial, simpática, generosa, prudente, cuidadora, divertida, sensible, disponible para escuchar y ayudar, entrañable, honesta, sencilla y sincera, humilde, cuidadosa, próxima,…Y además inteligente y sensata. Sin duda, Marisa es un personaje popular en la barriada. Respetada, admirada y querida, una especie de misionera local, entregada a la misión de acompañar y proteger al vecindario ( las vecinas, los vecinos). A ratos con el Banco de Alimentos. A ratos visitando a un abuelo enfermo. A ratos en la asociación de vecinos (y de vecinas), a vueltas con un escrito sobre las frecuencias del autobús, el funcionamiento del centro de salud o el lamentable estado del parque de la estación. A ratos en la comida popular porque son los festejos de San Juan, en la cofradía del perpetuo amor de Nuestra Señora la Virgen de Alfiner. También ayuda en el taller de costura y acoge en su piso pequeño de la calle Bernabé Exposito Presente (Bep), a un chaval de 19 años, marroquí , que aprende ahora castellano en el colectivo de apoyo a las personas migradas. Ecologista también tiene que ser. Mañana es el cumpleaños de Marisa, 56, y hoy apagó las velas de la tarta en la asociación de mujeres. Se pidió dejar de huir.


5 de octubre 2021.

Y cogimos el coche para irnos a dormir porque teníamos sueño. Ya no éramos aquellos chavales jóvenes que permanecían las noches del fin de semana sin dormir. Sólo eran las once, y salíamos del restaurante, de cenar. “Un lazo rojo, un agujero” de Coque Malla cantaba en el coche mientras recorríamos las calles de Santander en dirección a nuestro piso en la calle Floranes. Tercero B. Sentí la emoción por tu beso en la mejilla a la altura del paseo de Pereda. Cruzamos el último autobús y sentí la humedad de la bahía rozando el infinito de mi sensible fragilidad. Con las ventanillas abiertas al aire del otoño, el Cantábrico, siempre el mar Cantábrico. “Eres guapa, eres rubia, inteligente, pero hay algo en ti que yo nunca me acabo de creer…” cantaba la canción, te canté. Miraste el móvil, escribiste un whatsapp. Aquella noche de viernes sentía nostalgia, tristeza y madurez. Te acaricié la mano a la altura de la calle San Fernando. “Ya que pones cara interesante, dime cosas al oído por favor” cantaba la canción, te canté.. Las noches tiernas tienen un sabor especial, el delicado equilibrio: fisuras, fracturas, emociones, también estupidez. “¿Estas bien Ana?” te pregunté. Respondiste vagamente que sí. Y ya luego aparcamos el coche, en la plaza 323. Y ya luego subimos en el ascensor. Y ya luego dejé mis zapatillas verdes junto a la puerta,  y me desvestí y me vestí con la ropa de estar en casa. Y ya luego encendí el televisor frente al sofá. Me detuve en La Sexta, Gloria Serra, Equipo de Investigación, otro suceso criminal. Tú te pusiste a estudiar para tu concurso-oposición.


4 de octubre 2021.

Estábamos en el parque del Espolón con las niñas y nos encontramos con Pedro y con Juan y los dos críos, Mario y Guiller. Los pequeños son compañeros del colegio y se pusieron de inmediato a jugar juntos, y nosotros a charlar. María es compañera de clase de Pedro. Laura es compañera de clase de Juan. Una hora después, los ocho nos acercamos hasta la terraza del Loian café de la calle Bretón. En realidad fue una tarde muy interesante porque Pedro y Juan nos contaron todos los detalles de su viaje de novios a Mozambique…el océano índico, de su estancia en Maputo, la travesía por el rio Zambeze, las cataratas Victoria, el lago Malaui y la isla Likoma….Yo y las niñas volvimos al piso con ganas de viajar, y de ir más lejos que a las casas de los abuelos, y algun pequeño viaje a Zaragoza, a Pamplona, a Bilbao. Luego mas tarde Chema y yo discutimos porque a él no le gusta viajar y en los quince años que nos conocemos ha frenado mis ganas de volar. Y no dijo volar en avión, digo que él se conforma con poco, y que el piso se nos queda pequeño y antiguo, y que mi vida en Logroño necesita saltar de esta forma monotona y gris en la que estamos, de este malestar de rutina y tranquilidad.


3 de octubre 2021.

Lo he pensado mucho, también en mi paseo de ayer. Lo pensé con entusiasmo sentado en la plaza de la Villa, mirando al rio Arevalillo desde el castillo, mirando al Adaja desde el mirador, y caminando por la cuesta de Foronda hasta llegar al arco de los Descalzos. Lo pensé sentado en la terraza, tomando un café, mirando al horizonte para localizar sin éxito los primeros pueblos de Segovia que ya no son Ávila. Lo pensé hasta llegar a mi piso en la avenida Emilio Romero, muy cerca del centro de salud, muy cerca del instituto. Sábado. Acaba de entrar el otoño. Pasan los días, las semanas, los meses, los años. Lo he pensado mucho y se va retrasando una decisión pendiente que me corroe, me agota, me limita, me impide crecer y cruzar. Todas las señales me lo indican, me lo muestran, me lo expresan. Con insistencia. Ayer lloré pensando en ello, otra vez más, mientras miraba a la autopista del Noroeste, y seguía el rastro de los camiones y los autobuses, mientras miraba a las vías del ferrocarril, viendo cruzar el tren de las 20.36 con destino Valladolid. Y tuve que evitar algunas avispas que se me enredaban, interpreté que para airear mi desasosiego y mi tristeza. “No soy tan viejo aun y puedo hacerlo”, me dije. Vivo en Arévalo.


2 de octubre 2021.

Candida, mi prima, es una de esas tipejas astutas que lo tienen todo bajo control y que manipulan y atropellan, sin escrúpulos, a fin de ganar. A mi me hizo once jugarretas y ya a la ultima la mire a los ojos, le di un abrazo y le susurre, “cariño, te quiero un montón”. En realidad pensaba en ese mismo momento, “valiente hija de puta, egocéntrica, espero que pronto te traten a ti como nos tratas a los demás”. Candida vive en la calle Salud, junto a las vías del tren, ahora tiene 32 años y está con Ramón, la alegría de la calle, por lo bueno que esta y porque es un buen tipo y porque es divertido. A estas alturas de la historia te estarás preguntado qué hace el bueno de Ramón con la zorra de mi prima Candida. Eso mismo me lo pregunto yo, nos lo preguntamos todos. Dice Lola, que el refranero castellano lo explica todo, “valen mas dos tetas que dos carretas”, y es verdad, Candida es una preciosidad, y dice Lola que Candida será un volcán en erupción durante la intimidad y que no hay mas que hablar, porque para contar toda la verdad, Ramón no es tampoco un intelectual. Mario piensa que conocemos poco a Ramón para opinar, y Lidia opina que Ramón está muy cómodo con Candida porque con ella tiene, piso incluido, más de lo que puede desear. 


1 de octubre 2021.

Fue ayer en la farmacia de la calle Industrias. Yo iba a comprar los medicamentos para mi madre, y Mario estaba en la cola. Dos siglos sin vernos, desde antes de la pandemia, casi desde antes de la revolución digital, porque perdimos el contacto, porque hubo un tiempo sin móviles y sin darle importancia a las cosas importantes, centrados en relaciones de pareja que nos lo recomponen todo, y porque él se marcho de Valladolid para trabajar en Madrid, con Elsa, su ex. Fuimos muy amigos. No nos abrazamos porque ya no tenemos confianza para abrazarnos, pero nos fuimos a tomar unas cervezas a la plaza Circular. Él me conto, yo le conté. Su madre vive en la plaza de las Batallas, como la mía, porque crecimos en el mismo barrio. Él ha comprado piso en el paseo del Cauce, nosotros en la calle Salud, con vistas a las vías de tren, el de antes se nos quedaba pequeño con los tres críos. Su hermano Javier y yo fuimos novios, seis años, no me porté bien, desaparecí de repente de su vida porque apareció Raúl con sus encantos, y me atrapó. Mario me contó que Javier tiene cáncer, metástasis, y que es cuestión de días, quizás semanas. Hay encuentros en la vida que no nos convienen porque nos traen recuerdos de un pasado que fuimos y sigue estando.


30 de setiembre 2021.

Coincidí con Hortensia en una mesa de colegio electoral en Malasaña, en las elecciones de ayer. Ella, Hortensia, la presidenta de la mesa de votaciones, inteligente, ordenada y dirigiendo todas las operaciones que acontecieron en la jornada. Yo, representando en el aula a MÁS MADRID. Además de por su blusa fucsia, Hortensia iluminó con su sonrisa nuestra convivencia durante todo el día, a pesar de la mascarilla. Hortensía y Oscar, un amigo de la infancia, representante de UNIDAS PODEMOS, se encontraron entre las papeletas, para pasar el día frente a los electores, conversaron mucho, sin discreción, y yo les escuchaba. Y así supe de la vida de Hortensia, y de cómo es , muy recomendable para mi existencia feliz. Pude comprobar a lo largo de las horas que Hortensia es una chica, 27 años, muy conocida y popular en la barriada, luego supe que trabajó varios años en una panadería próxima. En nuestra mesa electoral votaron sus padres, no muy mayores, y aparentemente buenos candidatos a suegros. Votaron también sus hermanos, Marta y Javier, simpáticos también. Ya para el recuento, y antes de la victoria de Isabel, yo rendido, estaba profundamente enamorado de Hortensia. Es la primavera. Es la edad. Son las hormonas. Nos despedimos todos con entusiasmo al cerrar el escrutinio. A ti te contaré que tuve acceso al censo electoral y a su dirección domiciliaria, y al número de teléfono móvil. Algo haré para aproximarme.


29 de setiembre 2021.

A ellos les he visto muchas veces por el barrio. Y son muy jóvenes. Primero les vi con una criatura. Luego les vi con dos. Luego les vi con tres. En poco tiempo. Ella es una chica mona, educada, y parece agradable. A él suelo verlo también en solitario, con su aspecto de adolescente inmaduro, el buzo sucio de la obra, y bajo los efectos del cigarro con estimulantes que va fumando, ahora si, luego también y mañana más. Son una pareja que llaman la atención y me he inventado varias historias, espero que pronto sepa cual es la real. Ayer les vi hablarse con asco y sin respeto delante de los críos. En una de mis historias inventadas ellos se conocieron en la época rebelde de ella, y en esa compleja etapa de vaivenes hormonales le cautivó su pasotismo y dejadez. Ella llegaba de familia ordenada con celebraciones, normas, rutinas, obligaciones y costumbres. Ellos en una tarde de domingo fría (era invierno), y por aquello de querer y probar y entenderse para entretenerse, procedieron a enredarse y copular, con ignominia, desenfreno y sin precaución. Se repitió. Aquello acabó en fecundación. El predictor la devolvió a la vida ordenada, de normas, usos, obligaciones y costumbres. El embarazo continúo. Ellos pasaron a ser pareja inmadura, inestable y no duradera. Con tres críos


28 de setiembre 2021.

Nos reunimos en el piso de Teresa, los doce, la que vive en la plaza circular. A las ocho. Nos juntamos en el salón, cuatro en el sofá (es rojo), dos en dos butacas (son verdes), tres en el suelo (es de madera) , y otros tres en las sillas (tapizadas en azul). La cita fue a las ocho de la tarde del viernes. “Socias y socios. A través de la presente os convocamos a una reunión el próximo viernes. A las 8. Acudid puntuales. El orden del día será comunicado in situ”. Miguel ordenó el encuentro, y nos informo también que en ese mismo momento acontecían otras cuarenta reuniones en diferentes lugares. “En este momento somos 445 personas las que participamos en la red”. “No podemos continuar invisibles“,dijo Patricia. “La situación es insostenible“, afirmo Raquel. “De ninguna de las maneras”, apuntó Pedro. “Es una sucesión terrible de disparates“, se pronunció Hortensia. “¡Hasta ahí podíamos llegar!, grito Alberto. “Es terrible“, concluyo Joaquín. “Y cada semana más“, añadió José Luis. “Son parásitos“, resumió Laura. “Hay que pararles los pies“, propuso Juanjo. “Hay que plantarles cara“, reforzó Andrea. “Colocaremos en las ventanas una pancarta“, concluyeron todos. “Y unos carteles por el barrio“, concluyeron todos. Y se fueron a las 21,15. Cada uno a su casa. 


27 de setiembre 2021.

Quedé con Puri para tomar algo en el Bar Jungla de la plaza de la Inmaculada, y fue terrible. Me largué para casa negativamente ionizado, con las pulsaciones a 1000, el colesterol malo por las nubes, la diabetes disparada, reflujo gástrico, dolor de muelas, diarrea, y la libido hundida. Quedé con Puri, que iba monísima ella, el viernes por la tarde, temprano, pensando en aprovechar, en modo intimo sexual, el tiempo disponible, hasta el domingo, abierto a ampliarlo a lunes y a martes y a miércoles, si los Dioses así lo querían. Ella llegó con olor a diosa, y un vestidito corto de rosas y tulipanes que inspiraba mi imaginación no católica. Ella llegó con esa mirada intensa que tiene. Puri es compañera de clase en trabajo social, nos conocemos poco, nos saludamos y sonreímos siempre, y le propuse tomar algo el jueves, después de la clase de desarrollo comunitario. Lamentablemente ella odia a todo el mundo. Odia a sus padres. Odia a su hermano. Odia a sus primas de León, Albacete, Cuenca y Jerez. Odia al gobierno. Odia a los sindicatos, a los compañeros de clase y a los profesores, a los comerciantes de León. Odia a los conductores, odia a los tíos,… No sigo. 


26 de setiembre 2021.

Desde la ventana de la habitación se ve el Duero, el cimborrio de la catedral, las aceñas de Olivares, el puente de piedra, y a lo lejos el puente de hierro. Muy cerca de mi, el agua del rio. Son las 3,08 de la mañana, sábado a domingo, y estoy en la habitación 411 del hotel Ozoe Zamora, sólo, según sales del ascensor, la tercera a mano derecha. He pasado todo el día en las calles, y mi teléfono personal no ha sonado ni una vez durante todo el día, tampoco sonó ayer. El móvil del trabajo, apagado, ¡faltaría más!, estoy de vacaciones, cuatro días, después de lo sufrido durante la pandemia, un fin de semana libre. Llegué ayer desde Madrid en el tren , y no estoy bien. Oigo canciones en la radio musical, ahora, “Lobo Hombre en Paris”, en versión dance, electrónica. Aunque parezca que no es verdad, hay luna llena. Inspirado por la música y por la luna y por los otros efectos, cierro los ojos para imaginar que estoy en otro lugar… “En el Zupak club, en una de esas noches de verano del 86, con mis amigos, y Antonio y Tomás, agotados de fiesta, frenéticos y cansados, vitales, intensos, estirando las horas, divertidos, pletóricos, originales y únicos, infinitos, muy mágicos”.


25 de setiembre 2021.

Fue en el hotel Ozoe León, frente al rio Bernesga, el que esta en la avenida Condesa de Sagasta junto al centro de salud, el año pasado, el 23 de febrero, sábado. En la calle una nevada tremenda, frio, invierno total. Yo había venido desde Lugo para estar con Irene, mi novia, pero resultó que sus padres la habían castigado y no pudimos quedar. Yo en la habitación 435 del hotel, descompuesto, con las expectativas rotas, el deseo desbordado y sin planes ni festejos. Y es que ya me decía mi madre desde pequeño que para el premio de tonto, yo tenia todos los boletos de la rifa. A Irene sus padres la trataban como una niña, y aunque tiene 27 años, la habían castigado por tener desordenada su habitación. Sus padres le habían dejado claro que eran los propietarios de sus aposentos y que mientras tanto, se reservaban los derechos para la administración de su vida personal. Yo con 27, trabajando en la empresa de mi padre, CONSTRUCCIONES FERNANDEZ SL, ya vivía solo, en un piso pequeño pero fantástico frente a la muralla de Lugo, y aunque Irene y yo ya llevábamos un año de novios, ella aun no se había acercado a visitar. “Miguel, lo intentaré el mes que viene”. “Miguel, lo siento, mis padres me han castigado”. “Miguel, es que ya sabes como son mis padres”. “Irene, hasta aquí hemos llegado”, le planté el 24 de febrero, “ya no tengo el coco ni para hacer batidos ni yogures ni tartas”. Y no volví a saber de ella porque la bloqué en el móvil y en las redes sociales. Igual me equivoqué.


24 de setiembre 2021.

Nos alojamos en el hotel Ozoe Burgos, junto al puente de Castilla. En las habitaciones 832, 834, 836 y 838, todas con vistas al rio Arlanzón. Éramos cuatro parejas que hacíamos un fin de semana, que llegábamos desde Madrid en dos coches, el viernes por la tarde, hasta el domingo. Cristina y Alex. Rebeca y Marcos. Pilar y Israel. Marga y yo. Cenamos como salvajes en el restaurante Almeida, comida castellana, ideal para digestiones pesadas y sueños revueltos, y al salir, de regreso hacia el hotel, Israel, Marcos y Cristina se liaron en una discusión salvaje, de Podemos a Vox, que nos rompió la noche porque llegaron radicales al insulto, “gilipollas, hija de puta, zorra, cabrón,…”. Ya me contarás tú como se puede convivir el resto de un fin de semana de ocio, con naturalidad, después de fracturar las primeras lecciones, reglas e instrucciones de amistad. “Parasito, corrupta, chupapollas, frívola fracasada,…”. Hicimos este fin de semana trágico, ejerciendo Marga y yo de cascos azules de la ONU, mediadores en zona de minas… ¡A tomar por culo los planes que habíamos hecho” porque cada hora que pasaba teníamos mas ganas de regresar a Madrid. Recordaremos la catedral de Burgos, y el museo de la evolución humana, y la Cartuja de Miraflores, y el Monasterio de las Huelgas, y el Monasterio de San Pedro de Cardeña,…con una puta tensión en el ambiente protagonizada por seis gilipollas folloneros. 


23 de setiembre 2021.

Por la mañana me tomé un café con mi hermano Israel en el café Azar, luego hice las  compras de pan, fruta y carne, y antes de subir al piso entré en la farmacia de mi calle (Arapiles). Por la tarde me pase por cinco agencias de viajes porque he empezado a organizar el viaje de novios. “Hola, buenas tardes, soy Toñi, tengo 42 años, y estoy planificando mi primer viaje de novios”. ¿Qué teneis para mi?”. En la primera agencia me propusieron una ruta por Argentina, muy completa, con la compañía de un chico mas joven que yo, Alejandro, filósofo, poeta, y muy buen conversador. Incluye cataratas y parque de Iguazú, Patagonia, y a Delta del Tigre. En la segunda agencia me propusieron un viaje a Estados Unidos, ruta 66, con la compañía de Keanu, muy aventurero, deportista y motero. Con dificultades para expresarse en español. En la tercera agencia me propusieron un viaje con Jorge Javier, “un amante único y excepcional”, por Oporto y el Algarve portugués. En la cuarta agencia me propusieron un viaje por china con Yun, exótico, místico y sensual , Shanghái, Hangzhou, Pekín, Datong-Yungang. En la quinta agencia me propusieron un viaje por Rusia con Misha, muy divertido, a escoger entre Moscu, San Petersburgo, transiberiano o anillo de oro. Las quiero todas, y no se por cual empezar. 


22 de setiembre 2021.

Quedé con Cristina en la puerta del monasterio de Santo Tomás, el coche lo llevaría yo. Nos tomamos el primer café en el bar restaurante Sur. “No se que hago aquí” me dijo mientras mordisqueaba un donuts. Tomamos el segundo café en el bar Crisana de San Pedro del Arroyo. “Espero no arrepentirme de esto”, me dijo antes de salir. Llegamos a la casa de mi pueblo, en Salvadiós. Nos tomamos el tercer café después, en el bar. Comimos en el espacio San Juan de la Cruz, en Fontiveros. “Es todo realmente muy extraño” me dijo con el primer plato, paella que compartimos. “Ahora debería estar con Alex y con el niñó”, me dijo con el primer plato que compartimos, ensaladilla rusa. “Nunca me gusto mentir”, me dijo con su segundo plato, albóndigas con tomate. “Mientes muy bien”, le dije con su segundo plato, lomo con pimientos. “Iván, ¿tú que me ofreces?, me dijo con sus natillas. “Mañanas de domingo en sol”, le dije con mi cuajada. Tomamos el cuarto café en el bar Sito, Madrigal de las Altas Torres, “Ha sido un día memorable”, susurró cuando íbamos hacia el coche. “Aun son las seis”, apunté. “Somos dos compañeros de trabajo, ocupándonos de una investigación sobre el terreno”, mentí sonriendo.


21 de setiembre 2021.

Para impresionar a Elena pasé por la pastelería Belaria, la del paseo de Zorrilla, y compré para ella dos de esos pasteles de pistacho, mango y yogur, ¿los has probado? ¡Gloria divina! Me acerqué hasta su casa y toqué el timbre de su portero automático, a las siete, para que bajase, pero resultó que me había equivocado de día, y que estaba ocupada y que imposible que estuviésemos el martes en vez del miércoles. Total que me comí yo los pasteles, los dos suyos, y los dos míos, y me acerque hasta El Corte Ingles para completar la tarde comprando el regalo por el cumpleaños de mi madre que es el domingo. Para impresionar a mi madre, le compré un bolso fantástico, seiscientos euros. En realidad, volvía para casa agarrándome al objeto de lujo para no perderlo y realizando una anatomía sicopatológica de la compra, porque jamás en mi vida de antes manejé mi tarjeta para una adquisición de similar importe en ropa de vestir ni complementos. Enmascarillado, deduje que el exceso de azucar y la pandemia, y estar enamorado de Elena brutalmente me habían afectado, y recordé que quedaban 34 euros en mi libreta de ahorro para pasar los quince días restantes de junio.


20 de setiembre 2021.

Nos gastamos más de doscientos euros en el hipermercado, llenamos el carro con todo, pero además llegamos al piso y nos dimos cuenta de que nos faltaban muchas cosas. Fuimos los cuatro, el sábado por la tarde. Además de la leche, el papel higiénico, las botellas de agua y los yogures, los productos para limpiar, compramos batidos. Y los zumos, las galletas de muchos tipos, los aperitivos, chocolates y las aceitunas. También las cervezas y los refrescos, carne y embutidos. Y latas de atún, tomate y sardinas. Y queso… La fruta la compramos en el barrio. 217,34 euros que pagamos en efectivo porque no me gusta utilizar la tarjeta. Al llegar al piso me senté en el sofá frente al televisor y dejé que Alberto y los niños distribuyeran los artículos entre el frigorífico, el congelador, el armario de la cocina y la despensa. Me senté con un fuet y un cuchillo cortador, las patatas fritas, unas galletas de chocolate y una coca cola light y sin cafeína. Eran las ocho y once. Me quedé dormida. Tuve un sueño fantástico. Soñé que era una princesa que vivía en un castillo con bufones y corte y doncellas y sirvientes y que esa noche de sábado se celebraba una fiesta en los jardines del palacio con malabares y pretendientes, rodeada de manjares, y antorchas bajo la luna. Vi también mi carruaje. Me desperté  a las once y ocho con una lumbalgia brutal y arrastrándome llegué hasta la cocina. Los envases de congelados se descongelaban sobre la encimera: las vainas, la menestra, la coliflor, la merluza y los mejillones, las gambas, las espinacas, los helados, las pechugas de pollo … Los críos y Alberto jugaban a la Play en sus cuartos.


19 de setiembre 2021.

Llegamos en el tren y Juan fue a buscarnos a la estación. Un día de verano caluroso y soleado. Por la tarde. Viernes. Aparcamos cerca de su casa y subimos a su piso en la calle Candelaria Ruiz del Árbol. Sonia, su nueva novia, nos esperaba, amable, hospitalaria y muy alegre. No es como Julia, su novia anterior, cínica, celosa, insípida. No es como Paula, su novia anterior, narcisista, egocéntrica, caprichosa, insoportable. Tampoco como Rosa, su novia anterior, excéntrica, absurda, ridícula y vacia. Nos llevaron a nuestra habitación, junto a la suya, con vistas a la calle. Abrimos las maletas. Nos duchamos. Conversamos en el salón. Nos ofrecieron algo para merendar que Iván y yo rechazamos. Nos acercamos al supermercado de la calle porque querían comprar tomates para la ensalada. Sonia los subió al piso. Y nos acercamos al centro por el parque La Marina Española, Santa Clara, San Torcuato, Plaza Mayor, calle de los Herreros,… de cañas y pinchos. Sonia tiene 36 años, trabaja en la Junta, nació en Benavente, y estudió filología. Llevan seis meses juntos. Mi amigo Juan, es algo mas joven. Regresamos al piso a las dos de la mañana, amables, y muy alegres. Juan y Sonia tuvieron sexo porque lo escuchamos todo. A Iván no le gustó ser espectador involuntario. Y se enfadó. Y estuvo enfadado hasta que nos fuimos el domingo.

 

18 de setiembre 2021.

Quedé con Marta en la plaza circular para cenar. El miércoles a las siete. No llegó. La llamé. Le envié un whatsapp. No contestó. A las once me envió un mensaje para decirme que disculpara que su madre se había puesto enferma y que tuvo que acompañarla a urgencias y que mas tarde me llamaría. Es sábado y no me ha llamado aún. Marta es amiga reciente, la amiga de una compañera de la oficina, Noelia, a la que conocí porque un día vino a buscarla al salir del trabajo y tomamos unas cervezas en la plaza de las batallas. Noelia y yo estamos recién divorciados los dos, disponibles y dolidos, bastante salvajes, y hemos quedado a solas en varias ocasiones. Sin Noelia. Sin que Noelia lo sepa. En secreto y a escondidas para no dar que hablar. Con el pretexto elaborado para dar explicaciones si nos viese, “acabamos de encontrarnos”. Marta vive en la calle Salud, yo vivo en la calle Panaderos. Es probable que Marta se haya cansado de mí, o haya conocido a alguien o vuelto con su ex. Es probable que a Marta lo nuestro le sepa a poco o a nada, en realidad no soy ni un gran amante ni un gran amigo ni tengo mucho que aportar.


17 de setiembre 2021.

“Si abres la ventana del hotel Ozoe A Coruña, respiras la brisa del Atlantico. Iremos”, escribí en la postal. Pero no fuimos porque ella murió de cáncer tres meses después. Yo si fui, seis meses más tarde, y paseé por la playa imaginando lo que no hicimos pero pudimos hacer. Llevábamos ocho años de casados, una criatura de tres, la vida cotidiana resuelta, el piso elegido con los pagos regulares de hipoteca, su seguro de vida por 60.000, el empleo asegurado en la compañía de seguros, un frigorífico grande, y una tele grande, y un sofá grande, y un baño grande y el trastero ordenado. Paula murió en 22 de agosto, por eso yo pedí la habitación 822. Y era verdad, si abres la ventana llega el aire del Atlántico. Paseé por la playa recordando todas las playas en las que estuvimos, pero nos quedó pendiente visitar A Coruña juntos. Y seguí todos sus consejos, como si estuviese presente: cenar ligero por la noche, cepillarme los dientes, no tomar alcohol, peinarme después de salir de la ducha, apagar la tele temprano, llamar a mi madre, dormir en pijama, no romperme la vida con su ausencia, tomar tres piezas de fruta, no olvidar las zapatillas en la maleta, y pensar en lo pendiente para ser mejor persona cada día.


16 de setiembre 2021.

Me invitaron el sábado al programa VIVA LA VIDA de TELECINCO para que contará lo mío con ella porque había unas fotos en las que nos habían pillado en el coche a la salida del local de copas. Enma García me preguntó por el tema, y por los detalles de la noticia que se estaba convirtiendo en actualidad. Yo intente no entrar en los concretos pero las fotografías hablaban por si mismas. María Patiño habló también de ello en SOCIALITÉ, “Una conocida cantante es pillada “in fraganti” con un chico a la salida de un conocido local de Madrid. La pareja después se trasladó hasta el domicilio de ella en una conocida urbanización madrileña”. El lunes se comentaron las imágenes en el SALVAME. Es lo que tiene juguetear con una famosa. En realidad lo mío con ella y lo de ella conmigo fue algo improvisado, un algo circunstancial, lo fuimos disfrutando ajenos a que la prensa del corazón nos estaba siguiendo para que ocupásemos minutos en la parrilla televisiva. Teleru y Carmen, amigas de ella, lo comentaron. Jorge Javier, nos envidió por el entusiasmo. Kiko Matamoros censuró nuestra inocencia. Era la tercera vez que estábamos a solas y puede que no vuelva a repetirse por culpa de los medios.


15 de setiembre 2021.

“No me puedes tratar como si fuera tonto”. Se lo he dicho trescientas ochenta y cuatro veces, enfadado, riéndome, con un silencio posterior, gritando, llorando, con complicidad, en público y en privado, de manera diplomática o como lanzando un escupitajo, en la cama, en el salón, comiendo, antes y después del coito, en celebraciones, festejos, vacaciones, delante de los niños, en el supermercado Lupa, en el hipermercado Carrefour, al salir de misa, en las urgencias del hospital y en el mercadillo. “No me puedes tratar como si fuera tonto”. Se lo dije en el autobús, en el tren, en nuestro coche, en las piscinas, en la playa, en el monte. Entre cañas y entre vinos. Con calamares, tortilla de patata, croquetas y paella. Al poco de conocernos, mientras fuimos novios, el día de la boda, en los viajes a Torremolinos, Salou, Roma y Berlín. En las habitaciones de hotel. El día que nació Carla. El día que nació Manuel. El día que murió su hermana Rosa. Junto al Guadalquivir, el Tajo, el Ebro y el Duero. En los columpios. “No me puedes tratar como si fuera tonto”. Lo oyeron mis compañeros de trabajo y mi cuadrilla de amigos. También mis padres y los suyos. ¿Le sorprende ahora que quiera el divorcio?


14 de setiembre 2021.

Pasamos la noche juntos, la primera, en el hotel Ozoe Tudela de Navarra. Junto al puente, a dos minutos de la Iglesia de María Magdalena y el paseo de El Cristo. El 30 de mayo, 2010. Vistas al Ebro. Habitación 673. Sexta planta. Llegamos a las nueve de la noche. Nos fuimos a las nueve de la mañana. 12 horas. Nos encontramos en un bar de la plaza de los Fueros, primera cerveza. La segunda, la tercera, la cuarta y la quinta, fueron por aquellas calles de allí, y luego fuimos al hotel, a las once. Encendimos la televisión. Ella se ducho. Me duché yo. Miramos por la ventana al Ebro. La habitación muy amplia, con un ventanal gigante frente al rio, en una habitación en tonos granates, cubrecamas, cortinas, cojines,…a juego con su ropa interior. Yo le pregunte si ya había estado antes allí, por la coincidencia, ella contestó que no. Abro y cierro paréntesis, omito los detalles. Ella Nuria, yo Martín. La banda sonora fue de Enya, a ratos, también el silencio de nosotros. Suave. Tierno. Lento. Sabíamos que nos iríamos a las nueve, para no repetir. Dulce. Mágico. Frágil. Desayunamos juntos en la cafetería del hotel. Y regresamos. Y ella se fue. A Zaragoza. Yo a Irún. 


13 de setiembre 2021.

Bajamos al garaje y nos metimos en el coche las cuatro, conducía Isabel. Locas guerreras noctambulas, porque eran las tres de la madrugada. “Que conduzca Isabel, que solo ha bebido colas insípidas”. Entrábamos a la autopista, dirección, allí, Iván Ferreiro cantaba “Cena recalentada”, de Golpes Bajos, por los altavoces del vehículo, verde. Improvisado plan de viernes, ir, para amanecer allí. Marta se reía, los efectos de más de tres cañas, con alcohol. Sonaba “Fiesta de los maniquíes” y nos agitamos con frenesí. Alocadas mujeres maduras que juegan a ser adolescentes en noche viernes. Pero bien. “¡Vamos al mar!” a modo de road movie. Casi nos matamos al adelantar a un camión noctambulo a la altura de Montorio. Pasamos por el Aguilar de Campo de las galletas. Cantábamos bobas, “Años 80”, ya en Mataporquera, “no te echaré de menos en setiembre”. Y tuvimos que parar, yo necesitaba vomitar. Y así fue, muy cerca de Reinosa. Íbamos al piso de Carmén. Carretera con curvas, pero después, el mar. Llegó. Vimos amanecer desde la arena de la playa de La Magdalena, Santander y el Cantábrico para burgalesas sin mar. Desayunamos en el café Español, en la plaza de las estaciones. A las once nos fuimos a dormir. Nos despertamos a las tres. Comimos paella y volvimos a la playa, y luego mar, y nos olvidamos que pasaría el sábado. Pasó. Y volvimos el domingo.


12 de setiembre 2021.

Después subimos a tomar un cafe al hotel, bajamos a la playa del Sardinero, paseamos por la Magdalena, la bahia, y terminamos comiendo en el lugar especial que yo había elegido. Al salir del local comenzó a llover, frio no hacia. Ella volvió a decirme que le encantaban mis escritos, yo volví a decirle que me encantaban sus dibujos. Luego la acompañe hasta la estación porque su autobús a Oviedo salia a las cinco. Me quedé con las ganas, y antes de marcharse me habló de Iván su marido, y de Francisco y Javier, sus hijos. El orden de factores si altera el producto, no es lo mismo saber de su familia a las once de la mañana, que saberlo a las 16,44. No es lo mismo desayunar paella, que tomarla en el postre. Cuando el bus arrancó para llevarsela, yo hice las compras en el Mercadona de la calle Castilla, las dejé en mi piso de la calle Hermida, y baje para tomar dos cortos de cerveza que luego fueron once. Cuando llegue a casa a las doce recorde el itinerario de mi cita sin postre con Yolanda. “¡Volveremos a vernos!” fueron sus ultimas palabras. “Ya estoy en casa”, me escribió al llegar.


11 de setiembre 2021.

Para saltar de la cama hoy, Jorge eligió el “Let´s dance” de David Bowie. “Porque los días lluviosos cruje nuestra fragilidad”, pensó. Para fregar los cacharros de la cocina después de comer, eligio “China Girl”. Y para hacer honor a esta canción dedicó el día a visitar las tiendas chinas de Santander. Para las patologías del desarrollo sicoemocional, encontrar pretextos con los que adornar y entretener una tarde de lunes, en invierno, para inventar un hilo de pensamiento obsesivo, es suficiente. Comenzó su ruta de tiendas desde la calle de su piso, Floranes, y para que la tarde fuese inspiradora, se acompañó de todos los discos de Bowie. Sonaba por los auriculares  “Under presure” y obtuvo un orgasmo sonoro similar al de Juanmael día aquel. Es lo que tiene. Los divergentes se pierden en cadenas de ideas, emociones, pensamientos, canciones, momentos. Para Jorge recorrer las tiendas chinas de Santander y recrearse entre toda clase de artículos de finalidades, tamaños, colores y formas, conformaba el sentido pleno de la tarde que murió Bowie. Escuchaba repetidamente “Modern Love” y callejeaba por los establecimientos del barrio Castilla-La Hermida. Escuchaba ansiosamente “Dancing in the streets”haciendo el trayecto entre las calles Guevara-Santa Lucia. Fue un día de muchos kilómetros hasta regresar cansado haciendo el paseo del General Dávila. Para cocinar la cena, Jorge eligió “Rebel Rebel“. Lo que es la vida, pensó Jorge, “me gusta Bowie y  yo sin saberlo hasta hoy”.


10 de setiembre 2021.

Decidimos dejarlo al azar, “que sea lo que quiera el Duero”, dijimos, y ya tenemos cuatro hijos, Arturo (14 años), Natalia (12), Marcos (10) y Paula (8). Seguimos dejándolo al azar y no le ponemos control a nuestra activa sexualidad, “Luis, que sea lo que quiera el Duero”. Juega a nuestro favor que heredamos la casita grande y con terreno en Puente Duero, que Luis y yo somos funcionarios de la Junta, que nuestras familias hicieron fortuna en negocios de vino y pan. Tenemos dos coches. Yo tuve embarazos fáciles. Las criaturas crecen saludables, comen bien y nos dejaron dormir. Nosotros ejercemos la patria potestad de una manera relajada y comoda. Ellos aprendieron y nosotros les enseñamos, a compatirse en equipo. Y aqui, en Puente Duero, nuestra vida es facil. Ellos con sus amigos exploran por ahi, también en bicicleta, en cada estación del año con sus tareas propias. Luis y yo salimos a correr por el Pinar de Antequera, y nos encanta hacer las rutas de naturaleza, pueblos , lugares y gastronomía. Luis y yo tenemos aqui nuestro cuadrilla, con mucha vida social. No te conte de Triski y Tralu, nuestros dos perros, ni que tenemos conejos y gallinas, y una pequeña huerta para nuestro consumo familiar. No te conte que llevo once dias de retraso con mi regla. 


9 de setiembre 2021.

Tú le has visto, yo le he visto, muchos le hemos visto, a él, el hombre que mira todo el dia, cada dia, las vias del tren. Dicen que esta loco, no lo parece. Cuentan que espera a un amor que se fue, cuentan que trabajó en oficios de ferrocarril, conductor, revisor, mecánico… cuentan que fantasea con los viajes que no pudieron ser. Hay quien dice que su hijo murió, que fue atropellado una tarde al cruzar. Cuentan que registra mentalmente los horarios exactos de las circulaciones. Muchos le hemos visto en la estación, en el arco de ladrillo, mirando desde la calle Gipuzkoa, desde la calle Estación, desde la calle Salud. Todos los dias. Yo ayer le vi en la estación Valladolid – Universidad. Cuentan que su madre le abandonó en un vagón.Él siempre impecable, anónimo y silencioso, vestido de trajé. Yo me atreví, le pregunte, no me quiso responder, pero si me contestó. Cuentan que también desde su casa mira los trenes pasar, que apenas duerme. Cuentan que le jubilaron de manera anticipada en la Renfe, y que arrastra dolor. Me dijeron que a veces hace fotos con el movil, yo nunca le vi. Siempre está solo, afeitado, con sus gafas de sol en verano y su botella de agua. Le recuerdo desde niño, ¿tendrá sesenta y tantos?. ¿Tú conoces su verdadera historia?


8 de setiembre 2021.

Yo tenía dinero, pero una vida muy aburrida, herede de mis padres 4 millones de euros, tenía un trabajo fácil, pero me aburria mucho, tanto que me llevó a la tristeza, casi a la depresión. Yo tenia el dinero en una única libreta de ahorro ordinaria, en la sucursal del Banco de Santander de mi barrio, no era amigo de operaciones financieras. Yo ya era un cincuentón sin pareja, ni hermanos, ni sobrinos ni hijos, ni padres ni abuelos, y pensé en hacer el testamento, pero, ¿a favor de quién? Yo tenia cuatro pisos, los de mis abuelos, en el paseo Hospital Militar, en el Paseo del Arco de Ladrillo, el de mis padres, en la calle Puente Colgante, y el mio, en la calle Gabilondo. No tenia muchos amigos, de hecho, ninguno de mis conocidos merecía este honor, lo reconozco, era muy raro, y ninguna de mis ex-novias recibiría mi herencia. No era tacaño, y gastaba en lo que tenía que gastar, sobre todo viajes, y algunos caprichos: los coches, la tecnología y los vinos. ¿Para quién mi herencia? Me llevó tiempo responderme. Cuando me diagnosticaron los tumores de vejiga, y una muerte próxima, yo ya habia constituido la Fundación, seleccionado su misión, “promover, proteger y difundir el rio Pisuerga, su historia, ecosistema y culturas”, elegido los miembros de su patronato, y adjudicado, via testamento, todos mis bienes a su favor. Fallecí el 29 de julio de 2018. Tenía 57 años. Tiraron mis cenizas al rio y me colocaron una placa.”In memoriam. Roberto Pisuerga”. 


7 de setiembre 2021.

Cantaba Coque Malla, “Santo, Santo” y nosotros en el patio de la hospedería de San Benito en Valladolid porque era la noche del 21 de julio en el 16. Nosotros éramos nueve y yo la vi llorar en tres canciones. Mientras, las otras guardaban con el móvil los momentos, ella llorando. Luego me contaron las historias de sus lagrimas, aun no se la real. Miguel me dijo que su hermano murió el año pasado, y era Coque su cantautor. Coral, que rompió con su novio hace dos meses. Nina, que las canciones suaves no son las convenientes para los momentos de fragilidad y depresión. Marta, compartiendo su proximidad con las canciones que acarician el alma. Manoli porque Coque expresa purezas de amor. Esmeralda adivinando relatos de aventuras ansiosamente imaginadas. Yo que no llore públicamente me emocione por las piezas que componen obras de belleza. Él cantaba, y Ezequiel extrapolando. Ella lloraba porque dice Román que está muy enferma. Las bandas instrumentadas adornan los aires de todos los días con la acústica que nos remueve. La noche, fresca, el lugar, precioso, con historia y con historias, uno de esos espacios con estrellas, también en el cielo. La banda acompañando los temas de la vida. En el patio.


6 de setiembre 2021.

No recuerdo si fue en Arévalo o en Madrigal de las Altas Torres, o en las Navas del Marqués. Quizás fue en El Barco de Ávila o en Arebas de San Pedro . ¿O fue en Mingorria? ¿En Cabezas de Alambre? ¿En Candeleda? ¿Tal vez en Casasola o Cebreros o Donvidas? ¿En Flores de Avila? ¿La Hija de Dios? ¿Langa, Maello, Marlín? ¿En El Mirón? ¿Niharra, Salvadiós, Solana de Ávila? ¿En Navatalgordo? ¿En Narros del Castillo? No lo recuerdo, y quizas tu puedas ayudarme, porque despues del accidente con el coche perdí los recuerdos y la memoria, y los detalles de esta carta manuscrita por ella. “Juan, de la manera mas tonta nos hemos conocido, y estos últimos diez dias han sido geniales juntos. ¡Fenomenal! Volveremos a vernos muy pronto. No lo olvides, el pasado es lo que fuimos, el futuro es lo que seremos. Quiero mas tardes, mañanas y noches contigo. Raquel”. No recuerdo si fue en Martinez, Mijares o Mirueña de los Infanzones. Quizás fue en Velayos, Villaflor o Zapardiel de la Cañada. ¿O fue en Viñegra de Moraña? ¿En Ávila ciudad? ¿Tal vez en Barromán? No lo recuerdo, y quizas tu puedas ayudarme, porque despues del accidente con el coche perdí los recuerdos y la memoria , y los detalles de esta carta manuscrita por ella. 


5 de setiembre 2021.

Tal vez no me recuerdas, yo a ti si, hicimos juntos el curso de verano en Santander, en La Magdalena, en la universidad Menendez Pelayo: “Gestión de procedimientos complejos en escenarios de crisis: funcionalidades avanzadas para dispositivos AF-400”. De lunes a viernes, coincidimos en el mismo hotel, también en la cafeteria para desayunar. El año pasado. Te pedi el correo-e. y me lo diste, y te envié la copia en formato electronico de mi tesis doctoral: “1975-2015, inventario y parametros resolutivos en las situaciones de crisis del gobierno de España”. Te he enviado varios correos pero no me has respondido. La dirección de tu correo-e. es correcta, la que aparece en tu tarjeta, y no me han llegado devueltos. He seguido pensando mucho en lo que comentaste en la lección cuarta, el martes por la tarde, sobre que es conveniente utilizar los fondos reservados para comprar voluntades, siempre que sea posible y conveniente para el bien general. Yo te deseo mucho, te recuerdo con tu pantalón azul cielo, y tu blusa blanca y tus labios pintados de carmin intenso. En cualquier caso queria preguntarte si sigues trabajando como investigadora en el laboratorio de geoestrategia contemporanea de la Universidad. Yo llevo tres meses en el paro, me despidieron sin motivos. Estoy escribiendo un libro sobre la Agenda 2030, objetivos de desarrollo sostenible y confluencia de agentes para la articulación de intervenciones significativas. Espero que te llegue esta carta. Hablamos. 


4 de setiembre 2021.

Mi chica de la mermelada se llamaba Rosa, tenia 33 años, trabajaba en el Panekia de la calle Panaderos, y estuvimos juntos seis meses, a punto estuve de enfermar de diabetes. Desde la segunda semana de nuestro encuentro casual, comencé a dormir en su piso las noches de viernes, sábado y domingo. Tuve que mentir a mis padres, todavia controladores y dominantes, aunque yo ya tenia 43, les dije que la abuela de mi amigo Pedro estaba muy enferma, que él la cuidaba, y que yo, buena persona, le acompañaba generoso. En realidad Rosa y yo nos encerrábamos en casa a modo sicopatas, veiamos cine Mandarín, cocinabamos Turke, dialogabamos sobre los filosofos de la dinastia Trenka, construiamos puzles de ferrocarriles, tejiamos colchas de flores, roncábamos como alimañas y nos animalizabamos en las copulas. Post actum, nos tomabamos las tostadas con mermelada: de ciruela. Para desayunar, tostadas con mermelada de naranja. De postre, en la comida, tostadas con mermelada de limón. En la merienda tostadas con mermelada de mora. De postre, en la cena, tostadas con mermelada de platano. A modo de trastorno de personalidad, repetitivo y ansioso, estupidamente gratificante, paranormal, también morboso. Gilipollas y absurdo. Por pudor no confesare las utilidades multiples de la mermelada. Yo estaba depresivo por mi trabajo de mierda, por eso me vicié en esa relación pegajosa. Un 23 de noviembre su marido regresó de Mozambique, yo ni idea de que estaba casada, y mi vida se quedó mas insipida. Cuando su marido marcho al Congo, Belga, ella volvió a llamarme, yo para entonces ya estaba desintoxicado, era fóbico a la sustancia, por terapia de choque, y rechacé su oferta. 


3 de setiembre 2021.

Salí de la estación de tren, venia de Madrid, gire a la derecha, luego a la izquierda, luego a la derecha, luego a la izquierda, y llegué al portal de la calle, el 33. Sexta vez de este itinerario urbano por Valladolid desde que conocí a Cristina en el café, calle Prosperidad de Madrid, ella pasaba una semana de vacaciones en el piso de su prima Isabel. Yo vivo en Prosperidad. Cristina en el cuarto izquierda, con vistas a la plaza. Lo diferente de la sexta vez es que hay menos emoción que en la primera, es lo que creo yo. Ya me duche en su baño, me tumbe en su sofa, comí en la vajilla naranja y en la mesa de comedor, levanté las persianas del dormitorio y corrí las cortinas, inspeccioné su congelador, puse el lavavajillas, abri los cajones de la mesilla, apague la luz, me tropecé con la alfombra del salón, y entré en su cama personal. Te confesaré que he iniciado operaciones de dominación: cambiamos la marca de papel higiénico, ahora es Alimerka, y de champú, ahora es Nivea, cambiamos el lugar de los platos y cazuelas en el armario, ahora desayunamos magdalenas, cambiamos las cortinas de la ducha, leemos “El Norte de Castilla”, y hay un nuevo orden de canales en el televisor.


2 de setiembre 2021.

Llegamos a casa a las 5.46, afortunadamente. Madrugada. Al llegar descubrimos que nos habiamos dejado encendida la luz del baño, desde que salimos a las seis, y nos fuimos a dormir, inmediatamente. Antes, al bajar la persiana del dormitorio con vistas a la plaza de La Inmaculada, mire por la ventana, y me fije en el grupo de ocho que ocupaban la acera, eran Javier y los otros, Elena se quitaba la ropa, con rapidez. Noche de febrero lluviosa en León. Nos acostamos, distantes y enfadados sin nada que decirnos. No podia dormir, por el exceso de copas y actividad, por el desorden de horarios, por los pensamientos invasivos y la presión atmosférica en nuestro cuarto del sexto. Elena y yo llevábamos viviendo juntos dos años, tres meses y once dias. Las tapas acumuladas durante la tarde peleaban en mi estomago: croquetas, cecina, queso,… y las patatas, sobredosis de patatas en sabores múltiplicados. A los veinte minutos de acostarme, mi vejiga reclamó una visita al baño, y me fijé en el bote de champú, abierto, caido sobre la bañera. Los ronquidos de Elena, se escuchaban aun con la puerta cerrada, y su frase colérica, escuchada por Javier y los otros, alojada en mis neuronas desde las 23.23: “Carlos, eres enfermizamente celoso, y así no podemos seguir”. La recordé conversadora y divertida con Javier y los otros, desde las 19.14, en cada uno de los locales del húmedo que recorrimos. Al volver a la cama Elena continuaba durmiendo profundamente.


1 de setiembre 2021.

Ya estamos en setiembre, y en unos días podre decir, “otro verano soltero”. Es duro, y tú lo sabes, pero mas en mi caso, ¿cómo puede esta belleza, inteligencia y y conjunto de dones estarse desaprovechando? Y fÍjate lo que te digo, no hablo de malgastarse, que al menos habría algo, hablo de no sacarle partido. Un tipo buen conversador, generoso, divertido y con estos encantos no puede dormir solo. Si, ya se que tengo que utilizar una de esas aplicaciones para ligar, o las redes sociales, pero es que me dan mucha pereza. Y exhibirme en el instagram, no lo veo. Y este facebook lo uso poco porque cuando le dedico un rato me asusto, ¡por Dios!, ¡madre mía! Tú eres un encanto, y yo soy una joya, ¿cuando vamos a encontrarnos? Este verano me vi todas las pelis, me leí 36 libros, con la play, más que un rato, y soy un artista solitario. ¡Pero si no salgo por las noches! Te soñe en Murcia y te desee en Valencia, también. Mira que esto no puede ser, fijate en mi que se nos esta pasando el arroz, la paella, y la ensalada de guisantes con marisco. Yo ya te lo he dicho.


31 de agosto 2021.

El café fue en la plaza de Zurraquín. Llegamos hasta el desde la plaza del Mercado Chico porque nos alojábamos en el hotel Ozoe, habitación 206. Lo escribí en un papel, te lo entregué doblado, y te mire a los ojos: “El deseo de seguir aprendiendo o la pasión de la ignorancia”. Tú me contestaste, “de esto y asi, más, y contigo”, y entendi que aquel viaje tenia sentido,amplitud, longitud, intensidad. Y luego volvimos al hotel, y te desnudaste de nuevo para contarme que tú querias viajar al espacio en una capsula que llevase a Plutón, pero que al cumplir los 33 la fibromialgia te impidió despegar. Me susurrastea al oido, “ven, quedate”, y te abriste más para confesarme que hay dolor y es muy frecuente. Una hora despues saltamos a la calle de nuevo. Sacamos dinero en el cajero BBVA de la calle Reyes Catolicos, apostamos al euromillones en la administración de loteria, compramos calcetines y galletas, en la misma calle. Y pasamos por la farmacia de la esquina a recoger tu medicacion. Y regresamos al hotel, pero entramos antes al mercado para comprar naranjas, queso, plátanos, chocolate y jamón. Frio en la calle, calor en el hotel. Merendamos naranjas, queso, platanos, chocolate y jamón. Estabas agotada y rendida porque estas enferma, y te dormisté abrazada a mi, temprano porque solo eran las ocho de la tarde. En el dia que viajamos juntos por primera vez. Articulamos una secuencia de hechos que condujeron a una situación inevitable. Fantástica.


30 de agosto 2021.

Cuando llegamos era el miércoles, las seis y cuarto de la tarde, y la barra del Ocho rios café de Burgos, abarrotada. “Marta cuando puedas’, dije amable y sonrei, sin prisa. Cuando pudo, yo pedi: “dos cañas, un descafeinado y una Fanta de naranja”. Frio de invierno en la calle y amenaza de nieve. En la barra, sin huecos y con barullo, Raúl vociferaba, y Noelia con Celso atacaban, en mitad de la batalla, sus pinchos de tortilla. Con pimientos. Y dos Cervezas Lezube. En la televisión, sin sonido, el “Salvame”, y por el hilo musical el “Histeria” de Tino Casal. Desde las paredes del local siete cuadros grandes mirando a sus ocupantes, con paisajes del Ebro, del Duero, del Miño, del Guadalquivir, del Tajo, del Guadiana, Pisuerga y Manzanares. Yo calculo 40 personas en el Ocho rios café, a las 18.39. También Chus y Esperanza con sus cocacolas y cacahuetes gratis en la mesa 64. Y Matilde con el nieto insoportable. A las 18.46 Mario, el camarero se subió sobre la barra. Sorpresa y silencio entre la clientela. Y comenzó a hablar. “Lo he pensado mucho. Pero mucho, mucho. Y por eso esta mi pequeña interrupción y atrevimiento. Será un minuto. Pero quiero decirlo. Necesito decirlo. Si todos nos sonreimos, seremos mas felices. ¡Que siga la vida!” 


29 de agosto 2021.

Javier trabajó en el número 54 de la calle Padre Isla. Tres meses. Entraba a las ocho y salía a las tres. Llegaba, de lunes a viernes, todos los días. en el autobús número 10. El 7 de mayo, 2019, en el café que esta junto al portal, el Nielon, conoció a Ana, la esposa de Manuel, la madre de Alejandro y Julia. Ese día, Javier se enamoró de Ana, la feliz esposa de Manuel, la mejor madre de Alejandro y Julia. Es un sentimiento doloroso enamorarse de quien no puede ser, y mas porque tú sabes que Javier no es caprichoso ni enamoradizo en estas cosas del querer. Ansioso por saber, Javier fue sabiendo de ellos, aunque siempre supo que saber le iba a doler. Supo de los hijos, él tiene 15, ella 10. Supo de Ana: es lectora, de salir con amigas, de ir al teatro, siempre activa, siempre viva, el celoso es Manuel. Ana enfermera, abogado él. Supo de ellos, ella 40, 39 él. Veranean en Areas, Pontevedra, año tras año, y ya son mas de 23, desde que novios furtivos, lo hicieron por primera vez. Felices en el sexo, felices en la vida ordenada que inventaron para ser. Ana exploradora independiente. Manuel la controla y no puede, pero lo llevan bien. Javier queriendo la vida espiada de Manuel y Ana, la que ya no puede ser.


28 de agosto 2021.

No es que yo sea ciego ni imbecil ni desafortunado, pero me tropecé con el bordillo al subir a la acera, y caí al suelo. Yo cruzaba la carretera fuera del paso de cebra. Me golpeé la rodilla en mi plaza, de la Pícara Justina. Eran las 10,08, y me asusté pensando que por algo igual conozco uno, dos, tres casos, con rotura, escayola, rehabilitación, operación quirúgica, prótesis.. “Lo sientes al pasar el rato”, recordé lo que me dijeron, y así comenzé a revisarme: 10:13, 10:18, 10:24, 10;42,..11:07, 11:30…Resultó que no ocurrió nada, pero yo que siempre ando preocupado por todo, comence a conversar conmigo mismo sobre riesgos, control, fragilidad y circunstancias, para concluirme inútil e incapaz. No es que yo sea estúpido o uno de esos tarados que abundan, pero me enfadé. “Siempre preocupándote prevenido y casi te rompes la cabeza al caer en un bordillo“, me dije. “¡De que manera mas tonta!”. “¿Le di las gracias al señor que me atendió?” “Parece que no me he roto nada, pero aunque estoy de vacaciones, podría estar incubando un tumor de próstata o fabricando un ictus o tramando una patología cardiaca o ese lunar no ser tan lindo”.  Me gusta pensar, es mi defecto. No es que yo sea un obsesivo y quiera controlarlo todo, que también, pero me convendría asumir mas riesgos.


27 de agosto 2021.

Angélica vive en la calle alcalde Miguel Castaño de León, es la novia de mi hermano, y mi profesora de alemán. Angélica a mi no me cae bien, desde siempre, y por una lista de 23 razones que hoy no voy a contarte, porque ni ella, ni las razones, tienen ningún interés. Angélica conoció a mi hermano haces tres meses, en el taller de flamenco Loc, y mi hermano que esos días se encontraba fragilizado por su ruptura con Úrsula, la novia de siempre, con facilidad se entregó. Esto fue en mayo, y Angélica, que todo lo calcula, ya tiene planes de boda, demanda de anillo, están con el ajuar, abrieron la libreta de ahorros, le controla la nómina, le elige la ropa, también la interior, le alejó de sus amigos, enreda con nuestras relaciones familiares, se peleó con mi padre, le cambió la dieta, conoce sus claves del facebook, de gmail, y de los cajeros automáticos, lo pasea con su madre, se apropio de su coche y “despacito” se lo apoderó. Ella le ha impuesto protocolos de ahorro, de visitas, de alertas, de disposición de los tiempos de ocio, de llamadas y consultas, de relaciones sociales, de objetivos de vida, opciones y preferencias. Angélica creció en la dominación, dominada, una pena, y ahora ella se libera dominando al dominado, que es mi hermano, Ricardo. Mi madre se lamenta de no haberlo educado en la prevención, en las cautelas, para la astucia y la autodefensa, para el ejercicio desordenado de sus deseos, instintos y placeres, para alejarse de las callejuelas de la mutilación . Él nunca fue entrenado para los deportes de riesgo, y ahora, desprotegido los práctica, poseido por las fuerzas sobrenaturales de sus encantamientos y maleficios, y se ha entregado a otro yo.


26 de agosto 2021.

Tomamos algo en el café Alsiguiente, el de la Plaza Maestro Haedo 4 de Zamora, todo excelente, pero a la hora de pagar descubrí que había perdido mi tarjeta bancaria. “¡No jodas!” grito Gloria, mi mujer, y yo convencido de que había pagado con ella los pantalones verdes que llevaba en la bolsa, y que la había dejado dentro de la cartera en el bolsillo interior de mi anorak, granate. “La tendrás en algún bolsillo”, dijo Borja, mi hijo mayor, para tranquilizarme, pero rebusqué con intensidad en cada uno de ellos, y no. Raúl, mi hijo pequeño, despreocupado por la situación. Considerando que la compra de los vaqueros había sido a las 13,47 como indicaba el resguardo de mi tarjeta bancaria, y ya eran las 16,36, la llave de acceso a nuestra cuenta de euros llevaba más de dos horas y media fuera de control. Comentamos todos el recorrido realizado: Avenida de las Tres Cruces, calle Amargura, Plaza de Alemania, Plaza del Maestro, calle San Torcuato, Plaza de Sagasta, para girando por Santa Clara llegar hasta la Plaza del Maestro Haedo. Comenzaban a llegarme las taquicardias, más que nada porque es una tarjeta contactless, con un límite de gastos diario de 1000 euros. En menos de diez minutos, muy nervioso, llamé y cancelé la tarjeta objeto de nuestra preocupación, y me tranquilicé: ninguna operación descontrolada en las últimas tres horas. Hicimos la tarde, llegamos a casa, cenamos, tuvimos un rato de sofá y nos fuimos a dormir. Al día siguiente, jueves, procedí a estrenar mis pantalones vaqueros verdes nuevos. En el bolsillo derecho, estaba allí, la tarjeta bancaria que nunca perdí.


25 de agosto 2021.

Él vive en la calle Derechos Humanos de Burgos. Tiene dos hijos, la mayor de 14, el pequeño de 11. Los tiene porque era lo que había que hacer, no porque dedicase ni un minuto a analizar las obligaciones no económicas derivadas de la procreación. Su esposa era y es consentidora con lo de los hijos y en todo lo demás, sus padres la prepararon para atender, cuidar y dedicarse a las tareas propias de su feminidad. Ella es feliz, a la manera que la enseñaron, satisfecha de gestionar eficaz, eficiente y alegre, lo que a ella le corresponde. Narciso no es un mal tipo, ausente de padre, su madre le enseñó modales y respeto, también varonil autoridad, le instruyó para identificar su cartilla de derechos y obligaciones familiares y hogareñas. Respondiendo a una adecuada crianza ha logrado una buena nómina, con su cuadrilla de amigos regular práctica habitualmente tardes de vinos, también en el Erebur café, ayuda a poner la mesa, a transportar las compras, reparar las averías y ser contraste en los asuntos domésticos, conduce un fantástico vehículo de alma gama, es del Real Madrid, defensor de las buenas costumbres, amante de la gastronomía. Narciso no es un mal tipo, y han construido una familia estable, de ritmos y formas tranquilas, como tiene que ser. 


24 de agosto 2021.

Llámame, por favor, llámame”. “Llámame, por favor, llámame”. Coral hizo el recorrido desde la plaza Marcos Fernandez de Parquesol, con esta plegaria. “Llámame, por favor, llámame”. Escuchaba las canciones de Snow Patrol y obsesivamente vigilaba su móvil. De batería, bien. Alta cobertura. “Llámame, por favor, llámame”.Hasta la plaza de las batallas hay un largo viaje a pie, y mas con las expectativas desbordadas. Si tú lees este relato acompañado de las canciones de Snow Patrol comprenderás lo que se siente cuando alguien a quién amas con locura, no llama. Anocheciendo en Valladolid en esta tarde de junio, en frases cortas pero ansiosas, con pensamientos densos, para un trayecto de mas de una hora, de cinco kilómetros. En la plaza Juan de Austria sonó el teléfono pero era su hermana. “Llámame, por favor, llámame”. En la plaza de España sonó el teléfono pero era su madre. “Llámame, por favor, llámame”. En la plaza San Juan sonó el teléfono pero era su amiga Marta. Llegó a destino. Llego a la plaza de las batallas. Tu también has llorado como lo hizo Coral ese día de junio en la plaza. Rabiosamente en silencio. Abrazando la nada. Lagrimas acompañadas de canciones tristes.  “Open your eyes”. “Chasing cars”. Sonidos rellenando los vacios. Era ya tarde. Coral se escondió tras la careta del fingir. Entró al portal. Cogió el ascensor. Tocó el timbre. Ellos, sus padres, abrieron la puerta. Y sonrió con alegre intensidad teatral.


23 de agosto 2021.

Fuiste con los críos a buscarme a la estación de autobuses, me llevaste la palmera de chocolate, la de nuestra pastelería preferida, la de nuestra calle. Yo volvía a Santander, en el autobús de Alsa, después de una semana en Madrid por asuntos de facturaciones, de cuentas, de estrategias, operativas, y todas aquellas cosas de empresa.Era viernes, ya las 8,30, cansado y aburrido, con ganas de volver a casa, y de perder el tiempo en todas las estupideces irracionales que dan sentido a nuestras vidas. Hice el viaje en el bus con tu selección de canción indies, muchas de ellas cargadas de fotografías mentales con recuerdos nuestros. Debería haber revisado tres documentos con nuevas instrucciones, y contestado nueve correos, pero no, preferí entretenerme mentalmente, harto de las preocupaciones de empresa. Salíamos de Torrelavega, ya muy pronto Santander, no esperaba que estuvieseis en la estación, y porque “Sidonie” cantaba “Siglo XX”por mis auriculares, sonreí porque tú y yo estuvimos en Valladolid, en su concierto del Intro Music festival, y porque cantan “este lugar no esta hecho para mi”, volví al bucle de vueltas, vueltas y mas vueltas”, agitado y perverso, convulso, enfadado y frágil, preocupado, en una mas de esas zozobras que a veces nos turban, complejo. El autobús completo, rápido, cómodo, el viaje elegante. Mi maleta, la roja, en el maletero. Las 8.30, Santander, entrando en la estación, cumpliendo el horario previsto. Decidido pero sin prisa, no me asalvajé para la bajada. En mis planes, caminando, llegar en quince minutos hasta nuestro portal. Arrastraba mi maleta con fuerza, desde el maletero, y al volverme os vi a los tres.


22 de agosto 2021.

Era lunes y vino a buscarme a la salida de mis clases de ingles. Yo salía embobada por las dos horas de abducción idiomática, idiotizada por el coctel de verbos, vocabulario y otras construcciones anglosajonas. Eran las ocho y 3, yo salía pensando comprarme unas gominolas en el Chuches Guay de la esquina, para sobreponerme con una sobredosis de azúcar a tanta confusión lingüística y llegarme a casa para tirarme en el sofá viéndome un par de episodios de “Sexo en Nueva York”, tres quizás, puede que cuatro. Me encontraba aquellos días ensayando mi nuevo personaje que quería ser una suma optimizada de Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda. Para mi sorpresa, a la salida del local de la lengua, ese jueves, Hilario esperándome en la puerta, sin concertar encuentro o cita previa. Yo antes de aquel lunes me había acostado con Hilario cuatro veces y media, y mas porque a veces hay domingos sin plan y en algo tienes que pasar la tarde, pero no por que él llamase la atención por ninguno de sus encantos. Allí estaba Hilario, y aunque sorprendida por su presencia, y aun atolondrada por las conjugaciones y las construcciones gramaticales, rápida que soy, me pareció adecuado para compensar las frustraciones de un día de rutinas y obligaciones, como sustitutivo de las gominolas, y para protagonizar uno, dos o tres episodios de “Sexo en Santander”. Porque Hilario es librero, te diré que venia a regalarme un libro, te diré que nos tomamos cuatro cervezas en el Anderu, te diré que terminamos en mi casa, tal  como quise que fuera. No tengo ni idea que ocurrió esa noche con un Hilario divertido, tierno y muy encantador. Entrabamos en el portal de mi casa, y comenzó a cantar “Mi gran noche” por Raphael. Jugueteábamos sobre el edredón rosa, y se detuvo para cantarme, “Como yo te amo” por Rocío Jurado. Finalizámos los episodios, y mientras preparaba la cena, me cantó “Me gusta mi novia”por Manolo Escobar. Y novios somos, desde la semana siguiente.


21 de agosto 2021.

Pudo ser y fue en el Gien café. Los niños comían compulsivamente las aceitunas, sonaba Martina quiere bailar, y nosotros dos intentando mantener una conversación desocupada de las trastadas de las criaturas. Dejándonos llevar unos minutos alejados de los asuntos mas cotidianos y urgentes. Frio en Girona. Las cuatro criaturas ya son tribu en construcción, desde que Pauy yo rompimos, desde que Carles y Sara rompieron, desde que Carles y yo estamos juntos. Los críos se tropezaron varias veces con Oscarporque estaba en la mesa de al lado. Los diablos que tenemos por hijos empujaron dos veces la mesa de Laura, la amiga de Sara. Estaba con su hijo. Los pequeños salvajes que tenemos por hijos comían compulsivamente las patatas fritas, se levantaban, se sentaban, peleaban, se empujaban, rompían un vaso. Sonaba Martina quiere bailar y nosotros repasábamos los acontecimientos de las ultimas semanas y meses. Por si fueramos pocos sumaron a la banda al hijo de Laura y al de Fabio. Así fueron seis. Estaban organizándose en sus cosas de las aventuras infantiles y comenzó a sonar la canción de Auryn por el hilo musical, “Electric”.Y por esos efectos extraños que provocan las canciones y las relaciones humanas indomesticadas, aun no dominadas por las heridas, los miedos, las vergüenzas, las dificultades y los deberes de la adultez, allí los seis comenzaron a bailar la canción. Carles y yo, Laura, Oscar y Fabio, espectadores. Para que en las instalaciones de nuestras memorias se depositase un nuevo recuerdo .


20 de agosto 2021.

Llovía mucho, y con frio. Lo normal. Era noche cerrada en Arévalo, de diciembre, más de madrugada, de sábado a domingo, y yo paseando, hasta llegar a la plaza de la Villa. “Y te juro que vale la pena caer y romperse la cara, qué regalo tan grande aprender de lo que nos dolió”, era el texto de la postal de Navidad que el jueves me llegó con tus palabras escritas a mano, de “El camino”, la canción de Pablo López, sobre la foto de la niña sentada en un banco junto al árbol, mirando al mar. “No dejare de caminar” cantaba también. Yo te había propuesto que volviéramos a vernos allí donde estuvimos, en mi lugar de ahora, pero tú me lo cerraste, “mejor no”. “Lo superaremos”, te respondí , con la esperanza de abrir para continuar. “No va a poder ser”, para finalizar la conversación. Y así, con las formas de estas frías y confusas frases de whatsapp nos hemos ido rompiendo. Llovía mucho, y con frio, lo normal. La una de la madrugada. Ya era hora adecuada para solo volver al hotel, el Ozoe de la plaza, habitación 658. Desde la ventana de la habitación las vistas al Adaja, oscuras, con nubarrones, y el piano de Pablo repitiéndose con la misma melodía, nuestra banda sonora gritando “No te sientes ahí”.


19 de agosto 2021.

Cantaba Beret esta canción por el fondo musical. En la mesa 9 del Anderú cafe. En un dia lluvioso de enero. En mitad de Santander. En martes. Con la quinta caña. Con un estado de confusión casi completo. Con unos frutos secos, muy secos, más secos que yo. Con el movil en las manos, siempre con el movil en las manos. Simple. Sin sentido. Sinsorgo. Siete, eran las siete. Siete, recibí siete llamadas de movil, treinta whatsapp y doce correos electrónicos. A la octava llamada reaccioné, ¡a la mierda todos! Salí a la calle y lance el movil contra un charco que era grande y para mi. En el primer intento no lo ahogué, tuve que lanzarlo tres ocasiones hasta que lo maté. Y volví a entrar al Anderu cafe, ¡a por la sexta caña! “Every Breath You Take”, de “The Police” en el fondo musical, ahora sin las llamadas de Mariluz ni de Rosa ni de Mario ni de Hortensia ni de Paco ni de Cris ni de Chema ni de Isabel. Ya sin los whatsapp de Ernesto, ni de Matilde, ni de Benito,…ni de los grupos “Compañeros de trabajo”, “Amigoides”, “Familia”, “Podemos”, “Voluntarios”, “Tinbolea”, “Nevalanda” y “Zoralem”. “Satisfaction”, de “The Rolling Stones” llegó luego por el fondo musical, ya menos enfadado pero si mas rebelde y macarra, con menos ganas de charla y mas ganas.de volar


18 de agosto 2021.

Me ingresaron la paga extra de julio, el día 11, y la noche anterior soñé que sería afortunado en el bingo. Lo creí. Así pues, al salir de trabajar a las seis, el día 11, procedí a comprobar la credibilidad de mi sueño. Por razones que desconozco, un rato después de probada fortuna había perdido los 1343 euros de la paga extra destinados a las vacaciones familiares, de agosto, con playa, en Santander. Triste día once de julio en Valladolid. Se trataba ahora de informar a mi esposa y mis dos hijos de la tragedia, es decir, que siguiendo una señal nocturna, desprovista de toda clase de sentido común, que me garantizaba un premio de 73.567 euros, yo había apostado en el bingo los 1343 euros de la paga extra destinada a nuestra felicidad familiar. Si hubiese obrado con mas cabeza, podría haber elaborado relatos alternativos para liberarme de las críticas y rencor de esposa e hijos, aunque no de mi culpa y mi dolor: unos atracadores me forzaron en el cajero, sufrimos un ataque digital a nuestra cuenta bancaria, por la crisis de la empresa nos han anunciado que no cobraremos la paga extra… Pasé por el Vanoa café para mitigar la desgracia con dos cañas, antes de subir a casa y rendir cuentas. Me arrastré escaleras arriba, retrasando la llegada. Toque el timbre, arrepentido, humillado, desde el atolladero de la vergüenza, frágil, miserable,…Abrió la puerta mi hijo Lucas, excitado, mi hija Lidia contenta también detrás, habíamos ganado 73.567 euros en el euromillones de ese viernes. Ya no te cuento más.


17 de agosto 2021.

No le soportaban porque no querían alguien como él para su hija. Ismael entró en la vida de Marian, pero sus suegros no le soportaban. Sin disimulos, no pensaron en un tipo como él para ella porque imaginaron un cuento feliz, príncipe vestido con traje, universitario, de familia digna, brillante y culto. Ismael llegó para quedarse, con el hijo de otra ex, y se fue apropiando de pertenencias que no le correspondían. Ismael conoció a Marian en la boda de Raquel, supo que ella era un buen partido para una vida más fácil, y esa misma noche se arrancó a seducirla para conquistarla y lo logró. Marian, la hija única de mama y papa, siempre se sintió atraída por los chicos con carácter, con claroscuros, esos a los que domar para domesticarlos, valientes y vividos, difíciles de explorar y dominar. Marian quiso con Ismael avanzar en horizontes y aventuras, riesgos, zozobras, ampliar la velocidad de conducción y entregarse a libertades hasta entonces desconocidas y a la excitación por los descubrimientos y las diversiones sin glamour. Ismael quiso con Marian los privilegios de una casa grande con terraza, los viajes, las fiestas, los regalos, la seguridad de un presente más confortable. Ismael era y es tosco y atrevido, en ocasiones, sin proponérselo, soez y grosero, entrenado en las competiciones de la selva urbana. Marian es princesa y coqueta. Ellos se disfrutan.


16 de agosto 2021.

Hicimos el viaje en autobus hasta Zaragoza escuchando reggaetón por los altavoces del vehículo. Desde que salimos a las 3, y era domingo, y hasta que llegamos ya de noche. Esto no esta bien, entre en mi casa muy imbecilizado, más, con ganas de taponarme los oidos para no volver a escuchar ni a oir. Me cuesta imaginar las razones que empujan a un conductor entrado en años, mas cerca de los cincuenta que de los cuarenta, trabajador de una compañía de prestigio, a someter a sus pasajeros a semejante brutalidad. Los viajeros, la mayoría, escandalizados, aunque desde los asientos traseros llegaba el jolgorio de quienes lo disfrutaban mas, acompañando con sus voces algunos de los temas con éxito en las emisoras de radioformula. El autobús completo, ni una plaza libre, y para solucionarlo, cada cual se fue enchufando a sus propias músicas, menos yo que olvide los auriculares en la mesilla del dormitorio de mi novia, Raquel. “Yo con esto no puedo” me repetí al menos ochenta veces, mientras recordé episodios similares: el taxista en Pontevedra que nos condujo escuchando a “Los chunguitos”, los villancicos en los centros comerciales, por Navidad, y las canciones populares en la boda de Mariajose. Se que soy muy buena persona, y no reclamé. Aun estoy a tiempo, y debería hacerlo. 


15 de agosto 2021.

Bajamos del coche en cuanto acabó de sonar “Perdiendo el Norte” de Valdés, atraídos por la arena, las olas, la luna, los flujos provocados por la noche. Comenzamos a correr escaleras hacia la playa y no paramos de bajar enloquecidos hasta que la alcanzamos. Nos fuimos descalzando por los escalones, fuimos arrojando zapatillas y calcetines al aire y corríamos, tan rápido como las huellas del cansancio y las cervezas nos permitían. Te agarre para frenarte y adelantarte por la izquierda en nuestra huida veloz hacia el agua. Me empujaste jugueteando, te cruzaste y fuiste mi obstáculo para aventajarme y ser la primera. Tuvimos que pararnos para quitarnos frenéticos los pantalones, y quedaron allí. Unos metros mas abajo lanzamos al aire nuestras camisetas para quedarnos en ropa interior, a pesar del frio de mayo. Seguimos corriendo y tocamos la arena para seguir, jadeando, aproximándonos al mar. Estaba oscuro. Mojamos sobre el suelo las únicas prendas que nos quedaban y entramos al agua desnudos porque era sábado recién comenzado. Nos salpicamos con agua fría y la sal entró en mis ojos y nos sumergimos buscando las algas del fondo que dormían, pretendimos cazar peces pero hacían vacaciones y a lo lejos las luces del pueblo mas cercano no molestaban. Oiamos cantar aun “Perdiendo el Norte” y entonces Arrate te paraste para recitarme… “Yo fui una niña mujer y ahora soy una mujer niña. Cuando debía jugar a las muñecas ya sostenía niños de verdad en brazos y me perdí el asombro de descubrir que la vida es un infinito modo de caminar (*)”.(*) Poema de Begoña Abad.


14 de agosto 2021.

Él no era muy listo, pero era el mas listo entre los tontos, le vino bien, muy bien, y se hacia el tonto, más de lo que era. Él era, y es, Nicolás. Tenía 23 años cuando comenzó a trabajar en 5692 asociados, los abogados con renombre. Habia aprendido ya por aquel entonces una docena de recursos básicos para hacer lo que le daba la gana, salirse con la suya, beneficiarse de las contradiciones, los desajustes y los fallos. Y lo tenia muy claro, se lo enseñó Rafael, su padre, “minimiza los costos y maximiza el beneficio”. Sin escrupulos. Y lo tenía muy claro, se lo enseño María, su madre, “diles lo que quieren oir”. Nicolás era y es hijo único. Y asi fue trepando en la empresa, copulaba con frecuencia, obtuvo el piso de protección oficial, progreso en el partido y se hizo popular en instagram y facebook con la colección de frases que gustan, y ya viajó a Japón, Pekin, y tiene piso en Sansenxo. Dios los cria, y ellos se juntan, en su caso, encontró a Marijose. Viven en Valladolid. Listos parecen serlo, un rato, tú que tienes cabeza sabes que las apariencias engañan, y que lo suyo es jugar, ganar, nadar y guardar la ropa, y conservar. “Una idea repetida cien veces, engaña a los bobos lugareños”, cada dia mas, no está de moda pensar. Nicolás y Marijose son gente muy maja, dirian ellos, Lidia y Hugo, los crios, también, pero a mi me parecen unos jetas, gentuza.me atrevería a decir.


13 de agosto 2021.

“Me alegro. Me alegro mucho”, repetía como un tonto. Una y otra vez. Estábamos en la terraza del café. Lunes en Logroño. “Me alegro. Me alegro mucho”. Nuestro primer café. En el grupo de padres y madres que llevan a sus hijos al cole por la mañana. “Me alegro. Me alegro mucho”. Éramos seis. Tres padres y tres madres. De familias distintas “Me alegro. Me alegro mucho”, repetía cuando Marga, Rosa y yo comentábamos algo. Y cuando lo hacían Pablo y Miguel. “Me alegro. Me alegro mucho”. Luego ya al irnos Marga me contó que Jorge sufre una lesión cerebral desde junio y que es el padre de Marta y de Juanjo y que trabajaba en un banco y que Blanca su mujer esta destrozada y que fue un gran nadador y que era de su cuadrilla de amigos de siempre, y que parece irreparable el daño y… Relativicé todos mis problemas por un rato hasta que ya luego lo olvidé por las prisas. Y por la tarde volví a encontrarme con él en la puerta del colegio. Y por la noche me acordé de él cuando mi marido llegó, cuando nos fuimos a dormir. “Nuestra vida hoy no tuvo sobresaltos. Me alegro. Me alegro mucho”, recordé antes de dormir. 


12 de agosto 2021.

Mi despacho es grande y luminoso. ¿Por qué iba a conformarme con un despacho pequeño y oscuro? Miro por la ventana, sobre la Gran Vía, Madrid. Este cubículo es el resultado de una carrera en los negocios de las construcciones, las promociones y las contratas. El calor madrileño de esta tarde de verano se sofoca con el aire acondicionado invasor. En esta tarde estival, hoy he podido, después de comer, despojarme de corbata y traje para vestir con mis zapatillas verdes, mis pantalones vaqueros, los calcetines verdes, los slip verdes, y mi camiseta blanca estampada con las tres fotografías. En la estantería, frente a las carpetas de colores, la fotografía gigante de Ibai, riendo. Ya son las ocho menos diez.  Pude salir a las seis, pero me entretengo mirando por la ventana, porque quiero desde las alturas contemplar hoy también la realidad de los viandantes sobre las aceras, de los coches sobre la carretera. No queda nadie de los nueve en la oficina porque todos marcharon a la hora que correspondía para encontrarse, y yo aprovecho para estar sin hacer donde tanto hice, escuchando canciones. Y salgo, de salir, de la oficina a la calle, con el ataque de ansiedad. Estoy mentalmente agotado. Y entro, de entrar, en la vida vacía. In finito.


11 de agosto 2021.

En la mañana del domingo eran las doce, y susurraba Pablo López  “La séptima mayor”Por el hilo musical del Goizaga café de la calle Gorbea. Eran las doce y treinta del domingo y cantaba Ivan Ferreiro, “Turnedo”,por los altavoces. Eran las doce y cuarenta y cinco, Izal acariciaba las palabras de “La mujer de verde”. Era la una del domingo y lanzaba Dorian “El sueño eterno” . Nos llegaron las músicas y las letras en forma de efluvios. “¡Os lo dije! No conviene escuchar canciones narcotizantes porque nos revuelven por dentro”. Las siete, emborrachadas por las letras y las músicas sin alcohol, comenzamos a recordar los tiempos lejanos. Desvarios, derivadas, desviaciones y distracciones. Nos conocimos a los 13. Y ahora en la treintena de la madurez asentada. Ocupamos pisos de alquiler, lugares hipotecados, procesos de corto y largo recorrido, ilusiones y ambiciones en construcciones inestables. Somos en las habitaciones del ahora, resultado de las transacciones posibles. Recorremos las distancias entre los puntos fijados de antemano: principio y fin. Y en la tramoya de las solvencias, haciendo las cuentas y los cálculos para las figuraciones del show. Nostálgica matinal de domingo. A las dos se produjo la disolución prevista. Con todos los honores. Pero aquellos otros días hubiésemos cerrado la función cuál bailarinas del “Jai Ho”del Slumdog Millionaire. “Es la edad”,sentenció Nerea. “Hoy pensé cerrar…”, balbuceó Maitane.


10 de agosto 2021.

Nos veiamos una vez al mes porque éramos novios ocasionales. Elegiamos lugar, y luego hotel, y no necesitamos planear porque el resto fluia: conversación, festejos, gastronomia y turismo. Al encontrarnos nos haciamos pareja, y rompiamos amables lo nuestro al despedirnos. De viernes a domingo. En ocasiones desde el jueves. Extraordinariamente, mas dias. Una semana hicimos incluso. Yolanda vive en Gijón y yo en Toledo. A pesar de las condiciones limitadas de lo nuestro, aquello era fantástico. A lo sexual llegábamos con muchas ganas, y la novedad de los lugares, sin rutinas, nos excitaba. Mucho. Tambien éramos amigos , relajados, sabiendo que uno y otro estabamos allí, en la distancia, del otro lado, para cuidarnos en los momentos malos, para disfrutar la ocasiones que brinda la felicidad especial. Compartiamos nuestros rincones del cuerpo y del sentir, sin compromisos, ni planes, ni futuros, eramos no mas. Fuimos 7 años, 74 encuentros, no hubo piscinas, ni salsa, ni halloween, ni fiesta fin de año, ni reggaeton. No compartimos bautizos, ni funerales, ni libreta bancaria, ni propiedades. Tampoco fuimos al notario para dejar constancia, ni lo legalizamos . No constituimos nada formal, ni registramos o aprobamos acuerdos de naturaleza material. Era innecesario asegurar nuestros ejercicios relacionales, prorogabamos lo nuestro durmiendo desnudos bajo las sábanas de cada local. 


9 de agosto 2021.

Para curar mi crisis de los 40, mitad tristeza de ejecutiva, con ambiciones, soltera, agresiva y capaz, mitad titiritera sentimental, me compre una moto, me la robaron en el garaje 74 dias despues de estrenarla. Pensé que para evitar estas frustraciones que la delincuencia provoca, me convenia algo más doméstico, asi que me renové la cocina con los mejores aparatos de última generación, me dejó insatisfecha total. Redecoré el pisito, tampoco. Pensé en algo mas intimo, instintivo, y por primavera me organice un viajecito a Roma, y aunque me deje llevar por tres franceses bien dotados, hice la ida y la vuelta sin aterrizar. “¿Quién soy yo? ¿A dónde voy? ¿De dónde vengo?” recuerdo que nos preguntábamos en la clases del instituto, en etica o religión. Lo mismo que entonces. Me instale en propósitos mas manejables que probé y fui abandonando. Dejar de fumar, histerica, mejor no. Un gato, me jodió las cortinas. Gimnasio, era cansado. Lo de ver series, tampoco iba conmigo. Voluntaria contra la soledad de los mayores, no, ¡que olor! De culturera por cines y teatros, el sofá, mi agujero negro. Los lugares de citas amatorias, no llenaron mis vacios, siete citas, siete anormales. Dicen que el tiempo lo cura todo, y es verdad, me nombraron directora de estrategias e impacto, y recupere la normalidad. 


8 de agosto 2021.

En apariencia, yo era un marido ideal, padre de dos niños y una niña, felizmente casado, con catequesis, celebraciones familiares, vacaciones de verano en el Mediterraneo, playa y hotel, buffet libre, un trabajo decente, sin deudas, buen vecino, el yerno ideal. En apariencia ni pegaba a mi esposa, ni abusaba de mis hijos, atendía a mis padres y parecía que nunca sería acusado de corrupción o malas artes en la empresa. En apariencia simpático, agradable, de fiar. En apariencia tampoco era el pesado de las reuniones de escalera, ni en la cuadrilla. Conductor. En apariencia amigable ciudadano honrado de clase media con primera y segunda residencia, plaza de garaje y estudios a nivel de master universitario. Posición económica saneada. En apariencia católico, los hijos bautizados, matrimonio ante el altar, con seguros: médico, de vida, de accidentes, de coche, del hogar, de sepelio y defunción. Sin antecedentes penales, ni colesterol. Nada me hacia sospechoso. En apariencia tolerante con la diversidad de opciones. Corresponsable en las tareas de hogar y sin adscripciones políticas relevantes. No fumador. Cuando el martes aparecí en las noticias de sucesos del periódico, todos hablaban de mi, “si Ricardo, el del tercero izquierda”. No me atrevo ni a escribir lo que ocurrió. 


7 de agosto 2021.

Siempre fue feminista, radical dirian ellos, la verdad es que Mónica desde pequeñita supo pensar, con conciencia,  critica, para las cosas de ser mujer, de vivir, relacionarse, viajar, de recorrerse y recorrer. Conoci a Mónica en primero de BUP, en el bachillerato que buscaba que los polivalentes nos unificaramos, y aunque era de ciencias, las letras no se le daban nada mal, la recuerdo rodeada de su jerga de palabras, libertad. coherencia, militancia, compromisos, justicia, emancipadas, igualdad… En las peleas, peleona, tierna pero sensible, una más de mi cuadrilla, nos fue gritando lo que no podiamos ver: en los romances, las posturas amatorias, las expectativas, las bodas, los bautizos, las lavadoras y lejías, los cuidados, los embarazos, las nóminas, los deseos, las violencias, las tareas escolares, las meriendas, los postres, las maletas y las compras, las fiebres y fiambres,… Alberto, mi hermano, se enamoró de Mónica, y ahora tengo dos sobrinos, Marta y Miguel. Han pasado 25 años desde que nos  conocimos, ya no suena el teléfono fijo, seguimos vivos, no tan atrevidos, no tan jóvenes, somos de otra época, no soñamos princesas ni castillos, no buscamos un hombre para encontrarnos  y ser. Yo no era feminista de niña, tampoco de joven, pero gracias a Mónica he podido ver.


6 de agosto 2021.

Carmina vive en mi portal, en  el cuarto C, y buena cocinera si que es, también bastante charlatana, pero compensa. No es cotilla, afortunadamente. Nosotros, también la cría, hemos descubierto que si le damos un ratito de conversación (veinte minutos por sesión como mínimo, porque se enrolla mucho),  luego nos obsequia con alguno de sus guisos. Hoy fueron unas albóndigas de bacalao fabulosas, unos pimientos de atún ayer. Hoy nos contó lo de su nieta que no quiere hacer la comunión porque no tiene claro por cual de los dioses decidirse, y es que dice que su hijo, que es profesor de filosofía, le inculca una actitud curiosa ante la vida, critica también, excesiva opina Carmina. Para poder disfrutar de la ensalada Tibet, la tuvimos que escuchar contar sus historias amatorias de juventud, no estaba la cria. Para saborear los mejillones en salsa Muniz, tuvimos que escuchar su relato detallado de las vacaciones en Toledo. Para saborear las croquetas a la Pontevedra (con tropiezos de marisco) soportamos su obsesión por las pelis románticas. Muy rico el calabacín Zrak, frio y exquisito, ella a cambio nos contó los detalles de los últimos cinco libros que había leido. Hoy nos  habló de su afición por el ganchillo, esperamos ansiosos el menú de mañana.


5 de agosto 2021.

Quedamos a las once en el Aburu café. “Llevaré un anorak rojo” te dije. Llegasté a las once y diez. “Llevaré una falda de margaritas” me dijiste. A las once y cuarto estábamos sentados junto al ventanal, la muralla de frente. “Es una lástima que no tengais zoo” te dije. “Tampoco tenemos parque de atracciones” me dijiste. Quise invitarte a comer pero te era imposible. “Me alojo en el hotel Ozoe, junto al Adaja” te dije. “Lo conozco, lo frecuenté mucho con un novio que tuve”. Tú llevabas una blusa fucsia y un bolso azul cielo. Lo recuerdo. “¿Qué quieres ser de mayor?” te pregunté. “Experta en placeres” me respondiste. Yo con mis zapatillas verdes, mis pantalones vaqueros, los calcetines verdes, los slip verdes, mi camiseta blanca estampada con las tres fotografías y mi mochila negra. “¿Te gusto Paula?”. “Me gustas mucho Fausto”. A las doce se escucharon las campanas. A las doce y cuarto te llamó tu marido. A las doce y media salimos del local. Pagaste tú. Tenias que acompañar a tu madre al médico. Prometiste llamarme, de esto hace ya 16 días pero no he vuelto a saber de ti, ¿qué es lo que ha pasado?


4 de agosto 2021.

“Arrastras tristeza” le dije. “Eres una gilipollas integral, desde las uñas del pie hasta los pelos de la cabeza” me respondíó. “Convendría que te ayudase un especialista” le dije. “Puta subnormal de mierda, vete a tomar por culo ” me respondió. “No tramitas bien, te colapsas, necesitas capacitarte, manejar mas competencias para gestionar y resolver” le dije. “No te atrevas a decirme lo que tengo que hacer, hija de puta, desde que te conozco no has hecho otra cosa mas que reptilear para ser esa miserable que eres” me dijo. “Eres una gran persona, con talento, brillante, inteligente, integra, pero tienes esos ataques de colera que se apoderan de ti, te pierden” le dije. “Zorra” me respondió. “Soy tu amiga, ¿por qué no me escuchas?,estas desperdiciando tú vida, pierdes a las personas que te quieren, tú mujer es encantadora pero la perderás también, tienes un buen empleo, déjate ayudar por un buen sicólogo” le dije. “¿Por que insistes en tocarme los cojones?” Me respondió. “Porque eres mi amigo y me importas” le dije. ¡Basta ya de tanta estupidez”¿Te lo pedí yo?” me respondió. “Vete a tomar por culo” me respondió. Y Joaquín comenzó a alejarse, para cruzar la plaza de Las Comendadoras, y le perdí de vista cuando doblo la esquina, para entrar en la calle La Palma .Ayer. 


3 de agosto 2021.

No me educaron mis padres para ser un cuerpo contenedor de placeres ajenos, no me resulta divertido volver a casa con este sentimiento, arrojada al primer Metro Sevilla en la estación Nervión destino Olivar de Quintos, no quiero volver a mi habitación con los rastros de otra noche desnortada, no quiero regresar al supermercado dentro de tres horas para trabajar con esta sensación repetida, no entiendo la estupidez de este bucle que ahora se repite con la misma secuencia, arranques, trama y desenlace, no soporto el balance de estas operaciones equivocadas que provoco y acepto, no controlo los dispositivos que malamente me regulan, manejo como una idiota los interruptores de pilotaje, para la selección, con indicadores de oportunidad solvente, con garantías, para el establecimiento de las normas, parámetros, usos, procedimientos, para abandonar sus automatismos fríos, impersonales, en ocasiones primitivamente deshumanizados, a veces infantiles y básicos, también ignorantes, en alguna ocasión soberbios, engreídos, habitualmente muy inadecuados, incapaces en comunicación, respeto y empatía, no soy la niña de mis padres para protagonizar escenas con tipos que buscan y usan animalizados. Soy un cuerpo, humano, que exige atenciones, cuidados y cariños. Hasta hoy Julián parecía creíble y adecuado, hasta que entró en ello y cayeron sus posturas inventadas. Quedamos en el Llavise, fuimos a su casa, y escapé a eso de las 7,30 para coger el primer metro.


2 de agosto 2021.

Coincidimos cuatro veces en el Anderu café . Los cuatro días con tus pantalones cortos. El lunes, azul cielo. El martes, rojo pasión. El miércoles, verde manzana fresca, de las que a mi me gustan. Y el jueves, rosa, cómo las tartas de fresa en mis cumpleaños infantiles. Los cuatro días, con cuatro camisetas blancas, y sus tres fotografías. El día 1, Santander. El día 2, Ávila. El día 3, Zamora. El día 4, Valladolid. Tú y yo, todos los días, en el mismo horario. Te vigile, de manera solvente, desde la mesa próxima. Y digo de manera solvente porque no me descubriste, porque nuestras miradas no se cruzaron. El lunes me llamaste la atención por tu forma de moverte y actuar. Por tu lectura detenida del periódico. Por tus jugueteos con el móvil. Por tus rarezas. El martes me pareciste muy interesante. El miércoles me sedujeron tus pequeños gestos. El jueves me propuse conocerte. Todos los días me pregunté por el color de tu ropa interior. ¿Slip o bóxer blancos? ¿Conjuntado en azul cielo, rojo, verde manzana, rosa? ¿Negros? Siempre sin calcetines.  Día uno, zapatillas negras. Día 2, zapatillas rojas. Día 3, zapatillas verdes, como las bolsitas de los Chaskis. Día 4, zapatillas negras.  El jueves de la semana pasada me propuse conocerte, ha pasado una semana desde entonces y no hemos vuelto a coincidir. Yo sigo haciendo el mismo horario.


1 de agosto 2021.

Cuando me echaron de Ozoe asesores, los dos años que hice en el paro los mitigué con consumos excesivos de azucar. Me fui acostumbrando a desayunar bollería industrial dulce para alegrarme la mañana, de una manera asequible, a modo de medicación pautada para satisfacerme. Y me fui aficionando, incrementando la dosis, trimestralmente, almuerzo, merienda, raciones de postre, postcena y madrugones, total, veinte kilos en dos años. No me llamo Sancho, pero algunos de mis amigos comenzaron a llamarme Sancho Panza, los muy cabrones, ellos con sus gimnasios, sus rutas de bicicleta, el salir a andar, la piscina, Marcos boxeo, Javier, hípica. Permíteme que reflexione contigo sobre la diversidad: palmeras, de coco y chocolate, turrones y helados, mazapanes, mantecados, … y todo lo demás. No hay futuro favorable para el que no sabe a dónde va, yo a la obesidad mórbida, pasando por un cambio de talla de pantalones, de calzoncillos, de pijamas y algunos ya preocupantes problemas de movilidad. “Es un trastorno, pero no es un drama”, es mi frase aprendida para salir de las ocasiones difíciles. Mi doctora Pilar, me llego a amenazar. En línea con los hechos descritos, todo puede empeorar, y me aficione a las golosinas de colores. Encontré por azar una novia gordita, gorda dice ella, y me está abriendo a otros mundos: embutidos y quesos, sándwiches y precocinados, legumbres y chuletas con patatas, aceitunas y torreznos, de Soria, frutos secos y fritangas. 


31 de julio 2021.

El ascensor se detuvo en el quinto. Avería. Ibamos Marisa la del sexto, Juan del octavo, Martín del octavo y los dos crios, Paqui la del 10, Chechu y Juliana del once, y yo que ya sabes que vivo en el 12. Tocamos el timbre de alarma, se apago la luz, y los operarios de Ozoe, la compañía del ascensor, tardaron 45 minutos en llegar. Ïbamos nueve y los crios se pusieron a llorar: Iker de 5 y Javier de 3. Marisa, Paqui y Juliana quisieron tranquilizar sus miedos, pero tu ya sabes que esos niños estan muy mal criados: “gordas, gordas, gordas”, comenzaron a gritar con pataleos. ¡Imagínate la situación! Esos crios estan rabiosos, y es normal, muy buenos me parecen para la vida que llevan. Desde fuera, Carlos, el del quinto nos gritaba: “tranquilos”.  Eran las dos de la tarde. Yo pensé en el aire que quedaba en el habitáculo, porque Marisa, Paqui y Juliana, por el volumen de sus cuerpos, tienen que ser de mucho gastar. Yo pensé en las partículas que se condensaban en el aire procedente de nueve cuerpos en descomposición. Y era 22 de julio. Me oliá a empanadillas de bonito, con aceite añejo. Yo pensé en gérmenes y bacterias y me empecé a marear. Chechu para aligerar la situación comenzó a hablar y hablar y hablar, ¡madre mia!. Bendito momento cuando nos rescataron los operarios. Lo sabes, soy camarero, y por culpa del incidente no llegué puntual a mi turno de tarde.


30 de julio 2021.

Él vive en la calle Floranes de Santander. Tiene dos hijos, la mayor de 14, el pequeño de 11. Los tiene porque era lo que había que hacer, no porque dedicase ni un minuto a analizar las obligaciones no económicas derivadas de la procreación. Su esposa era y es consentidora con lo de los hijos y en todo lo demás, sus padres la prepararon para atender, cuidar y dedicarse a las tareas propias de su feminidad. Ella es feliz, a la manera que la enseñaron, satisfecha de gestionar eficaz, eficiente y alegre, lo que a ella le corresponde. Narciso no es un mal tipo, ausente de padre, su madre le enseñó modales y respeto, también  varonil autoridad, le instruyó para identificar su cartilla de derechos y obligaciones familiares y hogareñas. Respondiendo a una adecuada crianza ha logrado una buena nómina, con su cuadrilla de amigos regular práctica habitualmente tardes de vinos, también en el Anderu café, ayuda a poner la mesa, a transportar las compras, reparar las averías y ser contraste en los asuntos domésticos, conduce un fantástico vehículo de alma gama, es del Real Madrid, defensor de las buenas costumbres, amante de la gastronomía. Narciso no es un mal tipo, y han construido una familia estable, de ritmos y formas tranquilas, como tiene que ser.


29 de julio 2021.

Te confesaré, aunque no conviene contar estas cosas en los lugares públicos digitales, vivimos en uno de los portales de esta plaza. Desde hace seis años, cuatro meses después de nacer la pequeña. A la semana siguiente de llegar nos llamaron la atención, los del cuarto por subir con los perros en el ascensor, los del primero porque “la canija” no dejaba de llorar, y la vecina de enfrente porque mi mujer que volvió muy sensible del hospital no dejaba de llorar escuchando a un volumen salvaje las canciones de Alejandro Sanz.  Recuerdo, como si fuera hoy, que ella escuchaba  “Se le apago de luz”,  lagrimando “a moco tendido”, y yo negociando con la estúpida del rellano que daríamos fin a su molesta preocupación. No me agrada reconocerte que ayer nos denunció la del sexto porque dice que se  escucha un poco alta nuestra televisión,  y son habituales las notas con comentarios destructivos, algunos soeces, en el buzón. Dice la mayor que la miran raro en el portal. “A lo mejor lo merecemos”, canta Alejandro, y yo me pregunto si no tienen otros motivos para andar enredando. Que se quejen por las putas pensiones de mierda que tienen. Que se queje de que lleva tres meses esperando para la puta operación. Que se queje de ese marido chulo que tiene, de la subida de la luz, del hijo macarra que les ha salido y que va por ahí intimidando a los pequeñajos. Que se queje de que su mujer es una pesada que no deja de darle a la lengua y de aburrir al vecindario y además es una chismosa. Que se quejen del mundo que están dejando a sus hijos y no de si se nos caen muchas veces las bragas y los calcetines al patio.


28 de julio 2021.

He recibido una circular del Gobierno con las instrucciones para actuar frente al ataque zombi que llegará próximamente, es útil, y muy fácil de utilizar porque a través de un cuestionario permite analizar el nivel de solvencia para la próxima pandemia que incluye invasión de muertos vivientes. 1 | ¿Cuántas armas de fuego hay en su hogar? 2 | ¿Cuántas hachas, azadas, llaves inglesas, guadañas, martillos y similares de gran tamaño hay en su domicilio? 3 | En el supuesto de que los zombis corten la luz… ¿Dispone de aparatos eléctricos de suministro y similares? ¿Dispone de medios alternativos para el cocinado, la congelación y el lavado de la ropa? 4 | En el supuesto de que los zombis contaminen el agua… ¿Cuántos litros de agua en botellas y bidones hay en su residencia? 5 | En el supuesto de que los zombis ataquen los proveedores y sistemas digitales y de comunicación… ¿dispone de dinero suficiente en su domicilio?… ¿tiene previsto un sistema alternativo para las conversaciones con familiares, amigos y vecinos? 6 | En el supuesto de que los suministros de alimentos se vean alterados por ataques a supermercados y redes de distribución?… ¿para cuantos días dispone de alimentos para usted y su familia? 7 | En el supuesto de que los suministros de medicinas y el acceso a hospitales resulten imposibles… ¿dispone en su hogar de medicamentos y equipos médicos básicos de asistencia? 8 | ¿Es suficientemente segura la puerta de acceso a su hogar? ¿Y las ventanas? 9 | En el supuesto de que los zombis quisiesen eliminar o causar daño en su edificio… ¿son suficientemente seguros los accesos a las instalaciones de agua y gas, a los garajes con vehículos que pueden explotar? 10 | ¿Dispone su familia de un plan de seguridad? ¿Dispone su edificio de un plan de seguridad?


27 de julio 2021.

Cuando el Presidente me llamó para proponerme ser Ministra lo primero que hice fue llamar a mi madre para contárselo. Ella me cogió, la tercera vez que llamé, preocupada por mi insistencia, y me pidió que la llamase mas tarde porque estaba en la peluquería con el tinte. Luego llamé a mi hijo Javier, no me cogió. Luego llamé a dos de mis amigas, Lidia y Teresa, y me felicitaron, y se ofrecieron a acompañarme el día de mi nombramiento, a cualquiera de los próximos actos oficiales o sociales, o viajes internacionales que correspondiese. Mi hijo me respondió a la llamada tres horas después, y se preocupo por una docena de asuntos domésticos que en realidad se resumían en uno, “tendrás que contratar a una persona para cocinar, limpiar la casa y ocuparse de su funcionamiento habitual”. Afortunadamente, vivíamos en Madrid. Yo pensé en mi ropero, en lamentable estado de defunción, y pensé que esa misma tarde convendría ir de tiendas, con Lidia y Teresa. La faena de que te nombren ministra por primera vez es que no tienes experiencia y te surgen un montón de cuestiones de intendencia sin saber a quien preguntar. Total, que por la mañana le dije que si, pero le llamé por la tarde, colapsada y agobiada, rechazando la oferta. Él no insistió. 


26 de julio 2021.

Recuerdo las canciones de Izal como la banda sonora del fin de semana por los pueblos de Ávila, sin niños. Veníamos de los duelos de nuestras separaciones, estábamos conociéndonos, íbamos a Arévalo, al Barco de Ávila,  a Las Navas del Marqués,… “Mientras todo se derrumba a los locos nos verán bailando”te arrancaste a cantar en el cruce de Villacastín, y aceleré el motor para coger velocidad. Cantábamos en la recta de la carretera, con nuestros equipajes en el maletero. Mirándote a los ojos en el Aburu café, te cante “Olores de vida plena”.  Nos alojamos en el hotel Ozoe de Ávila. Después de un orgasmo fundido, con el tiempo detenido, escuchamos el “¡Qué bien!”.   Queríamos reir y nos reimos practicando ratos de risa. Llegamos con hambre, veníamos, como tú ahora, de romper con ellos y de arrojarnos, escupirnos, llorarnos, las ropas, los trastos, los cepillos de dientes, las llaves y los niños. “Solo somos animales”. Veníamos del pánico practico, ansiosos por alejarnos de las calles antiguas de Madrid, haciendo kilómetros de coche, para encontrar los nuevos lugares. Veníamos de asuntos delicados. Queríamos nuestra foto frente a las murallas, desde los 4 postes. Queríamos cruzar el puente del Tormes en el Barco de Ávila. Queríamos subir al Castillo en Arévalo. Queríamos hacer los senderos por las Navas del Marqués. Huiamos de las vidas tóxicas.


25 de julio 2021.

Montamos EGO TE ABSOLVO, en enero de este año, una start up. Nos pillaron las malas bichas del Covid-19 al poco tiempo, y se nos alteraron los planes de desarrollo. Le dimos forma de SL, y la montamos Iñaki, Marta, Isabel y yo. Somos cuatro. La idea es sencilla, acariciamos los egos de nuestros clientes, bien sea en forma profesional, personal o corporal. Nos mantenemos en contacto permanente con nuestros clientes y de manera creíble les decimos lo que necesitan oir. Y escuchamos, escuchamos mucho. Por una pequeña cuota mensual, asequible, nos mantenemos en relación por correo-e, via telefónica, y redes sociales. Es la consultoría de contacto. “Tienes ideas brillantes”. “Un trabajo impecable”. “No te valoran lo suficiente”. “¡Qué proyecto!”. “Estas preciosa en tu foto”, “Este proyecto, sin ti no hubiese sido posible”. “Te sienta genial ese vestido”. “¿Ya has llegado a casa?”. “Pasa buen finde”. “He visto tu foto en Instagram, ¡guau!”…. “Te escucho, cuéntame…”. En realidad deberíamos ser considerados de utilidad pública, y desgravar en algunas casillas de impuestos, hacemos mucho bien, y descargamos a muchas personas de estos trabajos que nosotros facturamos ahora. Tenemos también otros servicios avanzados, de la misma naturaleza, y acompañamos a actividades de ocio, sociales, culturales: conciertos, fines de semana, viajes,… Sin prostitución ni sexualidades añadidas.


24 de julio 2021.

Se acostumbró a medirlo todo de una manera enfermiza. Para analizar los datos y obtener conclusiones con cifras, semanalmente, utilizando una plantilla-cuestionario. ¿El informe de la semana pasada? Duchas: 7. Evacuaciones de heces: 7. Evacuaciones de orina: 33. Horas de permanencia en la cama: 48 horas y 12 minutos. . Calidad del sueño: optima. Número de compras en el supermercado: 3. Gastos de alimentación en el supermercado: 74,50 euros. Número de whatsapp enviados: 42. Horas de conversación telefónica: 23 minutos.Número de consumiciones con alcohol en locales de hostelería: cero. Número de consumiciones sin alcohol en locales de hostelería: cero. Relaciones sexuales o sustitutorias: cero. Horas de deporte: cero. Horas de televisión: 15. Enfermedades relevantes: cero. Consultas médicas: una.Episodios emociónales: 3 de tristeza, 2 de enfado. Relaciones con amigos: una. Relaciones familiares: cuatro. Cine: cero. Teatro: cero. Excursiones o viajes: cero. Exposiciones: cero. Conferencias: cero. Conversaciones de vecindad: 12, 84 minutos. Consumo de fruta: 14. Postres y dulces consumidos: siete. Lavadoras: 4. Tiempo empleado en tareas de hogar: 19 horas y 34 minutos. Gastos en ocio y caprichos: 23,34 euros. Participación en actividades políticas, sindicales o cívicas: cero horas. Lectura: 8 horas. Horas laborales: 36. Participación en actividades religiosas o espirituales: ninguna. Actividades de voluntariado: ninguna. Cursos de formación: cero. Cuidado de animales: cero horas. Cambio de sábanas: uno. Cambio de toallas: tres. Cartas comerciales en el buzon: once. Cartas personales en el buzón: cero.


23 de julio 2021.

Tenia muchas razones para negarle el saludo, las tres mas importantes, me robó el vestido rojo de la boda de Rakel para ponérselo en sus vacaciones en Italia, sedujo a mi exnovio Jesús hasta que logró follar con él, y luego fue contando que el pobre vivía una vida sexual ridícula conmigo, entrando en detalles e intimidades que el muy gilipollas le contó. Yo la hubiese matado si no fuese porque es un delito penado con cárcel y porque mi madre me instaló una férrea educación católica que me impide asesinar. La hija de puta, Isabel, luego fue contando que le hacia la vida imposible y que tuvo que abandonar el piso que compartíamos en alquiler con mi prima Marta. Y Marta se dejo llevar para criticarme, comentando que yo era muy sucia con las cosas del hogar, y muy mala compañera y una vaga insoportable y que les robaba la comida que compraban. No resulta fácil sobrevivir a las criticas de dos víboras fracasadas en las que has confiado mucho tiempo. Yo la verdad les tenía un aprecio relativo porque siempre me parecieron dos putas desquiciadas, a Isabel la conocí en el instituto, Marta me vino impuesta por genética familiar. 


22 de julio 2021.

Llegué tarde y descubrí que me había equivocado de muerta, casi acabada la misa. Yo iba a la misa funeral de Isabel, una novia que tuve hace diez años cuando estudié derecho, pero hasta después de la comunión no supe que el funeral era de Matilde, una octogenaria viuda y sin hijos, muy adulterada los últimos años de vida por su demencia, senil. Durante toda la ceremonia me sorprendió la edad de los asistentes, pero lo acuse a que Isabel, mi exnovia, era ahora la abogada de una red de residencias muy valorada en Oviedo y en Asturias. Isabel cumplió la semana anterior a morir del ictus, 33, casada con Manuel, madre de dos mellizas, Rosa y Blanca. Su funeral fue en la iglesia de San Juan El Real, la iglesia en la que se casó Franco, yo por error fui a la iglesia de El corazón de María. A las siete y media, el 14 del mes pasado. Yo para enmendar el error, y para agradecerle lo bien que lo pasamos juntos aquel año, la he visitado cuatro veces en el cementerio. Yo la quise. Mucho. Ella me dejo por Manuel, él era de familia de notarios, con dinero, posición, privilegios y posibles. Coincidí con él en el cementerio, ayer, fue lunes. 


21 de julio 2021.

Ayer sábado por la mañana estuve buscando 45 minutos la pomada de las hemorroides, cuando la encontré, en el cajón de las pinzas de colgar la ropa, me preocupe. Luego 37 minutos para recolocar los canales de la televisión, Telecinco en el 1, La sexta en el 2,… Luego me entretuve con la colección de muñecas Barriguitas. Luego no encontraba el sobre con los sellos postales, queria enviar una felicitación navideña pendiente, 23 minutos despues apareció en la carpeta donde guardo la escrituras del piso, el seguro de hogar, el testamento y mi seguro de vida. Ya llegada alli, me entretuve en la lectura detenida de artículos, condiciones, capitales y demas clausulas. Y ya eran las dos. En realidad yo creo que los hemisferios de mi cerebro, en concreto las pandillas de neuronas, se aliaron en complicidad para que el tiempo se esfumase y asi evitar la limpieza del baño y el rato de plancha y poner dos lavadoras y cocinar. Es lo que yo creo. Cuando Javier llegó me recriminó las tareas pendientes, yo antes le hubiera argumentado en clave feminista sobre la igualdad y el genero en cuestión de obligaciones. Preferí mentir, y le dije que tres dolores intensos e intermitentes, en el pecho, la axila y la cabeza, además de asustarme, me habian obligado a permanecer en la cama toda la mañana. Y él, muy preocupado también, además de cocinar, hizo por la tarde las tareas pendientes.


20 de julio 2021.

No se de que escribir. He pensado una palabra al azar, y me ha salido “coliflor”, quizas porqué ayer estuve en casa de mi padre y la comí, con aceite y pimentón, otros dias con mahonesa. Yo se que tu madre le hace un refrito muy rico y que en casa de Paqui la condimentan con especias. La primera vez que fui a comer a casa de mi novio, Guillermo, me puso coliflór, y vomité. Aquel plato era un malcocinado indecente que mantenia los sabores a estiercol, lindano y otros pecticidas de la huerta familiar en que se cultivó. Mi padre lo cocina bien. Guillermo es un inutil integral para cocinar, y para casi todo lo demás. Mi padre es manitas y artista, lastima que enviudó a los 53, no se lo merecía. Mi hermano se parece a él. Yo conservó los traumas infantiles, llegar hambrienta del colegio y para comer, espinacas, zanahorias, higado, coliflor, los odio a todos, menos la coliflor, me enamoré de ella por las deliciosas cremas de sabores que cocinaba mi compañera de piso en Huelva. El año pasado hice una dieta estricta para limpiar mis impurezas del colón y me harté de coliflor. A veces sueño con los hijos que tendremos, monisimos, blanquitos, con el pelo rizado, angelitos, cual cabeza de coliflor. 


19 de julio 2021.

Desiree. Asi se llama. La sigo en instagram porque es la prima de mi novia, y me lo invade, ayer, una de morritos sola, otra de morritos con Cecilio, su novio , otra mirandose al espejo, un selfie con su novio, otro con sus sobrinos, otro ella sola, otra tomandose una cerveza, y la otra con una hamburguesa doble, probandose una camiseta, “Fantastic time”, caminando hacia la plaza mayor….Estuvimos juntos la semana pasada porque fue el cumpleaños de Joaquina, mi novia, cenamos en el Ozoe y luego estuvimos de fiesta por ahi, fuimos 13. En la cena les tuve a mi lado y ademas de las fotos, selfis incluidos, y de contarnos las compras en rebajas y analizar las novedades en asuntos de moda, estética y belleza, de algo teniamos que hablar. Resultó imposible. A Cecilio se le escapa la inteligencia por los espacios de piel virgen entre sus 13 tatuajes, y ahora tu diras que estoy contra los tatuajes y yo te digo que estoy en contra de la atrofia neuronal. A Desiree se le escapa la humanidad por las curvas de rostro, pectorales y caderas, y ahora tu me diras que soy un machista de libro y yo te dire que estoy en contra de que hagamos de la idiotez algo normal. 


18 de julio 2021.

Me cite con ella en la lavanderia autoservicio de la calle Zalamea del Madrigal, el domingo pasado, a las siete. Ella eligio el sitio y me lo explicó: es por seguridad, hay camaras de videograbación en el local, y muchas mas en la zona, en el bingo RUTA 69, en las sucursales del BBVA, Bankinter, Banco de Santander, cafeteria Atlantico y pasteleria Velazquez. Nos habiamos conocido el viernes, en el grupo de facebook, “León divertido’. “Me llamo Sandra”. “Hola me llamo Diego”. Conversamos, por el messenger, dos horas el viernes y tres horas el sabado, cuatro el domingo por la mañana, hasta que decidimos quedar, por la tarde. Llegué a la cita, llegó, puntuales, me pidió el DNI. “Diego Álvarez Gutierrez, hijo de Jimena y Andrés, 24 de octubre de 1971, domicilio Avenida de los Reyes Leoneses XX, **. Nos tomamos dos cañas en el café Ponferrada y la conversación discurrió interesante. A las 9,39 me propuso subir a mi piso, caminamos hasta alli, diez minutos. Yo lo habia dejado limpio y ordenado, por si la casualidad nos arrastraba hasta alli. Vivo en el tercero izquierda, con ascensor. Al entrar, Sandra me pidio que le enseñase el piso, primero el salón, mi dormitorio, el balcón, el baño grande, los dos dormitorios, la cocina, la despensa, el baño pequeño. Sandrá hizo la visita guiada, respondiendo con frases cortas. En el baño pequeño le propuse bajar al trastero y el garaje, para verlos, ella respondió que se le habia hecho tarde, que tenia que irse, que cogiá el autobus en la parada, que luego hablábamos por whatsapp, pero no lo hizo. No ha vuelto a responder ni a mis mensajes ni a mis llamadas, tampoco al messenger.


17 de julio 2021.

Ella publica sus fotografías en las redes sociales. A muchas horas. En muchos lugares. En todas las posturas. Recuerdo ahora una, apoyada insinuante sobre la mesa de la cocina, de fondo la nevera abierta, a la izquierda las cazuelas y sartenes, incluyendo reloj, calendario y botellín de cerveza. Ella es Charo. Charo es mi vecina de portal. Yo soy Alberto. Yo veo aquellas fotos, enviadas desde sus perfiles de facebook e instagram, y se desmorona mi virilidad. Charo es muy hermosa, y aunque yo no soy ningún mojigato, nunca me sentí atraído ni excitado por tanta exposición de corporeidad. Ella, Charo, desde su ruptura con Javier, se muestra provocando el interés del vecindario digital. También genital. Hoy hemos coincidido en la frutería y el ascensor, y lo reconozco, me parece más atractiva y encantadora conversando, naturalmente femenina, con normalidad, y aunque también lucía una de esas blusas, faldas y zapatos de su colección, me sentí más interesado en esta proximidad. “Malditó invierno prolongado que sé larga”, me susurró. “Ganas de playa, verano, terracita y buen tiempo”, lanzó entre suspiros. “No veo el momento de quitarme chaquetas y jerseys”, enfatizó. Yo me baje en el cuarto. Ella continuó viaje hasta el séptimo C. 


16 de julio 2021.

Ellos planearon ampliar su vida cuando se jubilaran en enero. ¡Al fin! Ellos aunque optimistas, ya cansados de atender la carnicería. Yo no tenía más trato con ellos que por la compra amable del chorizo, el jamón, los otros embutidos y los filetes de ternera y pollo. Pocas veces, más por el interés de saludarles que por la proximidad a mi casa de su local de ventas. Quiso la casualidad que hiciese compras la semana anterior al cierre para ver la alegría por el momento que llega. Y llegó el momento de ellos, ¡Al fin! Para iniciar. Los viajes, los paseos, y todas las cosas de los tiempos pendientes. Yo deje de ir a la carnicería ahora regentada por otros desconocidos. Y aunque habitantes de las mismas latitudes no supe de ellos hasta ayer. Yo escuchaba alegrecido el “So Young” de The Corrs en mi ipod. Salía de mi café de la tarde en La Lesmería. En el intervalo entre el día de su jubilación y ayer yo seguí comprando el chorizo, el jamón, los otros embutidos y los filetes de ternera y pollo en lugares no humanizados. Le saludé por su nombre cuando nos encontramos. Con el cariño con el que saludas a los vecinos con los que te alegra encontrarte ¿Qué tal va todo? ¿Disfrutando de la jubilación? Ya los gestos y la tristeza amenazaban algo. “No. Ella murió de un ictus hace un mes”.


15 de julio 2021.

Dijo Ezequiel que para resolver un problema de manera consecuente debemos analizar las posiciones convergentes y divergentes de las partes implicadas de tal manera que pueda determinarse un punto medio de encuentro clarificado y satisfactorio para permitir la evacuación. Dijo Ezequiel que para apostar por respuestas y soluciones realistas conviene determinar las opciones que nos quedan evitando ser un majara iluminado más que a modo de parraplas juguetea con las palabras y se pierde en cadenas de ideas figuradas medio borracho y feliz escuchándose a sí mismo para situarse en el centro del circo de la escasez. Dijo Ezequiel que optimizar los recursos disponibles es determinante, que encauzar las derivas y derivaciones de la locura es básico, que generar condiciones de salubridad ambiental prioritario, que sumar humorizaciones transversales fragua posibilidades, que panelizar para resumir y focalizar de manera jerarquizada las cuestiones relevantes, principales y secundarias se advierte revelador. Dijo Ezequiel que no conviene corretear con los colegas de las fiestas adolescentes confiando en su sabiduría para las edificaciones solventes, sostenibles, rentables, eficaces, eficientes, viables, inteligentes. Y dicho esto saltamos a la calle. Dijo Ezequiel que conviene desayunar a diario una buena ración de chocokrispis porque nadie dijo que eso fuese sencillo. Y bienvestirse. Ponerse la camiseta de la humildad, los calzoncillos para colaborar y enredar con el vecindario que mantiene niveles óptimos de cordura, los pantalones de la pasión y los calcetines para resistir en las derrotas. Así me lo dijo la tarde que nos conocimos. Con un un café.


14 de julio 2021.

Me gusta Eneko. Mucho. Y también le amo.  Me gusta Eneko porque siempre lleva la alegría puesta. “Alegría”. Llego a esta palabra mientras espero a Eneko, mi novio, pensando, a la salida del trabajo. Escucho “Manifiesto Delirista” de Love of Lesbian en el Nekue café de mi barrio, Lakua. En los fríos de la tarde de este noviembre, la alegría abriga. “Pensado el mundo en plan global” Eneko zarandea los expedientes, los tramites, los proyectos que dirige y gestiona con el optimismo de la vitalidad y la avaricia del trabajo bien hecho y el ansía de divertirse. “Profesionalidad”. Te cruzas con Eneko en el ascensor de su calle Gorbea, te saluda, sonríe y conversa. “Son mis versos homenaje  tú ya sabes para quién” porque Eneko no viste traje de emperador ni es un trepador encubierto. Eneko viste de humildad desposeído de la soberbia. Bailes y ropajes y motivos no le faltan para ser uno de los elegidos para el altar de la gran grandeza , esa que te expone a ser sumiso y dócil desde los temblores de la dominación. Eneko es inteligente, creativo y actor pero se envuelve de la sabiduría del ser invisible. "¡Qué suerte que aun hay gente que lo hace fácil!"  Te cruzas con Eneko en el portal de mi calle Girona, sonríe y conversa. “Y entonces ves que hay más allá y vuelve a amanecer”. "¡Que sobran los idiotas!" Te cruzas con Eneko te saluda, sonríe y conversa. Humano. www.ozoe.net


13 de julio 2021.

Fue en el Naruba Café. El de la plaza Cataluña. Y fue noviembre. 1 de noviembre. Yo escuchaba aturdido “De las dudas infinitas” de Supersubmarina. Habitando los bucles. ¿La hora? Aproximadamente las nueve de la noche. Disfrutaba de la intensidad de la banda sonora que aportaba al momento la canción. Era un domingo vulgar y corriente a punto de cerrarse y yo escuchando canciones tristes, de esas que te turbian. Domingo sin hijos. Sin relatos fantásticos que contar ni escribir ni cantar. Antes de que fueran las nueve, esa tarde de domingo rara consumí minutos, leyendo noticias en periódicos de otros, masticando chicle, recorriendo escaparates, en saludos fingidos, con miradas al mar, espiando sus conversaciones, estudiando mis zapatos, acariciando los dedos de la mano izquierda, mirando el reloj, enviando estúpidos whatsapp, entrando en facebook, charlando conmigo. Desde que salte a la calle, serían las cinco, aparenté ser lo que no soy queriendo ser lo que soñé, mastiqué cuarenta y dos Sugus, me ajuste los pantalones, cruce por el paso de cebra y me tropecé con desconocidos. Yo camine por Las Ramblas esa tarde de domingo pensando en ti y ansioso, organico y visceral por volver a cantar la canción que aquel otro día canté: “Lentamente mi planeta se hace etéreo, viajo a un mundo en el que no existe otra cosa que no sea su cuerpo”. Supersubmarina.


12 de julio 2021.

Fuimos novios 194 dias, pero tuvimos que romper. Fue irremediable. Ella tenía una forma peculiar de manejarse por la vida, se habia acostumbrado a mentir, tambien lo hizo conmigo, de una forma insensata, de una manera estupida. Ella se equivocó conmigo porque me entregué honesto, pero a cambio ella jugueteaba con mis sentimientos, sin precauciones. Yo reconozco que sin mala intención, pero si causando daños. Sabiá exagerar, acariciar mis deseos, engatusarme cuando era oportuno para manejarme a su antojo y conseguir aquello que buscaba. Su peculiar modus operandi era brillante, instalado ya de manera instintiva de tanto utilizarse. Abuso de mi confianza. Supeŕo los límites tolerables. Yo asombrado, pero inteligente, sufri sus efectos caprichosos. Sin contemplaciones, usado de una manera compulsiva e intensa. De una manera sofisticada me distraje alli. Para evitar sucumbir a tanta espontaneidad en las manipulaciones me emplee a fondo. Compŕe una libreta para realizar anotaciones, y comence a registrar los hechos para analizarlos, de manera relajada, realizando gráficos, dibujos y esquemas. Interprete motivaciones, orígenes, circunstancias, ingredientes, causas y consecuencias. Investigar. Sicologice su identidad radiografiando su personalidad: palabras, usos, relatos, momentos, situaciones. Y así elaboré un informé final, con conclusiones y sentencia, planteaba la urgente finalización de aquello. Para salvaguardar mi dignidad y mis esencias.


11 de julio 2021.

No he conocido a nadie igual, fuimos novios 6 meses, él se alimentaba de tortilla de patata: mañana, tarde y noche. Desayuno, comida, merienda y cena. Paulino. Trabajaba en la sucursal de Bankinter, en mi barrio. Para abrir el dia, café y pincho de tortilla, casi siempre en el mismo lugar, el café Marbella. A media mañana, segundo café, con tortilla, en el LZ 24. Y para comer, con una copa de vino, dos pinchos, en alguno de esos locales próximos a su oficina. Kas de naranja y pincho de tortilla para merendar, ya cerca de su barrio de dormir, en otro de esos lugares con camareros. Para cenar cocinaba, tortilla casera, lunes, miercoles y viernes, y se comía la mitad, martes, jueves y sábados la otra parte de aquella. ¡Que te voy a contar! También comía fruta: platanos, naranjas y manzanas, queso fresco, nueces y yogures de limón. Menú básico y exclusivo. No entraré a contarte intimidades pero Paulino era un cuerpo de patata con huevos y aceite. Estaba gordo, lo normal, tenia un humor excelente y era muy buena persona. Para no herir su sensibilidad ni la humana, ni la masculina, cuando quise escapar de nuestra relación tóxica me lo inventé: “Paulino, no es por ti, es por mi, no estoy a tu altura, no te merezco”. En realidad queria decirle que no estaba a su anchura, y mas de una noche, y dos y cuarenta, pensé en los hijos resultantes de un esperma fabricado con tortillas de patata. No, no fui cruel. 


10 de julio 2021.

Como en la canción, el 21 de setiembre, nos toco el euromillones, 856.432 euros. Yo se que tú estabas pensando dejarme porque te acostabas con Miguel, pero ese dia la maquina cantó nuestro premio y cambió nuestra suerte. Tú andabas con ganas de montar una tienda de regalos, “Placeres visibles cotidianos” (PVC), y pudo ser, enseguida encontraste el local, te pusiste a ello, te olvidaste del otro, y te quedaste conmigo. El negocio va bien. Te embarazé del primero en Manchester, y del segundo en Polonia, te centraste, y olvidaste la cocaina. Te operaste los pechos también. Yo sigo de profesor en la universidad porque lo de científico en la Nasa no pudo ser. Llevaste fatal lo de mi impotencia pero con el tratamiento, por suerte, lo hemos conseguido superar. Mañana es tu cumpleaños. Parece mentira, 14 años juntos ya, desde los 17, tú eras de moto y playa, yo de cañas y jamón, del bueno. Tú de barullo y follón, yo de orden y seguridad, mis padres cuando me veían contigo se ponian fatal. Marcos se parece a ti, Cristina más a mi. Te elegí porque eras superficial, insensata y testaruda, y no me equivoqué. He pensado regalarte un viaje a Pekin, con malas intenciones, quiero embarazarte del tercero. 


9 de julio 2021.

Decidimos dejarlo al azar, “que sea lo que quiera el Duero”, dijimos, y ya tenemos cuatro hijos, Arturo (14 años), Natalia (12), Marcos (10) y Paula (8). Seguimos dejándolo al azar y no le ponemos control a nuestra activa sexualidad, “Luis, que sea lo que quiera el Duero”. Juega a nuestro favor que heredamos la casita grande y con terreno en Puente Duero, que Luis y yo somos funcionarios de la Junta, que nuestras familias hicieron fortuna en negocios de vino y pan. Tenemos dos coches. Yo tuve embarazos fáciles. Las criaturas crecen saludables, comen bien y nos dejaron dormir. Nosotros ejercemos la patria potestad de una manera relajada y comoda. Ellos aprendieron y nosotros les enseñamos, a compatirse en equipo. Y aqui, en Puente Duero, nuestra vida es facil. Ellos con sus amigos exploran por ahi, también en bicicleta, en cada estación del año con sus tareas propias. Luis y yo salimos a correr por el Pinar de Antequera, y nos encanta hacer las rutas de naturaleza, pueblos , lugares y gastronomía. Luis y yo tenemos aqui nuestro cuadrilla, con mucha vida social. No te conte de Triski y Tralu, nuestros dos perros, ni que tenemos conejos y gallinas, y una pequeña huerta para nuestro consumo familiar. No te conte que llevo once dias de retraso con mi regla. 


8 de julio 2021.

Eres imposible, siempre quieres llevar razón, en todo, y esto me agota y me asfixia la convivencia contigo. Es tu punto de vista el único, el valido, el mejor. Tus argumentos, irrefutables, tus planteamientos innegociables, tus propuestas geniales, tus criterios, excelentes. Guiomar, no tienes arreglo, lo se y lo sabes. Eres mi esposa pero asi nl podemos seguir Discutiste el domingo con mi hermana porque no te llamo el domingo para salir a andar, y tú te habias hecho a la idea de que te llamaría porque ese era el plan que querias y no encajas bien la frustracción y que no se cumplan tus expectativas. Discutiste el miércoles con tu madre porque hizo croquetas de pollo y tarta Ribera, y le dio a tus hermanos y a ti no. Discutiste el jueves con la vecina del 2°C porque su colgador de la ropa roza con el nuestro, y tus voces se escuchaban desde el portal. Discutiste el viernes con la camarera del Eulza café porque el pincho de tortilla con bonito no tenia sal. Discutiste conmigo todos los dias, tres o cuatro veces. Discutiste el sabado con tu amiga Martina porque no te llamó en vacaciones. O esto cambia, y no va a cambiar, o tendremos que separarnos.


7 de julio 2021.

Hicimos el amor todos los dias de agosto, menos los jueves, porque nos lo tomabamos de descanso. Cogiamos mi coche, y cada noche, a la misma hora, 22,30, repetiamos en nuestro paraje privado y secreto junto al Duero. Después de yacer nadábamos en el rio para refrescarnos, y subiamos a la terraza del café en la plaza. Luego yo por las mañanas ejercía como principiante en el despacho de abogados, y tú trabajabas de enfermera en el ambulatorio. Luego yo por las tardes quedaba con mis amigos, y tú con tus amigas, para ir a la piscina. En setiembre te marchaste a estudiar el master en Madrid, y yo sufrí la abstinencia, te fui fiel, aunque practiqué el onanismo con asiduidad. Hablábamos todos los dias por teléfono. Tú volvias un fin de semana al mes, pero alegabas cansancio para no practicar nuestra sexualidad. Yo siempre fui muy comprensivo, pero en enero me enfadé porque no quisiste que subiese a verte a Madrid. Nueve meses después, viniste un viernes de mayo, “Arturo no es por ti, es por mi. He conocido a Raquel, y la quiero”. Yo recuerdo que haciamos el amor todos los dias de agosto, menos los jueves, yo creo que la hice disfrutar. 


6 de julio 2021.

No sin verguenza, pero con mucho valor, me lancé a la calle, desnudo. Eran las tres y seguía haciendo mucho calor. Puede que a ti te parezca un atrevimiento pero la mañana habia sido una tortura, de once a dos, una temperatura solar dificil de superar, 42, y yo con tanto sudor. No resulta facil salir de casa desnudo, cerrar con llave la puerta, el rellano, subir al ascensor, el portal y cruzar la puerta principal. Y mas si en el rellano te encuentras con ti vecina mayor, y mas si en el ascensor te encuentras con Lucía la del octavo, y las mellizas, y mas si en el portal te encuentras con Pilar y los perros, y mas si delante del edificio, la terraza del Banigu café esta a rebosar. ¿Y por qué no? Las mellizas me miraban lo propio con curiosidad, y los perros me querian lamer. Yo iba al supermercado, al Eroski del barrio. ¿Tendría que haberme depilado para la ocasión? Mi barriga cervecera y de goloso y de tragón me restaba popularidad. Cruzaba la calle a la altura de la biblioteca, siendo el centro de todas las miradas, y un coche patrulla de la policia municipal me detuvo para robar mi libertad. 


5 de julio 2021.

Heredé de mi familia el balneario, el hotel, los apartamentos, el manantial, la embotelladora, y los palacios. “Hirie”. El balneario, muy cerca del monte del mismo nombre, junto al bosque, el lago y la playa, desde 1856. El hotel conserva su estilo arquitectónico clásico, con 514 habitaciones, con el restaurante, disponible para las bodas, ceremonias y eventos, y la capilla. 6000 metros cuadrados dedicados al relax, al ocio, con el agua protagonista principal, compitiendo con gastronomía, naturaleza, y actividades. Lo es, un lugar paradisiaco que nada tiene que envidiar. Aguas medicinales, tratamientos de salud, dermatológicos, cosméticos,neurológicos, respiratorios y reumatológicos, circuitos de ocio, paisajes únicos es un emplazamiento excepcional. El agua termal nace del interior de la tierra, con toda su riqueza mineral. Con un equipo profesional experto para garantizar bienestar, relax y salud. El hotel, cinco estrellas, lujo en los espacios, cuidados servicios , diseño y elegancia en las instalaciones. Con un programa único y permanente de experiencias memorables. El agua embotellada, exclusiva por sus particularidades organolépticas y por el cuidado diseño de su recipiente. Gourmet. Se comercializa en un envase similar al de los perfumes, rica en minerales y muy baja en sodio, el precio de cada botella ronda los 12 euros. La embotelladora puede producir 23 unidades por segundo y aproximadamente 456 millones de botellas al año. Otro dia te contaré de los palacios. Estoy soltero , disponible para el matrimonio, por si puedo interesarte. 


4 de julio 2021.

Sabes que soy terco. Me robaron el viernes el paraguas que deje en el rellano de la escalera, junto a mi puerta, sin molestar a nadie. Lo deje el jueves a las 6 de tarde. Es negro, pequeño y plegable. Lo robaron el viernes, entre laa 8 y las 9 de la mañana. En una escalera de 20 viviendas, con ascensor, de cinco alturas, cuatro pisos por planta. Dice mi amiga Rosa que mis vecinos me odian, y pienso que tal vez lleva razón, y robar mi pequeño paraguas quiso ser un ataque a mi fragil virilidad. Yo vivo en el segundo. Yo no tengo la culpa de ser la envidia del vecindario porque frecuenten mi hogar de solteria ellas, multiples y diversas, encantadoras todas. Dice mi amigo Roberto que es insultante y provocador exhibir mi vehiculo en la plaza de garaje. Dice mi amiga Marta que es doloroso coincidir conmigo en el ascensor, para luego dormir con tu marido, en su estado de abandonandose, de quiebra, adquirido sin atributos o mutilado. Ella dice que es peor aun verme y acudir a los aposentos vacios. Yo lo entiendo todo, pero a mi alguien me robo el paraguas. Barato, pero mi paraguas. Y lo deje ahi, junto a la puerta del ascensor, seguro. Dice mi madre que es probable que se trate de un robo por confusión, o la manera de gestionar su frustracción una de las ancianas aburridas del portal, o un berrinche por simulación, pero lo que ella opina me gusta menos.


3 de julio 2021.

Ella es una mujer triste. Por viuda, por infancia, por curriculum vitae, por grupo de amigas, y por casi todo lo demás. Es Dulce Perez. Vive en el 9A desde siempre, y aparca su coche viejo en la parcela 345. 52 años. Sin hijos. Frecuenta el Loian café para desayunar, coincidimos a menudo, y es allí donde la espio: sólo, tostada con mantequilla y libro. Ahora lee “Las ingeniosas aventuras de una limpiadora con alas”, de Rebeca Muñoz, y porque también lo lee mi madre, se que es la historia fantastica de una mujer de Lugo que una mañana de noviembre se transformó de madre de familia ejemplar en triunfadora artista-cantante de rock. Teodora García, la protagonista. Tú que no eres tonta, a estas alturas de la historia ya sabes, y sino te lo cuento yo, que Dulce Perez quisiera ser Teodora García. Para abandonarse a las andanzas de una vida más cómica y musicada, atreverse a atravesar por lugares con encantamientos y abandonar las rutinas del reloj: a dormir a las doce, desayuno 7,30, 16 horas, salida del trabajo, lavadora, lunes y jueves, plancha los martes, chocolate sin churros los viernes, llamada a la madre a las 20,00, telediario televisivo en Intereconomía a las 20,30. “El gato al agua” a las 10. “Herrera en la Cope” de 6 a 7, y luego la ducha. Sabados, milhojas de chocolate. Domingos, ensaladilla, lentejas, cocido o paella.


2  de julio 2021.

El padre de mi hija se llamaba Carlos. Mi hija, Laura. Cuando mi ex mató a Laura, ella tenia 7 años. La madrugada del dia que mi hermana llegó corriendo enloquecida hasta mi oficina para gritarme que la habia asesinado, Carlos me envió su último correo electrónico: “Vas a recordarme siempre”. Lo hubiera hecho feliz, a la manera que ocurre cuando se rompen los amores, civilizadamente. A mi lado en la cama del hospital, con Laura recien venida. En el café, emocionado, cariñoso y detallista cuando le dije que estaba embarazada. Nuestra primera vez en mi habitación de la infancia, curioseando mis apuntes de la universidad, desnudo bajo las sabanas de princesas Disney que mis amigas me regalaron, jugueteando con mis cosas. Y luego en su furgoneta azul… por Sevilla, Huesca, Girona, A Coruña, Gijón,…Su moto. Yo de blanco, él con su corbata verde, nuestra boda, y radiantes. Luego llegaron las cuentas para pagar el piso, el prestamo, la muerte de su madre, las vacaciones en Roma, Londres y Lisboa, las tardes de manta con sofá, Laura con sus llantos y caprichos, sus ojos brillantes después, los meses de ausencia porque se fue a trabajar a Jaén. Recordaría sus pies frios rozando los mios al hacernos el amor. El padre de mi hija se llamaba Carlos. Mi hija, Laura. Cuando mi ex mató a Laura, ella tenia 7 años. “Vas a recordarme siempre”, me escribió. Lo hubiera hecho, con cariño, sin odio, sin asco, sin dolor.


1 de julio 2021.

Soy Luis y estoy el Albacete. Por negocios. Y es viernes, 7,33 de la mañana, y escucho la radio porque me despierto temprano y no me puedo dormir y hace frio en la calle, pronto aun para salir a tomar un café, por el frio y porque dudo que a estas horas, cerca de este hotel tenga algun local abierto. Sin compañia en la cama. “Herrera, en la Cope” lanza sus mensajes. Me levanto a mear, me tambaleo adormecido, apunto mal la dirección del pis y riego la puerta de la ducha. Me lavo las manos después, con mi jabon Nivea. Aprovecho para llevar a mi maleta los utensilios de baño y hotel que jamás usaré pero que terminaran asfixiados por el calor de mi trastero caliente. Me veo en el espejo: “me sientan bien los 34 que el miercolés cumplí”. “Son chulos los boxer rojos Levi’s que Almudena me regaló”. De vuelta leo su último whastsapp en el movil: “Desayunando en el Amalau. Te deseo”. Soy Luis. Alojado en la habitación 785 del hotel Ozoe. Esta mañana tengo cuatro reuniones pero a la tarde volveré a Madrid. En el AVE. Esta noche, en la calle Atocha , jugaremos al amor, en el piso de Almudena. Vuelvo a la cama y me acaricio el culete, gustándome. Enciendo la tele buscando música en el canal, no encuentro lo que quiero. Y repaso en el portatil el documento con las directrices e instrucciones. Y salto de la cama. Y me afeito. Y me siento en el retrete. Y me ducho. Y me pongo los slip naranjas de Emporio que Almudena me regaló. Y me disfrazo de traje con la camisa azul. Y los zapatos negros. Y salgo del hotel. Y me tomo un café con un bocatín de jamón en un local que encuentro. Y a las diez, puntuales, comienza la primera reunión. Y a las 10 y 12 les comunicó que la empresa se cierra y serán despedidos los once. 


30 de junio 2021.

Busqué un novio católico que me llevase a misa los domingos, para que tuviéramos tres hijos, participásemos en la comunidad parroquial, ser catequistas, practicar la oración por las noches, bendecir la mesa y leer los salmos, acompañar enfermos en el hospital y acompañar abueletes en la residencia. No para ver peliculas violentas ni para desperdiciar mi vida viendo inútiles progranas de televisión que nos aturden y me emboban. Conocí a Paco en el grupo de confirmación, hicimos nueve años de novios y nos casamos el 15 de octubre, Santa Teresa. La ceremonia fue preciosa, con nuestras canciones favoritas, alabando al amor, a la felicidad, para ser testigos, con alegría, juntos, con un gozo grande. Con Julián nuestro párroco, confesor y pastor, desde siempre. Pronto llego María, luego llegó Javier, y el año pasado Lucía. Fuimos recogiendo los frutos sembrados con tesón, esfuerzo, voluntad y mucho cariño. Aprendimos a correspondernos en las atenciones y cuidados, a crecer entregándonos generosos y sensatos. Nos ayudó en esta vida facil la falta de sucesos, tragedias o resbalones. Y todo iba mejor que bien hasta que la Guardia Civil registró nuestra casa esta mañana y se llevó detenido a Paco. Por un presunto delito de estafa en su última promoción inmobiliaria. Yo no sabía nada.


29 de junio 2021.

Creo en los superpoderes. Desde que te conozco. Porque en ti he visto esa capacidad para construir en los lugares que se cruzan en tu vida. Eres un mago, llevas contigo esa caja de herramientas para fabricar, sumar, multiplicar y transformar imaginando. Eres un ingeniero, un arquitecto de operaciones, agitando aportaciones, soluciones y respuestas. Eres cantante, bailarín, cirujano, bombero, artista y artesano. Cuando ayer parecía que todo se hundía, vas y apareces, juegas con tu varita mágica y maniobras. Por ti creo en los superpoderes. No los tenias en el colegio, es mas, ni te recuerdo. De tu etapa de entonces me has ido contando en nuestros años de pareja. Me dices, “Maribel, hoy estas mas guapa que nunca” y aun me revuelves. Otros humanos crecidos o venidos a menos no brillan como tu. Dices “¡teneis superpoderes!, y ellos pueden. Manejas los hilos de las sombras con esa habilidad sorprendente que a veces me inquieta. Manejas las palabras y los hechos, y no te estoy idolatrando. Haces análisis exactos para arrancar las jugadas. Apuestas y convences. Manejas los detalles y las formas, los ritmos, los procesos, los tiempos, los equilibrios, plenamente entregado a cualquiera de tus causas. Pero, sabes que siempre hay un pero. Por mucho que los maquillajes y los matices adornen para esconder. “Yo también existo”. Por mucho que decorados y escenografias impresionen “¿Formo parte de tu cuaderno de proyectos, de tu agenda de tareas cuidadosamente ordenadas para atender con éxito? Caminábamos ayer por el paseo de Zorrilla. Parándonos al encontrarte con uno y con otra. Y en la quinta interrupción me hice la pregunta.


28 de junio 2021.

Cruzábamos el puente de Carlos III, Miranda de Ebro, una y 30 de la madrugada, de sábado a domingo, y sonando en nuestro coche“No sé dibujar un perro” de Sidonie. “Puedo asomarme hacia dentro, ver las dos caras por el mismo precio, pero no sé dibujar un perro”, canté. Las gotas de lluvia nos golpeaban salvajes por fuera, y nosotros, dentro. Conducía Raúl, ya cerca del garaje, de nuestro piso en la calle Santa Teresa. Porque la canción nos provocó pensar en ello, sirvió ese momento, el cerrar la noche de sábado, para hablar, delicadamente, de lo que podemos hacer, de lo que no podemos hacer, de lo que convendría que pudiéramos hacer, de lo que podríamos hacer si nos lo propusiéramos. “Puedo saber por donde sopla el viento, pero no sé dibujar un perro” cantó Raúl. Hicimos una lista, amable y sin tensiones, con mas de 30 puedos, no puedes, podríamos, podrías, podría,… De nuestra conversación concluimos, en el garaje del edificio, “parece que podemos seguir con lo nuestro, satisfactoriamente, porque podemos llevarlo bien”. Entramos en el ascensor. Abrió la puerta de casa y entramos en nuestro dormitorio. ¡Pudiste haber hecho la cama! comenté con actitud honesta. “Leire ¡pudiste haber pasado por el supermercado!” respondió.


27 de junio 2021.

Hice la campaña electoral entusiasmado, con mucha energia, comprometido hasta la médula, convencido de que si nos esforzábamos con cuerpo y alma, si dejábamos la piel, mejorariamos los resultados y conseguiriamos un concejal mas. Orgulloso, de familia socialista, yo candidato del PSOE a la alcaldia, por primera vez, y con posibilidades de ganar, a mis 23 años. Guapo en los carteles, me gusté. Si te reconozco que excita mucho mirarte desde los carteles de calles, plazas y esquinas, y que tu fotografia se distribuya por buzones, que los dedos de todos acaricien tu rostro en los folletos. Excitan mucho las entrevistas, el instagram, las ruedas de prensa. Todo aquello era nuevo, inesperado, estimulante, un huracan salvaje de momentos y emociones, en primavera, 2019. Tuve que dejar a Blanca, todos coincidieron que ser el novio de la candidata a alcaldesa por Vox, no le hacia ningun bien ni a mi imagen ni a mi campaña electoral. Fui consciente de cual era mi ultimo orgasmo con ella cuando me corri, y al dia siguiente le conté: me inventé la excusa, mi desliz en forma de noche loca con Nuria, una compañera del partido. No hubo gritos, ni fue una escena dramatica, ella es muy cabal, pero yo sabiá que Blanca, mi exnovia, jamás me lo perdonaria. Gané las elecciones. 


26 de junio 2021.

Marisa, mi compañera de trabajo, era maja, buena gente, hasta que descubri que era una de esas zorras que sonrien a San Pedro y Satanas, al mismo tiempo. Yo le confiaba mis secretos laborales en el cafe, con la certeza, estupida, de que mis confesiones estaban a salvo, hasta que por una serie de razonables indicios llegué a la conclusion de que la hija de puta traficaba con la informacion y además se acostaba con Lucas, el director general. No es que yo sea muy lista para estas averiguaciones, es que mi primo Samuel les atendió en la recepción del hotel. Yo no estuve en la habitación 566, pero no parecen discutibles las razones para que empleada y director pasen la tarde en un establecimiento con camas. Entraron a las cinco y salieron a las nueve, se exprimieron bien. Cuando Samuel me lo conto, ate los hilos, hice los nudos, no es que Lucas, mi jefe, tuviese una intuición profesional destacada para adivinar los hechos y mis pensamientos, es que la malnacida se lo contaba todo. La venganza fue facil, envié un correo electrónico anónimo a todos mis compañeros, 127, anunciando que Marisa y Lucas eran amantes, y ese dia en el café lloré con ella, empática. Y maldije al autor del envio. Marisa juraba que era mentira. 


25 de junio 2021.

Alberto, me divierte quedar contigo porque cada vez me aterrizas con un nuevo modelo en tu colección.  Mientras suena “Ese oscuro objeto del deseo”  de Vertigogo te me disfrazas en underwear con modelos originales de los Ralph Lauren, Emidio Tucci, Emporio Armani, Tommy Hilfiger, Calvin Klein, Hugo Boss, Hernmenegildo Zegna, los Primal, los Enrico Coveri, Diesel, Quiksilver, los Jack & Jones, los Impetus, los Set, los Soy, Guasch, Guess, Ocean, Playboy, Pierre Cardin, Punto Blanco, Rip curl, Adidas, Massimo Dutti, los Dim, Ferrys, Abanderado … Y eliges indistintamente los formatos slip, bóxer medio, suelto o corto. 26 veces que nos hemos encontrado,26 poses. Reconozco también que tu colección de superhéroes me parece excitante. Y reconozco tu excelente buen gusto en la selección de estos y otros ingredientes para las escenografías. Estoy disponible para estas construcciones y composiciones aunque tengamos que unir las costuras con las pequeñas piezas de tela que manejamos. No estuve ni estaré en tu apartamento de Zaragoza pero voy a pedirte en nuestro encuentro de mañana fotografías. Necesito retratos que me muestren la multiplicidad de detalles que perfilan tu identidad en materia de “ ropa interior”. Donde la alojas. Su sistema clasificatorio. Los procedimientos de adquisición, lavado y almacenamiento. El presupuesto que destinas a estos fines. Las coordenadas de tus mapas mentales a través de los que la seleccionas. El proceso como se ha conformado esta tu personalidad. Aunque te rías de mi una vez más voy a caracterizar tu perfil sicológico desde los trazos de tu ropa interior. ¿Lo dudas?


24 de junio 2021.

Abierto a mirar el mundo en plan activo, eufórico y curioso total. Lo contrario a derrotado, apagado y apático. Así es Pascual, desde siempre. Nunca antes te hable de él. Disponible para arrancar la mañana escuchando a Raffaella Carra el son “Rumores”. Y no hablamos de un jovenzuelo de esos de 19 ó 25 aun sobredimensionado por la testosterona o los efectos residuales de las hormonas adolescentes. Porque Pascual tiene 64 años. Muchos de aquellos de su generación ya duermen en los abandonos, las agonías y las angustias previas a la descomposición. Pascual no. Ayer, de 9 a 10,30, y a pesar de las circunstancias climatológicas no recomendables para huir de la calefacción y el hogar-refugio, se hizo la ruta de casi todos los días. Cruzaba el puente de las sanguijuelas del Adaja escuchando por los auriculares verdes el “Escandalo”de Raphael, cuando le atacó la tormenta de nieve. “A mal tiempo buena cara”, repite. Leía El Diario de Ávila en El Portalón y se indigno por las noticias de la página 9, la once y la 33. “¡Madre mía!”, grito mentalmente. Quiso la casualidad que se encontrara con el Alcalde: “Nos toca predicar con el ejemplo”, le plantó. Dice Manuela, su mujer, que es capaz de agotar a los nietos. Tarareaba cantando Libre de Nino Bravo subiendo por el paseo de San Roque para estar con su hija Mila en el café Babel y se susurro mentalmente… “¿A qué vivimos Pascual? ¿A qué vinimos? ¡A divertirnos! A buscar los lugares en los que somos felices.” .


23 de junio 2021.

Me acosté con Antonio el 13 de diciembre y no recordaba qué hacer, despues de nueve años sin jugar con aquello, manejar instrumental, actos y proceso de una manera resuelta, no fue facil. Antonio llegaba a mi con muchas ganas, esperando paciente seis meses, y yo, 114 meses después del último, estaba al borde del infarto, por deseo, por miedo, y por inseguridad. Conocí a Antonio en el gym, deportista y atractivo, atento y generoso, bien cuidado para sus 56. Luego en la intimidad resultó indecente: simple, aburrido, antiguo y acomplejado. No me gusta airear mi intimidad, pero él me desilusiono desnudo. Y no por los slip blancos, de marca Paco’s, comprados en algun mercadillo popular. Y no por el tamaño, pequeño, del organo reservado para la intimidad. Y no por el arsenal de palabras cursis que utilizaba en los momentos de mas intensidad. Y no por los ronquidos posteriores a finalizar. Yo llegué entregada, y mis expectativas resultaron fatal. Me acosté con Antonio en su piso, con sabanas de geranios verdes, frente a una fotografía de ciervos junto al mar. Me dije ¡nunca más!. Se lo conté a mi amiga Hortensia, me dijo que el sexo a los 50, ahora, aqui en Murcia, está muy mal.


22  de junio 2021.

Me mintió dos veces y abusó de mi confianza otras dos, pero no hubo una quinta. Yo se lo habia advertido pero ella lo ignoró. Habiamos hablado de ello, de mi fobia a los engaños, a corretear por los embustes y las trampas, pero ella se creia muy lista o muy incapaz para las explicaciones, y el dia menos pensado se equivocó de la manera mas tonta y llegó el final del cuento. Sin mago y sin princesa, sin caballero andante, sin castillo, sin boda, sin gala ni trompetas, pero deje de ser su bufón. Ella correteó por mi vida, seis meses, y tarde en entender las maneras y la naturaleza de sus juegos hasta que con su torpeza hirío mi orgullo, rompió la magia y provocó la decepción. Y no lo entiendo. Ella pudo decirme, en directo y sin rodeos, que no le apeteciá ser mi chica en la fiesta, pero inventó novelando la historia de una amiga, depresiva y descompuesta, por culpa de un mal novio que con ella rompió, y que aunque venir querìa, su amiga era primero, y que me abandonaba, corriendo, urgente y triste, para ofrecerle su apoyo. La vida es un enredo, un patio de comedias, y desate los nudos y descorrí el telón. Ni hubo tal amiga, ni novio abandonando, fue la última treta, estupida, insensata, inutil, carente de sentido, de niña caprichosa, que aquello lo rompió.


21 de junio 2021.

Esa noche yo queria que ella me rozase, tierna, me besara, suave, para amarme, lento. Quise querer que me susurrase ” te amo”. “Porque sabes cuidarme”. Aquella no era otra noche, era la última o la primera, de una colección de silencios o de un catálogo de palabras. La llamé, pero no contestó a mi llamada. Luego supe que su teléfono no teniá cobertura para mis expectativas sin velocidad. Me miré a los ojos, me sentí único y muy capaz, y me abracé a la almohada, tierna, para besarla, suave, queriendo amarla, fragil. Y cerré los ojos. La persiana de mi habitación, abierta, la luz de la farola iluminando el edredón blanco. Y la soñé a todas las horas. A las doce tomábamos melón, sentados en las escaleras junto al mercado, fui incapaz de adivinar qué ciudad. A la una le quitaba la ropa, inocente salvaje, antes de merendar. A las dos, acomodado y tranquilo, ocupa de su sofá. A las tres regresando, de un viaje lejano, empujando maletas, mochila, ropa sucia, regalos, y todo lo que te queda, cuando llega el final. A las cuatro en pijama, con fiebre pero con ella, medicado y febril. A las cinco en Toledo. A las seis en París. A las siete en Sevilla. A las ocho despierto, sonámbulo en el pasillo, viejo y desmemoriado, para no sufrir mas.


20 de junio 2021.

Noelia y yo decidimos casarnos este dia, sábado, a la una, en los jardines de Hirie. 90 invitados. Los dos veniamos de nuestra última ruptura y por el camino nos encontramos con otros y con otras, pero nos elegimos a nosotros. “Pedro ¿te parece buena fecha?” Conocí a Noelia el 11 de enero, en el Ozoe café, y a la semana siguiente ya éramos dos inseparables, visitando los dormitorios del otro, los sofas, las cocinas, las duchas, los fines de semana,… La tercera semana Noelia me confesó sus secretos, se atrevió a confiarme que aquello que iniciabamos le parecía distinto, agitador, nuevo, y muy interesante. Y me contó de cada uno de ellos con los que se habia cruzado en los últimos meses intentando encontrar lo que buscaba. Me hablo de Pablo y su limitada disponibilidad. Me hablo de Nacho y su anticuada forma de amar. Me hablo de Chema y del miedo a entregarse por los rotos malcosidos en los otros viajes. Me hablo de Ricardo, egoista ansioso, calculándolo todo, invirtiendo, no más. Me hablo de Marcos, enfermo y obsesivo, medicámente inadecuado. Me hablo de Rober, incapaz para tejer los intercambios de una vida de pareja. Me hablo de Nico, triste y aburrido. Y luego llegué yo.


19 de junio 2021.

Aquel fue el polvo del mes, que digo del mes, del año, que digo del año, de la década, que digo de la década, de mi vida. Y lo fue, porque no lo esperaba. Ni ese día, ni con ella. Yo salí de trabajar, eran las siete, de aquel viernes. Después de una semana laboral aburrida, que digo aburrida, espantosa y cruel. Lo tenia planeado. ¡Pedazo plan! A las 19,30, la compra en Froiz, el de la Avenida Tres Cruces 38, incluyendo la pizza Froiz de jamón y queso, para cenar, el flan de huevo, y una dosis de Natillas. Con un Kas de naranja. Cenando, con el telediario de las nueve en Telecinco. Tenía intención de completar la cena, a las once y media, con unos ejercicios personales de placer. En el dormitorio, sobre la cama y bajo la fotografía de la playa de Gijón. Compro en Froiz porque me pilla de camino, también el Mercadona, pero allí tuve una novia con la que terminé mal y he decidido sabotearla. Viernes 21 de setiembre del mismo año. Tu ya sabes que vivo cerca de la estación de autobuses. Todo iba según lo previsto, pero a las 21.47 sonó el timbre del portero automático: “Pilar”. Y subió. La pasé al salón y se sentó en el sofá. Se tomo lo que quedaba de mi Kas de naranja, y me preguntó si podía quedarse a dormir porque había perdido el último autobús a Salamanca. “Sabré compensarte” me dijo.


18 de junio 2021.

Yo no iba en el vagón de metro evacuado donde ardío una tablet porque la bateria se incendió, pero me hubiese asustado mucho porque soy un agonias temeroso . Yo, cuando ocurrio, y para mi felicidad, estaba tomando unas cañas en el Llavise de Sevilla porque estoy de vacaciones con Elena. Pero yo si contraté la alarma para el piso porque he sabido de seis robos este verano en la barriada. Elena dice que soy un maniático porque me aseguro, compruebo, calculo, inspecciono, analizo…para hacer prevención. Elena dice que me mire lo mio porque estoy obsesionado por la seguridad y el control, y que vivo en alerta permanente. A mi no me parece desmedida mi necesidad, absurdas me parecen sus bobaliconas formas de ser, estar, transitar, ajenos a riesgos y tropiezos que nos hacen peligrar. No, no estoy para sanar. Yo no iba en el autobús que chocó. Yo no me monté en el ascensor que falló, pero tengo que comprobar no ser alérgico a las picaduras de insectos u otros bichos que nos rodean para asustarnos y rompernos la tranquilidad. Si, jamás me lanzaré desde un helicoptero o un puente para no disfrutar, ni subiré a la noria, ni bajaré en lancha por el rio, ni bajaré al fondo de uno de los mares para fotografiar. Si, conduzco con extrema precaución. 


17 de junio 2021.

Tuve una novia en Sevilla, Cristina, durante 5 meses, a los 53 años. Nos conocimos en la estación de Atocha, ella hacia el Ave, yo porque iba dirección Toledo para ver a Monica, mi novia anterior. Cristina cantaba a “Los secretos”, Monica a “Los Suaves”, y Marisa, mi novia siguiente, de Teruel, a “Los pingaraki”. Fueron cuatro años de desenfreno, a razón de tres novias por año, en total, 12 candidatas, y un resultado de agotamiento, derivado de la gestión de nombres con identidades, desplazamientos, fechas y datos relevantes, dietas, gustos, costumbres, rutinas y agenda. Me tuve que retirar de aquello muy deteriorado, después de varios años atrapado impulsivamente a una ajetrada vida en las redes sociales, mas en concreto facebook, los grupos, y sus publicaciones. Cristina, la de Sevilla, ocupo la posición numero 7, Mónica la de Toledo, la 8, Marisa, la de Teruel, la 9, y Patricia, la de Ponferrada, la 10. Por extraño que parezca coincidió su lugar cronológico en mi lista de 12 con su puntuación en el proceso selectivo. Separada, viuda, soltera, poligama. Triste, apasionada, aburrida, consumidora de hombres. Playa, jardín, piscina, montaña. Uno, dos, tres, sin hijos. Funcionaria, peluquera, enfermera, comercial de seguros. En fin, luego ya después de aquello me llegó lo de la próstata con la impotencia prolongada, y me retiré a mis labores, a la tele con sus concursos, novelas, documentales y tertulias, y a quedarme dormido en el sofá del salón.


16 de junio 2021.

Yo no fui como tú, no lloré la muerte de Chanquete, ni me emocionaba aquellas vacaciones con los episodios de “Verano azul”.Yo aquellas semanas que emitian la serie por primera vez, envidiaba a mis vecinos con novia, y que iban a las fiestas de los barrios, algunos con moto, desvirgandose, o haciendose escapadas a los camping con la tienda de campaña. Yo odiaba el azul, tambien el de su verano, porque mis colores eran el gris, en sus tonalidades claras, oscuras, intermedias, granuladas y neutras. Mi tia dos años después me regalo una maleta “blue sky”, y la odié tanto que la aparqué en el trastero para esconder en ella las cintas y las revistas porno con las que tanto aprendí para no practicar. Odiaba el azul y por eso siempre escribia en negro. El azul del mar, de la gominolas, el de los cuadernos universitarios de estudiante, el de los bebes con sus lazos de decoración, el de los bañadores y calzoncillos. Recien cumplidos los 27, en marzo, mis padres preocupados me enviaron al sicologo. Contra mi voluntad. Carlos resultó ser un ex- pringado, y profesional de la mente, reconvertido por la resilencia en actor de éxito, operador diría él, y en catorce sesiones ,durante siete meses, y al precio que cuestan estos aplicativos, me dijo lo que no queria oir, me apretó los tornillos, recoloque 12 bujias y 34 válvulas, y me recuperé para mi prosperidad. No estaba facil, no. Pero funcionó. Ayer me sorprendí comprando sábanas azules para mi cita de mañana con tu hermana Lucía.


15 de junio 2021.

Desde el jueves de setiembre que perdí la cabeza a consecuencia de la ruptura sentimental ,por cierto, inesperada, de Matilde, mi compañera del gym, mi novia durante los últimos seis años, cuatro meses y tres días, mi vida arrancó una nueva ruta, incierta, carente de equilibrio, dice mi madre que insensata y descontrolada, inédita, inaudita e increíble, difícilmente sostenible, fantasma, fantasiosa, ridícula dice mi padre, tramposa dice mi amigo Luis, adolescente, cómica y evanescente. ¿A quién se le ocurre despedirse de un empleo estable el lunes, tres días después? Ese lunes recuerdo que entré en la oficina del asqueroso de mi jefe, Ramón, seguro de mi, protagonizando el videoclip de “Incendios de nieve”, cantado por Love of Lesbian. Y aquella noche me emborraché desbordado para llegar arrastrándome hasta el portal de mi calle donde ya no vives tú. Y a la mañana siguiente continué enloquecido desayunando alubias con “baicon” y media tableta de turrón y dos tostadas de paté y una copita de anís, del mono, y salí a la calle para tumbarme al sol en el mismo banco del parque que solíamos frecuentar. “No soy feliz” baje gritando por la calle Libertad. “Es esto lo que quiero” me arranque a cantar en la terraza del café de Nicolás.  “Supera esto, no serás capaz” me dije, saludando a la vecina del tercero A, minutos antes de poner a remojo el móvil en la lavadora, programada para la ropa de color. “Espectros de noche que encontré en la ciudad”, escribi con el bolígrafo azul en el rollo del papel higiénico que lancé a media tarde por la ventana del salón. “Por si alguien aun duerme” repetía tiritando, exhausto y sintiendo, minutos antes de caer rendido en sueños, frágil, tumbado en el pasillo, frente a la puerta del comedor. El miércoles me levanté cantando,“Belice”.


14 de junio 2021.

Hoy. Es la tercera vez esta semana que me cruzo con ella, se llama Anabel, en el andén de metro. Estación Arturo Soria. Tiene 26 años, los cumplió el lunes, y lo se porque ese día, en el vagón, escuché su conversación por teléfono con Carlos. Ella no es como las demás porque es gorda, muy gorda. Yo me dedico a observar sus gestos y movimientos, y por eso lo se. Se que mira de reojo a las otras que se cruzan con ella. Se que cuando nadie la mira, ella se quita el disfraz de alegría. El martes iba con dos amigas muy guapas, de esas que lo saben y lucen sus encantos con camisetas ajustadas y pantalones rebajados. No de precio, de talla. Ella conversaba amigablemente y reía con ellas. Yo que la vigilaba, lo se. Vi que las miraba, cuando Nuria y Marta se bajaron y cruzaban el anden. Hoy me fije en sus zapatillas fucsias, porque distrajeron mi atención en sus pies, y en su camiseta blanca con la leyenda en letras doradas, “I am”. Y en su mochila verde con tres pegatinas. Ella no me gusta porque es gorda, muy gorda, no me parece un cuerpo adorable que adquirir en el mercado del deseo, no es un reclamo provocador que agite mis instintos, pero la belleza está en el interior, no es un sujeto humano con prestaciones avanzadas para consumir, para seleccionar entre los proveedores de placeres y experiencias únicas. Ella no me gusta por su aspecto. Somos de mundos paralelos. Dicen de mi que soy uno de esos tipos fantásticos y guapos, triunfador, divino y musculoso, de culo prieto, rasgos perfectos y cutis suave.


13 de junio 2021.

Nina, la presidenta en Valladolid de Isere, la plataforma de profesionales del sector peluquería y estética, estuvo en la asamblea del 12 de marzo en Valencia. Bajó sin ganas, mas por encontrarse con las otras y hacer un fin de semana diferente, que por construir en el proyecto Isere. Está revuelta, muy revuelta, y aburrida, en medio de los conflictos de intereses de las unas y los otros. En medio de los trastornos, rabietas y enloquecimientos, permanentes y pasajeros, de los asociados ¡Benditos pucelanos! Bajó buscando algún chispazo remotivador en las tierras mediterraneas. Y lo encontró. Gente maja, gente fresca, inspirada y fluyente, de la que se estaba olvidando. Hoy no puedo contarte los detalles porque no tengo tiempo, pero en estos tres días que compartieron, la banda de los ocho han ideado algo nuevo. Lo llaman “equipos de innovación y desarrollo”, y cada cual, con su “latiguillo”. Con el número 1, Nati la de Logroño, “Poco rollo y mucho meneo”. Con el número 2, Cristóbal de Burgos, “Ni absorbentes ni absorbidos”. Con el número 3, Itziar de Barakaldo, “Si no es divertido, ¿pa´ que te metes?, Con el número 4, Amelia de Ávila, “Al pan, pan, y al vino, vino”. Con el número 5, Karina, la de Zaragoza “¿Está llena la botella?”. Con el número 6, Joel, de Madrid, “Tenemos que ladrar, pero sin morder”. Con el número 7, Julio, de Santander, “¿LLueve? Mañana sol”. Con el número 8, Nina, “Jugar no es sólo de niños”.


12 de junio 2021.

Isabel, la que vive en la calle Padre Isla, suspendió todas las asignaturas, las troncales y las específicas, del itinerario, “competencias para el amor”, pero estaba bien buena, y yo aun en proceso de experimentación y pruebas. Resultaba gratificante exhibirse con ella, pero luego en los minutos cotidianos y de intimidad, aquello era muy decepcionante. Yo tenia 29, ella 25. La mas pequeña de cinco hermanos, todos ya casados, sus padres se escapaban casi todos los fines de semana a Ponferrada, y los 18 meses que duro lo nuestro, yo me acostumbré a frecuentar su residencia habitual en el tercero izquierda. Desde el viernes a las cinco, hasta el lunes a las nueve. Isabel no era capaz de mostrar sentimientos ni afectos, ni intenciones, ni deseos, ni lo demás. Pasaban las semanas, lo comenté con amigos y me informé en google. Ella no era lúdica, ni expresiva, ni afectiva, ni nada de lo demás. Quería estar conmigo, si, pero era incapaz de transmitirme nada de aquello que yo quería escuchar. Y lo tuve que hacer. Quizá a ti no te parecerá sensato. Elaboré un “manual de instrucciones para lo nuestro”. Para guionizar todo lo que yo quería que fuera.  La guía operativa, incluía tres apartados: 1) vocabulario y expresiones, 2) actos, gestos y manifestaciones, 3) escenografías, creatividad y momentos. Aquello funcionó. No puedo detenerme hoy en todos los detalles, pero aquello fue muy útil. Dediqué tres tardes a elaborar la unidad didáctica y otra tarde a un taller para transmitir a Isabel los contenidos. 24 horas después, la estrategia avanzó en la ruta prevista, y ella repetía con soltura lo que escribí: “Mario, te amo”. “Mario, me gustas”, “Mario te deseo”, “Mario, ¿te hago feliz?”,… “Mario, eres único”, y así, hasta 137 frases que escribí. Aquello fue un acierto, y yo muy feliz mientras duró.


11 de junio 2021.

Era una mujer tan insegura que casi tardamos más en organizar las vacaciones que en disfrutarlas. Eran las primeras juntos, en agosto del 84, seis meses después de conocernos, y en fase aun de “rozamientos y maniobras con distancia”.  “Toño, no” era su frase favorita, pero la convencí para pasar siete días juntos, no sin antes redactar un documento, a modo de acuerdo, que firmé por duplicado: “Por la presente, yo, Toño Fernández, en el marco del acuerdo vacacional verbal establecido con Maria de la Concepción (Mai) Gutiérrez (….) renunció a realizar cualquier tipo de intento que pretenda conducir al mantenimiento de relaciones sexuales con mi novia (…). En cualquier caso, tardamos un mes en completar destino y formato del viaje: en largas conversaciones deliberativas con el fin de determinar: playa, campo, montaña, hotel, camping, pensión, tren, autobús, bocadillos, menú del día, fechas, climatología, volumen de turistas, precios, monumentos, atracciones, parques acuáticos, piscinas, riesgos, equipaje, horarios, rutinas, …Yo que ya por aquel entonces llevaba cuatro años trabajando en Caja de Ávila, procedería a financiar lo que correspondiera, con cargo al régimen de gananciales de una relación incipiente. Hacíamos las planificaciones, con sus tablas presupuestarias correspondientes, en diversos emplazamientos del territorio urbano abulense: Plaza de Santa Teresa, Plaza de La Santa, Parque de San Antonio, puente del Adaja… Yo aburrido. Muy aburrido. Aquello no tenía fin. Y los besos, no mas que en la mejilla. Ella organizaba y hacia cuentas. Yo mientras, muy lujurioso, pensaba en las artimañas que utilizaría en vacaciones para romper su control. Las vacaciones fueron en Jerez. Y ocurrió el 18 de agosto. Hotel Nelua. Por culpa del fino, “vino generoso”, esa noche tranquila, el viento nos llevó. Rompió conmigo dos meses después, cuando tuvo garantías de no estar embarazada.


10 de junio 2021.

Pase a recogerla por su calle, ella me esperaba en su portal de Doctor Areilza. Maleta fucsia, pantalones verdes, camisa blanca. Mi coche, verde también. Las 10. 07. Y nos arrancamos dirección destino, y ya por la calle Autonomía sonaba el “Rosas de fresa” de Antonio Flores. Marisa es divertida, yo uno de esos tipos que pasan inadvertidos. Marisa es brillante, inteligente, y preciosa, yo un chico corriente, sin nada especial. Eran esos días de vacaciones en Teruel, un regalo inesperado, no previsto, improvisado, el resultado simple de circunstancias complejas, una ruta veraniega sorpresa para mi presente triste, bastante gris. A la altura del primer peaje de la autopista, Antonio comenzó a cantar, “Una espina”. Yo la sentí callar. Luego “Navajita Platea” nos cantó “Noches de bohemia”, Marisa escapó. Lamentable melancólico que soy, no estuve acertado con mi selección musical de aquella mañana. Desde la autopista, veíamos Logroño y Los Secretos nos cantaban “Aunque tú no lo sepas”. Marisa callada, utilizaba frases cortas y aisladas para continuar de manera forzada nuestra conexión. Y llegamos al hotel donde no iniciamos lo que no fue. Tú no sabías que Marisa es mi compañera del curso de inglés. Yo no sabia que acababa de romper con su novio de siempre, y que el suyo y el nuestro era el primer viaje, después. A las doce de la primera noche, en el garito de Teruel, ella lloraba, a su lado, mi sensible yo. Loquillo cantaba “¿Que hace una chica como tú en un sitio como este?”.


9 de junio 2021.

Tardé en darme cuenta que aquello nuestro, en realidad, era una prestación de servicios. Ella necesitaba una persona que atendiese a sus necesidades veraniegas, y el elegido fui yo. Muy de vez en cuando ella me regalaba no mas de cuatro frases bonitas, alimentaba mis expectativas, o hacia  ver que respondía a mis demandas, pero siempre me manejaba, sin disimulo, con ansia, con descaro, utilizaba mis prestaciones. Mis amigos, insinuaban que aquello no podía ser, pero yo seguía aturdido, bastante obsesionado, fuera de control. Yo siempre respondía urgente a sus llamadas, planeando el futuro de una relación clásica y convencional, noviazgo, matrimonio, embarazos con hijos, pagas extraordinarias, segunda vivienda, vacaciones en la playa, plan de pensiones, jubilación. La recuerdo bailando frenéticos el Locomia, en las madrugadas, antes o después. En realidad, ella, Lourdes, primeriza, a sus 23, experimentaba las aventuras de un verano, conmigo, Manuel. Era la novena relación en mi vida, y yo que el 3 de agosto cumplí los 29, ejercía mis competencias y habilidades avanzadas para la intimidad. “Genial” diría ella. El genio, yo, por aquello de imagen, prestigio y reputación, disfrutaba ser afortunado, me jugueteaban las interesadas para propósitos, planes, relaciones, aventuras. Pero yo a Lourdes, los 245 días que duró lo nuestro, siempre la fui fiel. El 4 de octubre ella me plantó por un tipo, francés, que bailaba mejor. El instante que los pille “in fraganti”, (11.43), “Voyage, voyage” sonaba en el radio cassette de mi Peugeot.


8 de junio 2021.

No es la primera vez que para construir lo nuevo por venir después de un desenlace inadecuado, me monto en un autobús destino a ninguna parte. Las ventanillas de ese amasijo de hierros se transforman en pantallas de cine para aportar con inteligencia; pero no sin pasión, remiendos para el salto al futuro. La ruta no quiere tener hoy la banda sonora del Por fin de Pablo Alboran. Los humanos que ocupan los asientos de esta caja de metal acumulan cientos y cientos de minutos en horas de vuelo entre verdes, azules, ocres y grises. También suman los míos. Repleto este autobús en ruta que cruza montañas, valles, playas, el mar, inmenso cielo, carreteras y campos de trigo. Hoy me ha dado por escribir en mi ordenador portátil al ritmo de los baches de la carretera. Fuera llueve y hace frio. Odio la lluvia por mucho que insistas que la vida tiene cuatro estaciones. Odio el frio porque enfria. Escribo y borro letras y palabras en la pantalla porque hoy la historia no fluye. Me detengo mirando ojos y miradas de otros dentro de esta capsula que nos transporta en mi fuga. Será en unas horas que espero cortas. Bajaré las escaleras en ese otro lugar desconocido sin perder la compostura y con lesiones en pronóstico incierto. 


7 de junio 2021.

Recuerdo a Eladio como aquel niño alegre, divertido, encantador, pero no ha vuelto a ser el mismo desde que conoció a Jennifer, él ahora es un chico triste, apagado, enfadado. Somos experiencias de vida, y mi primo Eladio lleva encima las cicatrices de lo que con ella acabó. Eladio acostumbraba a dedicarnos tiempo para sorprendernos y divertirnos, Eladio nos lo contaba todo. Ahora es un chico reservado que se oculta, que se aleja que se esconde. A nadie nos gusta perdernos en tiempos y causas, y menos si se enredan con engaños, manipulaciones y terminan decepcionándonos con el abandono y la indiferencia, primos hermanos de la insatisfacción. La madre de Eladio, preocupada, muy preocupada, el padre y el hermano también, han intentado explicarle, para influirle, no lo han conseguido, “que la vida no son siempre lugares felices” y que es ahí donde tenemos que aprender para hacernos fuertes y avanzar. Eladio era aquel niño que se ilusionaba con todo, habilidoso en las proximidades y para la relación, creativo, listo, amable, educado, juguetón, generoso. Después de ella no. Ahora se entretiene en sus cosas, oculto y reservado, y en su cuarto se escuchan las canciones de Twenty one pilots”, porque era el disco que sonaba a todas horas en la vida de Jennifer. 


6 de junio 2021.

El tipo era francamente pintoresco. Tú, yo y los demás, coincidíamos con él en nuestro café de costumbre, a las horas regulares que lo frecuentábamos. Se llamaba, se llama, Narciso, pero nadie le llamaba Narcis porque siempre estaba solo y sin acompañar. Siempre la misma rutina. Se acercaba a la barra para pedir su café, se lo tomaba con ansia y rapidez, lo pagaba, siempre con monedas pequeñas, y se sentaba en la mesa junto a la cristalera que mira a la calle, detrás de las cortinas. Continuando el ceremonial abría la mochila verde para sacar su ordenador portátil, los cuadernos, la caja de rotuladores y los dos volúmenes, gordos, del diccionario de la lengua española. Parecía ser un tipo educado, culto, inteligente, y muy cabal, que nunca conversaba con nadie. Ellas decían que era muy atractivo, y no por llevar traje, corbata y esas camisas de colores suaves, sino porque se movía por el local como un Señor, y porque siempre parecía inmaculado, irradiando al establecimiento de cafés su sonoro olor singular. No vivía en el barrio, al menos ninguno de nosotros sabíamos dónde. Cuando lo detuvieron en enero, todos nos quedamos atónitos. Marisa, la camarera, nos leyó el titular del periódico, “El pedófilo detenido tenía 300 videos de pornografía infantil”. 


5 de junio 2021.

Ella ambiciona el puesto de directora de operaciones internacionales, y esta entregada a esta causa desde hace tres años. “Me lo deben” se dice. Hace doce años encontró un buen hombre, responsable, para que cuidase de las criaturas que han tenido, dos, para poder dedicarse a los asuntos que más la estimulan , los de hacer la carrera profesional. Ese buen hombre es Juan, y los dos hijos Sergio de 10 y Patricia de 6. Él ejerce bien las tareas de padre y de madre, es un hombre tranquilo y sensato, equilibrado, dice Esther que limitado y sin ambiciones, pero cumple conforme y con cuidado todas las tareas en las que tiene que ser. Ella en largas jornadas laborales, dirige y lidera, aspira y decide, lo pelea exigente, calcula los costos, a ratos maniática y dura, milimétrica, con las metas muy claras, tozuda, dentro del papel. Ella desde siempre fue ambiciosa, ya desde niña en el cole, ha ido a más con los años, ahora es en este lugar, pero la carrera no va a finalizar. Piensa Juan que no hay nada anormal en este familia y hogar que son. Y la próxima semana, a su vuelta de su viaje a la India, Esther sabrá si se ha cumplido su ambición de ahora.


4 de junio 2021.

Yo llegaba tarde al trabajo, yo hice el giró en la plaza, con el coche, y aparecieron de repente allí, y si, yo les golpeé… ¡Fue mala suerte! Yo entre en modo pánico, y si, yo no paré. No es normal que coloquen un paso de cebra donde ese está, a la vuelta de una esquina con tan poca visibilidad, y con tan poco tiempo para poder reaccionar. Yo tenía uno de esos días de perros en los que hasta te cuesta respirar. Yo tenia prisa porque el cabrón de mi jefe me la tiene jurada y esta buscándome las cosquillas para poderme despedir, sin mas. Yo tenía que responderle el whatsapp a Rosa porque estábamos enfrascados en una pelea y ella se enfada mucho si no la contestó con velocidad. Si no tuviera que hacer todos los días treinta kilometros para ir a trabajar, 30 para volver, no me pasarían estas cosas, y es que llevo una vida acelerada que va a acabar conmigo. A mi el coche me va bien, pasó la revisión la semana pasada. He escuchado ahora en las noticias que la madre ha muerto, tambien. | Con la música de Inra, “Estación cero” *Ninguna justificación sirve para conducir asesinamente, maquinas de matar. Ninguna.


3 de junio 2021.

Se llaman Toni y Mabel. Viven en Zamora, en el edificio EULZA. Mabel es la propietaria de una pequeña peluquería en el edificio. Mar y Ángeles trabajan allí. Toni es profesor de instituto. Toni y Mabel tienen una casita en el pueblo, la heredaron de los padres de ella, hija única. No tienen hijos. Viven en el octavo D. Toni y Mabel son pareja desde siempre, clásica. Pero a Mabel a los 40 se le ha revuelto la vida entera, quizás la edad, quizás las hormonas, quizás los ictus, los cánceres, los accidentes mortales a gente próxima y querida. Quizás la infelicidad de la vida monótona y sin sobresaltos. Toni continúa entregado a las lecturas, la preparación de las clases, la corrección de exámenes, el doctorado, los documentales de ciencias, de letras, de historia, de arte. Mabel fantasea sexualmente con sus clientes, y también con los jóvenes, inventándose historias que no vivió. Toni es de rutinas, piscina, lectura de periódicos, regular y constante. Ella cocina, friega y plancha, de joven le gustaba bailar, cuando salía con sus amigas a las verbenas de los pueblos, a las discotecas, a los pubs. A Toni y Mabel se aproxima una huracán que derrumbará su convivencia. Y se acabaran las barbacoas en el corral del pueblo, y los pinchos morunos, al atardecer, con un corto, no más, en el lugar de costumbre, y mirar desde el balcón al puente del piedra y el discurrir de las aguas tranquilas del Duero hacia Portugal.


2 de junio 2021.

-Hola Loles, si, voy a Torrelavega porque me han llamado para una entrevista de trabajo que tengo a las once, en Eportia asociados, porque ya sabes que estoy en el paro desde hace tres meses, desde que cerraron la empresa en la que estuve trabajando los últimos cinco años, y mi novio, que es el primo de Andrés, uno de los jefes de la empresa, me ha movido esta oportunidad. La verdad no se si me conviene porque ir todos los días hasta Torrelavega me parece un marrón. No se si he escogido la ropa adecuada para la entrevista, pero es que hacía mucho tiempo que no iba a ninguna y cuando he abierto el armario esta mañana pues todo eran dudas. Dice mi madre que me va bien el ocre, pero hoy no tenía nada limpio de este color, tampoco me quedaba nada de blanco, así que me ha parecido que este azul cielo era el que me sentaba mejor. Quería traerme mi novio con el coche, pero con este tiempo que tenemos de frío y viento yo le he dicho que mejor me venía en tren. No he dormido nada por los nervios porque estoy desentrenada para estas cosas, y a mi todo lo que no controlo me pone muy nerviosa y me da por comer. Y esa es otra porque cuando me he ido a poner la chaqueta salmón y la falda a juego, pues resulta que me he engordado y no me valía ni la una ni la otra. Yo no me lo noto, pero la ropa me dice que si, sera poe las pastillaseis que estoy tomando para el colestero. Con las prisas me he dejado el móvil en casa, y es una faena porque estoy esperando que me llamen del seguro porque la semana pasada se nos fue la lavadora y el agua se le paso a la vecina de abajo y es una estúpida, que ya subió el otro día amenazando con denunciarnos…


1 de junio 2021.

Él acostumbra a saludarme en los encuentros de ascensor con esta frase, provocando el interés del resto de los viajeros que suben o bajan: “Tenemos que hacerlo”. En realidad él, Julio, se refiere a desacelerarnos, se remite a una conversación larga e intensa que tuvimos en febrero, en el Anderu café. “Tenemos que hacerlo”, me dice sugerente y provocador, y las mentes de nuestras acompañantes ya imaginando escenas de sexo explicito, cada cual según su escafandra. Esto ocurre en el cubículo en el que a veces coincidimos, el del edificio Dasteué, porque él trabaja en la oficina de la planta 23, y yo, en la planta 14. La diferencia entre leerlo o verlo en audiovisual, es que tú ahora te imaginas el resto de los detalles del momento y el lugar, a tú manera, con la libertad creativa que te roban los guionistas que graban en imágenes. Para restarte independencia y soberanía, quiero que a estas palabras les pongas de banda sonora, el“Relax, Take It Easy” de Mika, el que ayer baile con Marga en el Ozoe Music Club. “Tenemos que hacerlo”, en abierto, en público y privado, en todas las posturas, con todos los ingredientes, a todas horas, sin control, apasionadamente, disponibles, y ya vamos tarde para hacerlo, ¡desacelerarnos!


31 de mayo 2021.

Listo e intuitivo, Amador siempre supo que sería un empresario de éxito , ahora les llaman emprendedores, y desde que cruzó la adolescencia fue explorando la forma para triunfar. De buen paladar, también supo que nunca tuvo gustos baratos y se dispuso a alimentarlos con facturaciones de altura. Delgado por nervioso, conquistador por el uso fácil de la palabra y las frases, inquieto por naturaleza, y fiable por cumplir al detalle los acuerdos y los compromisos, a los 24 ya vivía en el ático de tu calle, habitando esos 200 metros que aun le quedan grandes. Rapido de reflejos, ahora práctica el running, generoso y con cerebro para los cálculos, las estrategias y las operaciones, translada este mes la oficina a la planta sexta del edificio de oficinas, calle Dasteué 47. Garxía, construcciones, promociones y soportes dice el rótulo en el portal, en el buzón y junto al ascensor, en la papelería de sobres , y en la página web. Heredó de su padre la maestría para las relaciones comerciales y de su madre el olfato para distinguir entre lo conveniente y lo no adecuado. A todos nos gusta manejar cientos de miles de euros en depositos bancarios ,acciones y propiedades, él los tiene. ¡Y que te voy a contar!, Ruth que no es tonta, allí quiso quedarse después del primer polvo circunstancial.


30 de mayo 2021.

Porque he tenido un sueño loco, busco pretextos para callejear por este barrio. Dijeron mis fantasías nocturnas que para superar las heridas del divorcio, encontraré en los próximos días, semanas o meses, una historia singular con la desconocida aun, en este barrio. El relato contaba en pequeños detalles los sucesos emocionantes que acontecían después de un primer encuentro. No recuerdo ni donde ni como. Poseido por ese sueño ilusionante, circulo cual explorador por los cafés, fruterías y carnicerías, las tiendas chinas y golosinerías, las plazas y parques cuando no llueve, y también los centros religiosos y de salud. No me es posible transitar por oficinas bancarias ya que realizo estas ocupaciones en horarios y días de fin de semana. De lunes a viernes, trabajo hasta muy tarde y no puedo dedicarme a la tarea, ahora, la más importante de mi vida: encontrarla. He pensado en colocar por los portales de viviendas y en las farolas y en las tiendas, un anuncio que diga “He soñado que vives en este barrio y que cuando nos encontremos pasaran cosas felices. Llámame”, pero la he considerado una idea estúpida no recomendable para alguien inteligente y adulto como yo. Si me pides más datos que retraten su rostro, que dibujen sus curvas, no sabría decirte. Si hay rastros. Ella es positiva. Es divertida y tierna, íntima y lúdica, alegre, dulce, vital y creativa. Sin zonas escondidas ni oscuras. Y honesta. Muy honesta.


29 de mayo 2021.

Yo era muy joven, ella muy mayor. Me subió a su casa pero después de cruzar la puerta de la entrada se me disolvieron las ganas, y eso que yo hasta el rellano subía con muchas, acumuladas, contenidas, desbordadas, frenéticas, muy ansiosas. Sintiendo palpitaciones y respiración. Yo subía con las zapatillas, pantalones, slips, calcetines y camisa blanca. Al abrir, con el tufo que llegaba desde la cocina contuve el respirar, y avanza…mos rápidos hasta el salón para sentarnos en el sofa, bajo el tapiz con los ciervos. El sofa de amapolas, cubierto con almohadas y manta, desgastado, llevado hasta allí a través del túnel del tiempo, rescatado del castillo feudal de sus antepasados, combinando con dos butacas huérfanas, entristecidas, difuntas, que solicitaban desesperadas su jubilación. Frente a nosotros la fotografía de sus abuelos, mirándonos, desde el siglo anterior. Me ofreció una cerveza, buscándome y haciéndose rozar, y con las manchas que ensuciaban el vaso, me fui recolocando asustado, pero aquello sin ser maleducado ya no tenía vuelta atrás. Allí donde se entretenían mis ojos mirando, encontraban pretextos para escapar y olvidarse de entrar en las intimidades previstas. Se quitó los zapatos para ponerse cómoda, volvió con unas zapatillas rotas rojas que combinaban perfectas con todas las antigüedades que nos rodeaban en muebles, objetos, cuadros, libros, vírgenes y santos, papeles pintados, lámpara, teléfono, incluida la televisión. Me arrastró por el brazo hasta su dormitorio y me deje llevar para colocarme sobre la manta marrón. Había alli una cama, con sus mesitas, y sus lámparas de siempre, y el crucifijo santificando la habitación, y bajo el edredón unas sábanas blancas de ajuar, con las cortinas cubiertas de polvo en el que fue el lugar de sus padres, en el piso que ella heredó. Y luego fue, porque no podía dejar de ocurrir.


28 de mayo 2021.

La mañana del 11 de junio me levante temprano, quería escuchar otra vez su canción,  la que descubrí la tarde anterior en su concierto , la que me arañó. “Descubrí”, Vanesa Martín. Cantaba a noviembre y yo me había encontrado con ella por su “Frenar enero” , aquel diciembre. Yo recordaré el recital de canciones por “Complicidad”,y por “9 días”y por “Durmiendo sola”y por “Te has perdido quien soy”, y por los otros momentos que dibujaron la tarde. Luego, la mañana del 11 de junio, ya menos temprano, “sin saber por qué”terminé enredándome, limpiando la cocina. Al abrir la nevera para coger un yogurt con Bifidus, me despisté, esas baldas necesitaban la visita de la bayeta. Luego el fregadero. También la encimera. Los cristales. La vitrocerámica. Las manchas resistentes en el suelo. La mesa. Los restos de cereales, legumbres y pasta en el armario. La manilla de la puerta. Las cortinas. La mampara. La cazuela pequeña que utilizo para cocinar las zanahorias. Los mandos de la lavadora. Convendría colocar los cubiertos en la balda de arriba. Los cojines de las sillas. Ordenar la zona de lejías, los líquidos, los estropajos, “a veces la vida improvisa,…”, cantaba Vanesa Martín. El horno grasiento. La lámpara. La rejilla. La repisa de la ventana que da al patio… Y así la mañana del 11 de junio, ya por la tarde, se fue convirtiendo en noche, y me fui a dormir. Absurdamente entretenido. Distraido. Raro. Magullado y herido. Parado. Sin avanzar.


27 de mayo 2021.

A mal tiempo, buena cara”. Si es invierno, si llueve y hace frio en Logroño, si el cielo esta cubierto, si el día viene gris, no es aconsejable comenzar la jornada escuchando Los Secretos. Pues, no. Alejandra, la camarera del Loian, el de la calle Portales, pincho siete temas de Los Secretos para airear el local. Como no. Los doce individuos que tomamos café a las siete y treinta de la mañana, afectados por las canciones de los temas. No es aconsejable someterse a una indigestión, desde tan temprano. Alejandra, es una tía guay, no es ninguna sicodepresiva, pero hoy se pasó cinco pueblos. Y se lo dije. “Los secretos me están entristeciendo”. Pero ella, desde las risas y la confianza que nos tenemos, va y me ignora. Todo empezó con el “Volver a ser un niño”.Crecieron los ritmos, pero no las lamentaciones con “Amiga mala suerte”. Y digo yo, Alejandra, ¿nos ponemos a llorar tan temprano? No, no nos basta con la humedad ambiental. Vi que José Pablose reía cuando le pedí a Alejandra los pañuelos de papel para las lagrimas, el libro de las reclamaciones para los daños sicológicos derivados de la ingesta de tanto sufrimiento y tan temprano, y media pastillita de Lorazepan para combinar con un anisete de anís, pero del mono. Cuando sonaba “La calle del olvido” comenzamos a movilizarnos con la tela y los rotuladores para hacer la pancarta frente a las agresiones sonoras. Alejandra se descojonaba, pero a nosotros nos insuflaba por vena un arsenal de amargura, desesperación, pena y desencanto. Llegó “Ojos de gata”.    Natialzo la voz desde detrás del café exigiendo daños y perjuicios”. Llegó “Sobre un vidrio mojado“. Raúl,propositivo, recomendando tres canciones. Para aquel entonces, con tanta lagrima vital por metro cuadrado, peligro de inundación. Desde la plaza alférez provisional hasta el parque del Espolón, pasando por la plaza del Mercado. Ya solo nos quedaba escuchar el “Y no amanece”.“Colgado”.


26 de mayo 2021.

Te esperaba con el crio en uno de los bancos del parque de La Casilla. Fue ayer. Llegaste divertido y nos provocaste risas. Subimos despacio hasta el parque de Ametzola. Hoy te estuve esperando con el crio, en el mismo banco del parque de La Casilla. Venias alegre y nos sumaste felicidad. Bajamos despacito hasta el parque de Doña Casilda. Recorrimos la acera disfrutando los momentos dulces de esos minutos, cuales protagonista de esos videoclip originales. El crio tranquilo, dejándonos hacer los viajes hacia los parques. Ayer y hoy eran las cinco, y tú saliendo del trabajo, exactamente puntual. Cómo lo harás mañana y como hacemos la mayoría de los días. A veces llueve para rompernos hábitos y rutinas. Vivir es esto, el suave pasar de minutos sencillos en calma. Tomando un café en alguna de las terrazas de las calles, bailando los tiempos domesticados, en el mimar de los detalles, acompañados por los ángeles que nos protegen.  Limpios, inocentes, diminutos, ajenos a las “voces” que canta Antonio Orozco. LLegarán las ocho y subiremos al tercero izquierda de nuestra calle, para bañar al crio, hacer la cena, gestionar los pendientes, y seguir practicando las artesanías revolucionarias de este mundo delicado que hemos construido. No buscamos florituras innecesarias para adornar historias que exhibir. Somos la canción simple inacabada, palabras sonoras, honestas, y un piano por compañía. Por estas calles de Bilbao.


25 de mayo 2021.

Alberto, me divierte quedar contigo porque cada vez me aterrizas con un nuevo modelo en tu colección.  Mientras suena “Ese oscuro objeto del deseo”  de Vertigogo te me disfrazas en underwear con modelos originales de los Ralph Lauren, Emidio Tucci, Emporio Armani, Tommy Hilfiger, Calvin Klein, Hugo Boss, Hernmenegildo Zegna, los Primal, los Enrico Coveri, Diesel, Quiksilver, los Jack & Jones, los Impetus, los Set, los Soy, Guasch, Guess, Ocean, Playboy, Pierre Cardin, Punto Blanco, Rip curl, Adidas, Massimo Dutti, los Dim, Ferrys, Abanderado … Y eliges indistintamente los formatos slip, bóxer medio, suelto o corto. 26 veces que nos hemos encontrado,26 poses. Reconozco también que tu colección de superhéroes me parece excitante. Y reconozco tu excelente buen gusto en la selección de estos y otros ingredientes para las escenografías. Estoy disponible para estas construcciones y composiciones aunque tengamos que unir las costuras con las pequeñas piezas de tela que manejamos. No estuve ni estaré en tu apartamento de Zaragoza pero voy a pedirte en nuestro encuentro de mañana fotografías. Necesito retratos que me muestren la multiplicidad de detalles que perfilan tu identidad en materia de “ ropa interior”. Donde la alojas. Su sistema clasificatorio. Los procedimientos de adquisición, lavado y almacenamiento. El presupuesto que destinas a estos fines. Las coordenadas de tus mapas mentales a través de los que la seleccionas. El proceso como se ha conformado esta tu personalidad. Aunque te rías de mi una vez más voy a caracterizar tu perfil sicológico desde los trazos de tu ropa interior. ¿Lo dudas?


24 de mayo 2021.

La encontré llorando en el parque. Yo venía, y también iba, cruzaba por allí, la vi sentada en el banco llorando descontroladamente sola. El día era cualquiera, yo ya llegaba tarde, andando con prisa porque me esperaban, y ya desde unos metros antes la vi llorar, en plena calle, las tres de la tarde, con un sol de primavera inocente, junto a la calle principal, la que está a la izquierda de la estación del tren. Su edad como la mía, guapa, muy guapa, más bien preciosa, y yo que acababa de escuchar el “Más suerte”de Second,  sonoricé el momento, y con la canción inventé los detalles de la situación. Pensé que ella, mujer brillante, llamada a gestionar causas globales para el avance de la civilización, se había tropezado, de repente, con un improvisado desastre que lo cambiaba todo. No me interesaron los detalles descriptivos de los hechos, se que eran propios de una relación amatoria, intensa. La encontré llorando, frágil y rota. Y yo que en apariencia parezco insensible a los dolores que me rodean, me paré frente al banco para preguntarle qué ocurría. En menos de un minuto, ignorado,  sentí que mi presencia era inútil. No deje de pensar en ella en todo el día. También en mi. No he vuelto a verla. Luego no me contaron.


23 de mayo 2021.

Nos conectó mi amiga Manoli, mi compañera de trabajo, su vecina de portal. Nos miramos a los ojos el 25 de abril porque Manoli lo organizó todo para que coincidiéramos. Nos encontramos en el Erebur café de la plaza Mayor, a las ocho, hace tres años, y los tres fuimos puntuales. La excusa fueron mis habilidades para los problemas con los ordenadores, y Violeta llegaba sin recursos y con el ordenador infectado por un virus de esos. El mes siguiente, ya nos habíamos citados tres veces, sin Manoli, y ya sabía que Andrés Suarez, era su cantante de cabecera, tanto, tanto, tanto, que yo semana a semana continué alimentando mis celos inocentes, inocuos, por él. “Justo, te amo”, me susurró en el puente de Santa María, sobre el Arlanzón, seis meses después, era octubre, frio, pero sin lluvia. Violeta vive en la calle Lavaderos más cerca de la calle Santa Bárbara que de la calle Doña Constanza. Y desde aquel entonces fueron corriendo los segundos, los minutos, horas, días, meses, estaciones y años, para conocernos en los detalles, para distanciarnos. Y así me fui convenciendo, no es saludable insistir en lo que no nos conviene. Y tuve que decirle“Adiós”,Con la canción de Andrés. 


22 de mayo 2021.

José Luis fue siempre un puto miserable, acomplejado e incompetente, se entrenó en todas las tretas para mediocre sobrevivir con éxito, triunfador. El muy cabrón, sin escrúpulos, además de parásito, lameculos, jeta, zángano y corrupto, es un trepa miserable, un inútil envidioso, un soberbio y un chulo, vengativo y tramposo, un gilipollas miedica y cobarde, un tipo sucio, un mamón. Es uno de mis jefes en la empresa, desde hace 10 años. Es ex de Laura, mi novia de ahora. Es el padre de Javier. Laura y yo llevamos dos años juntos. Javier tiene ocho años. Lo que yo me pregunto y te cuento es qué vio Laura en él, porque fueron pareja quince años y aunque ella y yo estamos muy bien juntos, yo no dejo de olvidarme que ella estuvo con él. Yo le pregunté, ella me dijo que estuvieron muy bien, hasta que ella se desenamoró. Yo le pregunté, y ella me ha ido contando sin tapujos los momentos, los lugares, los secretos, los detalles, mas de lo que yo querría saber. A veces le envidio por lo que fueron y nosotros ya no podremos ser. José Luis fue siempre un embustero, un embaucador, un farsante, un zoquete.


21 de mayo 2021.

Parecía que todo iba bien entre nosotros aunque en realidad todo era una farsa. Los lunes, miércoles, viernes y domingos quedábamos para pasear por la bahía, los martes, jueves y sábados ella quedaba con Javier, un tipo de Santillana del Mar, en un chalecito muy mono al que iba a media tarde para pasar la noche. Marisa vivía y vive en Torrelavega, yo en Solares. Parecía que nos entendíamos, en realidad yo soy un pobre bobo necesitado de sus encantos, y ella una mujer hermosa. Cuando supe de sus engaños yo me sentí afortunado, con el pasaba tres noches, conmigo cuatro tardes, pero luego computé las horas y con él hacía mas. Disfruté unas vacaciones en Gijón y otras en Pancorbo, y seis meses de novios, y ahora me pregunto porque no me eligió a mi, aunque entiendo que yo no estoy a su altura, ni por chalecito, ni por empleo, ni por familia, ni por encantos, ni por círculo de amigos, ni por cultura ni atractivo, en realidad yo tengo poco que ofrecer. Y ahora me pregunto por qué estuvimos juntos seis meses. Tal vez sintió lastima y quiso hacerme el regalo de su compañía y yo era su buena acción solidaria con un pobre señor desvalido.


20 de mayo 2021.

Candela es la esposa de Bernabé. Ella no es de las más guapas del barrio, pero es amable, inteligente y elegante, muy competente para marcar objetivos y hacer los dibujos, la ruta y las operaciones para lograrlos. Eligió a Bernabé en el instituto y fue a por él para seducirlo y conquistarlo. A los 23 ya vivían juntos en uno de los pisos de los padres de Candela , después de casarse reglamentariamente. Ella es una de las tres hijas de una familia con tradición y rentas, en Ávila. Candela regenta ahora uno de los tres negocios familiares. Hoy no quiero contarte de estos asuntos de empresa. Los padres de Candela no tienen pueblo, porque son del Ávila histórico, de toda la vida. La pareja con sus tres hijos, estuvieron el fin de semana pasado en Gredos, y durmieron en ese hotel tan recomendable del que te hablé. Fueron en el coche, a ratos conduciendo Bernabé y a ratos Candela. El domingo por la tarde tomaron café con churros en el Aburu, las atendió Pili, la camarera. Es nueva en el oficio. Y porque Pili derramó la bandeja con el café sobre la blusa de Candela, todos pudimos descubrir la humanidad y la grandeza de Candela. Había otras 17 personas en el café cuando sucedió el incidente. Todas comentaron la naturalidad y la dulzura con la que Candela respondió a los desafortunados hechos. También Marian. 


19 de mayo 2021.

Cuando rompió con Noemi, Satur comenzó a explotar aquella reputación de amante que tenía, y es así como su nuevo domicilio de soltero ha pasado a reconvertirse en una especie de McDonald’s del amor, muy frecuentado, en horarios de tarde y noche, y proveedor de menús con postre. Lo de Noemi y el romper con Satur fue una de esas tontadas, niñería diría yo, de chavalita mal criada, para llamar la atención, buscando le bailasen un fandango con castañuelas, con mucho de “hazme mucho casito”. Lo de Satur fue un “porque yo lo valgo”, y ahora vas y te lo pierdes y ya lo lamentaras porque no vas a encontrarte mas de esto en otros lugares de por ahí. De Satur y sus habilidades amatorias ya se hablaba en la barriada desde el bachillerato, pero se lo agenció Noemi en primero de carrera y se lo quedo para ella solita. En el bloque fue muy comentado lo de los recitales nocturnos con bises y taconeos incluidos. Ahora lo de Satur es digno de contarse, con números y con palabras. Es muy comentado entre nosotras, las gentes del lugar, el protocolo de actuación que sigue Satur. Quedan en el Eulza, el bar de su bloque, a la hora establecida, y desde ahí proceden a la secuencia de hechos, con recital y seguidillas incluido. Dicen los del patio de vecindad que su banda sonora de ahora para los momentos estelares es el “Blame ”  de Calvin Harris y John Newman. 


18 de mayo 2021.

Regresaba a casa, y entrando en el garaje “Ismael Serrano y Nach” me han cantado “Ellas”. En el móvil tres llamadas perdidas que no quise contestar. En la mochila los restos del naufragio de ayer. En las suelas de mis zapatillas, el cansancio acumulado desde el sábado, y las heridas y las huellas en las marcas de mi camiseta verde y sucia, sin cambiar desde el viernes. “Solo se que veo todo negro”, lo canta Naranja, no lo digo yo. Loli quedó en el hospital con sus padres. La niña con los míos, y yo mañana a trabajar. A Loli la atropelló un coche el viernes y ya no es la misma desde ese preciso momento. Lo siento, se que esperabas te contase una historia alegre, pero no hay un pronostico favorable para evitarme las lagrimas, esto es lo que hay, y problemas tenemos todos. No tengo apetito, hoy el desorden de nuestra casa que tanto lamentamos el miércoles me parece una profunda estupidez. “¿Cómo se sale del agujero?”, lo canta Naranja, no lo digo yo. Las llamadas eran de Satur, de Urbano y de Maxi, ya les habrán contado y querrán acompañarme. “Es suave la voz”, de “Mi capitan”, la canción de Loli, me suena ahora en la cabeza. La amo, y no podré vivir sin ella.


17 de mayo 2021.

“Alberto, te has ido convirtiendo en ese saltimbanqui que canta y baila entre pretextos, parámetros y expectativas” me dijo Esther forzando la voz para que se la escuchara bajo el“Lusf life”de Zara Larson. En el Vanoa café, ¿ dónde si no ? Y luego subimos a su casa y retozamos un rato aun a sabiendas de que lo que hacíamos no era lo prioritario en nuestras vidas, ni en las de sábado ni en los planes estratégicos u operativos de cada cual. Finalizamos las tareas y en la misma cama reflexionamos en breve sobre la situación de la economía mundial, me vestí, y amablemente me despedí porque los críos pasan el domingo conmigo y su madre me los llevara a las ocho. ¡Siempre con pretextos! remató Esther la faena. Porque vivimos a quince minutos, de puerta a puerta, regresé caminando. No pude evitar analizar los parámetros de nuestras relaciones íntimas, las de hoy, las sextas, considerando contexto, circunstancias y consecuencias. A la altura de la frutería Urbae, me cruce con Juan y Rosa y no pude evitar seguir pensando. ¿ Por qué alguien como Rosa no me eligió a mi? ¿Por qué alguien como Juan tiene un trabajo tan interesante? Y giré y giré dando vueltas a estos bucles de pensamiento errantes.

 

16 de mayo 2021.

Olvido, la hermana de Rosalía se casó con Beltrán. Rosalía, la hermana de Olvido se casó con Amador. Beltrán tiene 56 años, Olvido 55, Amador 52 y Rosalía 51. Las dos parejas tienen dos hijos, viven en Santander y pasan casi todas sus tardes de sábado juntos: callejean, hacen compras, raramente van al cine o al teatro, nunca a conciertos ni exposiciones, y frecuentan el café Anderu. Olvido es enfermera, Rosalía florista, Beltrán abogado y Amador electricista. Algunos fines de semana viajan juntos. Juntos hacen también algunos días de verano, Navidad o Semana Santa, en la casa familiar de Olvido y Rosalía en León. El café del sábado pasado en el Anderu fue denso en palabras. Rosalía y Amador le contaron a Olvido y Beltrán, que Nadia, su hija mayor, 26 años, está embarazada de su novio Yerai, 31, y cada uno de ellos, con pasión, desde los amores de padres y tíos se fue manifestando. “Ni tienen trabajo, ni tienen ingresos, ni tienen ahorros y aun residen en las habitaciones familiares”. "Pero si se conocieron hace seis meses". Rosalía fue madre con 25, Amador padre con 26, pero por aquel entonces ya estaban casados, y tenían trabajos y pagaban las letras del piso. “Nos enteramos ayer”, comentó Amador. Eran las doce y media, aun sin cenar, y esta larga conversación que arrancó a las siete, tan solo había comenzado.

 

15 de mayo 2021.

Él era uno de esos chicos que creció entre barras y bollos de pan, palmeras de chocolate y coco, cruasán,… por eso cuando leyó el cartel para protagonizar el anuncio televisivo de las panaderías Panekia, rápido no tardó en ofrecerse. Y fue seleccionado. Él, Javi, lo disfruto, y más cuando supo que “Al respirar” de “Vetusta Morla”, era la banda sonora. El video, que dura un minuto, es una historia con las imágenes de un chico urbano de ciudad que crece, y cruza calles, y mira, y se encuentra con personas que llevan tartas y barras y bollos de pan, y palmeras de chocolate y coco, cruasán,…Es la historia de cumpleaños infantiles, y de fiestas, y de momentos de intimidad, de urgencias, y de momentos tranquilos, a ratos con sol, con lluvia, con nieve, de primavera, de abuelos en sillas de ruedas y con bastón. En la historia hay estudiantes, y chicas con besos, y luces después de las sombras. En la secuencia final, emocional, porque así son estas cosas, hay una barra de café, con Javi pensativo, parece preocupado, interesante, distraído, y una tele encendida, el camarero en la barra, ellos que leen el periódico, los boletos de lotería, y de fondo dos barras de pan, las palmeras de chocolate, los bollos de mantequilla. El ocre es el color. Cierre y final. “Panekia, panaderias. Contigo. Aquí. Todos los dias”. 

 

14 de mayo 2021.

Yo cogí el tren en Logroño, ella en Zaragoza, el azar nos colocó en asientos contiguos, el suyo con ventanilla, destinos Barcelona, y por aquello de lo que indica el manual de autoayuda, me arranque en una conversación: “Te llamás Eva, como mi hermana, un nombre precioso, el de mi hermana lo elegí yo”. Y como dice mi libro de cabecera, es en esa primera respuesta donde se abre o cierra una primera oportunidad. Yo supe de su nombre por una etiqueta fucsia que colgaba de su maleta verde. “El mio lo eligieron porque mi abuela se llamaba así”, respondió Eva. Y así nos lanzamos a una conversación fluida hasta que llegamos al destino final, puntuales. Nos tomamos dos cafés en el vagon de cafetería. “En el Ave con Eva”, pensé titular la historia, si yo fuese escritor. Al salir del vagón yo le entregue mi tarjeta azul con mi número de teléfono y whatsapp, también mi correo electrónico, ella no. Porque Eva me había dicho que se quedaba todo el fin de semana en Barcelona, y que regresaba el lunes, y que no tenia planes organizados, y que viajaba sola, yo esperé tener noticias suyas. Parece que no pudo ser. En el viaje de vuelta no hubo conversación, porque no hubo ninguna Eva. Para cerrar con un final dulce esta historia, "estoy seguro que ella perdió mi tarjeta azul, una pena".

 

13 de mayo 2021.

He soñado que mi amiga Maribel y su novio alquilaban un piso para las vacaciones en Madrid, y que iba a pasar unos días con ellos, y en la casa había mucha gente, y también el propietario, agresivo y enfadado, que me reconocía porque decía haberme visto robándole fruta en su frutería a través de la videovigilancia del local. Lo soñé, de esa manera en que luego recuerdas los sueños, de una forma extraña y febril. En realidad yo también estaba tumbado en una cama pequeña, en mitad del pasillo, y delante de mí deambulaba la gente. Se lo conté a Marisa, y ella interpreta que la cama es mi ataúd, en el tanatorio, rodeado de gente. Y el frutero era Dios o San Pedro, ajusticiándome. Yo le respondí a Marisa que no soy un ladrón, y menos de fruta, y que solo le robé unas láminas del cuaderno de dibujo a mi compañera Marta, en la EGB. Y que Dios y San Pedro no son justicieros sino paternales y misericordiosos. Se lo conté a Isabel, ella interpreta qué necesito vacaciones o que Madrid me fascina, y por eso. Se lo conté a Alberto, el interpreta que estoy muy preocupado por la inmigración, de ahí la multitud conviviendo, y que el frutero es una figura de autoridad: la policía, y que yo empatizo muy bien, también con el drama de los migrantes hacinados. Paula dice que amo a Maribel, la que me invitó a su piso, y qué para evitar el conflicto amoroso con ella, el sueño se inventa un conflicto con el propietario frutero. Carlos me pregunta si se identifica en el sueño qué frutas robé, ¡y yo que sé! Iván me pregunta por los rasgos del frutero. Joaquín me pregunta la hora de los hechos en la vivienda. Ahora soy el hazmerreir de todos. No debí contarles nada.


12 de mayo 2021.

Estábamos llegando en tren, una vez más. Nos entreteniamos mirando por la ventanilla el mismo paisaje de siempre, pero ese dia era distinto. Enero del 17, Arévalo. Volvíamos de Valladolid, en sábado, porque era habitual bajar no menos de dos veces al mes a la capital. Habiamos pasado el dia de compras y vagueando por ahi, incluyendo comida y cuatro visitas a cuatro locales de cafés, refrescos, vinos y tapas, uno de ellos el Vanoa, el de mi prima Mari, a la que habíamos avisado que iriamos. Nuestros hijos, Nuria y Javier, siempre con el movil. Él 19, ella 17. Yolanda, mi mujer, también. Pero ese dia era distinto porque todos conociamos que el Tac me habia dicho lo que no queria oir, y que el jueves me operaban y que el fragil equilibro de vivir tranquilo podía quebrarse por mi nueva enfermedad. A los Acuario tampoco nos gusta vivir con cancer. Y a las Libra y el Sagitario, acomodados a la vida de continuidad sencilla, facil, sin estridencias, la novedad de un padre y un marido necesitado de atenciones, cuidados y cariños, no les venia bien, ni entonces, ni ahora. Cuando el tren paró en la estación, yo continuaba pensando en ello, como ahora. Aquel cancer evolucionó favorablemente pero es mejor no pensar algunas cosas.


11 de mayo 2021.

Hoy coincidí con cuatro varones en el vagón de metro, a las 18.14, regresando del trabajo a casa. Dos con pantalones largos, dos cortos. Uno de ellos con reloj naranja. Ni idea de sus nombres ni de sus edades. El de 60 años, preocupado. El de 24, leia en la tablet. El de 45, tambien. En de 32, jugaba con el movil. Los cuatro en zapatillas. Ninguno con camisa, uno con camisero, dos con camisetas. Los cuatro sin barba, el de 24 con patilla larga. El de 60, practicamente calvo, los otros, de pelo, bien. Los cuatro sin gafas. Dos con mochila, uno con un pequeño bolso, el otro.con todo en los bolsillos de pantalón. Ni conversaron con nadie, ni observaron a ninguno de sus compañeros de viaje. Ninguno de los cuatro candidato a un premio de belleza. Ninguna señal sobre sus vidas. Supongamos que el de 60 se llama Juan,, y se le aproxima en diciembre la jubilación. Supongamos que el de 24, Manu, prepara oposiciones para maestro. Supongamos que el de 32, Iván, es peluquero en su día libre, los lunes. Supongamos que el de 45, Ernesto, trabaja en una carpintería, metálica. Hoy ya es el primer lunes del otoño, 89 dias serán. Quise inventarme sus próximas vidas. Al de 60 le enfermará la mujer, de repente, y será grave. El de 45 conocerá a Isabel, ¡inolvidable otoño! El de 32, ¡por fín el embarazo! Para el de 24, pasará el otoño y llegará el invierno, asi sin más.


10 de mayo 2021.

Yo no quería nada familiar ni de pareja con Mónica, pero tracé un plan para acostarme con ella. Y funcionó. Me costó tres meses diseñar y gestionar un itinerario estratégico, excelente diría yo, pero el 7 de julio, San Fermín, alcancé los objetivos propuestos. Es casi seguro que no volverá a repetirse, pero Mónica ya está en mi colección. Dice Lucio, mi terapeuta, que reflexione sobre mi conducta, pero a mí, aunque pueda parecerte inmoral, me satisface. Y mucho. Disfruto conquistando. Es divertido juguetear a descubrir sus puntos vulnerables para acceder, y manejar manipulando la atención a necesidades y demandas. Como en los negocios. Mónica es mi compañera de empresa. Mónica quería sentirse reconocida por sus atributos no sexualizados, y yo estuve atento para revolver resolviendo. La consulté mis operaciones comerciales más significativas. Compartí confidencias de clientes. Aplaudí sus éxitos en ventas. Alabé sus decisiones, sin ser un imbécil, con criterio. Le enviaba mis tablas, mis gráficos, mis balances, y lo adornábamos con comidas, meriendas y cenas, también algún desayuno. Apoyé sus deseos de trepar en la empresa, la hice sentir brillante y única, mientras yo criticaba mis defectos, mis límites, mi incompetencia. La deje dominar, dirigir, marcar, establecer, hasta que ella tomase la decisión que yo ya había tomado. En la tarde del 7 de julio, después de la reunión, me invitó a subir a su piso y me deje llevar. Ocurrió tal como yo había planeado.


9 de mayo 2021.

No tengo palabras ni gestos para ayudarte, para acompañarte en lo que sientes en este momento difícil en el que estas. No, no las tengo. No puedo, no se, no me enseñaron, soy un inútil, incapaz, incompleto, limitado, un impedido. Tengo una palabra, “respirar“, y luego el silencio, “para respirar”. En la radio del coche “Bebe y Pablo”, cantan, “Respirar”.  y yo atascado por la nieve en dirección a Madrid, en la autopista, 19,34 horas, y las noticias no resuelven mi fragilidad. Frio en el coche, y soledad. No tengo energía ni luz para llevar a tu lugar emocional de ahora. En la mochila roja, junto al vacío del asiento de copiloto, los regalos de la Navidad, también el dibujo infantil de Cris, sus garabatos coloreados, no te contaré de ellos, hoy no me quiero desnudar. También tu postal con el “Gracias”. También tus palabras en la servilleta: “…cada uno en su universo…”. También tu libro que provoca mi curiosidad, mis atrevimientos, mi creatividad. Detenido en la noche, en mitad de la autopista, sin velocidad, aislado, dependiendo de las fuerzas climatológicas, bajo sus dominios, en total sumisión, entregado, sin protección. No tengo palabras ni gestos para ayudarte, “pero lo estoy intentando”. 


8 de mayo 2021.

Lo que Ibon y Arrate no sospechaban es que después de divorciarse de sus respectivas parejas fuesen a conocerse, y que Igor, el hijo adolescente de Ibon, y Eneko, el hijo adolescente de Arrate, fuesen a conocerse también, y a hacerse amigos, compartir planes y confidencias, fiestas y festejos, descubrimientos y aprendizajes, zozobras, tempestades, aventuras estacionales y riesgos. Lo que Ibon y Arrate, padre y madre, no tenían previsto es que Igor y Eneko, de 14 años, el uno de marzo, el otro de setiembre, manejasen bien la ruptura de sus progenitores, creciesen con el encuentro de sus nuevas parejas. Fruto de esta unión entre ambos, han ampliado mundos. La complicidad entre sus hijos es tal, que Ibon y Arrate llegaron a pensar que aquello estaba próximo al enamoramiento , “de eso nada”, resolvieron los dos entre carcajadas al ser preguntados. En el Goizaga café, escuchan hoy los cuatro el  “What About As”de Pink. Lo que Ibon y Arrate quisieron siempre fue resolver sus rupturas con madurez para no perjudicar a sus hijos. Responsables y sensibles con sus excompañeros de vida. Padre y madre ya habían aprendido que avanzar es cicatrizar con dignidad. Padre y madre ya habían descubierto que los finales son también principio para historias de oportunidad. Padre y madre ya habían sentido que sumar es siempre mejor que restar.


7 de mayo 2021.

Quedé con Luis a las 9 en mi casa, para cenar y celebrar mi cumpleaños. Llegó puntual como siempre, con mi regalo. Yo también tenía algo para él, lo traje de mis días de vacaciones en Santander. Para mi un bolso de esos que me gustan tanto, rojo como el sofá, como mis zapatillas y calcetines, como las cortinas del baño, las sábanas del dormitorio, y mi coche. Para él, una fantástica lámina enmarcada con el faro de Santander. Tú ya sabes que no soy nada delicada para estos asuntos de la cocina, y tampoco queríamos cenar por ahí, así que la sección de platos cocinados del centro comercial me fue de utilidad: ensaladilla de Arévalo, mejillones a la salsa revolcona, croquetas marinas, con tropiezos de calamar, de pulpo, de merluza, y la tarta de Zeguá. Para las 10 y 11 ya estábamos en el sofá, bajo la manta, roja también. El roce hace el cariño y las caricias activan la pasión….Después de todo aquello, a las 11 y 22 repetimos con la tarta de Zeguá. Cuando volví al teléfono silenciado, en el whatsapp, 24 mensajes de Marian, y once llamadas. Pero con el último mensaje ya era suficiente, “Lucía ya está en el quirófano, parece que la óperación no será fácil.


6 de mayo 2021.

Aquella mañana Asier no tenía ganas de comer. Estaba enfadado. A todos nos gusta meter goles pero resbalarse delante de la portería de aquella manera tonta le enfadó. No podía echar la culpa a sus zapatillas. Tampoco al césped del campo. No le empujaron. No tenía fiebre ni estaba enfermo. Sus piernas que eran suyas, fallaron en el momento de chutar. Algunos que miraban le gritaron torpe. iPero si soy un niño!-pensó. Otros le miraron con enfado. Pero nadie estaba tan enfadado como el mismo. Asier falló. Y a tres minutos de acabar el partido que su equipo perdía, se acabaron las oportunidades. Asier no es de llorar, pero aquel día lo hizo. A escondidas. Con rabía. En una esquina. Al lado contrario del vestuario. Mientras pensaba que nadie le veía se acercó Lorea. En uno de esos momentos mágicos de los que no hay muchos. Él a lo suyo, no la vio llegar. Ella le dijó, en bajo pero le dijo: “Asier, también me gustas cuando fallas”. Pero él, enfadado como estaba, no la escuchó. Y es que a veces cuando hay sol buscamos la lluvia y cuando llueve nos empeñamos en usar sombrilla, bronceador y chanclas de playa.


5 de mayo 2021.

Javier. Si quieres que te diga la verdad, no tengo ningunas ganas de hacer planes con alguien incapaz de resolver los problemas de convivencia como tú lo haces. Puedo pasar por alto tus debilidades, dificultades, limitaciones y carencias afectivas. Pero de ninguna manera estoy disponible para el maltrato sicológico al que me sometes simplemente porque tus sueños de triunfador de chiringuito han sido, son y serán irrealizables. Como dice mi madre más vale haber perdido veinte años de mi vida contigo que perder la cabeza empastillada día sí y día también. Ya me dijo tu hermano en Arévalo que era una patología de familia, pero ancha es Castilla para volver a enamorarme de una persona que esté en su punto correcto de ebullición. Tómate unas yemas de Santa Teresa, por si tienes la suerte de que sean sanadoras y te reparen la locura pero hoy me veo en la obligación de lanzar este comunicado oficial. “Javier y Susana dan por finalizada su relación matrimonial. Ávila a once de noviembre de 2014. Dios guarde a usted muchos años.” Hoy ya no me imagino la vejez acompañada por ti, la veo en otros lugares.


4 de mayo 2021.

Me compré una casa aquí en Galanea del Rio, la de la calle Gertrudis Larteca número 14, la escritora de libros de autoayuda que nacio y vivió en este pueblo, la autora de “Las moscas no me dejan dormir”, “No me gustan las paellas con aceitunas”, “Virginidad y castidad laica”, “Tu lugar no esta aquí”, “23 trucos para ser invitada a una fiesta”, “De los nervios”, “Rutinas morbidas”, “La mujer barbuda con alas”, “Biografía no autorizada de Pepa Flores”, “Me gustan grandes”, “Los mejores momentos para bajar al mercado”, “Tombolas, churrerias y puestos de castañas”, “Vete a dormir, mañana madrugas”, ”Anatomía musical de Julio Iglesias” y “Una manera sensata de decir te quiero”. Quizás porque ella nació, vivió y escribió aquí, su filosofía practica para la felicidad se me ha ido contagiando. Me compré una casa aqui en Galanea del Rio, hace ahora cinco años, y la he ido convirtiendo en mi nave especial de operaciones para pensar, sentir y planificarme, y hasta aqui vengo muchos fines de semana, solo. “Aquella primavera, muy decepcionada, aprendi a inspirarme para sobrevivir con los catalogos de Carrefour” escribió Gertrudis Larteca en “Compras, ofertas, descuentos y otras frivolidades”. Ayer, para desenfadarme con el mundo volvi a reeleer sus 183 páginas.


3 de mayo 2021.

Después de bajar las tres bolsas de basura (llevaba un retraso de siete dias) me acerqué al bar, para tomarme tres cañas que luego fueron siete porque me encontre con Tomas. Pasó el camión de la basura, y yo seguía alli, con Tomas y con Paco. Cerraron el bar a las once y me fui con Paco, Tomas y Jorge al otro, porque cierra a las doce. Allí estaba Raúl con García. Ya eramos seis: P, T, J, R, G, y Antón que soy yo. Hacia frio, lo normal, estamos en enero. Y yo sin cenar y con diez whatsapp y mensajes en el movil sin contestar. El de Nuria, mi novia que la llamase porque tenía algo urgente que contarme. El de mi padre, para hablar mal de mi madre. El de mi madre, para hablar mal de mi padre. El de BBVA, que la cuenta esta en descubierto. El de mi jefe, que mañana no vuelva, que el pone las normas. El de Loren, que necesita la pasta que me prestó. El de SEUR, que mañana me llega. El del abogado, que el asunto tiene mala pinta y que pueden caerme tres años de carcel. El de mi abuela, que me habia olvidado felicitarla. El del taller, que la moto ya esta arreglada. Me subieron a casa a las tres, borracho perdido.


2 de mayo 2021.

César. Es 2 de mayo, San Segundo. Te propongo que te levantes de la cama y provoques a tus 15 vecinos. Te propongo que mejor a las seis y media que a las siete. Enciende el equipo de música . El volumen al máximo. Para que suene Love of Lesbian, “1999”. Para que lo escuchen todos cuatro veces seguidas aun con riesgo de aporrear tu puerta enfurecidamente “Ya no hay ganas de seguir el show ni de continuar fingiendo”. Para que se escuche en tu barrio, en todas las calles de las flores: flor de loto, jazmín, lirio, azucena, crisantemo, gardenia, caléndula y magnolio. Para que se escuche en todos los locales de cafés, en las fruterías, carnicerías, en las peluquerías. En las iglesias, palacios y capillas, tambien en La Santa. Desde el Adaja y los puentes. Para que se escuche desde el santuario de Sonsoles y en las habitaciones de hotel. Desde la ermita y la capilla de San Segundo. En San Jose y La Encarnación, en los cuatro postes, en cada una de las puertas de la muralla. Y en las plazas. ¡Libera tu furia! ¡Sácala! Para que lo escuchen en todos los lugares que ofician misas tempranas. ¡Expulsa tus porquerias! ¡Grítalas! Te propongo que luego continúes el ritual estúpido. Te propongo que recorras las calles frías reivindicándolo. Abre las ventanillas del coche para que todos escuchen la canción mientras susurras lo que quieres decirles. Pronuncia una palabra en cada una de las calles. Avenida de los derechos humanos. Avenida de la juventud. Vereda de las mozas. Calle Bilbao. Paseo Santo Tomas. Paseo San Roque. Hornos Caleros. Paseo de la estación. Y en Vallespín.¡Encuentra las palabras exactas! ¡Y confiesa! “Esta canción. Contenedor de palabras melodizado. Me cruje. Desde la tercera uña del pie izquierdo, que por cierto esta para cortarse. Pasa por el citoplasma, y la membrana y el ADN de todas mis celulas, (y me acuerdo de tu examen de ciencias). Y llega a mi neurona verde herida dolida que finge porque conoce los trucos y perdío la inocencia y no puede encontrar la magia que se esconde en el lugar que estoy buscando”.


1 de mayo 2021.

Me sentí como un objeto roto, estropeado, inutil, vacio. Cuando dejé de interesarle me sentí aun más fragil de lo que siempre fui, simplemente estupido. Nuestra relación duró tres añòs, hasta cuando ella comenzó a distanciarse, enfriando las conversaciones, los encuentros, las expectativas y los afectos, el interés por lo que hago, quiero, soy y siento. Luego ya sobraban las palabras y los minutos, y todo comenzó a convertirse en residuo: fotos y momentos, lugares y recuerdos, preguntas sin respuestas. Cuando ella comenzò a marcharse fingimos normalidad aunque soportabamos la tensión de la distancia. Puede que tal vez no soy capaz de estar a la altura de los guiones de amor. Es muy probable que no tenga nada que ofrecer ni regalar. A veces y a menudo me escondo o soy insoportable. Incompetente. Apenas puedo reconocerme en lo que siento pero aquellos tres años fui mas feliz con ella, luego ya después, más dolorido, empeoré, para desconfiar y entregarme menos, y mirar con recelo controlando pasión y entusiasmo, para calcular los riesgos, perjuicios y costes. Cuando Laura se desenamoró de mi para enamorarse de Ramón, yo acepté mi jubilación anticipada, con achaques, más rarezas, y dolencias de prostata y artritis. Pero asi es la vida.


30 de abril 2021.

En estado caido por enesima vez en las mismas arenas movedizas de su pasado, Jorge se paro y pego un grito “No, no y no”. Frio en Santander, no como en la foto. No quiere que te cuente con detalle de las zozobras de su mundo interior pero en su paseo en la trayectoria entre la calle Floranes y el barrio pesquero no dejaba de concluir que estaba harto de si mismo pero sobre todo de su nuevo fracaso. Santander hoy con frio. Sonaba Just like a pil lde Pink mientras terminaba de zamparse el medio kilo de repostería La Gallofa en la calle Isabel II. “No, no y no”. Jorge gritaba no a ninguna de las circunstancias existentes que provocaban su adicción. Santander con frio hoy. Jorge aturdido hizo en círculo la manzana urbana antes de cruzar por la plaza de las estaciones hacia el mar Cantábrico. Calle Lealtad, Cadiz, Calvo Sotelo, Somorrostro. Jardines de Pereda, Navas de Tolosa, Calderón de la Barca.“No, no y no”. Ni un solo día más en estos acantilados. Jorge pensó que no hay poderosas razones que argumenten los fracasos que ocultan sus historias. Jorge grito “ Ninguna fractura, quiebra, dolor, ruptura, fracaso, ruido, insatisfacción, ruina, agujero,…puede seguir alimentando esto”. Santander hoy con frio. iEmpezaré a correr y llegaré lejos! Muy, muy, lejos.

29 de abril 2021.

Tenemos como misión registrar de manera minuciosa toda la información relevante sobre los movimientos de cada persona en este barrio, a fin de disponer de datos exactos que nos permitan operaciones mas complejas. Es decir, comercios que abren y que cierran, participaciones de los vecinos en actividades y organizaciones culturales, religiosas, reivindicativas, deportivas,… clientela en los cafés según horarios y reclamos, actos incívicos y raros, horarios, frecuencias, usos. Componentes de cuadrillas, y vínculos de amistad, degustaciones culinarias, excentricidades, opciones y gustos sexuales no masificados, vínculos de parentesco, usos de transporte, frecuencia en compras, domicilios, declaraciones de renta, seguros, donaciones, conductas delictivas, violentas, ultrasensibles. La misión de nuestro equipo, el 435, compuesto por 27 personas, es saberlo todo de este barrio de 11638 habitantes, viviendo en la comunidad, para explorar, vigilar, espiar y registrar cada dato, en una ficha ciudadana, 11638 fichas, digitales. Para en un periodo de tres años, disponer de manera almacenada de toda la información sensible pare efectuar la ejecución. Enfermedades, profesión, consumo de medicamentos, vehículos, vacaciones, relaciones extraconyugales, profilacticos, paseos, regalos, hábitos alimentarios, fechas, rasgos de personalidad, usos tecnológicos, vestuario, preferencias, opiniones, lecturas, éxitos, desengaños, expectativas, frustraciones, aspiraciones, patologías. enfermedades. Y redes sociales, fotografías, contenidos de correos electrónicos, accesos de internet y consultas de google. 


28 de abril 2021.

Estimada vecina, 9º D. Iré directo, es usted muy marrana. No es higiénico que usted deje las bolsas de basura en el rellano de la escalera, junto a su puerta. Yo no tengo porque oler sus desperdicios. Si le va mal dejarlos en el balcón o en la cocina, puede usted metérselos en la cama, a la altura del culo. Estimado vecino 12º A, tiene dos opciones, o se ducha regularmente, o no utilice el ascensor, nos deja un tufo nauseabundo, inadecuado para los horarios de mañana, mediodía o noche. ¡Me vas a asfixiar a los crios! Estimada vecina del 7º C, su pensión de jubilación no incluye como actividad obligatoria cotillear sobre el resto de sus 47 vecinos. Lo sabemos todos, usted es mala y bruja, la evitamos. Estimada vecina del 3º B, la huimos, usted nos aturde con sus monólogos, nos cuenta al detalle sucesos, anécdotas, vivencias, gestiones, procedimientos, muertes, enfermedades y acontecimientos que nos importan un pepino. Estimada vecina del 1ºA. Estas buena, si, pero te lo tienes muy creido, relajate un ratito porque la belleza es efímera y tus encantos el tiempo los disolverá. Estimado vecino del 2º D, eres el mas listo de las reuniones de propietarios, todos nos preguntamos como no has llegado a más, porque tu sabiduría se desperdicia en los asuntos de portal. Estimado vecino del 4ºA, ¡paga las cuotas!, que tu calefacción también consume gas. He dicho. 


27 de abril 2021.

No cambié las sábanas de mi cama en tres meses, las verdes. Lo fui dejando,un dia por otro, luego tres semanas, hasta llegar a los 90 dias. Tampoco la manta gris. Y duermo desnudo. Y no compartí las sábanas con nadie. Y pasé tres resfriados. De octubre a diciembre, el año pasado. Las tardes del fin de semana tengo por costumbre siestear, y en las noches ver la televisión tumbado en ella, y merendar y comer chucherias allí: migas, alguna marca de grasa por las patatas fritas, y de chocolate por los Morenitos. No hago la cama, estiro las sabanas y la manta, antes de entrar para dormir. Ocho de aquellos dias coloqué un edredón. No le di la vuelta al colchón ningun día.Me acuesto a las once, me levanto a las 7. Estuve alli 720 horas, algunas menos, porque 6 noches dormí en otras camas, también sólo, porque viaje a Segovia, Ávila y Toledo. Las sábanas, mitad de algodón, mitad poliester. Una única almohada en esta cama, de 1,35, y dos mesillas con su lámpara. Me muevo mucho al dormir, sin roncar, y para levantarme, por la izquierda. Duro el colchón, como me gusta, sobre el somier con patas, en una cama sin cabecero, los compré hace diez años.


26 de abril 2021.

El mas tonto de la clase se presenta para alcalde, dice que ya ha llegado el momento, que esta ciudad se tiene que modernizar. Me mira desde los carteles de campaña y si él es bobo, lo es más su mujer, y lleva en el partido desde que hizo la comunión, casi tanto como su padre que es de los mandan en el sitio de mandar. Veo sus publicaciones en las redes sociales, promete y alardea, cacarea, se exhibe, engatusa, porque pronto nos toca ir a votar. Yo le conozco porque fue de mi cuadrilla, no es brillante, es un jeta, no es decente, le entrevistaron en la radio ayer, me revuelve las tripas. Hoy entró en mi buzón. Promete dos nuevos parking, un parque, mas empleo, un centro cultural. Leí su entrevista en el periódico, miente, no es su vida la que contó, no dice la verdad. Quiere ser alcalde, yo no le votaré. Parece que va a ganar, maneja su sonrisa, y se hace querer, le dijeron que aproveche juventud y camisetas, en zapatillas deportivas y con humor, que recorra las calles, los bares, las tiendas, que diga lo que quieren oir. Yo le conozco, crecí con él y se de sus valores, escrúpulos, careta, ambición. Y le irá bien. 


25 de abril 2021.

Alex, mi exnovio, era guapo, muy guapo, elegante, inteligente, divertido, generoso, detallista, muy bueno en la cama, gran conversador, ingenioso, fiel, amigo de sus amigos, romántico, hogareño o fiestero, segun la ocasión. Alex era sensible y tierno, familiar y cuidadoso, adorable con los niños, igualitario, travieso y juguetón. Estuvimos juntos cuatro años, vivimos en pareja dos. Alex era un cielo, amable, deportista, aventurero y sensato, todo un amor. Con dinero también. Le conoci con 26, le deje a los 30. Cuando tuve que marcharme, yo ya comía con sus padres y hermanos, y nos ocupabamos de cuidar a sus sobrinos, a menudo, sin obligación. No resulta facil cerrar una relación asi, despedirse de cientos de momentos que fueron y te hacen feliz. No resulta facil ser la pareja de un jefe cruel. Alex era y es el director de recursos humanos, de esa empresa que no te diré. Estuvimos juntos 47 meses, y comencé a sospecharlo desde que Laura me contó del despido de su hermano Miguel. Me lo confirmaron las primeras huelgas, y sus conversaciones de teléfono, y las palabras que usaba para explicar lo que ocurría alli, en esas formas y con esa prepotencia que yo nunca compartí. Vivir es elegir, aunque a veces tus principios sean el final. 


24 de abril 2021.

Ser camarero no es un oficio ideal, pero tampoco lo es ser cirujano, frutero, bancario, barrendero, peluquero, arquitecto o albañil. Lo mejor es ser millonario pero hoy tampoco pudo ser. Dice Marisa mi compañera que ella prefiere ser jubilada, con una buena pensíón, pero lo verdaderamente cierto es que ayer a las once cerramos el Vanoa café. Marisa prepara oposiciones de justicia, yo espero que me retire mi novio, Javier, pero lo verdaderamente cierto es que ayer tuvimos que volver a reir las bobadas de Miguel. Tengo que cortarme el pelo. Ser camarero es mucho aguantar, dice Marisa que ella se prefiere cajera de supermercado y administrar su talento entre barras de pan, yogures, congelados, legumbres y jamón. No es facil, no, yo me prefiero recepcionista de hotel, Carmen, la cocinera, se imagina conductora de bus. Pero lo verdaderamente cierto es que hoy domingo trabajamos los tres, y que a mi el insomnio de ahora no me deja dormir, y que a Marisa, Iker, su novio de ahora, el que vive en Pamplona, los sabados no la deja dormir, y que a Carmen, Asier, el bebé de once meses, no la deja dormir. Nos tocará fingir alegria y vitalidad. 


23 de abril 2021.

Para ser un experto en productos de supermercado hay que pasar muchas horas en ellos, en los pasillos, y leyendo etiquetas, y eso es lo que yo hago. Y probar las novedades. Ayer mismo utilicé por vez primera un spray para evitar los malos olores en el inodoro después de las evacuaciones, me encantó. Hoy mismo probe unas galletas saladas con sabor, o a mejillones o a sardinas o a pulpo gallego. Y no, no soy un friki, por mucho que a las personas inteligentes y curiosas nos ataquen asi. Mañana probaré una crema de verduras de Pakistan, con esencias mediterraneas. Me gusta estar a la última, si, pero no para alardear, y si para disfrutar del acceso a los mejores manjares. Yo tuve una novia simple, bastante tonta, que no exploraba mas cenas que las de bocata de salamí, quesitos, mortadela, salchichas de Frankfurt y salchichón, la tuve que dejar cuando saturó mi paciencia y no quiso probar el gel intimo con sabor ali-oli. Ahora con Oliva muy bien, esta semana probaremos los garbanzos al roquefort, el pan de salmón, el refresco de ortigas, el agua de azucar y el chocolate de morcilla.Mis cestas de productos extraordinarios son recurrentes para los regalos, y mis fiestas degustación un éxito total. Yo no he venido a repetirme en los lugares comunes.


22 de abril 2021.

Llegamos a casa a las 5.46, afortunadamente. Madrugada. Al llegar descubrimos que nos habiamos dejado encendida la luz del baño, desde que salimos a las seis, y nos fuimos a dormir, inmediatamente. Antes, al bajar la persiana del dormitorio con vistas a la plaza de La Inmaculada, mire por la ventana, y me fije en el grupo de ocho que ocupaban la acera, eran Javier y los otros, Elena se quitaba la ropa, con rapidez. Noche de febrero lluviosa en León. Nos acostamos, distantes y enfadados sin nada que decirnos. No podia dormir, por el exceso de copas y actividad, por el desorden de horarios, por los pensamientos invasivos y la presión atmosférica en nuestro cuarto del sexto. Elena y yo llevábamos viviendo juntos dos años, tres meses y once dias. Las tapas acumuladas durante la tarde peleaban en mi estomago: croquetas, cecina, queso,… y las patatas, sobredosis de patatas en sabores múltiplicados. A los veinte minutos de acostarme, mi vejiga reclamó una visita al baño, y me fijé en el bote de champú, abierto, caido sobre la bañera. Los ronquidos de Elena, se escuchaban aun con la puerta cerrada, y su frase colérica, escuchada por Javier y los otros, alojada en mis neuronas desde las 23.23: “Carlos, eres enfermizamente celoso, y así no podemos seguir”. La recordé conversadora y divertida con Javier y los otros, desde las 19.14, en cada uno de los locales del húmedo que recorrimos. Al volver a la cama Elena continuaba durmiendo profundamente.  


21 de abril 2021.

Bailamos “La revolución sexual”, de la “Casa azul”, en la discoteca “Leandro`s”, en Tezunia de Enmedio, después de la boda de mi primo Jairo, con Zulaima, aquel 14 de abril. El 15 me embarazaste en la pensíon “Tanzania”, misma localidad. Coito fugaz, pero de efectos fulminantes. El 16, mi prima Minerva nos acompañó a la estación de tren, para regresar a León y ese mismo dia en el vagón, yo vomité. Lamentable estado para nuestra primera de excursión. El 17 tú querias ansioso quitarme las bragas y llevarme al colchón. Accedi generosa, en gratitud por venirte conmigo a la boda de Jairo, mi primo, por el paripé de fingir ser mi novio. Lo hiciste bien, lo de aparentar ser pareja ideal. El 18 volviste a pedirme la dosis de sexualidad, no hay dos sin tres, y tú orgasmo, rápido, fatal. No resulta facil resistirse, ser compañeros de piso, y amigos, todo es mas rápido despues de empezar. El 19, en el sofá. El 20, mesa del salón. El 21 en la cocina. El 22, ducha con jabón. “Rapidez. Máxima eficacia. Mínimo esfuerzo”. Dicen que a todo te acostumbras. A partir del 28 te colastes en la cama de mi habitación, todas las noches y te me hiciste habitual. Ya viviamos juntos desde hacia tres años, no hicimos ni mudanza, si juntamos los gastos y las cuentas, ahorramos en lavados, también en cocinar. Al mes siguiente, ya sin regla, lo hicimos oficial. 


20 de abril 2021.

En general, en completo, se mire por donde se mire, pues si, sino pregúntale a ella, cuando oí lo que me decías, casi nada, ¿qué pensé?, pues lo mismo que te dije ayer, que con esas pautas y en esos parámetros no te entiendo, que yo quizás no puedo, y que tal vez si lo intento con ganas podría hacerlo, pero que es muy complicado, tambien imprevisible, para hacerlo yo sola sin ayuda de nadie, y tal vez me confundo si te digo que esto es lo que nos conviene pero tomándonoslo en serio, dedicándole tiempo y energía para que salga bien, y no sólo dedicandole el rato que nos sobra y aparentar que queremos hacerlo, aunque no nos conviene tampoco obsesionarnos en exceso porque pasarse luego y pasar sin pena ni gloria nos puede dejar tocados y si la semana que viene nos toca dar la talla con otra cosa igual o parecida puede que ya nos resistamos y le pongamos peros y más peros, aunque una cosa te digo, no hables por mi porque a menudo te equivocas, y si tienes diez minutos siéntate a pensarlo un rato, mejor con un café, y no te olvides de las consecuencias tanto de hacerlo como de renunciar, porque ellos lo están esperando y no podemos permitirnos la estupidez de mirar para otro lado, y menos ahora que dependemos de lo que piensen y hagan para desatascar esta situación confusa. Espero me lo aclares cuanto antes, pero en concreto y en sencillo, sin rodeos, espero intranquilo tus reflexiones, instrucciones, orientaciones, indicaciones, directrices, claves, referencias y dibujos para situarme con más claridad.


19 de abril 2021.

Marta es la cajera del supermercado de mi barrio. Marta López. Se de ella que es muy friolera porque se quejó ayer, lo dijo. Y dijo también que si  tuviera dinero se compraría una moto. Yo compraba jamón reserva de a 22,50 euros el kilo, 150 gramos, y fuet extra (con 403 calorías y exceso de grasa y sal). Yo compraba seis coca-colas, de 200 ml, sin azúcar ni cafeína,y una bolsa de patatas fritas onduladas y unos yogures bio desnatados con trocitos de naranja, sin azúcar añadido pero con edulcorante, y una tableta de turrón, porque aunque es octubre, me gusta comerlo mas ahora. Yo soy Alberto. A Marta la he visto por el barrio con un chico y un perro. En la puerta compré un cupón de la once, de los del sábado que cuestan dos euros con la intención de hacerme millonario esa misma noche. Yo me dije, si me toca este cupón, le haré llegar de manera anónima el 25% del premio a Marta López para que se compré la moto. A Marta López  la cajera, no a la que salé en televisión, la que estuvo en Supervivientes y amiga de Olga, la pareja o expareja de Antonio David, el padre de Rocio hija y el ex de Rocio Carrasco, la hija de Rocio Jurado.


18 de abril 2021.

Vivo en la torre EULZA de Santander, en el octavo C. Tengo 42 años. Me llamo Javi. Vivo solo, me aburro, y he pensado que podríamos pasar el próximo fin de semana juntos, para conocernos. Te propongo quedar mañana a las 11 en el café Español, para tomar un café. Charlamos un poco, nos conocemos, y si la relación fluye la podemos seguir estirando hasta donde sea posible. Te propongo dar un paseo por la bahía, y luego tomar algo, comemos en casa o por ahí. Y así por la tarde, y el domingo, mas y mejor. Si nos entendemos, podemos incluir el sexo, y si no, pues que se le va a hacer. Sin conversación, lo nuestro no será posible. Que sea intensa, profunda, amplia. Me gusta discutir civilizadamente. Soy dentista. Prometo ser sensible y tierno. Prometo practicar cuidados y atenciones. Abstente de llamarme si eres narcisista o egocéntrica, si has pensado en lo nuestro como sustitutivo gratuito de la terapía sicológica, si vas a usarme y tirarme (yo no soy de esos), si buscas un atleta en la cama o una venganza con un ex o con un pro, o si te excedes con el alcohol o las otras sustancias. Tengo coche y soy inteligente (perdona mi poca humildad). Espero un correo-e. tuyo.


17 de abril 2021.

De una manera seminconsciente he ido sumando a mi vida nuevas rutinas, todas ellas prescindibles y casi todas con un coste económico que incide en mi economía mensual, en mi tiempo personal y ocupaciones, Antonio dice que también en la agenda 2030. A partir de una fecha que no recuerdo comencé a limpiarme las gafas con unas toallitas húmedas perfumadas que compró en Mercadona, Carrefour, Dia y otros supermercados, en sobres individuales. Me facilitan la vida porque con ellas me limpio las gafas de una manera rápida, cómoda y muy agradable.  A un precio asequible. También me he acostumbrado a limpiarme el culo tras las deposiciones con unas toallitas higiénicas que garantizan mi asepsia, preservándome de gérmenes infecciosos en la entrada a mi organismo. No bebo agua del grifo, consumo diariamente agua mineral en botellas de litro y medio, de diferentes marcas, que reciclo, depositándolas semanalmente en el contenedor amarillo. Hay gente muy marrana por ahí, yo no, la frescura de unas sábanas limpias es un placer difícil de superar, y por eso las cambio tres días por semana. Y soy un poco vago, por eso prefiero utilizar platos, vajilla, cubiertos, de usar y tirar, comes, y directamente al contenedor de reciclaje.


16 de abril 2021.

A lo largo de los años hemos mantenido diversas guerras, alguna de ellas bastante sucias, entre las 18 familias que vivimos en nuestro bloque de viviendas: 1A, 1B, 1C, 2A, 2B, 2C, 3A, 3B, 3C, 4A, 4B,4C, 5A, 5B, 5C, 6A, 6B, 6C. Entre las 64 personas que vivimos aquí. En realidad, sería ideal que todas nosotras mantuviésemos unos niveles básicos de cordura, de relaciones sensatas y amables, para facilitarnos la vida, pero desde hace ya años nos encanta encontrar pretextos para construir bandos, alianzas interfamiliares, estableciendo focos bélicos, ternos y obstinados en conquistar la victoria. Parecen juegos inofensivos pero son sucesos y procesos dañinos. Hipócritas, por el contrario, nos encanta suavizar estos conflictos de vecindad y aparentar educación y buenos modales, fingimos. En ocasiones es una convivencia atroz. Hace dos meses, Marisa y Lola,  las vecinas del 5A y 5B, se empeñaron en destrozar la honra de Nuria, la hija pequeña de los vecinos del 6C. La que tiene 17 años. Los que pasan mucho tiempo en el pueblo sin ella. Las vecinas del 5A y 5B, envidiosas de la alegría de la chica, encanto que sus hijas no tienen, comenzaron a introducir en las conversaciones con los otros vecinos pequeñas frases inocentes pero muy intoxicadoras con las que tensionar su reputación, haciéndonos creer que eran diarias  las visitas de hombres distintos al piso de la menor en la ausencia de los padres.


15 de abril 2021.

Mi amiga Eva es muy mentirosa. Ayer nos contó que el fin de semana pasado estuvo con un chico, Martín, y compartieron viernes, sábado y domingo en Logroño. En realidad, todos sabemos que estuvo en su piso sin salir. Nos contó que conoció a Martín en Finder, hace un mes, y que dos días después de encontrarse en la red social de los eventos sexuales ya estaban hablando por whatsapp y por teléfono, y con muchas ganas de encontrarse para lo demás. Nos contó que Martín es de Nájera pero que vive en Logroño, en la avenida Solidaridad, y que es ingeniero y trabaja en la universidad. A mí amiga Eva le encanta contarnos los detalles de sus historias inventadas. También los de intimidad. Nos contó que es un chico delicado, cuidadoso y detallista, y que el encuentro fue perfecto, y que tienen ganas de volver a verse y que volverán a verse este mes porque hacen sintonía y complicidad. Nos contó que Martín tiene un piso precioso, pequeño pero elegante, y que pasearon, salieron de noche por Logroño, y conversaron mucho y de todo, y pareciera que se conocen desde siempre. Martín tiene 33, Eva 32. Nos contó que Martín va al gimnasio, y es rubio, y muy guapo, y viste muy bien.


14 de abril 2021.

Ella cerraba los ojos cuando hacíamos el amor, y se dejaba llevar, luego yo supe que pensaba en Ricardo, un amante que tuvo en Cuenca, el verano de 2015, que le duro dos semanas, porque aquello no podía durar, y con el que descubrió nuevas dimensiones para las aventuras intimas. Ella se llamaba y se llama Marisa, la farmacéutica, la madre de Lucio, él que es compañero de clase de Matías, mi sobrino, la que vive en el 27, en el segundo B. “Siento por ti un cariño entrañable, ajeno a la lujuria” me dijo la semana pasada, después del desayuno, el día 123 de nuestra relación. Yo en calzoncillos verdes y  camiseta blanca, en la cocina de su piso. “Siento por ti un cariño entrañable, ajeno a la lujuria” dijo, y sonó con la melodía de uno de esos anuncios cursis que ponen por televisión. Me lo dijo después de la novena noche de dormir juntos, siempre en su piso. “Agustín, siento por ti un cariño entrañable, ajeno a la lujuria”. Yo pensé en el cariño que sienten las focas por sus cuidadores del zoo, y en la lujuria con Ricardo, su amante de Cuenca. Yo pensé en las ganas puestas en esa relación, y en los 400 euros del vestido verde que le regalé, y en las cosas preciosas que le dije antes de escuchar lo que ella me dijo.


13 de abril 2021.

La tarde que te conocí en el Vanoa  café, no sospeché que me matarías nueve años después. Eras un chico dulce, amable, inteligente, tierno, conquistador, él hermano de Sandra. Tú pusiste interés en mi, y yo me deje llevar, “aquello sonaba bien”. El catorce de abril me esperaste en el portal para matarme, porque yo había cerrado lo nuestro, diez meses antes, y ya no eras ni dulce, ni amable, ni inteligente ni tierno, eres un asesino. Eras un padre encantado de serlo, luego fuiste un cruel chantajista zarandeando a nuestro hijo. Yo no fui la culpable de que no te enseñasen los detalles que importan: que nunca fuiste mi dueño, que por azar nos encontramos y que las historias se tuercen, se rompen y un día lo nuestro ya no fue una pareja, que hay inicios, finales, vaivenes, y el derecho a vivir tranquila. Te tuve miedo, mucho miedo, tanto que fuiste capaz de romper nuestros buenos recuerdos para disolverte en ellos. Yo hubiese querido guardarte en mi pequeño almacén de alegrías y placeres, de seguir próximos y amigos. Tú preferiste insultar, perseguirme, lanzar tus amenazas y convertirte en mi enemigo. La tarde que me apuñalaste yo venía del Vanoa café, el crio con mi hermana esperándome en casa, tú, salvaje y animal, rabioso, escondido, canalla, poseso, invadido por el odio, miserable, cabrón, criminal. Yo me desangraba, y en mis recuerdos Ismael cantaba nuestra canción, “Pequeña criatura”. 


12 de abril 2021.

Tuve un sueño revelador, indicaba con claridad que el número XXXXX sería el primer premio de la lotería nacional de Navidad, la del 22 de diciembre. Fue tan contundente el mensaje recibido que se lo hice saber a próximos, amigos y familiares: por correo electrónico, por whatsapp, por Instagram, por Facebook. “Estimados próximos, amigos y familiares, a través de la presente quiero infórmate que me ha sido relevado el número que obtendrá el primer premio de la lotería nacional de este año. Se trata del número XXXXX”. Se rieron mucho de mí, a carcajadas, tú también. Algunos considerasteis que había perdido la cabeza, quizás por la pandemia o por el consumo de alguna sustancia legal o ilegal, o por la falta de sueño a causa de la paternidad de los dos mellizos, o por el ansia de ser millonario y abandonar la precariedad. A muchos de vosotros os confié los detalles del sueño que le aportaban veracidad. “En el sueño, Marta y yo y las mellizas estábamos tumbados sobre nuestras toallas en la arena de la playa de Lloret de Mar. Vacaciones de verano en agosto. Era una mañana de sábado tranquila y al día siguiente volvíamos a Zaragoza. De repente el cielo oscurecía y se hacía noche profunda, los vecinos que  nos rodeaban se paralizaban y un ser envuelto en una escafandra metalizada se acercaba a nosotros para entregarme un sobre fucsia. Y lo cogimos. Y el ser se disolvió al instante. Y en el interior del sobre la participación de lotería con el número XXXXX. Volvió la luz del sol y la normalidad a nuestro alrededor. La participación de lotería y el sobre fucsia continuaban en mi mano”. 


11 de abril 2021.

Somos vecinos. Yo del tercero A, Ricardo, del cuarto B. De repente dejó de hablarme. Nos encontrábamos en la escalera, en el portal, en el ascensor o en el Aburu café, miraba para otro lado, y me hacia invisible. El martes entré a desayunar, y él estaba allí, solos los dos, y me acerqué. “Perdona Ricardo, buenos días, hace tres semanas que me ignoras, de una manera grosera, sin disimulo, con soberbia, conteniendo ira, pareciese que encontrarte conmigo te revuelve las tripas. Perdona Ricardo, pero ¿podrías explicármelo?. Me parece que no te he hecho nada para que te muestres conmigo de esa manera tan malhumorada, primitiva y hostil”. Ricardo ni se inmuto. Permaneció allí, flotando, inerte, silencioso, frente a la cafetera, en la barra, próximo a los pinchos de tortilla, de lomo y de jamón. Raúl el camarero y tres clientes próximos seguían la escena con curiosidad y disimulo. “Perdona Ricardo, ¿me oyes?, ¿me ves?”. El aprovecho mi requerimiento para darle tres sorbos al café y mirar algo en el móvil. He de reconocer su capacidad actoral para desenvolverse tranquilo, sin inmutarse, haciéndome dudar de mi misma presencia ante él en el lugar. “Perdona Ricardo, me reconoces”. Y Ricardo se dirigió a Raúl para pagar el desayuno, ajeno a mi insistencia, mi mirada y mis palabras. Y Ricardo se despidió de Raúl, y abandonó el café. Sin mirarme, sin oírme, en otra dimensión paralela. 


10 de abril 2021.

A Miriam le duele una muela, mucho. No es el mejor día para estar dolorida porque mañana tiene una examen importante de matemáticas, quiere y no puede estudiar. Su madre ha intentado ayudarla, pero no ha conseguido hacer superar su dolor. Ni llenándole la boca con perejil, Miriam parecía un pez en el mostrador de la pescadería. Ni metiéndole la cabeza con la boca abierta en un cubo de agua caliente con vinagre y limón para inhalar los vapores. Ni con los pinchazos en los dedos de los pies. Ni enjuagándose la boca con un ungüento de anís (El mono), miel y aceite. Ni untándose la muela con una pasta mezcla de tres medicamentos superfuertes contra el dolor, aun a riesgo de perder la consciencia. Son cinco remedios que la abuela Ana enseño a la familia, que hasta ahora funcionaban, pero hoy con Miriam no. A Miriam le duele la muela, muchísimo, tanto que se arrancaría la cabeza y la lanzaría desde el balcón, 9 B, edificio EULZA de Toledo, Plaza de Zocodover. La imagina golpeándose con la acera del portal y lanzando la duela dolorida contra los adoquines de la plaza, rota en cien pedazos, con la caries ennegrecida también. Miriam tiene mañana el examen y se siente poseída por el pequeño y dolorido nervio molar. 


9 de abril 2021.

Perdí el apartamento porque perdí el empleo, perdí los ingresos, el banco me desahució. Compré el piso con Elsa, juntos, a los 13 meses de conocernos, porque era una oportunidad, luego rompimos, le pagué su parte para quedarme con el y agoté mis ahorros. Fulminé la herencia de mis padres. Perdí el empleo porque mi puesto lo sustituyeron por otro tipo de una contrata amiga del jefe de mi empresa. A mi jefe nunca le caí bien, pero es muy amigo del padre de Elsa. Yo no se si Elsa o su padre malmetieron para que Hector, mi jefe, me despidiese. Yo si sé porque me duelo, me dolió, me dolerá que perdí mi piso en el 23 F de la torre EULZA, y que ahora vivo en la habitación alquilada de mi amigo Juan en el 11 A. Junto a la estación de trenes y autobuses de Logroño. Gracias al subsidio y a mal comer le pago a Juan los 200 euros, todos los meses. Y gracias a los prestamos de todos mis amigos que algún día devolveré. A Isa le debo ya 2000 euros. No hay empleo en lo mío ni en otras cosas, el panorama esta difícil, si sabes de algo, gracias por decirme.


8 de abril 2021.

Desde la terraza del salón veo el Pisuerga, y el puente Mayor y el edificio Duque de Lerma y la playa de las Moreras. Hoy con viento, frio y lluvia. Edificio EULZA. Vivo en el 24 C. Te informó que compré este piso cuando saqué mi plaza de funcionario en la Junta de Castilla y León. Ahora vivo aquí con Paola, mi mujer, y con su hija Lidia de siete años. Después de divorciarnos de nuestros ex nos encontramos en el gimnasio y llevamos tres años viviendo juntos. Paola es enfermera en el hospital, la conoces, ella es Usera, de Madrid, hasta que sacó la oposición. Te informo que mi padre vive en Parquesol, mi madre en Delicias, en el piso de siempre, en la calle Salud, con vistas a las vías del tren. Los padres de Paola siguen viviendo en Usera. Mis padres quieren mucho a Lidia, la tratan como una nieta. Te informo que soy hijo único. Te informo que Paola y yo queremos tener otro hijo, estamos en ello, insistiendo de manera organizada en los días fértiles, rigurosos con la agenda y en el desempeño. Lo llevamos intentando un año. Te informo que ya tengo ganas de copular sin someterme al calendario, que de esta manera he perdido interés y entusiasmo, y a veces me cuesta manejar el instrumental.


7 de abril 2021.

Nos pasamos el fin de semana comiendo. Por tres razones: porque llovía salvajemente, y porque nos gusta comer y porque le gusta cocinar. Compramos en el supermercado OZOE, el de la plaza, el viernes, y subimos al piso de Alex, en la planta 16 de la torre EULZA de Valencia, un precioso apartamento con vistas al cauce seco del Turia. En realidad mi viaje para ir a conocerle a él, y conocer Valencia, se quedó en lo primero. Llegue en mi coche el viernes por la tarde. Resulta que Alex es muy buen cocinero y maneja muy bien los sabores. “Y de postre, Marta, tarta de Alazetea”. Yo había conocido a Alex por Tinder, uno de esos sábados tristes en Teruel. “Hoy cenaremos ensalada de Calañá”, y recuerdo los picatostes crujiendo en mi boca, y el salmón, y las porciones diminutas de anchoa derritiéndose en mi paladar. “Y para comer, Marta, arroz al Lería”, y sentí, todos y cada uno de los granos, desafiándome con su sabor intenso. “Y para merendar, un sándwich de jamón con revuelto de vegetales silvestres”. Luego ya volví a Teruel el domingo por la tarde y recibí la sentencia esa misma noche. “Lo siento Marta, el sexo entre nosotros no ha funcionado, suerte con todo”.


6 de abril 2021.

Marta vive en el quinto A de la torre EULZA de Gijón, justo enfrente de la playa de San Lorenzo. No es por darte envidia pero tiene una terraza grande que da a la playa, allí come y cena en verano, hace la siesta, lee, y todo lo demás. A mi me da una envidia terrible. Y el piso es grande, lo heredó de sus padres que murieron en el accidente, y por fortuna, era hija única. Yo pensé tener algo con ella, es mona y no es boba, y tiene un piso de cien metros cuadrados, y ahorros, que lo sé que su padre era uno de los propietarios de la constructora. Pensé tener algo con ella antes de frecuentar a Laura y embarazarla por ansioso sin cabeza. No, no te rías. Para dentro de dos meses nace Roque, y ella sin trabajo, y viviendo en casa de mis padres que nos ayudan, menos mal. Yo le dije a Laura que no era aun momento adecuado para tener un hijo y casarnos y vivir juntos, que en tres meses de relaciones aun no nos conocíamos lo suficiente para un proyecto de pareja, que nos estábamos precipitando, pero ella lo planeó todo.


5 de abril 2021.

Y después nos asomamos por la ventana del hotel para ver la muralla iluminada porque eran las 4 y 10. Hotel Ozoe Ávila, habitación 267, setiembre, día 29 [ ...¿Y si tratamos de huir por otros mundos que vi? El tiempo se detendrá entre el cielo y el mar... ] Te dije yo. Nada original, un trocito de canción robado a los "Varry Brava", "Entre el cielo y el mar".  Tu vestías mi camiseta naranja, la que luego te regalé: [ casualidad ]. Tú me respondiste que aceptar esa beca en Berlín era muy importante para tu carrera profesional, y que te abría posibilidades nuevas para acceder a una plaza en el laboratorio de investigación en Massachusetts, que a pesar de tus 23 tenías ya un curriculum muy competitivo para lograrlo. Y luego me contaste que a las doce salía tu vuelo para Paris desde Barajas porque tenias un seminario de especialización durante toda la semana. Los siguientes minutos, antes de volver al colchón, me detallaste tu itinerario anterior, repleto de eventos, de impactos y alcances, de metas, de logros y esfuerzos. La luna bostezaba, yo te escuche con devota atención, entusiasmado por nuestro encuentro casual. Eras preciosa, y ambiciosa. Y cinco horas después nos despedimos a la puerta del hotel, frente al cauce seco del Adaja. Cuando tu coche azul cielo se alejaba, yo cantaba el "Chicas". De los "Varry Brava".


4 de abril 2021.

Desde el 31 A del edificio EULZA en Tudela de Navarra se ven las huertas, el Ebro, y los tejados de las casas. Es mi apartamento de vacaciones y escapadas. Lo compré hace seis años, pequeño, pero funcional. El miércoles me llamaron porque entraron a robar, poca cosa se llevaron porque no había más, una radio, una cubertería nueva, aun sin estrenar, y un reloj del salón, el de mi abuela Rosa, antiguo, antigüedad. Llamé a Arturo y le pedí que me acompañara a inspeccionar, y que luego comeríamos por ahí. Dijo que sí. Quedamos a las once y pase a buscarle por su piso. A la una ya estábamos en Tudela. Recogimos las llaves nuevas del piso que tenía Marta, la del cuarto A, y subimos. Aparte del rastro invisible de los asaltantes, en el piso todo estaba en su lugar. Veinte minutos después ya caminábamos por el centro, de cañas, y bastante a lo loco. Aparte de que era primavera, era un domingo frio, pero las familias ocupaban las terrazas y las calles. Para rebajar el alcohol en sangre comimos, ensaladas. Para recuperar energías, tarta al whisky y café solo con hielos. Para aprovechar el día, antes de volver a Santander, tuvimos sexo en el sofá. 


3 de abril 2021.

Nos veiamos a escondidas porque ella decia que lo nuestro no estaba bien. Y bien si que estaba, lo nuestro, y ella. Quedábamos en el apartamento de su amiga Laura en Malasaña, la de Valladolid, los fines de semana que ella bajaba a visitar a sus padres que viven en Tudela, pero a los cuatro meses nos quedamos sin lugar para los actos porque Laura se fue a vivir al piso de Luisma. Continuamos viendonos, a escondidas, en el trastero de su abuela, también en Malasaña, entre cajas de zapatos, libros con polvo, bicicletas huerfanas y tablas de planchar. Con olor a lejia. El suelo de azulejo, y sin colchón ni mantas. Aquellos coitos me aliviaban, pero no tenian el mismo sabor que los trece primeros en el calor de hogar, habitaciòn de invitados, sabanas de algodon, y ventana con vistas a una calle con vida. Nos veiamos a escondidas porque el cabrón de su padre no la queria con novio aun, y ella le respetaba. A mi me excitaba mucho que ella traicionase a su padre por mi. Para evitar mis trastornos sicológicos y sexuales, las citas de trastero tuvieron que acabar, no teniamos coche, Rebeca no queria que nos citaramos en habitacionea de hotel, y a mi casa no podia subir. Nos pillaron dos veces en la biblioteca de la universidad. A finales de año, en noviembre, su padre que era viudo falleció de un infarto. Abandonó el deseo once meses por el duelo, depresiva. Yo fiel, en la abstinencia. Un 14 de octubre subí a su casa, lo hicimos en su habitación. Cuatro meses después la dejé embarazada, una marcha atras fallida. La semana pasada nació Juan. 


2 de abril 2021.

Conocí a Zaloa por casualidad, el 3 de enero, porque ella y sus cuatro amigas pasaron por el Nekue café, y detrás de la barra estaba yo. Diez minutos después de conocerla ya tenía su número, una hora después nos whatsapeábamos, el fin de semana siguiente me acerque al piso de Tudela, el que comparte con Melanie, y hasta hoy nos hemos visto diez veces, con esta once. Zaloa llamó mi atención por su manera de vestir, tan galáctica. Pantalones y cazadora plateada, botas y camiseta negra, y el bolso cual lata de sardinas. Dice Zaloa que no le importa que ahora tenga novia, que así mejor, y por mi, bien. Dice Ainara que tonterías las justas, y que si estamos juntos, nada de enredos con terceros. Y digo yo que no me conviene desperdiciarme en régimen de exclusividad, con límites, que aun soy muy joven para frecuentar los mismos lugares. Y digo yo que no es inteligente ser único, que mejor múltiplo de varias. Y digo yo que mejor carta que menú del día. Ayer libraba en el Nekue, y le dije a Ainara que bajaba a Tudela, tarde, noche, y mañana, para ver a mi hermano. A las siete me pase por el piso de Zaloa. A las siete y diez estábamos en la primera de las terrazas de la plaza Los Fueros, discretos, formales, correctos en público. Continuamos por mas tabernas y lugares de alcohol. A las doce menos cuarto subimos al piso, directos a las artes plásticas. A las 8 treinta saltamos del edredón verde. En la emisora músical, Luis Fonsi, cantaba otra vez, “Despacito”.  


1 de abril 2021.

Me he quedado dormido en el sofá esperando tu llamada, al despertarme sonaba en la radio “Para escribir otro final” de Ariel Rot. He buscado cuatrocientas imágenes para esta canción, estas en todas ellas, pero no te delataré hablando de ninguna. En frases cortas, “son las huellas de un pasado que no abandoné”. 4 minutos 38 segundos de melodía con palabras. Cafés, momentos y lugares recorridos. “¿Qué estoy haciendo aquí?” Te recuerdo en Zamora. Refugiado tras los cristales de la pastelería Torrehermosa. Destino San Torcuato y Santa Clara hacia la calle Amargura. Toro. Arévalo. Olmedo. En el Salamanca Coffe vía Plaza Mayor. En la Chocolateria Puente mayor de Valladolid para recorrer después el cauce del Pisuerga. Te recuerdo, sentados en una terraza de la plaza La picara Justina, León. Reinosa, hotel El Ebro. Y Santander. Te recuerdo esperando en el Oporto de la calle Lealtad tu salida de Zara. Plaza Unamuno, en el Casco viejo de Bilbao. Caminando con la brisa de La Concha en Donosti. Haciendo el recorrido de Sanfermines en Iruña. Callejeando por la calle Portales de Logroño. “El tiempo ya no juega a mi favor”. Te recuerdo en Tudela, plaza de la Constitución, destino Ebro. Barrio Delicias, Zaragoza. Y final de ruta en Teruel. No. Mejor Barcelona. En cualquiera de las calles que nos llevan al mercat de La Boqueria. “Me despìertan las viejas costumbres de ayer”. 

31 de marzo 2021.

En enero se rumoreó de mi en el barrio que tenía una enfermedad, en estado avanzado, prácticamente terminal, con cuidados paliativos incluidos, y que por eso no iba al trabajo. En realidad yo había negociado con la empresa una excedencia, sin sueldo, de un mes, porque necesitaba descansar. Sin más. En febrero se rumoreaba que Felix y yo habíamos roto porque él se había cansado de mí, porque soy muy celosa, y que el ya estaba en relaciones con una tal Lourdes. Llegaron a decir que la tal Lourdes era una novia de la adolescencia, y que yo, vehemente y salvaje, les había montado un par de espectáculos callejeros porque me los había encontrado besándose en un bar. En marzo, se rumoreó que mis vecinos de la torre EULZA de Logroño no me podían soportar, por follonera. Incluso relataban algunos incidentes relacionados con la limpieza de la escalera, la empresa que nos gestiona la administración, el mantenimiento de las instalaciones, el garaje, el ascensor, los ruidos… En abril dijeron que estaba ingresada, demente, en el centro de salud mental. Y todo mentiras, fabricadas por Pili, Raquel, Laura, Hortensia y Maricarmen, en venganza porque las denuncié porque sus hijos le pegaron una paliza a mi hijo Javier.


30 de marzo 2021.

Cuando iba con él al supermercado siempre compraba varias bolsas de picatostes fritos. Sabor clásico, ajo… Luego descubrí en la despensa de su piso 53 bolsas de picatostes, de diferentes marcas y preferencias. Aquello ya me pareció algo muy extraño. El primer día que hicimos el amor en su piso, se comió dos bolsitas de picatostes después. De Carrefour. De 75 gramos cada una. Estaban ricos, lo sé, porque me ofreció y los probé. Yo luego ya también, compre para mí, y me aficioné a ellos, y mi relación con Luismi quedó marcada por aquellas diminutas porciones de pan especial: harina de trigo, aceite de girasol o oliva, azúcar y levadura. Lo comenté con mi amiga Marga, la sicóloga, y me perfiló la identidad de un tipo acomplejado, que se sentía superior ingiriendo las diminutas porciones de hidratos con grasas, proteínas y algo de fibra. Lo comenté con mi amigo Carlos, el criminólogo, y me perfiló los peligros de un tipo, consumidor patológico y obsesivo de estas sustancias, en apariencia inocuas, pero reveladoras de conductas que aconsejaban salir de allí corriendo, y más con perspectiva feminista. No conviene pasar por alto datos perturbadores que son señales de futuros trágicos. Dejé a Luismi, y para ello me inventé una chiflada historia de celos. Él era buen amante, buen amigo y buena persona.


29 de marzo 2021.

He mirado hace diez minutos MUJERES DE ÉXITO, y me he quedado mal, muy mal, porque resulta que comparándome con las mujeres que aparecen en la revista, soy ni más, ni menos, una pobre desgraciada. Yo, madre, esposa, hija, catequista, y ellas en muchas de las otras cosas mas gratificantes. Y toda la revista muy llena de publicidad, reafirmante, reduce las arrugas, reactiva la luminosidad de la piel, crema de día, enriquecida con extractos de plantas, piel radiante, celebraciones sin restricciones para el romanticismo, escapadas a modo de micro luna de miel, entre lo erótico y lo emocional, reservas en restaurantes fashion, fabulosas amigas solteras, iconos y roqueros con facetas tiernas, flores, romances, cambios de vida, buenas impresiones, fichajes estrella, seductores de ultramar, a primera vista, citas, apps, buenas coberturas, plataformas de dating, encuentros constructivos, lujos y regalos, pandillas sin pandemia, eventos en vivo, más allá de una noche, fuera de casa, relaciones sin compromiso, ciberamor, relatos de mujeres libres, parejas de élite, jugadas maestras, éxito y triunfo, vestidos y collares, poses, trajes y modelos, volver a empezar y hora de la siesta, muy sofisticadas, exclusivas, cosmética, celebrities, centros de estética, texturas e ingredientes únicos, personalizados. Y yo aquí ahora colgando la ropa de la lavadora, con el chandal viejo, ayudando a los deberes y preparando la cena. ¡Un horror!


28 de marzo 2021.

En realidad ella solo se acordaba de mi cuando no tenía mejores planes, para que la escuchará, para que le dijese que estaba monísima, para que hiciera un seguimiento de su vida cotidiana, para ofertarle nuevas y variadas actividades en su agenda mensual y para procurarle atenciones y cuidados. Tardé meses en darme cuenta de lo que ocurría allí. En realidad yo siempre me sentí solo y ausente en aquella relación porque ella nunca estuvo interesada por mis necesidades, mis problemas, mis intereses, mis ocupaciones. En realidad no es lo mismo dar, recibir o intercambiar, pero cuando nos conocimos yo era aun un tipo ciego incapaz de diferenciar el papel que ocupaba en mis relaciones interpersonales. En realidad ella sabia manejar sus habilidades para obtener lo que se proponía con facilidad. Cuando desaparecí, ella echo de menos mis servicios de escuchante, seducido, admirador, espectador, gestor de actividades, atendiente y generador de cuidados. Yo ya para entonces había dado por cerrada aquella relación interesada que antes fue muy interesante, y en la que ocupaba un papel secundario, ajeno a mi y entregado a ella. Es verdad que hay quien prefiere lo poco que la nada, pero yo, aunque aturdido entonces, preferí marcharme.


27 de marzo 2021.

Yo quería que aquello terminase en copula pero finalizó en colapso. Te cuento. Yo ya se que es ridículo subir desde el piso 15 F al 31 A en diversas ocasiones para pedir perejil o un limón o harina o levadura o unos polvitos de detergente o un sacacorchos o una llave inglesa o un gelocatil o una tacita de anís. Pero es que ella ejerce sobre mi una atracción sobrenatural que desborda el raciocinio de mis neuronas. Yo deseo entregarme a sus encantos, de una manera completa. He leído en el buzón que se llama Olga Hernández Castillejo. Yo la ansiaba de una manera honorable y honrada, generosa también, pero la novena vez ella me mando a tomar por culo. ¡Y eso no esta bien! Yo la trate siempre con respecto y dulzura, con mirada limpia, conteniendo mi tensión sexual desenfrenada. Yo quería construir con ella confianza, en una relación cómplice, conquistarla, pero se complicó todo, se me fue de las manos. “¿Quién eres, el tarado del 15?”, respondió. ¡Madre mía! Yo con tres master, y estudios en Berlín, Arizona y Pekin, arrojado a las cloacas de la pasión y el deseo. A partir de ahí yo ya renuncie a mas visitas y pedidos, y me jure que la apartaría de mis instintos primitivos.


26 de marzo 2021.

Nos sentamos a cenar y comenzamos a conocernos. Ella llegó a nuestra primera cita con un fantástico vestido verde que me hipnotizó, yo con mi camisa blanca, mis pantalones verdes y mis zapatillas rojas. Nos arrancamos a hablar y a pesar de las tensiones, rivalidades y decepclones que ella traía, capturé su interés y me lo dijo. Ella, muy actriz, pero terminó aceptando mi cercanía, disponible para volver a quedar el jueves siguiente. Lucia venía frágil, se tomó la ensalada de Nazulema, el revuelto de atun confitado, la tarta de Alazetea y el café con leche, y opino con determinación y atrevimiento sobre mi forma de coger el tenedor, sobre mis gestos, sobre las coletillas que uso en mis conversaciones, sobre mis objetivos de vida, sobre mis tics y mis elecciones del menú, sobre mi forma de vestir, los éxitos y fracasos, los libros que leo, los planes de ocio,…Lucia llegaba muy acelerada y ansiosa, impulsiva y habladora, me sometió a un completo interrogatorio con el que radiografíar mi perfil y mi idoneidad para una relación de pareja, aprobé el primer examen. Yo tengo una hija de seis años, ella un crió de nueve, y se atrevió a suponer sobre los acontecimientos en el que será su primer encuentro. Tomamos vino tinto y aunque no somos expertos, hablamos de ello, ella mucho más que yo, muy protagonista y competitiva. A las once y 12 salimos del restaurante y la acerqué a casa. Estuvo bien.


25 de marzo 2021.

En cuanto llegué a mi piso en la calle La Palma dejé la maleta en el salón, junto a la butaca verde. Me quede un rato raro allí, en mitad de la habitación pintada de azul, cielo, con mis zapatillas verdes, mis pantalones vaqueros, los calcetines verdes, los slip verdes, mi camiseta blanca estampada con las tres fotografías y mi mochila negra. Mirándome frente a los espejos del salón, vacié la mochila negra y las cosas de mis bolsillos del pantalón. “Fausto, te repites. Te repites, te repites mucho. Eres repetitivo. Vas siempre en repetido y automático. Repetitivo. Repitiéndote”. “No recuerdo una antihistoria mejor de contenido incierto” cantaba “Love of lesbian” por mis auriculares, en “Los días nos vividos”. Eran las siete y media de la tarde, mas menos cuarto que y treinta. Domingo. Fui a la nevera para encontrarme con un refresco y refrescar mi vuelta a las rutinas, “de naranja por favor”. Fui al dormitorio para revisar en el armario la ropa disponible. Mirándome frente al espejo del armario. Fui al baño para lavarme las manos. Mirándome frente al espejo, observado por los rollos de papel higiénico. Volví al salón para abrir la puerta del balcón que da a la calle. Y me desnudé, iniciático, salvaje, total. Y lancé a la calle mis zapatillas verdes. Y mis pantalones vaqueros. Y los calcetines verdes. Y los slip verdes. Y mi mochila negra. Y mi camiseta blanca estampada con las tres fotografías. “No recuerdo una antihistoria mejor de contenido incierto” cantaba “Love of lesbian” por mis auriculares.


24 de marzo 2021.

Nos conocimos en el gimnasio, en esa temporada que vivimos especialmente obsesionados por nuestros cuerpos. El roce de todos los días, de lunes a domingo, los esfuerzos y las maquinas fueron aproximándonos, y provocaron las conversaciones. Las primeras palabras se fueron extendiendo. La noche hace el cariño, y en un viernes sin planes, nos cruzamos al salir del gimnasio,  antes,  sin citas previas, terminé sorprendido en la cama con Estefanía. Con mis zapatillas verdes, mis pantalones vaqueros, los calcetines verdes, los slip verdes, mi camiseta blanca estampada con las tres fotografías y mi mochila negra, abandoné su casa la mañana siguiente. A eso de las ocho. A eso de las seis me llamó por teléfono para quedar a cenar, hacer la noche, y volver a la cama. Hubo un día siguiente, y otro después, y mas noches trajeron nueve años. Cantaba Coque Malla, sumando sus canciones.  Fue el “Dejate llevar”  nuestra banda sonora. Recorriendo el viaje salté a vivir con ella en su piso pequeño, reímos las madrugadas de Madrid por todos los garitos, descubrimos  Paris, Ibiza, Girona, Sevilla, Donosti y Nueva York, llevamos las maletas, las llenamos de vida, ella, yo y la moto, hasta que tocó ser padres. Ibai trajo dibujos nuevos para ampliarlo todo, rodábamos gigantes, disfrutamos de nuevos, de aquello lo primero. Siguieron cuatro años. Hace ahora cuatro meses, una noche de viernes se cerró nuestra historia. “Fausto, tenemos que hablar”. Su mirada me asusta, me siento y me lo dice. Le había conocido, tenia que marcharse, la vida se le agota, gracias por lo vivido, lo nuevo es Zaragoza.


23 de marzo 2021.

“Viento de cara”,de Supersubmarina, me suena frente a las estanterías del supermercado en la sección de refrescos y yo vestido con mis zapatillas verdes, mis pantalones vaqueros, los calcetines verdes, los slip verdes, y mi camiseta blanca estampada con las tres fotografías. Me suena porque suena por el hilo musical. Recuerdo frente a las estanterías del supermercado en la sección de lácteos que hoy es tu cumpleaños pero no podré llamarte porque no quieres que te llame porque no debemos llamarnos porque se acabó. Y yo haciendo las compras que guardar en el frigorífico, el congelador, el armario y la despensa. Recorro todos los pasillos recogiendo. Selecciono. Reviso la lista con las instrucciones para la compra. Sitúo en el carro de manera ordenada los artículos. Comparo precios. Leo al detalle las etiquetas diminutas. Observo las adquisiciones de los otros transeúntes en el pasillo. No tengo prisa por finalizar la tarea. No tengo planes para después. Me cruzo con los cereales de Ibai y con sus galletas favoritas. Desde la estantería 14 me vigilan sus pañales. Atravesando el pasillo 38, los chupetes, y en el 23, las gominolas. “Verte amanecer”,de Dorian, me suena frente a las estanterías de los panes de cereales. “En el fondo todo lo que quiero, es verte amanecer”.


22 de marzo 2021.

Yo por el 89 era el rey de las fiestas universitarias, con mi melena molona, mis pantalones vaqueros ajustados, y esa camiseta ridícula que exhibo en las fotos descoloridas. Bailábamos a “Los Nikis”, “Por el interés te quiero Andrés”.y luego nos sobábamos, Juani y yo, en el Fort Fiesta de mis padres. Luego me compré la moto, y conducíamos por las calles de Valladolid cantando el “Washuwarugui de No me pises que llevo chanclas”. Frecuentábamos el piso del hermano de Juani, porque ella muy lista, se agenció una llave para nuestras distracciones de novios. Yo seguía chuleta y le cantaba después, el “Rock & roll star” de Loquillo,fiel, con ambiciones, respetuoso, y en ocasiones cabal. Nos pasamos de listos y nos preñamos recién licenciados, Juani de periodismo, yo de veterinario, si las cuentas no nos fallan fue la noche de Reyes, porque quisimos hacernos un regalo distinto. El día de nuestra boda en San Andrés, domesticándome, le canté “Nos ocupamos del mar” de Krahe, guitarra en mano. Primero llegó Andrés, y luego Coque, y nos fuimos situando, adultos, serios, tranquilos, sensatos, confiando, honestos, en camino. Sinceramente. En acústico llegamos hasta aquí, Juani y yo, despacito, equilibrándonos, en ocasiones ruidosos, perdiendo el apetito, también sintiendo el hambre, amenazados, estúpidos y absurdos, venciendo las derrotas, lujuriosos. Hasta hoy aun, ocho siglos después de los inicios, expertos vagabundos. Y si se trata de huir, “Lo niego todo”.Como canta Sabina.


21 de marzo 2021.

Ariane y Oliver volvieron a encontrarse en los talleres para el intercambio de tareas. Ella aprendiendo el arreglo de interruptores y persianas, el aprendiendo a cocinar croquetas y a manejar la plancha. El taller era los jueves, coincidieron a la salida del centro cívico, el primer día, se reconocieron de los tiempos del club de tiempo libre, y la semana siguiente Ariane invito a Oliver al primer café. El viernes fueron al cine, el sábado quedaron para cenar y ya pasaron directamente a los mismos hechos que habían ocurrido seis años atrás, es decir, practicaron el sexo. Quince días después vivían juntos en el piso de Ariane y afortunadamente para sus padres, Oliver abandono el piso de estos. Tuvieron el primer hijo, 18 meses después, tal como lo planearon. El segundo 18 meses mas tarde, y el tercero, ayer hace un año. Si haces bien las cuentas calcularas que Oliver y Ariane tienen tres hijos:Uno de un año, de tres y de cinco. Esta tarde Ariane arreglo la manilla de la puerta del baño que estropeo el mayor, y Oliver cocinó verduras, filetes y masa de croquetas para todo marzo. También un pastel de arroz. “No hay ningún viento favorable para el que no sabe a que puerto se dirige”, Ariane y Oliver esto es lo que que querian ser.


20 de marzo 2021.

Se que no esta bien lo que voy a contarte pero no puedo resistirme a espiar en los armarios de baño, es más, quiero confesarme, siento la obsesión de encontrar pretextos para visitar pisos y casas y ocuparme a mis tareas de investigación. Hasta hoy no lo había comentado en público, ¡faltaría mas!, pero es un impulso agitador, una especie de voz la que me llama a tales menesteres. Es mas, puedo decirte que mis relaciones de amistad y vecindad se tuercen, se estimulan o debilitan según las conclusiones de mis indagaciones entre tampones y compresas, geles, cremas depilatorias, horquillas, colonias, gomas y condones, algodones, pinzas, alfileres, imperdibles, espejos, cortauñas, afeitadoras y cuchillas, gasas, tiritas, vendas,…Hay gente muy sucia por ahí, estropeadamente ordenados, conflictivos con los objetos, acumuladores, almacenistas,…¡Y que me dices las marcas! Yo soy chica de barrio pero no puedo con los productos sin label, y hay gente con jabones de procedencias exóticas que asustan. “Inglu”, casualmente lo recuerdo porque fue ayer. Me dice Arturo que tengo que quitarme de esto, pero es que no puedo. Con Marino no pude superar sus rigideces enfermizas en la ordenación de su armario del baño, y no me detuve hasta que Arturo fue sometido a mis estrictas normas de selección, ordenación y mantenimiento de los productos. Para la cabeza, “H&S”. Para el cuerpo “Nivea”. Para los pelos “Gillette”. Preservativos. “Durex”…, Cada uno en su sitio. Un repuesto en la despensa. Y dispuestos como corresponde.


19 de marzo 2021.

Resulta muy difícil de entender las razones, pero Virginia lleva ya demasiado tiempo con su último novio de ahora. Es sucio, es vago, maleducado, grosero, y a pesar de los 30, continua adolescente malcriado adicto a videojuegos, a parrandas nocturnas y fantasías de verano y primavera. Resulta fácil entretenerse con la tesis del doctorado, no muchas horas a la semana para no cansarse, vivir aun con los padres, y luego visitar el piso de Virginia para lo propio de las parejas, pero sin mandatos ni obligaciones, quedándose a comer los días pares, los impares cenando y prolongando la madrugada en los aposentos de la parienta, enredado a su sofá y a las sábanas los fines de semana, pero liberado de las lavadoras, la compra y las limpiezas.”Te he dicho muchas veces que te afeites esas barbas, que compres zapatos y uses camisas, que cambies tu ropa interior todos los días, y que despegues tus dedos del mando de la Wii”. Se lo dijo, y mentalmente se arrepentía por la copia de las llaves del piso que le entregó, en el tercer año de su relación. Resulta muy difícil de entender las razones. Olvido y Beltrán, los padres de él, tampoco lo entienden.


18 de marzo 2021.

Desde que Esperanza se separó de Vidal, hace nueve meses, yo, Gustavo, la vigilo, de esa manera “I”. Inocente e interesada, inteligente, inútil por el momento, bastante infantil, alguien puede decir que inmadura e idiota. La vigilo a ella y a sus dos niñas. Coincidimos al llevarlos al cole, hoy estrenó un paraguas con hojas moradas. Los lunes la pequeña va a catequesis, los martes la mayor, los miércoles la mayor hace ingles, y lunes y jueves van al conservatorio juntas. Hacen las compras en el supermercado los sábados por la mañana y baja la basura regularmente todos los días en horario cívico. No son de parque, excepto en fin de semana, y la mayor frecuenta la tienda de las chucherías mas de lo que su peso recomendaría. Alguna que otra vez coincidimos en el Anderu café porque es el local mas cercano a nuestro edificio. Yo estoy interesado en Esperanza, desde que somos vecinos de portal, ellos llegaron hace ocho años, y no dudaría en hacer un presente y futuro nuevo con ella, sin dudarlo, para salir de esta vida congelada y sin afectos que he construido con Tatiana. Me gusta la sonrisa y la simpatía de Esperanza, su forma de saludarme y cuando nos cruzamos en el ascensor o en el garaje o en el parque o en cualquier de los otros lugares, fantaseo por una vida distinta con ella. Esperanza va al gimnasio tres días a la semana, entre las 3 y las 5, y se le nota. Con Tatiana siempre fuimos funcionales y prácticos, desalojados de los afectos intensos, desde que nos conocimos aparentamos programados para resolver las operaciones de convivencia, y así ha sido en los doce años que llevamos juntos, en las tareas de procreación, manutención, alojamiento, obras y reparaciones, financiación y fiscalidad, contratos, arrendamientos, gestión de bienes y servicios. Dice mi sicóloga que envejecer es también recolocar los acentos y las prioridades para asentar con mas consistencia lo que terminaremos siendo.


17 de marzo 2021.

Ocurrió en la habitación 645 del hotel aquellos cuatro días de vacaciones que hicimos juntos en Sevilla por Navidades. Si puedo contarte que la primera noche “Pasión por el ruido” y Barricada fue nuestra banda sonora, a las once del día siguiente nos duchamos y salimos a descubrir Jerez. Sí puedo contarte que la segunda noche “Muy punk” y La polla fue nuestra banda sonora, a las once del día siguiente nos duchamos y escapamos hasta Málaga. Sí puedo contarte que la tercera noche “I wanna be sedated” y The Ramones fue nuestra banda sonora, a las once del día siguiente nos duchamos y huimos a Jaén. Desde la sexta planta del hotel veíamos el Guadalquivir, pero a las horas y en las formas que llegábamos ya teníamos la vista muy nublada para las cosas de los paisajes, los turísticos y las bellezas sevillanas. La cuarta noche con “Cerebros destruidos”, “Historia triste” , “Maldito País” y Eskorbuto, nos echaron del hotel a las cuatro de la madrugada. Mal dormímos en el coche hasta las siete y escuchando “Cuidado” me dejaste de interesar. En el coche hacia Madrid, a las ocho 40, escuchábamos “Envenenado” de Parabellum cuando nos paró la Guardia Civil, y para nuestra sorpresa, “Todo en orden”. Arrancamos con “La lokura”,de Parabellum y “Estas solo”, y mas canciones de todos sus discos hasta que llegamos a Coslada y te aparqué en casa de tus padres. Yo tenía 21, tú 19. Sonaba “A toda ostia”cuando tu movías culito y mochila hasta el portal. Con “Canción de amor” aterricé en el local de siempre para contarlo todo a los colegas.


16 de marzo 2021.

Llegamos profundamente ilusionados, emocionados, excitados, pletóricos, porque era nuestro primer festival juntos, en nuestro primer año, de nuestro primer otoño, para cantar y bailar con nuestras bandas. Llegamos con nuestras zapatillas nuevas y parecíamos adolescentes principiantes, satisfechos, rodeados de una multitud eufórica y expectante, entregada a dos noches únicas de canciones tribales. Cantó Iván Ferreiro “El pensamiento circular”, y flotamos, susurrando la letra “y pienso en ti”. Estábamos entregados a la causa de la felicidad, ajenos a las preocupaciones de la realidad cotidiana. Cantó Dorian “Verte amanecer”, y manifestamos fidelidad a las apuestas y las opciones de las letras y las músicas con forma de himnos, manifiestos, confidencias, conclusiones y alegatos. Cantó Xoel López “Tierra”, “y no nos dio la gana” pensar que cuanto nos estaba ocurriendo tendría hora y fecha de caducidad, por fuerza del cansancio, del agotamiento, despiste, desenfoque, aburrimiento o vulgar rutina. Cantó Sidonie, “Estais aquí” y no mentían, porque nos sentimos saltar, pisar, pisándonos, dominantes de espacio, tiempo, sentido, esencias, identidad y ritmo. Estábamos en el 9 y el 10, en la Feria de las atracciones sensibles, temporales. Canto Love of Lesbian “Club de fan de John Boy”, y nosotros y todos, eso fuimos, desintoxicadamente, bárbaros salvajes civilizados radiantes, acompasados bajo los poderes hipnóticos de aquellas secuencias melódicas brujas.. Era brutal leer lo que sentíamos brillando en nuestros ojos.


15 de marzo 2021.

(Zamora) Hay un largo paseo entre la plaza de Alemania y la iglesia de Santiago el viejoo de los caballeros junto al Duero. Hasta llegar a ese lugar tan poco conocido y con tantas leyendas, seguro que ninguna cierta. Largo porque hacemos el itinerario menos sensato. Es el mismo recorrido que hacemos todos los meses para no romper la tradición que nos hemos impuesto. Tú lo llamas costumbre. El programa oficial marca la obligación de desayunar tres veces porque dura es la misión. Tu lo llamas batalla. La primera en la pastelería Torrehermosa. Y sonaba Feel de Robbie Willians. La segunda la cafetería del Hotel Dos Infantas. La tercera en la plaza mayor, Ocellum. A mí me parece una absoluta exageración que en tan corto intervalo de tiempo te tomes tres cafés con leche, un pastel de arroz, un bollo de mantequilla y una palmera de chocolate. Yo en mi caso un descafeinado de sobre y dos aguas. Cruzamos la plaza Viriato y a veces me insinúas visitar la cafetería del Parador. Sabes que me parece interesante la travesía, sobre todo en los tiempos que la iglesia está abierta. No me atrevo a delatar que en la vuelta nos paramos en el merendero Las espadañas en Olivares. Tú y el pincho de tortilla. Para volver a desayunar. Hasta el mes siguiente.


14 de marzo 2021.

Me casé con Remedios, y por la iglesia, bajo los efectos de la posesión maléfica, me explico. Somos circuitos neuronales y sensoriales, y lo que yo sentí con ella en la madrugada del 14 de marzo del 97 alcanzó tales dimensiones paranormales, imposibles de detallar, difíciles de describir, que embriagado (excúsame la expresión cursi), pedí su mano y el resto del cuerpo el 14 de abril, y nos casamos el 14 de mayo. Evitaré recrearme en los aspectos mundanos de esta dominación y en las fundamentaciones científicas que la sustentan, primero, porque ya Iker Jimenez lo aborda en sus monográficos en las maneras periodísticas, pero es que cuando el placer entra por la puerta, la normalidad y el raciocinio saltan por la ventana. Segundo, porque no es digno de la condición humana animalizarse a causa de las extremidades. Tercero, porque ni los modelos éticos al uso, ni sus aplicaciones, ofrecen coberturas al ejercicio de tanta imbecilidad corporizada. Cuarto, porque ahora Remedios ya no está aunque me recreo ficcionando lo que fueron sus apariciones estelares en los episodios de nuestra teleserie breve. Quinto, es X. Sexo, digo sexto, a quien madruga Dios le ayuda, te lo juro por esnupi, mas vale pájaro en mano que ciento volando, y ande yo caliente, ríase la gente. Nos separamos el 14 de noviembre y la añoro (disculpa mi poesía palabrera conteniendo emociones latentes) con la profundidad del alma.


13 de marzo 2021.

La mañana de domingo que Marino Pérez conoció a Casandra López en el café Amalau de la Gran Vía, Madrid, ambos dos disfrutaban de un fin de semana. Marino Pérez con sus amigos, alojados en el hotel de Legazpi. Casandra López con sus amigas, alojadas en el hotel de Malasaña. El encuentro fue casual y divertido. Casandra, superada por la despedida de soltera de su amiga, se sintió provocada por la camiseta de Marino. Una de esas escenas típicas de las celebraciones colectivas desatadas. La camiseta de Marino, con un creativo dibujo personal de su propia autoría, él mismo, y en desnudo completo. La provocación de Casandra, interrogarle intensa y detenidamente sobre diversos aspectos relacionados con el dibujo. El resultado de la fluida conversación entre ambos en el café, una suma de intercambios. De los números de teléfono, de whatsapp la semana posterior, de un fin de semana en Burgos, en el piso de Marino, de un fin de semana en Santander, en el piso de Casandra, de otro fin de semana en el piso de Marino en Burgos, de otro fin de semana en el piso de Casandra en Santander, de un fin de semana en Vitoria, en casa de unos amigos de Marino, de un fin de semana en Zaragoza, en casa de unos amigos de Casandra, de un fin de semana en Logroño, en casa de los padres de Marino, y de un fin de semana en Pamplona, en casa de los padres de Casandra. Aquella mañana de domingo fue el 13 de marzo. 2016. Esta historia continuará.


12 de marzo 2021.

José Antonio me garantiza unas copulas fenomenales, de impresión, excelentes, de escándalo, míticas dice mi amiga Tere, me las ofrece después de tomarse su ración de albondigas, para comer, merendar o cenar. Yo consulté sobre la naturaleza intrínseca de estos efectos, con Carlos, mi endocrino, pero no supo darme explicación. Lo comente con mis amigas del coro, e investigamos sobre los ingredientes de la pocima mágica, en especial ellas me preguntaron por el uso de algun tipo de especia, pero la verdad, no les pongo. Sobre la carne, la compro indistintamente en varias carnicerias, pero además esta plenitud sexual de mi marido se manifiesta tambien con los consumos por ahi, en restaurantes y en celebraciones hogareñas con familiares y amigos, tambien por raciones y tapas. Es increible, él ignoraba la magnitud de estos hechos hasta que yo se lo hice saber, acreditando mis conclusiones con los datos que aportaba un cuaderno de anotaciones. Cantidad y calidad expresada en todos los detalles excepcionales que disfrutamos gracias a las albondigas. Y con las de bote, y con todas las marcas funciona también. Mis amigas, también Olga que sufré las dificultades de erección con Roberto, lo han probado, pero no. No encontramos la solución a nuestro enigma que alimenta mi ansia por este menú repetitivo. Hoy cenamos albondigas. Con tomate.


11 de marzo 2021.

Hice la campaña electoral entusiasmado, con mucha energia, comprometido hasta la médula, convencido de que si nos esforzábamos con cuerpo y alma, si dejábamos la piel, mejorariamos los resultados y conseguiriamos un concejal mas. Orgulloso, de familia socialista, yo candidato del PSOE a la alcaldia, por primera vez, y con posibilidades de ganar, a mis 23 años. Guapo en los carteles, me gusté. Si te reconozco que excita mucho mirarte desde los carteles de calles, plazas y esquinas, y que tu fotografia se distribuya por buzones, que los dedos de todos acaricien tu rostro en los folletos. Excitan mucho las entrevistas, el instagram, las ruedas de prensa. Todo aquello era nuevo, inesperado, estimulante, un huracan salvaje de momentos y emociones, en primavera, 2019. Tuve que dejar a Blanca, todos coincidieron que ser el novio de la candidata a concejal por Vox, no le hacia ningun bien ni a mi imagen ni a mi campaña electoral. Fui consciente de cual era mi ultimo orgasmo con ella cuando me corri, y al dia siguiente le conté: me inventé la excusa, mi desliz en forma de noche loca con Nuria, una compañera del partido. No hubo gritos, ni fue una escena dramatica, ella es muy cabal, pero yo sabiá que Blanca, mi exnovia, jamás me lo perdonaria. Gané las elecciones.


10 de marzo 2021.

Tenía 654 euros en mi libreta del banco de Santander la mañana que fui afortunado con 957.347 euros en el sorteo de euromillones. Viernes. Lo supe el lunes, lo cobré el miercoles. El jueves el saldo en la libreta era 958.001 euros, casi un millón. Lo mantuve en secreto aunque resulta casi imposible disimular la alegría desbordada, pero en un imprevisible ejercicio de prudencia y silencio continue en la normalidad, sin excepciones, fui a trabajar, cumpliendo obligaciones y horarios. Pero no es lo mismo despertarse con 958.001 euros en la libreta del Santander. Me llamaron del banco el viernes para hacerme propuestas, sentí su amor donde antes hubo indiferencia, castigos y comisiones. Agradecí ser un tipo solitario y sin pareja ni hermanos, con padres fallecidos, no tuvé asi que comentarlo con nadie. Inteligente, evité los excesos, no modifiqué los importes de compra semanal en el supermercado Lupa, ninguna compra extraordinaria, todo con el fín de mantener el mismo saldo bancario 30 dias después, y así todos los meses lo conseguí. Cada mes, de manera regular, pago mi prestamo hipotecario, y el personal con el qué financié el master on-line de criminología, sigo sin coche, y 214 dias después del sorteo, ni nuevas vacaciones, ni caprichos. Sigo pensando los planes, y no lo veo nada claro.


9 de marzo 2021.

He bajado a tirar la basura a las 21,00, me he encontrado con Emilia y Ceferino, salian a pasear. En el ascensor me he cruzado con Francisco, me ha dicho que a su mujer la operan de varices. Al abrir la puerta de casa, mi madre escuchaba Radio Maria en su cuarto, mi hijo publicaba una foto en instagram, una foto besando a su novia Nadia, en el Ozoe café, en la tele Pablo Iglesias hacía nuevas declaraciones, y en el whatsapp, Felix comentando en el grupo las proezas de la ruta en bici de hoy. He cenado dos huevos con chorizo, de León. He colgado la ropa de la lavadora. “…Señor me has mirado a los ojos, sonriendo has gritado mi nombre…” cantaban en la radio de mamá cuando mi hermana Mari Tere la llamaba para entretenerla comentando estupideces. He vigilado el facebook de mi ex. A las once me he puesto a leer “Vicios y placeres para solitarios compungidos” de Ángel Alicante Talavera, “…se impuso al demonio frente a la tentación, provocado por el Maligno…” se escuchaba decir al obispo de Tincanagua, por el transistor, a mi madre sorda. Mi amigo Paco se rompió una pierna esta tarde, se resbaló en la cocina,he leido en el grupo de whatsapp, en el mismo momento de entrar a dormir. Ni mas, ni menos.


8 de marzo 2021.

Después de salir de la oficina, a las ocho, me tome dos cervezas en el Navile de la Plaza. Me encontré con Rosa, que estaba con cuatro amigas, y nos saludamos sin interés. Llamé a Lucia para quedar, tenia mejores planes. Llamé a Marta para quedar, no me cogió. Llamé a Natalia para quedar, me colgó. Llamé a Isabel, para quedar, me dijo que no, de una manera brusca, ausente la amabilidad. La tercera cerveza buscando oportunidades nocturnas fue en el Nizea. La cuarta en el Zanire. La quinta en el Prueba 25. Ya eran las nueve, y en ausencia de planes solo quedaba regresar al hogar familiar. Los jueves son entre miércoles y viernes, y luego llegarán sábado y domingo. El hogar de los padres no es buen cobijo para treinteañeros que ansían amor, lujuria y libertad. El Eulza es el mejor local de ocio de la zona, pero yo prefiero el Nizea porque suenan las canciones que quiero oir. Es probable que no tratara bien a Natalia, pero la quise mas que a Isabel. Con Lucía quiero planes de futuro pero ella me quiere como un amante más. Marta se enfadó. Las cervezas me alegran esta vida monótona que llevo, me alegró escuchar a Loquillo. “Feo, fuerte y formal”.


7 de marzo 2021.

Las del 32 Z eran unas niñatas maleducadas. Vivieron en nuestra torre ocho meses, hasta que con las quejas de los vecinos las conseguimos expulsar del edificio porque eran ruidosas, sucias y un nido de follones para la convivencia. Eran cuatro pero nos parecieron doce, porque aprovechando el anonimato que permite un rascacielos lo suyo fue una colección de agravios. Varias veces borrachas, devolvieron en el ascensor. Organizaron fiestas aprovechando que el apartamento tiene una terraza grande, un poco mas pequeña que la mía. Algunas veces se esperaban las unas a las otras para salir, y mientras tanto bloqueaban el ascensor con la puerta abierta. Acumulaban la basura en el rellano de la escalera, en invierno porque llovía o hacia frio, en verano, porque hacia calor. Forzaron tres noches las puertas de salida al mirador de la planta 34 y sonaron las alarmas de madrugada. Otra noche, alguno de sus ligues jugueteó con los extintores del pasillo y los bomberos tuvieron que visitarnos y tuvimos que abandonar de emergencia el edificio. También hubo movidas en los garajes, algún robo, y todos sospechamos de sus colegas habituales, conducción temeraria, aparcamiento en zonas comunes… Desde que se fueron y llego la familia numerosa con cuatro criaturas, Merche y Cristóbal los padres, Ariadna, Sara, Nerea y Nagore las crias, se acabaron las problemáticas.


6 de marzo 2021.

Me interesé por Amaya porque era peliroja y nunca antes practiqué relaciones intimas con una chica de ese color. Amaya es amiga de mi prima Carmen y coincidí con ellas una tarde en el café de la plaza. Yo iba para casa, y me invitaron a sentarme, estaban en la terraza. En realidad Amaya me pareció aburrida, pero en la secuencia uno de mis trabajos de encantamiento conseguí su correo-e. con el pretexto de enviarle unos enlaces a varias páginas muy interesantes sobre ciencia ciudadana. En realidad ella era un experimento , con ojos verdes y unos labios sugerentes para una tarde de junio que imagine coleccionable. Para mi prima Carmen yo era aun el primo pequeño, angelical y bonachón, el gilipollas de antes, pero yo ya pensaba en cosas de mayores. En la secuencia dos, le sugerí tres textos de interés, en la secuencia tres, los comentamos, y ya en la cuatro, manejando mis artes, aterrizamos después de volar. No puedo describirte los detalles de aquel 13 de junio porque luego me criticas, pero los recuerdo. Yo quise repetir pero ella no, adujo que tenía un novio en Albacete al que debía fidelidad, que le vería pronto en Santander, y aunque no estaban comprometidos, dignidad, coherencia y lealtad eran sus normas de vida.


5 de marzo 2021.

La tarde de domingo que Marino Pérez y Casandra López volvíeron de León, ambos dos acababan su semana de vacaciones juntos. Era diciembre. Marino Pérez conducía su coche por la autopista y Casandra López no paraba de recordar alegre las escenas escogidas, ocurrieron todas los últimos nueve días. Marino, vistiendo su camiseta original, con un creativo dibujo personal de su propia autoría, él mismo, y en desnudo completo, Casandra con sus pantalones azul cielo. Entre ellos, una fluida conversación, una continuada suma de intercambios.  Pusieron la música a sonar, “Domingo astromántico”de Love of Lesbian, la primera canción. Se emocionaron tarareando “Belice”,una vez mas, “Si puedo escapar es con la mente”. Con el “Summer”de Calvin Harris adelantaron al autobús. En el asiento de atrás, el libro de Mikel, “Anatomía de instantes abreviados”, junto al bolso de su lectora. Sonó el teléfono, era el padre de Marino, Casandra respondió: “Bien, todo muy bien, regresando a lo de todos los días”. Cantaba Iván Ferreiro “No te echaré de menos en setiembre”, Casandra le recordó en el festival. Cantaba Depedro “Diciembre”cuando pararon para tomar un café, “No he olvidado tus instantes”, susurró Marino. Con el “Frenar enero”de Vanessa Martin adelantaron al camión azul. “El siniestro se produjo por la colisión entre un camión, una furgoneta y un turismo” leímos en el periódico el día después. A las 7,27. Murieron los dos. Esta historia, no continuará.


4 de marzo 2021.

Subimos a la habitación 372 del hotel Ozoe Santander. En el ascensor tú seguías cantando “Hotel, dulce hotel”,de Sabina, porque lo escuchaste con la infusión y el ron que nos tomamos, después de cenar, en el Anderu café. Abrí la puerta con la tarjeta electrónica . Yo quería mas fiesta en la habitación, tú querías dormir. Yo pensé que para dos días que dejábamos a los críos con tus padres, eso de dormir no era el mejor plan. Sobre tu mesilla de noche, tu lado izquierdo de la cama, la botella de medio litro de agua, “Solan de Cabras”. En la mía, la botella de litro, “Cabreiroa”. Te pusiste el pijama rosa que por Reyes te regalé, pero aquello no se parecía en nada a la canción de Sabina que cantabas. Allí no había ninguna “habitación con vistas a tu piel” como susurra su letra. “Inés” dije tu nombre, pero no me sentiste, y te dispusiste a dormir. “Buenas noches Ramón”, contestasté tú. La banda sonora del amor de otros, llegaba de fondo, desde aquella lejana habitación. Repase mentalmente la letra de la canción de Joaquín. “No es que no quiera es que no quiero querer”. No es que estuviese interesado, pero me entretuve con la televisión y su centenar de canales: películas, series, informativos y noticias, documentales, anuncios, videos musicales,….


3 de marzo 2021.

Nos conocimos el 13 de marzo a las 13 y por eso hemos hecho de este número, el de nuestra buena suerte. Hoy que es día 31 de diciembre, también es 13, pero al revés, y es también un día para la buena suerte. Le he pedido a Marino que elija una palabra y ha escogido “Agitar” y él ha seguido mi juego para preguntar por la mía, “Explorar”. Y luego nos hemos enredado en uno de esos juegos de palabras nuestras para terminar compartiendo una: “Exprimir”. Porque las tres eran verbos nos hemos retado a sustantivos “equipaje”, la de Marino, “texturas” y “bitácora”, las mías. Buscando dotar de magnitud y solemnidad a nuestros ocupaciones inútiles hemos concluido que ya somos 19 días de marzo, 30 de abril, 31 de mayo, 30 de junio, 31 de julio, 31 de agosto, 30 de setiembre, 31 de octubre, 30 de noviembre y 31 de diciembre. Sumamos 294 días. Buscando reivindicar el valor de nuestros andamiajes y tramoyas, procedía memorizar los acontecimientos relevantes, y porque no los objetos: la camiseta agitadora, las exploraciones familiares, de amigos, de lugares y espacios nuevos, el exprimir de los tiempos que estuvimos juntos, los trenes, los coches y autobuses, las maletas, la timidez, los miedos, las ausencias, las camas, los cafés, las canciones, y los juegos. Equipaje, texturas y bitácora.


2 de marzo 2021.

Estoy muy enamorado de Isabel Pantoja, desde siempre, y celoso, y he llorado mucho, porque me preocupan las cosas que le pasan, y lo que le ocurre a sus hijos, y su juicio, y cuando entró a la cárcel, y sufrí cuando estuvo con Julián Muñoz. La he querido siempre mucho, pero ahora más, y nunca querré a ninguna otra, y por fidelidad estoy soltero. Isabel es preciosa, una Diosa. Amo la copla andaluza por ella, tengo toda su discografía, grabo sus apariciones en la televisión, y estuve en 24 de sus conciertos. La amo. No es fácil entregarse al amor a distancia , una relación imposible, pero a veces la fantasía también es felicidad. Somos de la misma edad, entregué regalos para ella a Kiko y Chabelita, no quisiera morir sin entrar en Cantora, sin tomar un café con ella. La deseo y la sueño. La sigo en “Supervivientes”, embobado, sus siete fotografías, presiden las paredes de mi salón, veraneo todos los años en Cadiz, buscando que la casualidad me cruce con ella, su autógrafo enmarcado, sobre la mesilla derecha de mi dormitorio. La adoro desde adolescente, por eso la espero a la salida de su camerino, porque quiero más besos de recuerdo, y su sonrisa al mirarme.


1 de marzo 2021.

Yo vendo barras de pan. Yo atiendo a personas que hacen de la elección de la barra su sentido de vida. Yo sonrío porque me hacen reír o se me hinchan los ovarios porque hay gente muy gilipollas, bastante mas de la que crees. También vendo palmeras de chocolate y pasteles. Y como yo lo valgo, me imagino protagonizando videos musicales, con mi uniforme de panadera, y ese tipazo regordete que la vida me dio. En mi último video, vendo las barras, las palmeras, los bollos y los pasteles con el “Don’t You Know” de Kungs. Yo me achicharro cuando trabajo con el horno. Yo vendo pan precocinado, del barato, y para consumidores exquisitos y deluxe, de masa madre. Se me va la vida entre tanta harina, tantas grasas y tanto azúcar. Yo trabajo en un obrador. Yo también me quejo de mi puta jornada laboral, y de que vivo enloquecida para conciliar y de esta precariedad contractual. Abrimos pronto y cerramos tarde, y sábados y domingos y festivos, a gusto de ti, egocéntrico consumidor. Para optimizar espacio y cuentas también vendo leche, chucherías, periódicos, revistas, refrescos, cromos, huevos kínder, mazapanes y turrones por Navidad, y muy pronto lentejas, avellanas, aceitunas, chorizos y morcillas. Yo tengo que escuchar tus quejas, tus enfermedades, tus cotilleos, tu filosofía de parque. Yo tengo que oírte que no llegas a fin de mes


28 de febrero 2021.

Me interrogó Paula, la del 13 A. La vecina nueva. Esa chica no puede estar bien porque someterme a semejante relación de preguntas, así de repente, en un primer encuentro accidental, no es normal. Coincidimos en el ascensor, al entrar, al subir y al salir. ¿Cómo te llamas? Mikel. ¿Ese nombre no es de por aquí? Es que nací en Santurtzi, mi familia es de allí. ¿Llevas mucho tiempo viviendo en el edificio? Si, desde siempre. ¿Tienes hijos? No. ¿Cómo se llama tu esposa? Estoy soltero. ¿Dónde trabajas? Soy empresario. ¿Haces fiestas en tu casa? No, soy una persona muy tranquila. ¿Tus padres viven en Ávila? No viven en Santurtzi. ¿Tienes hermanos? Si, una hermana. ¿Qué edad tienes? 52. ¿De que signo? Sagitario. Paula tendrá mi edad, es guapa pero esta fatal. Me invito a tomar una copa en su casa, y aun eran las seis. ¿Tienes coche? Si. ¿Te acuestas tarde? Soy muy flexible. ¿Tienes novia ahora o eres de muchas aventuras pasajeras? Me interrogó Paula de una manera arrogante y estúpida. Absurda y embrutecida. Me asustó. Me asusta. Desde ese día te aseguro que la huyo, evito encontrarme con ella. Ya sé que también vive sola y he preguntado por ella, son malas referencias.


27 de febrero 2021.

Cuando me enseño su piso, me enseño también la despensa. Almacenaba allí 50 garrafas de agua de 5 litros, total, 250 litros. Me explicó que estaba prevenido ante cualquier emergencia, y me puso cinco ejemplos que me asustaron: un ataque zombi, una explosión nuclear, una nube tóxica, una invasión alienígena o una interrupción del suministro eléctrico. Me asusté, ¿tú que hubieras hecho? Almacenaba también 100 latas de atún (con y sin aceite), 100 de guisantes, 100 de maíz, y otros 200 pack de latas de pollo (100), y de pavo (100), y de alubias (33), garbanzos (33), y lentejas (34), y 100 rollos de papel higiénico. Luego me enseñó también el armario de emergencias con el hornillo de gas, 10 linternas, pilas, tres radios, velas y cerillas. Su piso en la avenida de los Derechos Humanos de Burgos. Carlos, 43 años, de diciembre, del 14, Sagitario. Divorciado y sin hijos. Sicólogo. Aficionado al senderismo. Moreno. Sin gafas y sin barba. 1.72 cm. de altura. 84 kilos. Vestía aquel 2 de noviembre un chándal gris que fantaseé quitarle antes de subir a su piso. Charlatán, prudente, respetuoso, inquieto y curioso, activo. Natural y residente en Burgos, con padres vivos, y una hermana y un sobrino. El amigo de Lucas. ¿Tú que hubieras hecho?


26 de febrero 2021.

Es Laura, la más feliz de su portal. El jueves se compró el aceite Carbonell Virgen Extra en Spray , 200 ml, y lo esta disfrutando. Para las ensaladas, porque ella es muy de ensaladas. “Una pulsación, un gramo de aceite, 9 kcal”. Yo la envidio porque exprime a la vida la sustancia útil, para superar los contratiempos. Y su vida no ha sido fácil, por lo de sus padres, por lo de su marido, por lo de sus hijos, por su vida laboral. “Pulsar y disfrutar” , está escrito en el envase del aceite, con la imagen de la folclórica andaluza debajo del olivo. Laura vive en Candelaria Ruiz del Árbol. Ahora recibe una pensión no contributiva. A su vecina Marisa le contó que el Spray fue el objeto de sus ahorros en octubre. No lo dudo, todos sabemos de sus compras en el supermercado, nunca con exquisiteces. A su amiga Rosa, le envió una foto con el brillo de los tomates, en la ensalada. A su vecina Pilar, le recomendó el Spray para las dietas. A mi que suelo rodearme de personas tristes, casi depresivas, pero instaladas en exitosos proyectos de vida, la actitud de Laura me sorprende. Mi amiga Marta, la funcionaria de la Junta, es infeliz porque se le fue la pasión. Y a mi amiga Encarna, la más guapa de mi cuadrilla, esta dolida porque se escapó su juventud.


25 de febrero 2021.

He recibido una circular del Gobierno con las instrucciones para actuar frente al ataque zombi que llegará próximamente, es útil, y muy fácil de utilizar porque a través de un cuestionario permite analizar el nivel de solvencia para la próxima pandemia que incluye invasión de muertos vivientes. 1 | ¿Cuántas armas de fuego hay en su hogar? 2 | ¿Cuántas hachas, azadas, llaves inglesas, guadañas, martillos y similares de gran tamaño hay en su domicilio? 3 | En el supuesto de que los zombis corten la luz… ¿Dispone de aparatos eléctricos de suministro y similares? ¿Dispone de medios alternativos para el cocinado, la congelación y el lavado de la ropa? 4 | En el supuesto de que los zombis contaminen el agua… ¿Cuántos litros de agua en botellas y bidones hay en su residencia? 5 | En el supuesto de que los zombis ataquen los proveedores y sistemas digitales y de comunicación… ¿dispone de dinero suficiente en su domicilio?… ¿tiene previsto un sistema alternativo para las conversaciones con familiares, amigos y vecinos? 6 | En el supuesto de que los suministros de alimentos se vean alterados por ataques a supermercados y redes de distribución?… ¿para cuantos días dispone de alimentos para usted y su familia? 7 | En el supuesto de que los suministros de medicinas y el acceso a hospitales resulten imposibles… ¿dispone en su hogar de medicamentos y equipos médicos básicos de asistencia? 8 | ¿Es suficientemente segura la puerta de acceso a su hogar? ¿Y las ventanas? 9 | En el supuesto de que los zombis quisiesen eliminar o causar daño en su edificio… ¿son suficientemente seguros los accesos a las instalaciones de agua y gas, a los garajes con vehículos que pueden explotar? 10 | ¿Dispone su familia de un plan de seguridad? ¿Dispone su edificio de un plan de seguridad?


24 de febrero 2021.

Marcos es muy meticuloso, lo hace todo con detenimiento, cuidando los más pequeños detalles. Y como casi todo en la vida, esto es bueno y es malo al mismo tiempo, tiene ventajas e inconvenientes, crea problemas y soluciona. Aporta y quita. Marcos es mi marido. Padre de Leo. Hermano de Juan. Hijo de Rosa y Pablo. Yo soy Nuria. Es meticuloso para los suministros del hogar porque tenemos un cuaderno en el que anotamos lo que nos falta, las cantidades a comprar, y porque guardamos en una carpeta los tiques de todas las compras, y lo tenemos en el primer cajón del mueble que está bajo la televisión del salón. Es meticuloso porque analiza los gastos: importe por productos y partida, periodicidad en las compras…Llevamos diez años juntos. Es meticuloso para las cosas de Leo, para el mantenimiento y las obras del hogar, para los asuntos del coche, las vacaciones, los viajes, los cuidados de sus padres y de nuestra relación…Parece una autómata que articula y maneja los elementos, los factores, los parámetros, las causas y consecuencias, las secuencias,…a veces obsesivo intentando ordenar la complejidad. Yo me he acostumbrado porque yo soy tremendamente desordenada y despistada. El niño ya con cuatro años empieza a ser un pequeño Marcos.


23 de febrero 2021.

Quedé con Javi en el hotel OZOE de Santander, con vistas al Cantábrico, al palacio de la Magdalena, a la playa del Sardinero,… Habitación 645 y 646. Javi, 52, soltero, de Aranda de Duero, profesor en la universidad, le gusta el monte, hacer bici, viajar,  escribir, conversar, es un tipo activo pero tranquilo, y es divertido. Yo soy Olga, de Oviedo, soy abogada, 53, separada y con dos hijos, voy al gimnasio, me gusta viajar, escribir, conversar. Resulta extraño compartir habitaciones contiguas de hotel con un desconocido al que estas comenzando a conocer. Llegamos los dos en coche. Javi a las siete, yo a las seis. Con ganas de mar. Para cenar hicimos andando el trayecto que va del hotel hasta la estación de tren, Javier me contó de su tesis doctoral, de sus alumnos de clase y de lo que han cambiado los tiempos desde que fuimos estudiantes, y de las enfermedades de sus padres y de los personajes del libro que escribe, y de la vida en Aranda, y de sus bodegas y de lo poco que le gusta cocinar, y de como acabaron sus romances con Nuria, Rebeca, Cristina,… Cenamos muy bien. Fue buena elección el lugar. Demasiado mucho. Regresamos al hotel, eran las 23,45. Yo dormí en la habitación 645. Él en la 646. Yo buscaba una experiencia que rompiera mi monotonía, bastante triste y habitual. Pero en ese encuentro no pudo ser.


22 de febrero 2021.

Él es jefe, muy jefe, le encanta que le bailen, le canten, le coréen, le rian los chistes, le escuchen, le adoren, tiene una patología el pobre, que se convendría mirar. Amable pero jefe, y muestra la soberbia cuando le tocan las pelotas. Es torpe, porque le gusta que le digan lo que quiere oir, mucho, que no le lleven la contraria, que se sometan a sus indicaciones, disciplina, orden, control, criterios, lógica, planeamiento. Vive en mi portal, en mi rellano, yo se de esto que te cuento porque trabajé con él hasta que me tocó la loteria de Navidad. Luego en el portal parece un bendito, en las reuniones de comunidad, cuando te lo encuentras en el portal o el ascensor. Se casó con Ascen, la hija de Ines, la hermana de Patricia. Es hijo de Mario el de la farmacia. Somos del barrio y se le veia venir, dotado para ordenar y mandar desde que jugábamos a indios y vaqueros, él capitán, ganador, desde que jugábamos a los play movil, él de los piratas conquistadores, desde que hacíamos las acampadas, él siempre en la organización. No terminó la carrera, porque antes comenzó a trabajar. Se jubila mañana, va lloriqueando que se aburrirá.


21 de febrero 2021.

Dice mi sicologo que me confiese, que me atreva a contaros lo que escondo. Lo haré. Es verdad, estoy frustrado, mucho. A mi me gustaba Laura, y me gusta, porque esta buena, porque es la mas simpatica, y además es inteligente. Yo le declaré mi entusiasmo, ella me respondió que sus encantos no eran accesibles para especímenes sin desarrollar. ¡Hija de puta! Yo la deseo, también la admiro, pero ella me siente como uno de esos bichos de “El hombre y la tierra!, uno de los primates de “El planeta de los simios”, uno de los primeros ejemplares en “Erase una vez”. Amo a Laura, y estoy bien dotado, 21 centimetros. Quiero hijos con Laura, y tengo un 7,25 de media en mi carrera de periodismo. Quiero envejecer con Laura, y soy hijo único de madre enfermera y padre abogado. Quiero hacer feliz a Laura, y vivo solo, y trabajo en “La voz del cantábrico”, y tengo coche, y controlo bien la marcha atras. Es la primera vez que se lo cuento a nadie, pero estoy muy tonto por ella, muy tonto. Yo podría compartirla con Maria, su novia, pero necesito dormir con ella, soltarle el pelo, y luego si quiere, todo lo demas .


20 de febrero 2021.

La mujer de Gorka, Julia, tiene tres vidas: en una es ambiciosa profesional, en la otra es madre y esposa, entregada, también se esconde en fantasías y travesuras dificiles de confesar. La conozco, y sufre, disfruta, siente, se rebela, atiende, gestiona, dirige, planea, se entrega, se deja llevar, busca, seduce. Julia Perez, jefa de la división de producciones auxiliares, desde hace tres años, ordena y manda a 14 personas, establece los planes, operaciones que dicta, instrucciones que marca, siguiendo criterios, los propios o ajenos, sumisa, conforme, autonoma a veces, rigida, disciplinada, rigurosa, minuciosa, en ocasiones cruel, eficaz y eficiente. Ambigua también. Juli, la madre de Marta y Pilar. La mujer de Gorka. Viven en el 46, segundo C. Las niñas estudian en las religiosas de Al. Vacaciones en lugares con playa, sofa granate, mañanas dulces, tardes amables, noches sin tensión. Ensaladas. Cocina saludable. Veranos con piscina, sábados de cine, terrazas en verano. Julia P. pensó escaparse con Manuel, y no volver. En un viaje por Tokyo, e Congo, Tanzania, Malasia, Venecia, Perú… En la tercera vida se ha inventado la habitación 765, con él. A veces en Pekin, otras en Brasil, algunas en Tunez. Exploran las calles de cada lugar. Y los rincones de su intimidad. Alli. 


20 de febrero 2021.

Querida Marysol, no nos conocemos aun, pero lo haremos antes del próximo verano. Nuestro encuentro será en la estación de Atocha porque llegaremos en tren, tú del norte y yo del sur. He gestionado ya los desayunos, las meriendas y las cenas, los billetes de metro. He limpiado las zapatillas para recorrer las siete calles: Gran Via, Hortaleza, Fuencarral, La Palma, San Bernardo, Espíritu Santo y Corredera de San Pablo. He reservado las habitaciones de hotel, en el Ozoe, lo siento, sin vistas al mar. Ya escogí la ropa que vestiré, pero es pronto aun para elegir pelicula, concierto o espectáculo. Tendremos temas de conversación. Seran dos dias de cafés, refrescos o cañas, con un consumo limitado de alcohol para no zozobrar. Para que este procedimiento previo a nuestro encuentro intencionado sea resolutivo, no olvides enviar tu pedido y la demanda segun el formulario oficial, el que corresponde, por la via indicada. Debidamente cumplimentado, sin errores ni omisión de datos. No te retrases. Nos es urgente. Si tú eres divertida, yo seré tierno. Si somos fáciles, no solo será un juego. Si es inteligente, también seran recuerdos. Si no nos aburrimos y fluye en emociones, merecera la pena. Si es único, genial, autentico y bonito, pues lo repetiremos.


19 de febrero 2021.

Mario, ¿cómo va todo? Perdona que no te haya escrito antes, pero ando muy liada con lo de la oposición, con los preparativos de la boda, y con las cosas de todos los días pero he recibido tu postal de Navidad con la lotería y han sido el pretexto para evitar las excusas. Juan y yo nos hemos comprado un piso juntos, esta mas céntrico, es nuevo y tiene plaza de garaje, Juan y yo venderemos los nuestros, cancelamos las hipotecas y entramos en este. Los nuestros se quedaban pequeños. Esta en construcción, y si todo va bien nos darán las llaves para marzo. A Juan le propusieron ser director de innovación, nos los pensamos, y acepto, lo malo es que una vez cada quince días sube a Madrid para tres jornadas de trabajo intensivo que tienen en las oficinas centrales. Con mi madre ando de médicos porque desde el verano sufre unos dolores de cabeza que la tienen revuelta, y mi padre ya sabes que de estas cosas no se ocupa. A mi la alergia esta temporada me tiene loca también. Hace quince días, Juan y yo nos hicimos cinco días de vacaciones en Roma, tienes que ir. He dejado de escribir, y apenas leo, no me da la vida para todo. Me acuerdo de ti , de los dos años que pasamos juntos, y cuando sale la plaza mayor de Valladolid por la tele y veo el balcón de tu piso.


18 de febrero 2021.

Nunca me gustó rechazar a las mujeres que gusté, pero aprendí a inventar bien para salir sin perjudicar ni herir. Carmen se me colgó en la academia, yo era su profesor de inglés, y a todos nos gusta que una chica preciosa de 19 te quiera juguetear cuando acabas de cumplir 32. La primera de nuestras citas fueron tres cañas y dos besos al despedirnos, no mas. La segunda de nuestras citas, cuatro cañas, y al despedirnos exploramos las partes mas sensibles del otro, bordeando los limites, en mi coche. Para entonces, inexperiencia, timidez y torpeza de sus maniobras me hicieron dudar. En la cuarta hubo orgasmos. En la quinta le hice el amor, ella se dejo hacer, y lo nuestro empeoró. Nos desencontramos en el amor y el deseo, ella me quería mas, yo por allí no 32queria seguir. No mejoró nuestro sexo en la sexta cita, minutos después de acabar, yo le puse a la historia el punto final. Ella me amaba. Nunca me gustó rechazar a las mujeres que gusté, y de Carmén también quise escapar elegante y cordial. Nochebuena del 96, ahi mi plan, una noche, de sexo, con Carmen, cita en hotel. Y yo alli, borracho, vomitando impotente, fracasar, sin nada que hacer. Y luego arrepentido, despedirse pidiendo perdón: “Carmen, no soy quién te mereces”. 


17 de febrero 2021.

Estoy en la habitación 635 del hospital. Es por la dieta, la desintoxicante Niokrativa. Me la tome muy en serio, y estoy ingresado desde ayer tarde, diarrea, vomitos, malestar general, dolor de cabeza, nerviosismo, perdida de conocimiento y de memoria reciente, temblores, dificultades de visión y audición, espasmos, delirios, afonía debilidad muscular dolor abdominal y caida del cabello. Yo cumpli al detalle las instrucciones. Lo primero, diez litros diarios de agua, distribuidos a lo largo de la jornada, diez dias, diez litros, con un total de cien litros. Con esas pautas de alimentación, nada de frutas, nada de embutidos, nada de lo bueno. Y luego, despues de los diez dias, la cuchada sopera del Niokrativ, en desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Y todo iba bastante bien, despues de cuatro dias, hasta hoy que debi sufrir un cortocircuito, fue con la toma del Niokrativ, a las 5,30. Llamé por teléfono al número de atención 24 horas, pero no me cogió nadie, quizas porque era sábado por la tarde y la consulta del nutrólogo Mariano Brig esta cerrada por descanso. En el hospital estan confundidos porque soy el primero con estos sintomas, o sea que estan experimentando conmigo las soluciones. Espero salir de esta.


16 de febrero 2021.

Íbamos la familia al completo, esposa, hijos, y suegros incluidos, y nos cruzamos contigo en la calle del Sol. Tu ibas también con tu familia al completo. No nos saludamos. Bajábamos a sentarnos en la terraza de uno de los locales de cafés, en la plaza Cañadio. Yo que sigo siendo el chico estúpido nocturno aquel que jugueteo contigo, sonoricé el momento: “Estrellas Fugaces”,Fredi Leis. Y regrese en imágenes mentales al hotel NH Ciudad de Santander que nos hicimos. Yo soy aquel. Él que se hizo los bares contigo, a escondidas. Ruborizado al verte y recordar escenas de playa, habitación y mar. Abriste, de repente, inoportuna y radical, la caja completa de las emociones racionalizadas. Yo haciendo una rutinaria tarde de domingo y tu, silenciosa, batidora revolucionada, apareces para agitar mi mundo líquido, desnudándome de nuevo, provocándome pensar. Este alto ejecutivo que ahora soy , recordó aquello que susurrábamos: “Hay que explorar. Hay que arriesgar”. Lo roto se recompuso y lo recompuesto se rompió, al cruzarnos el domingo. Charlábamos, mi familia al completo, de los detalles para la comunión de los gemelos. Comentábamos las noticias en la prensa del día. Volvíamos del después de comer entremeses, salientes, carnes y postres. No nos saludamos. Veníamos, mi familia al completo, del lugar que habitamos en el paseo Menéndez Pelayo, un sitio parecido al que tu y yo fantaseamos. Y terminamos la tarde con los helados del Paseo de Pereda. “Sigo siendo el mas cobarde”.


15 de febrero 2021.

Íbamos la familia al completo, marido, hijos, y padres incluidos, y nos cruzamos con él en la calle del Sol. El iba también con su familia al completo. No nos saludamos. Él nunca fue atractivo, pero ayer más deteriorado aun. Aquello que tuvimos duro once meses, no más, pero ese encuentro casual vino a recordarme algunas de las estupideces relevantes de mi vida. Siempre fui una mujer encantadora pero me costó tiempo reconocérmelo. Ese tiempo que perdí en juegos con algunos idiotas que ni están ni se les espera en los lugares importantes de la vida. Me zambullí en aquellos periodos de meses cortos, explorando las aventuras aceleradas. Y apareció Adrian, porque es distinto. Él con sus palabras y sus frases breves supo devolverme lo que ahora sé que soy. Discreto, generoso y valiente. Me regaló el poder que fui malgastando en los aprendizajes y las búsquedas. Él que ayer iba con su familia al completo, visito los lugares que fuimos, hasta qué dejo de estar interesado por mí. Estuve allí hasta que abandonó nuestros locales de café, copas, las playas, las habitaciones y el mar que usamos para divertirnos. Él huyó de las intensidades habitadas para refugiarse en edificios rentables. Afortunadamente. Le lloré tres noches. Llegaron y estuvieron furtivamente otros, y luego acudió Adrián, menos denso y menos turbio. Hicimos y hemos hecho la pareja, la familia, la casa, los proyectos y los hijos que somos. Pude anclarme en solares de hielos congelados, pero preferí los otros de aquí, porque no gobierna el frio en este hogar sin dudas, porque nos son ajenas las canciones tristes, aquellas que Malú y Amaral cantan.


14 de febrero 2021.

Íbamos la familia al completo, marido, hijos, y padres incluidos, y nos cruzamos con ella en la calle del Sol. Ella iba también con su familia al completo. Mi marido y ella no se saludaron. Sin atreverse a coincidir en miradas furtivas, no reconociéndose en lo reconocible. Bajábamos a sentarnos en la terraza de uno de los locales de cafés, en la plaza Cañadio. Yo que sigo siendo la constructora de edificios sobre terrenos inestables, sentí las tensiones invisibles en lo que fueron ellos. Mi marido y ella. Lo sentí en él, en las palabras y los gestos, el resto de la tarde. Como en la canción de Amaral, en «Lo que nos mantiene unidos». Cruzábamos ciegos la calle Santa Lucia y lo sentí en el silencio y la mirada ausente. Y luego hablamos de las cosas de nuestros trabajos, de las comuniones de los gemelos, de los ruidos, él ahogándose. Le sentí en las digestiones pesadas y no por la copiosa comida que habíamos hecho. Lleno de preguntas en el aire. Comentamos las noticias de la prensa. Gritamos a los gemelos que corrían ajenos y empujaron la mesa y tiraron las tazas de cafés para romperse sobre las baldosas de la plaza. El cielo verde y gris. Como en la canción de Pablo Alborán, «Palmeras en la nieve». En la calle Daoiz y Velarde los gemelos echaron a correr. En la calle Gándara los gemelos empujaron al abuelo en ruinas. Y terminamos la tarde con los helados del Paseo de Pereda.


13 de febrero 2021.

El Naruba café, en la plaza del Sol, en el barrio de Gracia, en Barcelona, es un local muy frecuentado por mí. En sus treinta años de vida, ha estado en 27 de la mía. La primera semana después de nacer, y de salir del hospital, y de ser presentado en familia, ya mis padres me trajeron aquí. El local era otro. Más sucio, más oscuro, más aburrido. Ahora tiene cristaleras y pantallas gigantes, y organiza saraos culturales y festivos, dan de comer, y los camareros y camareras son más guapos y profesionales. Yo crecí aquí, comiendo las patatas fritas Niuna. Y luego las diferentes variedades de frutos secos Niuna. Cacahuetes, maíz, y mis preferidas pipas peladas. Aquí, mis mostos infantiles. De aquí salió mi primera borrachera. Aquí los primeros besos con lengua, y los rozamientos orquestados , y el día que me muera quiero ver mi esquela en la puerta, junto al cartelón que anuncia el menú del día. Fantaseo con sexo en el baño. En diversas modalidades. Porque los baños siempre están limpios, muy muy limpios. Mato las penas de la vida con los pinchos de tortilla. Por la mañana a las siete hago el primer café, y a las ocho, cervecita con aceitunas Niuna. Aquí tomo los Nonkis y los Niolas. Aquí compro los Gúmeres. Mi novia de ahora, con la que vivo en el barrio, a cinco minutos de la barra, fue camarera del Naruba. Mis mejores amigos, socios preferentes del local. Historias de aquí, muchas. De su hilo musical, escojo la banda sonora del momento, la de ahora, “El baile”, Izal. “Bailando hasta que todo acabe”.


12 de febrero 2021.

Cenamos en el Anderu, huevos fritos con chorizo y patatas y ensalada. Luego paseamos por la playa, y fuimos a dormir a la habitación 943, con vistas al Cantabrico de Santander. La habitación marcaba 24 grados, en la madrugada del 25. Desayunamos en el Anderu, chocolate con pastel. Luego paseamos por el paseo de Pereda para subir a la Magdalena y volver al mar. Esa mañana tú llevabas el vestido rojo que por tu cumpleaños te regalé, sonreias, vital, nada anormal, lo de siempre. Yo llevaba puesto el anorak verde que en nuestras vacaciones de verano compramos en León. A la altura del 133, el coche frenó y salieron borrachos aquellos dos, cantando, y nosotros, vivos de envidia, nos pusimos a cantar. “Sin trafico denso es mas facil deambular” susurré, después de interpretar el “Locos por incordiar” de Rosendo y “Pasión por el ruido” de Barricada. “Él que madruga reduce el número de sueños” concluiste, después de atreerte con “Gavilán o Paloma” de Pablo, Abraira. La mañana siguiente volvimos a Logroño, para continuar sin mar, sin habitación de hotel, sin canciones ni pastel ni huevos fritos, aunque juntos. En la vida cotidiana, pero dulce. Hasta que aquella llamada, en mayo, rompió para siempre nuestra deliciosa felicidad.


11 de febrero 2021.

Ella me llamó para contarme. Por teléfono. Muy amable, dulce, tranquila, resuelta, correcta, delicada y precisa. A eso de la una. Mas o menos. Fue rápida y directa, concreta, solvente en la exposición de las propuestas, en la formulación de las preguntas oportunas, en analizar la situación y manejar las circunstancias.Era un día de esos de primavera. Ni frio ni calor. Amenaza de lluvia latente. Yo estaba en la oficina trabajando los asuntos inoportunos. Disponible para saltar del aburrimiento agotador. Nada estimulante hasta la hora de salir y ya consumido el tiempo de descanso matinal para el café. Recuerdo que lo hice ese día en el Amalau de GranVía, sin mas compañía que las canciones asomando por las pantallas de televisión. Recuerdo que tarareé mentalmente con Macaco, “Coincidir”. Después del café con canción yo estaba en la oficina trabajando los asuntos, a cambio de una nómina y ella me llamó para contarte. Por teléfono. Con frescura. Me ofrecía una revisión de los contratos telefónicos. Rebajando los precios en un paquete integrado de fijo y móvil. Sin límite de datos y en tarifa plana. Y me enredé. Tuvimos tres citas posteriores, telefónicas también, para gestionar lo que consumamos. Un nuevo contrato mas satisfactorio para ambas partes. Ella, amable, dulce, tranquila, resuelta, correcta, delicada, precisa y solvente. Yo, esperando su próxima llamada.


10 de febrero 2021.

Querida Marysol, no nos conocemos aun, pero lo haremos antes del próximo verano. Nuestro encuentro será en la estación de Atocha porque llegaremos en tren, tú del norte y yo del sur. He gestionado ya los desayunos, las meriendas y las cenas, los billetes de metro. He limpiado las zapatillas para recorrer las siete calles: Gran Via, Hortaleza, Fuencarral, La Palma, San Bernardo, Espíritu Santo y Corredera de San Pablo. He reservado las habitaciones de hotel, en el Ozoe, lo siento, sin vistas al mar. Ya escogí la ropa que vestiré, pero es pronto aun para elegir pelicula, concierto o espectáculo. Tendremos temas de conversación. Seran dos dias de cafés, refrescos o cañas, con un consumo limitado de alcohol para no zozobrar. Para que este procedimiento previo a nuestro encuentro intencionado sea resolutivo, no olvides enviar tu pedido y la demanda segun el formulario oficial, el que corresponde, por la via indicada. Debidamente cumplimentado, sin errores ni omisión de datos. No te retrases. Nos es urgente. Si tú eres divertida, yo seré tierno. Si somos fáciles, no solo será un juego. Si es inteligente, también seran recuerdos. Si no nos aburrimos y fluye en emociones, merecera la pena. Si es único, genial, autentico y bonito, pues lo repetiremos.


9 de febrero 2021.

“Te espero en el merendero de la Mari. Soy el de los pantalones verde laurel y la camisa roja. Para no despistarnos, me cuelgo un libro bajo el brazo”. Para no asustarte, pensaré cuidadoso, todo lo que te diga, no quiero llevarme a casa la frustración de un encuentro ruinoso. Para no despistarme, porque soy de aturullarme para contarlo todo, hablaré lentamente disfrutando el momento. Para no gestionar de manera insegura las formas y los modos de esta primera charla, no subiré el tono, y seré equilibrado, escuchándolo todo, y esconderé las dudas, y analizaré el cómo, no quiero equivocarte entre frases vehementes, preocupaciones turbias, ruidos no deseados ,obsesiones oscuras, deseos incumplidos o fantasías brujas. Para salir airoso de este primer encuentro, de esta charla propuesta que no es una cita, manejaré los tiempos, buscaré con prudencia, liberando los miedos, estando relajado para gesticular poco. Para no parecer torpe, insolvente, despreocupado o bobo, elegiré las palabras, profundas, con fondo, sin querer ser antiguo, rebuscado o patoso. Me olvidaré del móvil. Y limpiaré las gafas. Plancharé la camisa. No olvidar los pañuelos. No controlarlo todo. Seleccionar los hobbies. Elegir las historias. Ni en exceso, ni en triste, ser humilde, no un loco.


8 de febrero 2021.

Me enamoré de ti como una loca la noche que te escuche cantar esa canción: “Necesito una amiga”,de Bertín Osborne. Estábamos en el karaokoe nocturno del Azalde café. Tú con tu cuadrilla y yo con la mía. Por efecto de los licores narcotizantes yo me atreví a acercarme y arrancarme con la pregunta idiota. ¿En qué academia te trabajas la voz? Idiota porque la voz no era lo tuyo. Lo tuyo fue el sentimiento que le pusiste al momento cantado. Pero si hablamos de idioteces nocturnas, la tuya en tú respuesta fue mayor. ¿Tu eres real o vienes de algún reino de princesas? Empezabas mal, porque yo y eso del amor romántico y en rosa de los cuentos Disney, me provocan alergia intensa. Ahora lo sabes bien. Entendí que no se puede triunfar dos veces la misma noche, como cantante y como guionista en episodios de seducción. Como al minuto y medio de conversación descubrí que eras y eres un tío normal, sin tapujos, ni encantos excesivos, pero equilibrado, me quede un rato, que se fue prolongando hasta hoy. Luego esa noche en el coche, vi que no me buscabas ansioso, y me contaste tu vida con cuatro canciones. No mentías al cantarme y al contarme. “Yo no quiero volverme tanto loco”.  “La belleza”. “Es solo la necesidad”.  “Yo canto”. Aute. Doctor Deseo. Charly García. Laura Pausini.


7 de febrero 2021.

Yo tenia 14 años recién cumplidos, el 16, el año que mis padres me arrastraron al concierto de Manolo García. Aun recuerdo la fecha, 21 de mayo. Madrid, Barclaycard Center, sábado, 9 y media de la noche. Salimos de Toledo a las 11, pasamos el día y la noche en la capital, y regresamos el domingo por la tarde. El plan de Madrid, estimulante, el plan de Manolo, difícil de engullir. Yo por aquel entonces ya maquinaba mentalmente, y planifique con inteligencia la forma de hacérmelo llevar, provisto de artilugios digitales y de auriculares desconectores. No es fácil ser el hijo de unos padres entusiastas entregados a la causa del MG. ¡Terrorífico” Vas en el coche y suena “Es mejor sentir que pensar, sentir es mejor, si”.¡No te jode! y tres minutos de racaraca de canción con las armoniosas voces de tus padres en el coro. Los mismos padres que te rompen la vida con deberes y te encierran en la mazmorra de tu cuarto cuando tus hormonas circulan por otros lugares. No es fácil sobrevivir sin secuelas depresivas a una infancia con las melodías del “Pájaros de barro”.No me medico, aun, pero yo escuche treinta veces en dos años vitales para mi crecimiento, “Somos levedad”. Existe jurisprudencia legal, padres que perdieron la tutela de sus criaturas por los daños causados con el “Carbón y ramas secas”. Es muy duro, ¡y lo sabes! Aun recuerdo aquel 21 de mayo con la multitud entregada, y mis padres poseídos por los hechos. “Nunca el tiempo es perdido”,cantó allí, y locura colectiva. ¡Mentira podrida! Estudiando bobadas pierdes el tiempo. Yo cantaba a mis padres “Exprimir la vida”,“Hoy tengo un plan”,pero eso no. Eso no. ¡Incoherentes! Me recuerdo despertar sobresaltado la noche que te cuento, y de fondo la masa zombie gritando fuera de si: “Sobre el oscuro abismo en que te meces. Sobre el oscuro abismo en que me mezco”¡Pesadilla!


6 de febrero 2021.

Para cocinar las croquetas de pollo, las de jamón y las de tropiezos de huevo y calamares se precisan unas habilidades muy entrenadas. Utilizando las croquetas y las tartas y los filetes empanados con las salsas exclusivas busca Piedad abandonar la soltería avanzada y conquistar el corazón de Dioni. El sujeto en cuestión ya sabe que con Piedad nada. Pero nada de nada. Ni lo que ella busca, ni de lo que el quiere. Piedad, guapa es un rato pero sosa, aburrida, cansina y lo otro, también. De lo otro no puedo hablar porque tu me lees, así que solo puedo hablar de las croquetas, de las tartas y de las salsas de los filetes. La salsa mondingé de Piedad te gustaría. No, no es una salsa típica de Valencia. Tendrías que ver el proceso artesanal de fabricación de la misma desde que los siete ingredientes básicos se adquieren en el Consum. Maniáticamente once meses al año Piedad los compra en el de la calle L´Olivereta. Ya que de lo otro ni hablamos ni operamos, los viernes a las ocho Dioni mientras escucha a Piedad en la cervecería Manzanares  piensa en las salsas, las croquetas y los filetes empanados. También en los arroces y las ensaladas. Y luego después de los actos alimenticios Dioni todos los viernes a las once se monta en el coche para irse a casa. Acabó la velada. Todos los viernes. Y a la altura del cruce de las tres calles pincha el  Cd con las tres canciones: 1.-Bambi Ramone. 2.-John Boy.3.-Rufino. No hay problema para las digestiones con el estomago lleno.


5 de febrero 2021.

La diosa Neus salta de la cama cuando suena el “Whatever you want”de Status Quo. Son las seis menos cuarto. Cuando sean las siete Neus la camarera estará detrás de la barra del Amalau.En la lista de poderes de los que dispone, a lo largo de la jornada de hoy distribuirá de manera ordenada sus gracias y favores. Pinchará la canción de Status Quo al abrir. Colgará en facebook una de esas postales sugerentes que captaran la atención de varios de sus seguidores o amigos. Cuidadosamente seleccionada para provocar la curiosidad de algunos. Enviará un whatsapp de perfil básico, del tipo “Estuvo divertido, hay que repetirlo”, a un número escogido de entre 10 y 20 de ellos. Para ellas una de esas frases “Tengo que contarte. ¡Impresionante!” Ignorará la mayoría de las respuestas de ellos y ellas. Entre las cinco y las siete de la tarde habrá seleccionado a cuatro de los potenciales artistas invitados. Para un café con ella aproximadamente a las ocho de la tarde. Para cenar con el y posteriores, si procede, en su casa, sobre nueve y media o diez. Cuando hoy Neus saltó de la cama, a su lado Tomás, más disponible. ¡Pues va a ser que no!, responde Neus con frialdad.


4 de febrero 2021.

“Defender la alegría”. Las tartas de cumpleaños para las personas adultas no llevan fotografías, ni las celebraciones incluyen esas cosas propias de los eventos infantiles.La de Nerea si.Cuando a las siete de la tarde del siete de octubre, viernes, ella sopló las velas, rodeada de 38 personas, amigos, conocidos y próximos, en la sala Laudio del Goizaga café, calle Gorbea, con las luces apagadas, en silencio, prohibido expresamente el canto de la canción típica en cualquiera de los idiomas autóctonos o internacionales, Eneko a su lado, la tarta de café con su buenas dosis de azúcar y merengue incluía la frase: “Defender la alegría”. No resulta habitual pronunciar un discurso en las fiestas de cumpleaños, Nerea lo hizo. Tampoco resulta habitual establecer prohibiciones. Prohibido regalos. Prohibidos los recuerdos tristes. Prohibido cantar la canción prohibida.  “Hola a todas. Hola a todos”, se arrancó Nerea, insegura,  rápidamente después de soplar las velas, la sala iluminada por una pequeña luz al fondo, y abrió un silencio, de nueve segundos. “Hola a todos. Hola a todas…. La vida es también una colección de historias tristes, de contusiones y heridas, hematomas y hemorragias…, tristezas y tropiezos, bestias del territorio, ataques y asaltos, maniobras y jugarretas en los campamentos tranquilos del verano, del otoño, del invierno o de la primavera… Hay otros lugares”.  Y comenzó a sonar “Manifiesto Delirista”, Love of Lesbian. A un volumen total, que lo ocupó todo. Y mientras giraba la canción, proyectó sus fotografías, gigantes sobre la pared. Acabó la canción, y Nerea volvió a su monólogo de tres minutos y doce segundos. Lo cerró con un “Soy un personaje, lo llevo escrito en la frente, se puede ver claramente, de hecho es lo normal, ¡Adiós a la mediocridad!” y sonó un aplauso festivo y sincero, y comenzó a sonar “Club de fans de John Boy” . Y luego rodaron el resto de canciones hasta muy tarde. A ti, podrán resultarte empalagosos los momentos y sucesos en esta atípica celebración. Para guinda del pastel, para cerrar la noche azucarada, sonó en la despedida la canción de ellos, de Nerea y Eneko: “El mejor momento”: Pablo López.


3 de febrero 2021.

Desde que se lo de la separación de Claudia y Marcelo he activado las alertas y he vuelto a los discos viejos. Ya cantaba José Luis Perales en el 82,“y como es el”. ¿Va todo bien entre Claudio y yo? No hay problemas entre nosotros si acepto que vivir desencantada es un problema. Veinticinco años de casados y seis de novios y no parece que mañana vayamos a aparecer en ningún programa televisivo o a formar parte de la agenda de cotilleos del vecindario por novedades, gritos, escándalos o subidas de tono. Entre nosotros todo va como siempre, es decir, normal, si acepto que vivir sin entusiasmo es normal. Hemos terminado de pagar la hipoteca, ellos ya en sus vidas alejadas, de salud bien, gracias, y la vida automatizada que llevamos nos permite gestionar con soltura los días, las semanas, los meses y las estaciones del año. Ahora Semana Santa, pues tres opciones. O no nos quedamos en Toledo, o subimos a Talavera o muy extraordinariamente, algo extraordinario. Este año toco Talavera. De la Reina. Pero lo de Claudia es tremendo. A nuestra edad, y con dos hijos, y con la vida hecha, poniéndolo todo patas arriba y remontando el donde vivir, los pagos y los ingresos, el esto pa´ti y el esto pa´mi, los abogados, los sentimientos. Con todo el equipaje. Y Fermín es el pretexto.


2 de febrero 2021.

Me llamo María. Vivo en la planta 33 de la torre 56A. En el 33 H, con vistas a la ría. Es un apartamento con una terraza muy grande, y tres habitaciones y dos baños, salón y cocina. Vivo aquí desde diciembre de 2018. Una de las habitaciones, mi oficina, mi empresa INVERSIONES MI RIA SL. Tengo 37 años, soy abogada y economista. María Amezaga Ortiz. Tengo 3 tatuajes y llevo pintadas las uñas de fucsia. Utilizo lentillas y voy al gimnasio de Marcos, en la planta 3. Tengo dos plazas de garaje en las plantas -3 y -4. También tengo un piso en la planta 16, es pequeño y lo tengo alquilado a Martín. Hago las compras en el supermercado Izera, del edificio, planta 1, y la peluquería en 56 PELOS, planta 2, con Mariano, y muchas veces encargo comida que bajo a buscar al Errekuia, el restaurante de Manolo Elezuá, planta 3. No tengo novio, ni falta que me hace, me va bien ahora con Marcos, Martín, Mariano y Manolo. Y con Mateo el del banco de Santander (planta 1). Y con Mauro el de la tienda de informática (planta 3). Y con Marcelo el de la librería (planta 2). Y con Marco, el del 6F. Y con Mario, el de mantenimiento (planta 21). Y con Martí, el del 24 N. Y con Marvin, el irlandés del 32 J. 


1 de febrero 2021.

Fue el año pasado. Un día como hoy. Conocí a Javi en el concierto de Love of Lesbian, 14 de mayo, 2019, Galanea del Rio, fiestas de la virgen de Nori. Noche de calor. Yo con tres amigas. Nos rozamos por casualidad cuando cantaron “1999”. Pensé que era uno de esos babosos que aprovechan la multitud para acariciar. Pero no. Le miré y me fije en sus ojos y en su mirada triste, frágil, parecía inocente. Le sentí auténtico, entregado, cantando la canción. Le imaginé tierno, y herido, desnudándose en cada una de las palabras que cantaba Santi. “¡Oh, cállate!”, gritaba con él, con nosotros, con ellos. Le miré sexual porque sentí el magnetismo de ser y estar, allí, con él. Yo atraída. Javi no es un tipo guapo pero le vigile: pantalón corto, verde, camiseta de la banda, con gafas, en metálico gris. Y le rocé por primera vez, intencionadamente, al bailar, carnal y emocional. Luego tocaron “Dónde solíamos gritar”, y le volví a rozar con mas atrevimiento, sin disimulo. Javi me miró a los ojos, y me dedico sus primeras palabras “ahí están, vertical y transversal, soy grito y soy cristal, justo el punto medio…”, después, la danza colectiva frenética, nos atrapó. Llegó el deseo. Con el “Oniria e insomnia” me deje llevar, por él. “Bailando en la cornisa del piso 23”. Y con el “Club de fans de Jhon Boy”, ya fue brutal. Y ya luego después pasó lo que tenia que pasar. Y se quedo, porque tenía que ocurrir. Afortunadamente. Y ahí esta, tumbado en el sofá del salón. Fantástico entretenimiento para estos tiempos de incertidumbre y complejidad.


31 de enero 2021.

A Honorio no le gustaba ponerse el casco, preñó a Lidia y a Sari, ayer se cayó de la obra y se mató. Lidia y Sari le insistian, el respondiá que controlaba, hasta que las pruebas certificaron lo que decian los retrasos: las embarazó. Marcos y Pedro le insistian todos los dias que no se subiera al andamio sin el casco, ayer resbaló a la altura del tercero, en la fachada de la calle General Ozoe, y no hubo nada que hacer por su vida, la ambulancia llegó rápida, Honorio habia muerto en el acto. Iker (4 años) y Alfonso (2), los dos hijos, iran mañana al funeral, en la iglesia de Santa Teresa, sus madres también. Muchos le recordaremos, era un tipo divertido que frecuentaba los bares de la estación, el lider de la cuadrilla “Los raros”, todos se criaron en el barrio. Ahora no le reconoces pero sabes quien es, el hijo de Demetrio, el peluquero, su madre tiene una papeleria en la plaza de Tombursú. El primo de Joaquín, el que fue alcalde. Vivía con sus padres. Siempre iba con botas de monte, la misma sudadera azul y pantalones de pana marrón, yo pensaba que era un tipo poco higiénico pero su madre me contó que tenia cinco pares iguales de cada prenda. Calvito, siempre con un gorro granate en la cabeza. Una pena, con 37 años.


30 de enero 2021.

Él, Joaquín, ausente, atendía a su hija, Patricia, en la hamburguesería, porque el acuerdo de separación establece ocuparse de ella los sábados alternos. Ella tiene cuatro años, y se entretiene con la tablet y las patatas fritas mientras él viaja con su fantasía. Yo le observaba desde la mesa de al lado, y entre cada uno de mis bocados al sandwich mixto él hizo aterrizajes y despegues desde Buenos Aires, Roma, Oporto, Sevilla, Santiago y Pekin. En el mundo real, él, regresó a la habitaciòn juvenil, a la casa de sus padres, y ansía sin éxito que una nueva ella aparezca porque quiere ser feliz. Beatriz lo acabó dos años después de que Patricia nació: “Yo sin colores no puedo ser feliz” sentenció. Joaquín se llama él, la niña quiere jugar con papa. La tarde es larga y ella le busca, él no tiene fuerzas para estar. La Navidad en familia es triste. El trabajo aburrido. Los amigos distantes. El deseo de ser amado, intenso. Las habilidades para sobrevivir, frágiles. La niña se rie, él finge. La niña le cuenta sueños, él se esfuerza por acompañarla. Ella baila con su vestido rosa. Patricia inventa historias, Joaquín pisa firme el suelo para no caer y arrastra su patinete por la acera.


29 de enero 2021.

Javier, me envías un correo electrónico para reprocharme que menudas historias de mierda que solo van de amoríos de todo pelaje, y que parece que no hay otras cosas en la vida, y que menuda panda de personajes. Te envío un correo electrónico para decirte que si, que si, que de eso y algunas muchas derivadas mas trata. Te digo también que los episodios de los relatos hacen fotos y retratos y caricaturas y radiografías. Me respondes que menuda patochada y el nivel de la conversación digital se va calentando por minutos. Te ries, te descojonas, me calificas de imbecil. Tienes preparados los comentarios para ridiculizarme. Lanzas disparos mortales para todos. Me haces gracia. Casi que me sacas mi perfil mas violento. Que seas tú el destrozador de esto que hacemos. ¿Tienes algo interesante que contarme de estas últimas semanas? Ya no digo semanas, digo meses o años. ¿O prefieres que aireemos tus trapos sucios? Te resulta fácil condenarme, elaborar una sentencia, dibujar mi perfil para tratarte de insensato. Ni te me acerques con esa sonrisa falsa el próximo día que nos encontremos por casualidad en alguno de los cafés. Tampoco voy a permitirte que insultes a ninguno de mis personajes.


28 de enero 2021.

Ni todos los días se cumplen 18 años ni todos los días nace una hija. Ni todos los días decimos “te quiero”. ¿200 palabras para 157.680 horas? Fue ayer. Han cruzado rápidas las tardes desde que naciste pero fui robando los momentos para guardarlos en una habitación que está llena de recuerdos. Son una colección de instantáneas, de retratos y  paisajes de un viaje. Cuelgan en las seis paredes de esa capsula. Encerrados con silencios, ruidos y músicas, aromas y sabores. Son de colores. Habitación con luz. Instantes congelados en ese local que es un almacén de la vida. No soy espectadora porque lo que fui y no fui y pude ser y no pude ser y lo que quise ser y lo que somos y seremos y fuimos, allí esta. Soy pequeña en este universo de minutos que cruzaron. Tengo las llaves para llegar a esa sala escondida que guarda el inventario vertical, horizontal y transversal de nosotras. Somos habitantes de esa habitación. La quiero alegre. Estuve ayer en los dieciocho años. En los bancos, las playas, los parques, las celebraciones  y los duelos que habitamos. La habitación de los sueños sin precio. Hija, hoy es tu cumpleaños ¿200 palabras para 6570 días? Tres son suficiente. Te quiero hija.


27 de enero 2021.

Me llamo Marga y vivo en el rascacielos EULZA, en el 14 F. Ya sabes, el edificio de 31 plantas junto a la plaza de las Estaciones de Santander. Te cuento. Resulta que ayer me llego al buzón una carta impresa a ordenador, con sello postal incluido, a mi nombre y apellidos y con la dirección correcta y completa. ¿Tú que harías? La comparto contigo. “Hola Marga, soy uno de los 186 vecinos de tu edificio y quiero decirte que me gustas mucho y que me encantaría tomar un café o una caña contigo o un refresco contigo. Depende de ti. No quiero que esta carta te provoque miedo,  solo me atrevo con ella a contarte que estoy enamorado de ti desde que llegasteis al edificio hace cuatro años por Navidad. Fantaseo contigo. Con presentarte a mi familia de Lugo, y que pasemos las vacaciones y los fines de semana juntos. Donde tú quieras. Eres preciosa. Nos imagino sentados en el sofá fucsia, viendo películas románticas, de aventuras o de miedo, las que tú quieras. Sueño con ir al cine, al teatro, al monte, a la playa, de conciertos, de compras. Donde tu quieras. Y todo lo demás. Te quiero. Te amo. Te deseo. Tu esposo es muy amable, parece muy buena persona, tus hijos, preciosos como tú”.


26 de enero 2021.

Jacobo vive en el piso 31 A del edificio EULZA. Son impresionantes las vistas desde allí, se ve el mar, la bahía de Santander y en la azotea organiza fiestas, multitudinarias, muy divertidas, especiales. Estuve con Marta en la fiesta de Navidad, fue espectacular. Allí conocí a Marga y a su marido Eduardo que esa noche habían dejado a los críos con los abuelos. Jacobo nos pidió a todos que fuésemos con trajes de gala, y aquella noche el 31 A parecía un palacio medieval. La suerte de tener un piso de 150 metros cuadrados que en realidad es un ático, es que puedes dar fiestas. La suerte de estar soltero es que organizas tu vida con total libertad. La suerte de ser joven y guapo, es que tienes muchas pretendientas. La suerte de ser bisexual, es que tienes más para elegir. La suerte de ser un empresario con dinero, es que puedes ser generoso y puedes despilfarrar.  La suerte de ser creativo, positivo, divertido, embaucador, es que eres un buen partido en el vecindario y te quieren conquistar. Jacobo y yo fuimos compañeros de clase en la universidad, allí le conocí, y ya desde entonces le llamábamos el galán de las tentaciones.


25 de enero 2021.

Entré al café. El que está en los bajos del edificio EULZA. Te di los buenos días. “Feliz Navidad. Feliz año”, dije también. Me respondiste “feliz año”, y “ya no es Navidad, porque, al fín ayer fue Reyes, y hoy es dia 7”. Lo dijiste rotunda, convincente, enérgica. Con personalidad. Te pedí un café con leche, y un pincho de tortilla, te pagué y salí a la terraza. Al rato saliste a recoger y limpiar las mesas, me sonreíste y comentaste, “parece que va a llover”. Eran las diez de la mañana. Supe que te llamas Marisa porque se lo escuché a un vecino de otra mesa que te pedía un segundo café.  Eras y eres la camarera nueva. Me fui pero volví seis minutos después. Torpe que soy me había olvidado la carpeta verde con la documentación en la otra silla. En la mesa del fondo estaba ahora mi amigo Manuel y me acerque, “Manuel, ¿hoy no trabajas?”. Me invitó a sentarme y a tomar un café, acepte. Entró, lo pidió, volvió. Un vendedor de cupones cruzó la terraza. Marga caminó por la acera. Manu y yo continuamos charlando, algunos asuntos banales, otros con trascendencia. Estando allí, a las diez 45, un imprevisto infarto me tiró al suelo. Rápido Manu llamó al 112. Rápida llego la ambulancia para salvarme la vida. Y luego tú Marisa, comentaste a todos que yo era un tipo educado y muy amable, y el resto de detalles de nuestra relación matinal.


24 de enero 2021.

Fue el 16 de junio del 18, y era sábado. A las 22,30 apagaron las luces de la plaza Mayor, y se encendieron las del escenario, para que se arrancará el furor de los que estábamos allí, excitados, porque habíamos llegado para disfrutar en el concierto. Si, “furor”, lo he mirado en el diccionario,  “arrebato o entusiasmo creador de un artista”, lo que éramos, lo que sentíamos, lo que buscábamos. Y comenzamos a saltar porque ellos nos empujaron cantando. Estábamos en Galanea del Rio, provincia de Ávila, en la casa del Irina, porque su familia es de allí. Y esa tarde nos habíamos bañado sin peligros ni riesgos en el rio Arebil, todos sin bañador. Y allí “todo se respira mejor”. Habíamos llegado el día anterior,en la furgoneta de Ines, ella muy hasta los ovarios por aquellas miserias del cabrón de su ex con la alienación parental. Habíamos venido con Lucas, él, muy hasta los huevos , desde el desahucio provocado por la precarización. Habíamos venido Marga y yo, hasta los mismos, exhaustos para conseguir fondos porque nuestro hijo pequeño tiene una de esas enfermedades raras que no tienen pasta para la investigación. Irina con su esclerosis y Lucia jodida por el puto Alzheimer de su padre mayor. En el único bar del pueblo, “Casa José”, nos entretuvimos con los cafés y las cervezas, nos evadimos con carcajadas, porque ese fin de semana solo buscábamos diversión. Ellos cantaban, yo recordé lo que me has dicho, que ya no tengo edad para saltar con los Varry Brava en ningun concierto, festejo o festival de ocasión. ¡Porque tú lo digas! “Conozco el sitio perfecto, y solo pienso en llegar…”  | Con la música de Varry Brava, “El sitio perfecto”


23 de enero 2021.

Marisa también tenía y tiene un chalet en Galanea del Rio. La conocí hace tres años, fuimos más que amigos, y lo pasamos bien, tardé todo ese tiempo en darme cuenta que en realidad ella buscaba de mi mis atenciones y cuidados, mis detalles, que la escuchase y me preocupase por ella. Pero Marisa era incapaz de atender y cuidar, de escuchar, de preocuparse por mí. Ella siempre conducía las conversaciones hacia si, y revolcaba las situaciones para protagonizarlo todo. A Marisa le encantaba sentirse atractiva y deseada. Lo que más me dolió fue tardar en darme cuenta de lo que ocurría allí. Era tal nuestra ceguera que ninguno de los dos nos vimos. Ella ansiosa, buscando ser popular y encantadora. Yo, aunque masculino, esperando convivir en sintonía, intercambiar. Ella disfrutando de jugar, yo intenso, cargado de expectativas no románticas, pero si humanas, auténticas, emocionalmente intimas, para conectarnos. Luego además supe que mentía para sobrevivir con naturalidad al show, y que le fascinaba coquetear, elegante y sensual por aquí, por allí, por allá. Yo me perdí confundido en la frialdad de su ego inmenso, esperando nuevas reacciones inesperadas, subterráneas, imprevisibles, cautivadoras. Esperando mi turno en la tómbola de la feria. No pudo ser porque ella me cambió por Pablo, por Marcos y por Julián.


22 de enero 2021.

Fue en Galanea del Rio, en las fiestas de la Virgen del Entusiasmo, en la verbena de los Zurni Brothers. Yo estaba con mi cuadrilla de verano, ninguno del pueblo, yo tampoco. Bailábamos con el alcohol. «…para bailar, esto es una bomba…». «Eva María se fue buscando el sol en la playa». «Porque hoy, voy a pasarmelo bien…». «Porque tenia una mujer dentro del armario…». Yo estaba en casa de mis abuelos, con mi hermana la mayor, era julio, y mis padres trabajando, en Albacete. Los Zurni Brothers cantaron «Paquito Chocolatero» y «Dame veneno que quiero morir…» a las dos de la mañana, y volvimos al bar. Yo tenia 19 años. Tú ya sabes como son estos festejos multitudinarios veraniegos campestres. Tú ya sabes de las preocupaciones nocturnas y lúdicas de los jóvenes de esta edad. Teníamos un raro en la cuadrilla, Martín, muy católico, de Jerez, le encantaban las conversaciones metafisicas y excentricas, esa noche un pelmazo integral con la utopia y la distopía. A lo que íbamos, que estabamos en la verbena de Galanea del Rio, en la barra del bar, y a mi me ponía mucho Nadia la camarera. Pero mucho mucho. Y se me notaba mucho. Pero cuando los Zurni Brothers cantaban el «Asereje» y el «Yo quiero bailar toda la noche» mi abuela vino a buscarme enloquecida. A mi hermana la habia atropellado un coche en la carretera general, no falleció, pero las lesiones le duraron un rato, tres años. El coche se dio a la fuga 


21 de enero 2022

‎El Palacio Nekue, en Galanea del Rio, provincia de Ávila, pertenece a mi familia desde 1780. Allí, en mitad de la nada, rodeado de vegetación, salvaje pero domesticada. Mis primeros recuerdos son bañándonos en el rio Arebil, con mis hermanos y mis primos, mis últimos recuerdos son del fin de semana pasado porque estuve con María. En primavera y verano, el calor de los rayos de sol me llenan de vida, con el frio y la nieve del invierno siento mi fragilidad. Adoró el bosque, otro día te hablaré de el, y esa habitación grande, en la segunda planta, con una terraza inmensa que mira a Gredos las cuatro estaciones, y el sonido del riachuelo que se escucha. La felicidad en sentido pleno se esconde entre las sabanas de esa habitación, solo o en compañía, en cualquiera de los días del año, en las noches de primavera y verano, con todas las puertas del balcón abiertas, escuchando el silencio que llega desde la oscuridad, en invierno ver nevar o llover o granizar, o sentirse golpeados por rayos de tormenta detrás de los cristales y protegidos por el calor de la calefacción. Es una experiencia única estar allí. Cierro los ojos y recuerdo cientos de momentos, y quiero mas. ‎


20 de enero 2021.

Tengo la biblioteca en mi palacio del paseo de Zorrilla, en la tercera planta, al fondo del pasillo, junto al salón. Un gran ventanal, con vistas al paseo, una mesa rectangular en el centro de la sala, de madera, con las ocho sillas, granates, tres en cada lateral, una y una en las presidencias. Tambíen un sofa granate, de tres plazas. En una pared, cuatro estanterias de libros. En otra pared, la puerta hacia el pasillo. En otra pared, el ventanal. En otra pared, el sofa. Sobre la mesa un ordenador con impresora, un diccionario de la lengua española, una radio, a pilas, un paquete de folios, y una caja con tickets, de lugares de cafés, de supermercados, de papelerias, y una caja con postales, también la que tu me enviaste, y una carpeta con billetes de autobuses y tren, con facturas de hotel. Es fea la lampara, y las cortinas, las tengo que cambiar. En el sofá, hoy hace tres años, hicimos el amor, la primera, la última, la única vez. Y yo he querido muchas veces volver con Bego allí, ella no quiere. Ella dice que aquello no debio ocurrir, y que la embrujé con las palabras de los libros que leí, y con la atmosfera hipnótica del lugar. Yo le juro que no tuve mala intención.


1 de enero 2021.

“El mayor inconveniente que tiene ser una buena persona es que eres fácil para los deseos de las bestias” escribí en mi diario. Luego lo releí y acordé conmigo que se trataba de una frase radical, y más escrita el 1 de enero, en el periodo de las consiguientes bondades navideñas. También, pensé, resultaba soberbia, y generaría distancia hacia el personaje que soy yo, con los futuros lectores de mi diario convertido en libro: “Memorias frágiles. Confesiones desclasificadas.  Pensamientos  de un político jubilado y venido a menos”, Carlos Eulza. Procedí a borrar el texto inicial redactado en mi documento de Word, diario, y escribí en su lugar, “El mayor inconveniente que tienen las buenas personas es que son fáciles y accesibles para las necesidades de las otras personas”. En realidad resultaba una afirmación más descafeinada a consecuencia del maquillaje, pero así quedó para evitar las criticas de los críticos en las columnas periodísticas y digitales. Autocensura, no más. Y continue escribiendo. “No resulta fácil mantener los principios y los valores, las claves y los criterios, los horizontes y las apuestas, cuando te rodean las expectativas de votantes con nombre y apellidos, de diferente condición, que aspiran a satisfacer sus necesidades, casi siempre materiales, que confunden calidad de vida con inventario de bienes, productos y agenda de actividades variadas e intensas , que sitúan endiosados su yo sobre el nosotros y el ellos”. Me encantó este párrafo.

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